jueves, 14 de febrero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 14


POLÍTICA BASURA.

-Antes que arranques ¿no quieres probar lo que tengo?
-Yo contigo quiero probar todo.
Kimberly abrió el cierre de la minifalda que comenzaba en la parte de abajo, lo dejó a medio abrir y apartó el cuero dejando al descubierto su enorme pene que ya estaba erecto.
Rodolfo, el diputado se quedó viendo el miembro de la transexual, abrió los ojos y se pasó la lengua por los labios.
-¿Te vas a quedar viéndolo? -Kimberly lo cogió del cabello y lo haló acercando la cabeza a su entrepierna. Rodolfo abrió la boca intentando meterse aquella cosa descomunal.
El diputado se lo introducía con cuidado pero Kimberly le empujaba con fuerza la cabeza, provocándole arcadas y salivando en exceso.
Ahogado, Rodolfo le dijo que quería tragarse su semen. -Dámelo en la boquita. -Una bofetada recibió de la chica que le dijo que siguiera mamando, algo que el diputado hizo sin poner resistencia, más bien le gustaba que lo humillaran.

Kimberly le aprisionaba la cabeza para que no sacara el pene de su boca, cerró y sintió como su miembro crecía aún más. Rodolfo notaba que el pene bajaba por su garganta y comenzaba a ahogarse, intentaba zafarse pero no lo lograba hasta que de un tirón se separó y sacó la cabeza por la ventana para vomitar.
-¿No querías mamar? Si vas a hacerlo tiene que ser bien hecho.
-¿Qué pasó? -El diputado apenas podía hablar. -Sentía que ese güevo crecía en mi boca.
-Vamos al hotel.
Rodolfo tomó una bocanada de aire mientras se tocaba el cuello, la garganta le dolía. Manejó hacia el hotel.

Llegaron al sitio, se registraron, pagó y entraron a la habitación.
-Quiero que me cojas como solo tú sabes hacerlo, te voy a pagar muy bien.
Comenzó a desnudarse.
Kimberly lo veía. El diputado tenía buen cuerpo, era algo velludo. Miró a su entrepierna. Una maraña de pelos tapaba el diminuto pene del hombre.
-Con razón te gusta que te cojan, tienes un micropene. ¿Cómo te coges a tu mujer con eso?
-No eches a perder el momento hablando de mi esposa, vinimos a tirar, quítate la ropa.

Kimberly se quitó la blusa dejando al descubierto un sostén negro de encaje, sus enormes pechos apuntaban hacia al frente, una vez que se soltó el sostén se mantuvieron en su sitio. Rodolfo comenzó a lubricar, se acercó al pezón derecho y le pasó la lengua para luego introducirlo en la boca. Kimberly lo empujó y se quitó la minifalda, el pene medio erecto colgaba moviéndose hacia los lados, el diputado no lo perdía de vista. Seguía lubricando.
Se quitó las medias. Cogió el pene con su mano derecha. -Mira cómo crece, observa bien porque te lo voy a clavar completo aunque te duela.
-Quiero que me causes dolor.
-Quieres condón o te lo meto a pelo.
-Cargo Prep, cógeme sin condón.

-Ponte en cuatro en la cama y ábreme las nalgas.
Rodolfo hizo lo que le pidió, la chica se acercó y comenzó a escupirle el culo. Del glande del diputado caía un hilo de líquido preseminal.
Kimberly se acercó, lo cogió del cabello, haló y con las mismas empujó para penetrarlo.
-AAAAAAAAAH SIGUE, SIGUE, NO PARES, ME DUELA SIGUE.
La chica comenzó moverse con fuerza mientras le pasaba el brazo por el cuello al diputado ahorcándolo.
-Aguanta maricón de mierda porque ahora es que te va a empezar a doler.
Cerró los ojos sin parar de moverse, el pene se volvía más ancho y más largo. Rodolfo apretaba los dientes sintiendo como apretaba su cuello, el dolor se intensificaba a medida que el pene crecía dentro de él. Sentía una punzada en el estómago y le pidió que se detuviera. Kimberly, haciendo que no escuchó lo ahorcó más y empujaba con más fuerza. Rodolfo gritaba ahogado, corrían las lágrimas por sus mejillas, suplicaba que se detuviera.
-¿Quieres que pare? Pídeme que pare y te acabo adentro.
-¡Para por favor, sácalo, dame la leche pero sácalo ya por favor!

Kimberly sacó el pene. Al sacarlo Rodolfo lo vio. Estaba muy grueso y largo. -¿Qué es esto? Tu güevo no...no era así.
-Mámalo y cállate.
El diputado, sin entender lo que pasaba se introdujo el enorme miembro, pero solo una pequeña parte pero Kimberly no estaba dispuesta a poco y lo obligó a metérselo completo empujando su cabeza. El pene traspasó el umbral de la garganta y Rodolfo estaba poniéndose morado por el ahogo, no podía respirar. Sacó el pene. Tosió, estaba mareado, pero la chica lo haló del cabello y le sostuvo la cabeza. -¡Abre la boca!.
Un chorro de semen inundó la cavidad. Rodolfo sentía que lo quemaba, se echó hacia atrás puso sus manos en el cuello mientras su cuerpo se iba consumiendo y él gritando. Kimberly miraba con los ojos bien abiertos como el cuerpo del diputado se reducía a polvo, se levantó de la cama. Se vistió y salió de ahí.

Era de madrugada, había recuperado su aspecto pero seguía vestido como Kimberly. Le escribió. --Ya no tienes que preocuparte por el diputado, no te molestará jamás-- Sonó su celular. Era Oliver.
--Coño llevo horas llamándote ¿dónde coño estás?--
--Mi amor disculpa, estoy resolviendo unos peos de trabajo--.
--¿A esta hora? ¡Son las dos de la mañana!--
--Hablamos más tarde mi amor, te explico luego-- Colgó la llamada y recibió un mensaje.
-Y encima me cuelgas...-
Bernardo golpeó varias veces el volante pero siguió manejando a su casa. Sonó el celular pero era el del diputado. Era su esposa.
--Mi amor ¿Dónde estás? ¿Sigues en la asamblea?--
--Óyeme lo que te voy a decir--. -Hablaba con la voz de Rodolfo. -Prepara una maleta con tu ropa y la de los niños y te vas al aeropuerto compras un pasaje a cualquier sitio y te vas. Hoy van a suceder cosas. Toma todo el dinero de la caja fuerte y te largas.
-Ya va, ¿pero te espero?, no me voy a ir sin ti.
-¡Haz lo que te digo y no me esperes! ¡Vete con los niños, escóndete, hazlo ya!
Colgó la llamada y se sonrió. Llegó a su casa, mentalmente revisó la camioneta y desactivó cualquier dispositivo de rastreo de la camioneta blindada.
Kimberly le escribió. --¿Qué hiciste?--
--Lo desaparecí, tranquila--

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