El chico montado en la cama arrodillado no
paraba de gemir. Alonso lo penetraba mientras lo sostenía de las caderas
empujando con fuerza.
Con recién cumplidos los 19 años, un
muchacho blanco muy delgado y de gestos amanerados se dejaba penetrar por
Alonso que le triplicaba en edad. El muchacho lloraba del dolor, colocando su
mano en el pecho de Alonso como queriendo apartarlo, pero la fuerza del
sexagenario era mayor.
Lo tomó de los hombros y comenzó a darle
más duro, el chico gritaba. Alonso retiró el pene y el muchacho soltó
una flatulencia para luego caer en la cama.
–Voltéate.
–Ya va, me duele el culo coño, déjame
descansar.
–No que se me baja el güevo, dale ponte
boca arriba y levanta las piernas, ya voy a acabar.
El muchacho levantó las piernas y Alonso se
las puso en su pecho. Lo volvió a penetrar. Comenzó a gemir, quejándose, su ano
estaba dilatado e inflamado pero el hombre seguía moviéndose, le puso al chico
la mano en el cuello ahorcándolo, ambos sudaban, las gotas caían sobre el pecho
del chico que cerraba los ojos. Alonso con los ojos abiertos y mirando al chico
con morbo.
–¡Deja de gritar coño! Ya voy a acabar.
–Dio tres empujones y al cuarto se quedó quieto y acabó, se le tensó el cuerpo,
cerró los ojos y le apretó los tobillos al chico. Pasó el orgasmo y soltó al
chico, sacó su pene y se quitó el condón lanzándolo al piso. Se tumbó en la
cama, estaba sudado y respirando con dificultad.
–Si te vas a bañar házlo ya y te vas.
–Déjame descansar, me duele el culo papi.
–Ve a bañarte que te tienes que ir…el dueño del apartamento debe estar por
llegar.
–¿Es tu novio?
–No, mi sobrino, ve a bañarte.
–Voy, voy.
El chico se vistió y Alonso le abrió la puerta.
–¿Me das tu número para cuadrar otro día?
–No chamo, yo no repito, chao.
Alonso se fue a acostar. Dos horas después
entraba al Grindr para cuadrar a otra persona.
–A ver que hay aquí. –Se colocó los lentes.
–Coño está aquí cerquita, ¿será en el edificio? 45 años y activo.
–<Hola, estoy en la zona, cerca de ti,
te quieres venir? Tengo 60 y versatil>
–<Foto> -Le envió foto de sus nalgas y su
pene. –Estoy en el edificio VillaVerde, salgo en un rato al trabajo pero te
puedo coger ya, ¿dónde estás tú?
–<Coño aquí también, estoy en el piso 8
apartamento 8B>
–<¿Diego? Ya va, ¿60 años?>
–<Soy el tío, estoy solo ahora>
–<Ya subo>
Tocó el timbre. Abrió. Era un hombre alto
pelo castaño oscuro, velludo y buen cuerpo, con barba.
–Pasa.
–Permiso, que arrecho he estado en esta
casa.
–Te has tirado a mi sobrino.
–No, no, de hecho no sabía que era gay,
aquí se hizo una reunión de condominio, él aún no vivía aquí pero vino.
–No perdamos tiempo y vamos al cuarto.
Quítate la ropa.
El hombre había bajado en short, franela y
cholas. Se quitó la franela y Alonsó quedó inmóvil al ver el pecho bien formado
y velludo.
–Que bueno estás.
–¿Tienes condón?
–Si
–Dame que yo no traje y lubricante.
Desnúdate que tengo que irme rápido. Mámalo para que se me pare.
Alonso se agachó y comenzó a hacerle sexo
oral, el pene se puso duro pero no creció mucho. –Un cuerpazo y aquel pelero pero tien un guevito, más grande lo tengo
yo, pa’ la próxima me lo cojo.
Alonso se levantó y le dio el preservativo
al hombre que se lo puso y se colocó lubricante. –Ponte en cuatro.
Alonso se subió a la cama y así se colocó,
el hombre comenzó a penetrarlo. Completamente dentro de Alonso, hizo
tres movimientos y se corrió. Sacó el pene y se quitó el condón dejándolo en el
piso.
–Bueno me tengo que ir.
–¿Ya?
–Si, voy tarde.
–Vente otro día y te cojo yo.
–No, yo no me dejo coger, soy activo, bueno
ábreme que me voy.
–Para ser activo tardas muy poco…
–Estoy apurado.
Alonso lanzó la puerta, estaba molesto
porque no había disfrutado y ni siquiera acabado. Se fue a acostar. Un par de
horas después volvía a entrar a Grindr.
–Vamos a buscar un carajito que esos
aguantan, a ver que hay.
<<21 años, versatil, a 200
mts>>
–<Hola ¿dónde andas?>
–<En el gym ATLAS>
–<Yo estoy a dos cuadras del centro
comercial, ¿puedes venir?>
–<Si, salgo en un rato, te aviso y me
das la dirección. ¿En serio tienes 60 años? Me gustan como tú, maduros>
–<Bueno, vente para reventarte ese
culo>
Luego de 40 minutos. Alonso llamaba a Diego
para saber a que hora venía.
–A ver si te espero para cenar.
–No me esperes, debo estar llegando despues
de las ocho.
–Ok sobrino, como solo y te espero.
Tocaron el timbre.
–Hola, pasa
–¿Será que me puedo bañar? Me vine directo
del gym sin ducharme.
–Claro nené, ven te llevo al baño y te doy una
toalla.
Llegaron al baño y Alonso le dio una
toalla. El chico se desnudó, Alonso lo veía, le detallaba las nalgas. –Estás
muy rico nené, te voy a dar duro.
–Me quisiera hacer un lavado, ¿puedo?
Alonso se quitó la ropa. –Mejor te cojo en
la ducha, si ensucias ya nos lavamos ahí ¿Te parece?
–Ok.
Entraron a la ducha y el muchacho se agachó
para hacerle sexo oral a Alonso, el agua le caía en la cara mientras mamaba.
Alonso le tenía las manos puestas en la cabeza haciendo presión para que se
metiera todo el pene en la boca. El chico le jalaba los testículos mientras
mamaba.
Alonso lo levantó y cerró las llaves, cogió
el gel y embadurnó su pene, igual hizo con el culo del chico.
–¿Me vas a coger sin condón?
–Si, yo estoy sano nené, tu también
¿verdad?
–Si, AAAAAAAAUUUUU, ¡despacio coñooo!
–Alonso se aferró a las caderas del chico y terminó de penetrarlo.
–Aguanta coño, eres joven, ahora es que te
voy a dar duro.
El hombre lo cogió del cabello halándole la
cabeza hacia atrás mientras se movía rápidamente, chocando su pélvis con las
nalgas del chico.
El pene entraba y salía con facilidad, ya
estaba sucio. El hombre retiró el pene.
–Lávalo que me lo llenaste de mierda. –Le
paso un gel antibacterial para que lo lavara con eso. Abrió la llave.
–Mámalo de nuevo para que se me pare.
–Va a saber a mierda.
–Es tu mierda, mámalo coño.
El chico volvió a agacharse, esta vez se
esmeró, lamía el pene, se concentraba en el glande y lo mordía con suavidad, se
introducía todo el pene en la boca y lo sacaba.
–Cógeme.
Se levantó y se volteó para que el hombre
volviera a penetrarlo, esta vez sin gel,
no hizo falta, el pene entró de una vez. Ambos de pie lo pegó contra la pared y
comenzó a moverse de nuevo.
Alonso le abría las nalgas, el chico se le
erizaba la piel.
–¿Dónde quieres la leche? ¿te preño?
–Afuera, afuera, no me acabes adentro.
Alonso se detuvo y sacó el pene. –Agáchate
que te la voy a echar en la cara.
El chico se agachó y mirando hacia arriba
esperó que el semen cayera. Y cayó, varias gotas calientes caían en su piel, en
la boca, nariz, barbilla. Alonso le restregó el semen por toda la cara viendo
al chico como disfrutaba lo que ocurría, con su mano saboreaba el líquido. El
hombre le dio una cachetada.
–Dame otra. –Alonso le dio otra con más
fuerza, algo que le excitaba hasta generarle una erección que comenzó a
mastubarse, Alonso le dio otra más y comenzó a orinar al chico, por el pecho,
subió el cuello y terminó orinándole la cara.
Aguantó la micción.
–Abre la boca. –El chico la abrió y Alonso
apuntó hacia ella llenando la boca de orina. –Traga.
Se terminaron de duchar, ya no había agua
caliente. Salieron del baño.
–Bueno vístete que ya va a venir el dueño
del apartamento.
–Me gusó la lluvia dorada, nunca lo había
hecho. ¿Cuándo repetimos?
–Nunca nené. Yo no repito. Vamos rápido que
ya viene.
Despidió al chico. Se estiró llevando los
brazos hacia arriba y bostezó. Se fue a la habitación a dormir un rato.
Nueve de la noche, llegaba Diego a su
apartamento, encendió las luces. –¡Tío ya llegué!
Vio la cocina y estaba sin recoger y los
platos sucios.
–Coño pero este carajo no hace nada. –Fue a
su habitación y encendió la luz. Alonso estaba dormido, desnudo sobre sus
sábanas blancas.
–¿Qué coño pasó aquí? El baño todo sucio y
mojado ¿y estas toallas? Mierda.
Caminó hacia la cama y vio dos condones
usados. –¡Que asco! ¡Tío, tío!
–Ah, ah, coño Diego, llegaste.
–¿Qué coño pasó aquí? Todo sucio, condones,
toallas mojadas, mira las sábanas, están manchadas, ¿que es eso? ¿mierda?
–Déjame que te explique sobrino, es que aquí
solo, sin hacer nada…
–¿Sin hacer nada? Coño ponte a limpiar, a
hacer la cama, lavar ropa, los platos no sé. Te da por tirar ¿Y metiste a quién
en mi casa?
–A un amigo, un amigo, sobrino que vino a
comer conmigo y bueno tiramos.
–¿Y tenían que tirar en mi cama? Bájate de
mi cama
Diego haló las sábanas y las quitó lanzándolas
al piso.
–Tu cama es más grande y cómoda, tranquilo
que yo te pongo sábanas limpias.
–Deja, deja, sal de aqui y ve a lavar los
platos por favor.
Luego de 20 minutos, Diego sale de su
habitación con las sábanas y las toallas, ya se había quitado la ropa y se puso
bóxer.
–Tío si vas a vivir aquí tienes que seguir
unas reglas, no podemos vivir así, tienes que colaborar conmigo si te vas a
quedar en casa y no puedes estar metiendo gente aquí que yo no sé quienes son.
–Te pido mil disculpas Diego, no he vivido
desde hace mucho con alguien, he sido independiente.
–Ok, ok, que no se repita, déjame solo, voy
a cenar por favor.
Como a las 11 de la noche mientras Diego
veía televisión, Alonso tocó la puerta y entró.
–¿Puedo ver televisión contigo? Me siento
solo.
–Si, ven
Alonso se puso al lado de su sobrino e
inmediatamente le dio un beso en la boca, se puso de lado y siguió besándolo,
Diego no ponía resistencia.
–Quiero dormir esta noche contigo, me
siento muy solo sobrino, necesito el calor de alguien y quiero sentir tu calor,
te quiero.
–No tío, ve a tu cuarto.
–No me rechaces, déjame quedarme contigo.
Volvieron a besarse y Alonso se quitó la
ropa y se metió dentro de las sábanas, Diego hizo lo mismo.
Solo espero que este tio este bueno...
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