lunes, 18 de febrero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 16


AMOR EN DOS DIRECCIONES.

--Cifras oficiales dan cuenta de 20 fallecidos y más de 50 heridos. Entre los muertos están 15 diputados oficialistas y cinco empleados de la Asamblea. El diputado Rodolfo Cabrera, aún desaparecido, es el propietario de la camioneta que explotó. Continúan las investigaciones--.

-Vamos a llegar hasta el final y vamos a dar con los responsables de esta masacre, que no me cabe duda que viene de la derecha, de la burguesía, bajo las órdenes del imperio. Van a pagar con la cárcel este monstruoso crímen.
Eran las palabras del Presidente del país en una alocución en Cadena Nacional.

-¿Qué vamos hacer hoy domingo?
Oliver le pasaba la mano por el muslo hasta llegar al pene de Bernardo y acariciarlo.
-Buenos días. -Oliver comenzó a mamarle el pene que ya estaba erecto. Lo introducía todo en su boca mientras su lengua jugaba en el interior.
Sus dedos retorcían las tetillas de Bernardo que también se retorcía en la cama. Oliver lo miraba mientras mamaba, bajó a los testículos y les pasaba la lengua hasta metérselos en la boca, Bernardo le halaba el cabello mientras su piel se erizaba.
-Voy a acabar, voy a acabar. -Oliver volvió al pene y se lo metió en la boca esperando que el semen la inundara. Se tensó, los músculos de las piernas, volvió a halarle el cabello a su novio y comenzó a eyacular. Oliver cerraba los ojos mientras disfrutaba del tibio líquido que iba tragando.
Oliver se levantó mientras Bernardo, con el pene aún erecto respiraba entrecortado. Se colocó sobre el pene, lo tomó entre sus manos y poco a poco fue metiéndoselo.
Bernardo seguía con los ojos cerrados mientras Oliver brincaba y gemía. Bernardo abrió los ojos para ver a su novio que estaba con los ojos cerrados, se sonrió e hizo crecer un poco más su pene mientras lo miraba como sentía un poco de dolor pero le gustaba.
Oliver se acostó sobre Bernardo y este comenzó a moverse, Oliver gritaba.
-Shhhh no grites que los vecinos escuchan. -le susurraba Bernardo al oído. Hundió  la cabeza en el colchón, su novio volvía a acabar. Ahora gritaba él.

-Ya está el maricón de arriba tirando con el noviecito o quien sabe quién, y un domingo a las siete de la mañana.
-¿Y a ti que te importa eso?
-Tengo hijos mi amor y escuchan esto ¿Qué le vamos a decir?. -Eran los vecinos de abajo que conocen a Oliver desde antes que murieran sus padres.

-Amor, te quería preguntar algo.
-Dime.
-¿Has sentido algo cuando te acabé dentro?
-Sentí todo, me encanta como tiras.
-Pero la leche, ¿sentiste algo?.
-Caliente y divina, me gusta como sabe. Que por cierto, debemos hacernos el examen, ambos.
Bernardo se quedó pensando en lo ocurrido pero no le dio más importancia.
-No me dijiste que vamos a hacer hoy.
-No me diste chance, comenzaste a mamar y se me olvidó responderte. Voy a trabajar, tengo que terminar unas cosas.
-¿No puedes trabajar desde aquí?
-No. Es más ya es tarde, me voy a duchar.
Entró a la ducha y el celular sonó. Oliver vio la pantalla. "Llamando Kimberly" no atendió

-Te llamó una tal Kimberly, tiene nombre de puta.
-Amoooor...Es una compañera de trabajo, la busco y vamos a la oficina.
-¿La buscas? ¿Y por qué no va ella por su cuenta?
-No tiene carro.
-¿Y cómo hace en la semana, o le das la cola todos los días?
-No, pero hoy es domingo. Deja los celos bobito.
-¿Celos? -Esa tipa gusta de ti seguro. ¿Le dijiste que eres gay?
-No Oliver, ya, deja el peo, me tengo que ir, en la tarde noche nos vemos

Oliver había anotado el número de Kimberly. Esperó a que Bernardo se fuera y llamó a un amigo para que le averiguara el nombre y dirección de ese número.

Bernardo buscó a Kimberly a su casa para comer con ella y conversar.

-Ya te veo que estás recuperada.
-Es un milagro que esté viva, pero ya estoy bien, esta noche comienzo a trabajar.
Bernardo levantó la mirada luego de revisar su celular.
-Yo te di unos dólares para que no tuvieras que trabajar en eso.
-A ver Bernardo ¿tú crees que ese dinero dura para siempre?
-Te doy más, es más te consigo un puesto en la empresa donde trabajo.
-¿De qué, de dama de compañía? Yo lo único que se hacer es tener sexo.
Bernardo se pasó la mano por la frente y luego por la boca algo nervioso.
-No Kimberly...te pongo como mi asistente.
-Soy trans corazón, nadie contrata a una trans a menos que sea en una peluquería o de puta.
-Deja eso en mis manos.
-¿Por qué te empeñas en ayudarme y querer sacarme de la calle?
Bernardo se acercó a la chica y le dio un beso en la boca.
-Quiero hacer el amor contigo. Te quiero mucho.
-Tú tienes novio, ¿Quieres que sea tu amante?
-Quiero que seas mi novia.

-¿Anotaste bien el número? La caraja se llama Kimberly.
-Coño Oliver el chip se lo pudieron regalar y está a nombre de otra persona. Anota la dirección y averiguas.
Oliver anotó la dirección y se dio cuenta que era en un barrio.
-Acompáñame a averiguar, anda, te busco.
-Verga marico que cuaima eres.
-Cuaima no marico...es raro todo, quiero saber, te busco.

-¿Y a dónde vamos para hacer el amor?
-A mi casa.
-¿Con tus papás ahí?
-Estoy bien grandecito con pelos en el güevo para hacer lo que me dé la gana y además están enfermos en sus cuartos.
-Me da pena.
-Pena me va a dar a mi si no me metes esto. -Le apretó la entrepierna sobre la falda que cargaba.
-¡Vámonos ya!

-Aquí es, vamos a estacionar y preguntamos.
Tocaron la puerta de una de las humildes casas que estaban en la calle.
-¿A quién buscan sifrinitos?  -Les gritó un hombre que arreglaba un carro en frente.
-Buscamos al señor Carlos López o una tal Kimberly.
-Aaaay vale, ¿Ustedes son clientes? Jejeje
-¿Perdón?
-Carlos y Kimberly es la misma persona. Un maricón vestido de mujer.

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