viernes, 20 de julio de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 40 Final de temporada


Diego preparó una salsa Alfredo para comer pasta, abrió una botella de vino blanco y se sentaron en la cocina a comer.

–Aún siento que Carlota está viva y la estoy engañando.
–Te estás engañando tú. Te gustan los hombres pero sientes vergüenza admitirlo y decirlo a todos.
–Que empeño en tener que gritar que uno es gay.
–Ah mira ya vamos avanzando, ya admites que lo eres.
–No, no, no…¡Orlando no…me llenes la cabeza de dudas!
–¿Dudas? Yo puedo entender que sientas remordimiento por mi hermana, te ibas a casar con ella, hasta yo lo siento, tanto por…-Se le quebró la voz  –…por Vicente, como por mi hermana, estoy saliendo con el prometido de mi hermana, pero no porque soy gay, yo lo tengo claro y quiero que tú lo tengas claro, lo asumas y una vez que eso suceda serás feliz.

Diego se levantó de la silla y se acercó a Orlando para darle un beso en la boca. Un beso que se prolongó varios segundos, abrieron los ojos y Orlando vio los ojos a Diego.
–No puedo con tus ojos, los veo y se me olvida todo.
–Son tuyos. –Se sonrió y volvió a sentarse. –Quiero ir contigo a un bar gay, nunca lo he hecho y me llama la atención.
–¿Tú me estás hablando en serio? Yo no soy mucho de ir a esos sitios pero podemos ir.
–Si, bueno, me da curiosidad, quisiera conocer aunque sea uno.
–Ok, ok, lo haremos.

Terminaron de cenar y se fueron a la habitación, Diego se quitó la ropa en el baño para colocarse un bóxer y una franela, Orlando lo hizo en la habitación. Se sonrió al ver salir a Diego del baño.
–¿De qué te ries?
–Que te cambiaste en el baño, estás en tu casa, tu cuarto, somos dos hombres gais.
–Me siento incómodo desnudándome delante de otro hombre…no sé.
–Tonto, ven.

Se acostaron en la cama y vieron televisión un rato. Al terminar, Diego apagó el televisor y se volteó a ver a Orlando. –Hoy no quiero tener sexo contigo, discúlpame, no me siento preparado.
Orlando iba a decirle que no entendía esas disculpas cuando ya había tenido sexo cn su tío, pero se quedó callado. –Tranquilo, dormiremos juntos, tan solo déjame dormir abrazado a ti.
–Es lo que necesito en este momento, un abrazo tuyo.

Y así se quedaron casi toda la noche, abrazados.

Cinco de la mañana, sonó el despertador, el primero en brincar de la cama fue Orando que se asustó al escuchar la emisora que sonaba en el despertador. Diego estiró la mano, apagó el ruido y encendió la lamparita.
–Buenos días. –Dijo Diego, que al voltear evidenció una erección.
Orlando lo vio y su mano se fue directo a la abertura del bóxer y se acercó para hacerle sexo oral.
Diego se acostó de nuevo mientras acariciaba la cabeza de Orlando que succionaba el pene y estiraba el prepucio, algo que a Diego lo enloquecía y se retorcía en la cama pero no pudo aguantar mucho y se corrió en la boca del chico.
–Waoooo…que amanecida más buena.
–Tu semen sabe delicioso, uf como acabaste.
–Quisiera un despertar así todos los días.
–Ya sabes lo que tienes que hacer, invitarme más a menudo.
–O que vivieras conmigo.
–Vamos despacio, primero resuelve tu confusión, nos conocemos y vemos que pasa.
–Así lo haré.
–¿Y que harás con tu tío?
–No he pensado en eso hasta que lo nombraste, vamos a ducharnos, yo primero.
–O juntos.
–Yo primero.
Un momento de placer y viene a echarlo a perder con su chocante respuesta.

_________

Silvia había cuadrado todo, sus padres tenían un viaje pendiente y se quedaría sola en el apartameto, era el momento de organizar el trío entre su novio Nelson con su amigo Esteban.

Silvia preparaba la cama de su habitación, era matrimonial, puso sábanas nuevas, recogió un poco y lavó el baño que está a la salida, estaba nerviosa, en cualquier momento llegaba Nelson y Esteban iba en camino.
Bajó a la cocina y sacó unos vasos, una botella de vodka y revisó en la nevera a ver si había algún jugo. Necesitaba alcohol para calmarse o desinhibirse, no sabía que era mejor. Llegó Nelson.

–Mi amor, ¿cómo estás?
–Cagada ¿y si ese tipo nos roba? Nos droga y nos roba?
–¿De qué hablas? Deja la paranoia, te dije que es mi amigo.
–Si pero tenías años que no lo veías, a o mejor tiene mañas. ¿quieres beber algo? Yo sí, necesito un trago.

Se sirvió en un vaso con hielo un poco de vodka y jugo de naranja, Nelson hizo lo mismo. –¿él querrá?
–No sé mi amor, cuando llegue le preguntamos, a lo mejor quiere cerveza, vamos a calentar motores que tengo ganas de cogerte.
–¡Ya vaaaa no me pongas más nerviosa! –Se bebió todo el vaso.
–Hey Silvia bájale dos, te va a dar algo, cálmate tampoco es que vas al paredón, es sexo.
–Estás muy tranquio, tú como que has hecho esto otras veces.
–Ay Silvia ya, ¿suspendemos esta vaina? -Silvia lo vio. –No, no, no, ya estamos en esto, yo lo hago, yo lo hago, no me dejes sola.
–Vamos a estar los tres tonta.

Tocaban el timbre. Nelson fue a abrir.
–Epa mi pana.
–¿Que más bicho? ¿Y la jeva?
–En la cocina, está nerviosa.
–Vamos a darle chola, que tengo un cliente a la una de la tarde.
–Plomo, SILVIAAA, VEN

Silvia salió de la cocina y saludó a Esteban estrechado la mano. El escort miró a Nelson. –¿Puedo, besarla?
–Si, dale
Esteban la estrechó entre sus brazos y le dio un beso en la boca, Silvia se relajó, Nelson se tocaba el pene sobre el bluyín mientras los veía.
–Vamos al cuarto y empezamos a disfrutar. –La tomó de la mano y ella lo guió a la habitación, Nelson iba detrás de ellos.

Esteban comenzó a desnudarla, lo ayudaba Nelson, ella, visiblemente nerviosa, estaba quieta mirando a todos lados menos a Esteban que se había quitado la franela. Fijó la mirada en los pectorales. –Tócalos, disfruta de ellos.
Nelsón se quitó la ropa quedándose en interiores

–Bájame el pantalón. –Le dijo Esteban a Silvia que cogió el cinturón y lo desabrochó, quitó el botón y bajó el cierre.
–Uuuuf, mete la mano para que veas lo que te consigues. –Silvia con su mano temblorosa metió la mano entre el interior hasta tocar el enorme pene. Bajó el pantalón.

Nelsón no le quitó mirada a la entrepierna de su amigo hasta ver el pene. Al verlo abrió los ojos, pensó que su novia disfrutaría más con aquel miembro que con el suyo, pero eso no lo desanimó, más bien lo excitó, su pene ya estaba erecto.

Los tres estaban desnudos, se fueron a la cama.
–Cógetela tú primero que eres el novio, yo le hago otras cosas.

Ella se arrodilló en la cama mientras Nelson se puso detrás de ella para penetrarla por la vagina, Esteba se puso debajo de ella para que le hiciera sexo oral mientras él se lo hacía a ella y aprovechaba y mamaba el pene de Nelson.

Silvia no hacía más que gemir al ser penetrada mientras Esteban pasaba su lengua por el clítoris y jalaba los labios, ella intentaba mamar el pene pero no le cabía en la boca. Nelson la penetraba, la tomaba de las caderas, se movía, sentía la lengua de su amigo, sacó su pene y se lo metió en la boca Esteban mientras sus dedos jugaban en la vulva de la chica que disfrutaba del enorme pene apretando los testículos.

Volvió a penetrar a su novia. Esteban estiró su mano, sus dedos llenos de lubricante y saliva buscaron el ano de su amigo y comenzó a introducir los dedos. Nelson brincó algo en su culo pero siguió en lo suyo.

Silvia estaba gritando de la excitación, no sabía si seguir mamando el pene o disfrutar de lo que hacían los hombres en su cuerpo. Esteban salió debajo de la chica y la besó en la boca mientras su novio seguía penetrándola. Salió de la cama y fue a buscar un condón.
Se lo colocó frente a Silvia.
–Tú no me vas a meter eso. –Esteban se acercó al oído de la chica.
–Tranquila, esto se lo voy a meter a tu novio. –Se levantó y se fue detrás de Nelson, besó su espalda, tocaba sus nalgas y su pene mientras salía y entraba de la vagina de Silvia.
Le colocó lubricante entre las nalgas y volvió a introducirle los dedos.
–¿Qué vas a hacer?
–¿Tú que crees? –Puso su pene entre las nalgas y comenzó a empujar. A Nelson le dolió el primer empujón y dejó de penetrar a su novia, mientras se recuperaba del dolor, pero antes que reaccionara Esteban lo penetró y le dio un beso en la boca.
Silvia se retiró un poco y los veía, estaba excitada y con la respiración entrecortada. Se tocaba viendo a su novio gemir.

Esteban lo tumbó en la cama y lo penetró boca abajo. Silvia se acercó a Esteban y le tocó las nalgas y los testículos.
–Voltéate y súbe las piernas que te voy a dar duro.
–Me duele coño
–Aguanta.
Se volteó y levantó las piernas. Esteban lo volvió a penetrar y Silvia se acercó para hacerle sexo oral a su novio que no aguantó y le dijo que se detuviera.
–No me lo mames, no me lo mames sal. Au, au, coño, marico, me duele, despacio, deeespaaaciooo.
–Aguanta coño.
Lo puso de lado levantándole un pierna. Silvia se levantó de la cama y los veía.
–Esteban ¿y a mi? ¿cuándo me toca?

Esteban no le respondió, estaba concentrado penetrando a su amigo.
–Ponte en cuatro que te voy a reventar ese culo.
Nelson se arrodilló en la cama, el pene de Esteban se deslizó por completo, entrando todo, tomó por los hombros  a su amigo y empezó a moverse con rapidez.
–AY, AY, AY, AY, AY Coñooooo, ay, ay, ay.
Varias nalgadas recibió Nelson mientras gritaba. Esteban le abría las nalgas y volvía a pegarle, sacaba el pene completamente y lo volvía a meter y así varias veces para luego volver a moverse rápido.

Se detuvo y retiró el pene para acabar en las nalgas de Nelson que cayó agotado sobre la cama.
–¿Acabaste? Coño guevón que culo tan rico tienes.
–Siii…acabé hace rato, marico que cogida, me dejaste mal. ¿Y Silvia?...se supone…que nos la íbamos a coger a ella.
–Si, pero yo quería cogerte a ti y no me arrepiento. Aguantas palo.
–No chamo, pero no me tenías que coger, ¿qué es esooo? No, no, no.
–Deja la vaina, que te gustó, te quedaste quietico llevando palo. Me tengo que ir pana, ¿tienes una birra?
–En la nevera, yo te la busco.
Nelson se puso el interior y salió a buscar la cerveza mientras Esteban se vestía. Le entregó la cerveza.

Despidió a su amigo en la puerta. –Te quiero volver a coger, ese culo me gustó.
–Deja la vaina, eso fue por hoy, fue un desastre, la vaina era con Silvia, los dos cogiéndola.
Esteban le dio unas palmadas en la mejilla y se fue.
Nelson se fue a la habitación principal y ahí estaba Silvia durmiendo.

–Mi  amor, mi amor, ¿estás despierta?
–Ahora sí…
–¿Qué pasó, por qué te fuiste del cuarto?
Silvia dio media vuelta, encendió la lámpara y se levantó.
–¿Y todavía me vas a preguntar eso? Te quedaste con ese tipo y te…
–Mi amor, pero es que…verga…no sé…el pana se me puso atrás y yo…
–Y tú te dejaste, te dejaste…¡aaaaay vete de aquí! Déjame sola.
–Vamos a tu cuarto a dormir conmigo.
–No voy a dormir contigo Nelson.
–¿Me vas a hacer que duerma en el sofá?
–No, te vas a tu casa, no te vas a quedar aquí.
–Coño mi amor, pero fue sexo entre amigos, los tres, lo habíamos hablado.
–No, íbamos a ser tres pero ustedes conmigo no sin mi, ya no sé ni lo que digo, esto nunca debió pasar, vete de mi casa, vete, vete ya.

Nelson se montó en su carro y apoyó la cabeza en el volante, el sol arreciaba y encendió el carro para poner el aire, se recostó del respaldar echándolo hacia atrás, cerró los ojos y recordó el momento en que su amigo lo penetraba, no podía creer que había permitido eso.
–No, no, marico, eso no debió pasar, yo no soy gay coño, ¿cómo me dejé coger coño? Mierda la vaina me gustó, que mierda todo, ahora esta jeva no quiere nada conmigo. Sin novia y cogido por un tipo y peor, me gustó la mariquera.

Se quedó pensando, volvió a ver en su mente como lo penetraba Esteban y tuvo otra erección. Metió el embrague, puso primera y arrancó. Manejaba y se reía, recordaba lo que pasó y se reía, golpeó varias veces el volante y la rabia se apoderó de él. Frenó en el hombrillo y le marcó a su novia, pero no atendió. Recibió un mensaje.
–<<No me escribas ni me llames más, adiós>>

–¡Marico ese Esteban, marico, marico, marico. Coño de la madre me cogieron no joda!

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