Orlando caminaba hacia el metro para irse a
casa, hoy no tenía clases. Sonó su celular pero no atendió hasta llegar a la
entrada del metro, la llamada se cortó, era Diego. Le devolvió la llamada.
–<Hola, disculpa, estaba en la calle,
¿cómo estás?>
–<Bien, aquí en el trabajo, te llamaba
para ver si querías ir al cine este viernes>
Orlando se sonrió y aceptó la invitación
sin dudar. Diego le dijo que lo buscaba donde le dijera y le dijo que hablaban
ese mismo día. Emocionado, colgó la llamada y se disponía a bajar las escaleras
cuando…
–¡Orlando, espera! -Era Paolo.
–¿Qué quieres Paolo?
–Yo también voy en metro, no tengo carro,
¿dónde vas? ¿te acompaño?
–Voy a mi casa, voy dirección Palo Verde,
tu vas al lado contrario.
–Te puedo acompañar, no tengo prisa.
Bajaron juntos, el andén estaba colapsado
pero lograron colarse entre la gente para estar cerca de la puerta y poder
entrar. Sabía que las donuts no llegarían en buen estado pero igual iba a
entrar.
Efectivamente, entraron a empujones y la
caja de donuts se aplastó en su pecho, Paolo quedó detrás de él. Paolo se
arrimaba a Orlando y restregaba su pene contra las nalgas para luego con su
mano tocarle. Le apretaba las nalgas con su mano, Orlando no podía moverse.
Cada vez que el tren frenaba Paolo
empujaba. Comenzó a meter su mano por entre el pantalón para tocar sus nalgas y
llegar al ano y meter un dedo. Orlando le hacía señas a un hombre que estaba en
la puerta para que tocara la alarma. Luego de varios segundos entendió y tocó.
<<Se ha recibido una llamada de
alarma, si la emergencia persiste vuelva a tocar>>
Orlando le dijo al hombre que lo hiciera de
nuevo sin hablar. Llegaron a la estación y dos funcionarios del metro entraron
preguntando cuál era la emergencia.
–Este tipo, este tipo es un sádico, me ha
estado metiendo mano y tocándome no había podido moverme señor ¡ENFERMO!
–¡Sáquenlo, sáquenlo, pervertido, sucio,
pedófiloo! -Mientras lo sacaban y forcejeaba, gritaba que no estaba haciendo
nada, la gente lo golpeaba en la cabeza. Lograron sacarlo.
Paolo no le quitó mirada a Orlando, el tren
cerró la puerta y comenzó su marcha lenta, ambos se veían.
–¿Chamo por qué no dijiste nada? No tenías
que tocar la alarma aquí adentro le entrábamos a coñazo limpio y lo dejábamos
pega’o. ¿Estás bien?
–¡Hay que matar a esos enfermos no jodaaa!
–Si, si, estoy bien, yo conozco al tipo, me
estaba fastidiando de antes, no quería armar un escándalo y se me ocurrió
sacarlo así.
–¡Esos tipos son unos enfermos, a los
maricos hay que matarlos a todos, son unos desviados!
El tren llegó a la estación de destino de
Orlando y se bajó despidiéndose del hombre.
–¡Suerte chamooo y mosca por ahí!
–¡Que bolas! Yo no sé quien es peor, si el
imbécil de Paolo o este tipo…Mira esta caja, vuelta mierda coño, mira las donas,
ya me van a formar un peo. Siempre me
joden a mi, todo escoñetado, claro como soy una vieja, que importa que me coma
eso así que ladilla, ya la estoy escuchando.
Llegó a su casa y fue directo a la habitación de su madre que estaba
tosiendo.
–Aaaay hijo menos mal que llegaste esta tos
no se me quita tráeme un caramelo y un vaso.
–Coño mamá y no te has parado a buscar tú
las cosas, tampoco estás inválida.
–Tú no me entiendes.
–Ya te busco eso.
Regresó con el vaso y un caramelo para la
garganta y le dio la caja de donuts, la había enderezado un poco igual que los
dulces.
–Disculpa la presentación pero es que el
metro estaba full y me empujaron.
–Ya, como siempre a mi me traen las cosas
estropeadas, claro como es para esta vieja en cama “ella igual se lo va a
comer” estoy jodida y encima me joden.
–¿Te las vas a comer? Porque yo me preparo
un café y me las como yo.
–No, déjamelas aquí, tráeme un café con
leche para pasar este trago amargo y paliar esta soledad y angustia que he tenido
todo el día.
Orlando salió de la habitación resoplando.
Llamó a su papá.
–<Hola papá, ¿cómo estas?>
–<Hola hijo bien, dime, que estoy
ocupado>
–<Te quería pedir un favorsote>
–<Coño…no me invitas ni una cerveza,
pero carajo todas las semanas me llamas para pedirme algo, ¿qué le pasa a tu
mamá ahora? Por cierto la semana que viene comienza la quimio, conseguí todo el
tratamiento, carísimo. Habla.>
–<Gracias papá, quería pedirte que me
consiguieras dos enfermeras para que cuiden a mi mamá y esten con ella durante
el día, anda quejándose que está sola, casi que quiere que me quede ahí y no
estudie ni trabaje>
–<¿Quieres que me deshaga de tu mamá? Yo
vendo la quimio y listo>
–<Papá coñoooo, no hables así, es en
serio, ¿me vas a ayudar con eso?>
–<Ay carajito, si puedo, claro que
puedo. Podemos meter a tu mamá en un asilo de ancianos y que la cuiden ahí,
conozco unos sitios VIP que la van a atender como a una reina y así te sacas
eso de encima>
–<Papá, ustedes estuvieron casados, ¿no
sientes algo de cariño por ella? Yo no la voy a dejar en un asilo, sola>
–<Mañana te mando las enfermeras para
que las entrevistes, están bien buenas, estan ricas pero bueno tú no harás nada
con esa mercancía, cuando las veas me vas a dar la razón. Supongo que ese gasto
corre por mi cuenta>
–<Bueno papá te lo iré pagando poco a
poco>
–<Te lo descuento de los reales que te
mando mensualmente y no me jodas más con lo de tu mamá, besos, Dios te
bendiga, te quiero>
Cerró la llamada y vio que tenía un mensaje
de un número desconocido.
–<<Te voy a joder carajito, de vaina
y me dejan detenido hasta mañana por tu culpa. Te metí mano y estabas mudito,
te gustaba la guevonada, te jodiste conmigo, tengo tu número, si, las ventajas
de ser el amigo de tu novio. Te volveré a ver y ya verás>>
–Este pendejo que se cree…
Volvió con el café a la habitación y se
sentó con su mamá. Llevó una bandeja.
–Toma mamá vamos a comer juntos.
–Gracias hijo, que bueno eres.
–Mira, mañana vienen dos enfermeras para
entrevistarlas y se turnen para que estén contigo.
–¿Me vas a traer unas enfermeras, unas
desconocidas? a ver si me hacen algo, me
roban, o me matan, te volviste loco, quieres dejarme sola con esas mujeres
¿cómo me defiendo yo enferma como estoy.
–Mamá, son de la clínica de papá,
tranquila.
–¿Tranquila? –Comenzó a toser. –Peor, tu
papá me quiere muerta y me va a mandar a estas dos asesinas.
–¡Ay mamá, deja el drama ¿qué asesinas? Son
enfermeras.
–YO NO QUIERO A NADIE EXTRAÑO EN MI CASA.
–Mamá te harán compañía, te atenderán.
–NO SOY UNA INUTIL
–Ay no, ¿quién te entiende, me dices que te
sientes sola que no puedes hacer nada, que me necesitas aquí y ahora dices que
no eres una inútil, me voy a mi cuarto.
Cerró la puerta de un golpe y se fue a su
habitación.
Revisó su celular y tenía un mensaje de
Diego.
–<Mira lo del cine es en plan amigos
¿ok?>
–Coño, entre mi mamá y este me van a volver
loco.
–<Tranquilo, no espero más de ti, más
allá de una amistad> Toma a ver si se jode. Pero esos ojos azules chamo, que
bello es ese carajo.
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