lunes, 16 de julio de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 36


El chico montado en la cama arrodillado no paraba de gemir. Alonso lo penetraba mientras lo sostenía de las caderas empujando con fuerza.



Con recién cumplidos los 19 años, un muchacho blanco muy delgado y de gestos amanerados se dejaba penetrar por Alonso que le triplicaba en edad. El muchacho lloraba del dolor, colocando su mano en el pecho de Alonso como queriendo apartarlo, pero la fuerza del sexagenario era mayor.



Lo tomó de los hombros y comenzó a darle más duro, el chico gritaba. Alonso retiró el pene y el muchacho soltó una flatulencia para luego caer en la cama.

–Voltéate.

–Ya va, me duele el culo coño, déjame descansar.

–No que se me baja el güevo, dale ponte boca arriba y levanta las piernas, ya voy a acabar.



El muchacho levantó las piernas y Alonso se las puso en su pecho. Lo volvió a penetrar. Comenzó a gemir, quejándose, su ano estaba dilatado e inflamado pero el hombre seguía moviéndose, le puso al chico la mano en el cuello ahorcándolo, ambos sudaban, las gotas caían sobre el pecho del chico que cerraba los ojos. Alonso con los ojos abiertos y mirando al chico con morbo.

–¡Deja de gritar coño! Ya voy a acabar. –Dio tres empujones y al cuarto se quedó quieto y acabó, se le tensó el cuerpo, cerró los ojos y le apretó los tobillos al chico. Pasó el orgasmo y soltó al chico, sacó su pene y se quitó el condón lanzándolo al piso. Se tumbó en la cama, estaba sudado y respirando con dificultad.



–Si te vas a bañar házlo ya y te vas.

–Déjame descansar, me duele el culo papi.

–Ve a bañarte que te tienes que ir…el dueño del apartamento debe estar por llegar.

–¿Es tu novio?

–No, mi sobrino, ve a bañarte.

–Voy, voy.



El chico se vistió y Alonso le abrió la puerta.

–¿Me das tu número para cuadrar otro día?

–No chamo, yo no repito, chao.



Alonso se fue a acostar. Dos horas después entraba al Grindr para cuadrar a otra persona.

–A ver que hay aquí. –Se colocó los lentes. –Coño está aquí cerquita, ¿será en el edificio? 45 años y activo.

–<Hola, estoy en la zona, cerca de ti, te quieres venir? Tengo 60 y versatil>

–<Foto> -Le envió foto de sus nalgas y su pene. –Estoy en el edificio VillaVerde, salgo en un rato al trabajo pero te puedo coger ya, ¿dónde estás tú?

–<Coño aquí también, estoy en el piso 8 apartamento 8B>

–<¿Diego? Ya va, ¿60 años?>

–<Soy el tío, estoy solo ahora>

–<Ya subo>



Tocó el timbre. Abrió. Era un hombre alto pelo castaño oscuro, velludo y buen cuerpo, con barba.

–Pasa.

–Permiso, que arrecho he estado en esta casa.

–Te has tirado a mi sobrino.

–No, no, de hecho no sabía que era gay, aquí se hizo una reunión de condominio, él aún no vivía aquí pero vino.

–No perdamos tiempo y vamos al cuarto. Quítate la ropa.



El hombre había bajado en short, franela y cholas. Se quitó la franela y Alonsó quedó inmóvil al ver el pecho bien formado y velludo.

–Que bueno estás.

–¿Tienes condón?

–Si

–Dame que yo no traje y lubricante. Desnúdate que tengo que irme rápido. Mámalo para que se me pare.

Alonso se agachó y comenzó a hacerle sexo oral, el pene se puso duro pero no creció mucho. –Un cuerpazo y aquel pelero pero tien un guevito, más grande lo tengo yo, pa’ la próxima me lo cojo.



Alonso se levantó y le dio el preservativo al hombre que se lo puso y se colocó lubricante. –Ponte en cuatro.

Alonso se subió a la cama y así se colocó, el hombre comenzó a penetrarlo. Completamente dentro de Alonso, hizo tres movimientos y se corrió. Sacó el pene y se quitó el condón dejándolo en el piso.

–Bueno me tengo que ir.

–¿Ya?

–Si, voy tarde.

–Vente otro día y te cojo yo.

–No, yo no me dejo coger, soy activo, bueno ábreme que me voy.

–Para ser activo tardas muy poco…

–Estoy apurado.



Alonso lanzó la puerta, estaba molesto porque no había disfrutado y ni siquiera acabado. Se fue a acostar. Un par de horas después volvía a entrar a Grindr.



–Vamos a buscar un carajito que esos aguantan, a ver que hay.



<<21 años, versatil, a 200 mts>>

–<Hola ¿dónde andas?>

–<En el gym ATLAS>

–<Yo estoy a dos cuadras del centro comercial, ¿puedes venir?>

–<Si, salgo en un rato, te aviso y me das la dirección. ¿En serio tienes 60 años? Me gustan como tú, maduros>

–<Bueno, vente para reventarte ese culo>



Luego de 40 minutos. Alonso llamaba a Diego para saber a que hora venía.

–A ver si te espero para cenar.

–No me esperes, debo estar llegando despues de las ocho.

­–Ok sobrino, como solo y te espero.



Tocaron el timbre.

–Hola, pasa

–¿Será que me puedo bañar? Me vine directo del gym sin ducharme.

–Claro nené, ven te llevo al baño y te doy una toalla.



Llegaron al baño y Alonso le dio una toalla. El chico se desnudó, Alonso lo veía, le detallaba las nalgas. –Estás muy rico nené, te voy a dar duro.

–Me quisiera hacer un lavado, ¿puedo?

Alonso se quitó la ropa. –Mejor te cojo en la ducha, si ensucias ya nos lavamos ahí ¿Te parece?

–Ok.



Entraron a la ducha y el muchacho se agachó para hacerle sexo oral a Alonso, el agua le caía en la cara mientras mamaba. Alonso le tenía las manos puestas en la cabeza haciendo presión para que se metiera todo el pene en la boca. El chico le jalaba los testículos mientras mamaba.



Alonso lo levantó y cerró las llaves, cogió el gel y embadurnó su pene, igual hizo con el culo del chico.

–¿Me vas a coger sin condón?

–Si, yo estoy sano nené, tu también ¿verdad?

–Si, AAAAAAAAUUUUU, ¡despacio coñooo! –Alonso se aferró a las caderas del chico y terminó de penetrarlo.

–Aguanta coño, eres joven, ahora es que te voy a dar duro.

El hombre lo cogió del cabello halándole la cabeza hacia atrás mientras se movía rápidamente, chocando su pélvis con las nalgas del chico.

El pene entraba y salía con facilidad, ya estaba sucio. El hombre retiró el pene.

–Lávalo que me lo llenaste de mierda. –Le paso un gel antibacterial para que lo lavara con eso. Abrió la llave.



–Mámalo de nuevo para que se me pare.

–Va a saber a mierda.

–Es tu mierda, mámalo coño.



El chico volvió a agacharse, esta vez se esmeró, lamía el pene, se concentraba en el glande y lo mordía con suavidad, se introducía todo el pene en la boca y lo sacaba.

–Cógeme.

Se levantó y se volteó para que el hombre volviera a penetrarlo, esta vez sin gel, no hizo falta, el pene entró de una vez. Ambos de pie lo pegó contra la pared y comenzó a moverse de nuevo.

Alonso le abría las nalgas, el chico se le erizaba la piel.

–¿Dónde quieres la leche? ¿te preño?

–Afuera, afuera, no me acabes adentro.

Alonso se detuvo y sacó el pene. –Agáchate que te la voy a echar en la cara.



El chico se agachó y mirando hacia arriba esperó que el semen cayera. Y cayó, varias gotas calientes caían en su piel, en la boca, nariz, barbilla. Alonso le restregó el semen por toda la cara viendo al chico como disfrutaba lo que ocurría, con su mano saboreaba el líquido. El hombre le dio una cachetada.

–Dame otra. –Alonso le dio otra con más fuerza, algo que le excitaba hasta generarle una erección que comenzó a mastubarse, Alonso le dio otra más y comenzó a orinar al chico, por el pecho, subió el cuello y terminó orinándole la cara.

Aguantó la micción.

–Abre la boca. –El chico la abrió y Alonso apuntó hacia ella llenando la boca de orina. –Traga.



Se terminaron de duchar, ya no había agua caliente. Salieron del baño.

–Bueno vístete que ya va a venir el dueño del apartamento.

–Me gusó la lluvia dorada, nunca lo había hecho. ¿Cuándo repetimos?

–Nunca nené. Yo no repito. Vamos rápido que ya viene.



Despidió al chico. Se estiró llevando los brazos hacia arriba y bostezó. Se fue a la habitación a dormir un rato.





Nueve de la noche, llegaba Diego a su apartamento, encendió las luces. –¡Tío ya llegué!

Vio la cocina y estaba sin recoger y los platos sucios.

–Coño pero este carajo no hace nada. –Fue a su habitación y encendió la luz. Alonso estaba dormido, desnudo sobre sus sábanas blancas.

–¿Qué coño pasó aquí? El baño todo sucio y mojado ¿y estas toallas? Mierda.

Caminó hacia la cama y vio dos condones usados. –¡Que asco! ¡Tío, tío!

–Ah, ah, coño Diego, llegaste.

–¿Qué coño pasó aquí? Todo sucio, condones, toallas mojadas, mira las sábanas, están manchadas, ¿que es eso? ¿mierda?

–Déjame que te explique sobrino, es que aquí solo, sin hacer nada…

–¿Sin hacer nada? Coño ponte a limpiar, a hacer la cama, lavar ropa, los platos no sé. Te da por tirar ¿Y metiste a quién en mi casa?

–A un amigo, un amigo, sobrino que vino a comer conmigo y bueno tiramos.

–¿Y tenían que tirar en mi cama? Bájate de mi cama

Diego haló las sábanas y las quitó lanzándolas al piso.

–Tu cama es más grande y cómoda, tranquilo que yo te pongo sábanas limpias.

–Deja, deja, sal de aqui y ve a lavar los platos por favor.



Luego de 20 minutos, Diego sale de su habitación con las sábanas y las toallas, ya se había quitado la ropa y se puso bóxer.



–Tío si vas a vivir aquí tienes que seguir unas reglas, no podemos vivir así, tienes que colaborar conmigo si te vas a quedar en casa y no puedes estar metiendo gente aquí que yo no sé quienes son.

–Te pido mil disculpas Diego, no he vivido desde hace mucho con alguien, he sido independiente.

–Ok, ok, que no se repita, déjame solo, voy a cenar por favor.



Como a las 11 de la noche mientras Diego veía televisión, Alonso tocó la puerta y entró.

–¿Puedo ver televisión contigo? Me siento solo.

–Si, ven



Alonso se puso al lado de su sobrino e inmediatamente le dio un beso en la boca, se puso de lado y siguió besándolo, Diego no ponía resistencia.

–Quiero dormir esta noche contigo, me siento muy solo sobrino, necesito el calor de alguien y quiero sentir tu calor, te quiero.

–No tío, ve a tu cuarto.

–No me rechaces, déjame quedarme contigo.



Volvieron a besarse y Alonso se quitó la ropa y se metió dentro de las sábanas, Diego hizo lo mismo.

1 comentario: