jueves, 4 de abril de 2019

VENGANZA INFINITA. capítulo 32


Reconociéndose.

-Ustedes tuvieron algo.
Randy cayó en cuenta de lo que había ocurrido. -No, no. No lo conozco de nada, solo que...
-Vámonos Kimberly. -Dijo Bernardo visiblemente molesto.
-Llámame por fa.

Se fueron al carro de Bernardo. Una vez dentro encendió la radio.

--La policía científica aún desconoce lo que ocurrió en el múltiple crimen donde fallecieron  8 Diputados y dos Ministros. Llegaron a declarar que fue algo sobrenatural... Así estamos en este gobierno que no puede resolver un arrebato de cartera en la calle, menos un siniestro de estas magnitudes--

-Esto es insólito, dentro de este carro tenemos el enigma de lo que ocurrió, solo tres personas sabemos lo que pasó. -Decía sorprendido Oliver.
Bernardo apagó la radio.
-¿Qué coño tienes tú con ese tipo?
-¿Yo?
-Le estoy hablando a Kimberly, Oliver.
-Nada, nada, no sé por qué te pones así.
-¿Dónde lo conociste?
Kimberly se acomodó el pelo y volvió a hacerse una cola. Tragó saliva.
-Era el escolta del diputado que organizó la fiesta. Estaba el día que me buscó en la calle.
-¡Fue el que te violo! -Frenó bruscamente. -¡Te violó y todavía te hablas con él!
-Randy no me violó fue el otro que mataste en la fiesta, a Randy solo se lo mamé. 
Oliver en el asiento de atrás se sonreía sorprendido. -¡Qué bolas tienes! El tipo ese pone a sus escoltas a violarte y te haces amiga de uno de ellos.
-Cállate Oliver.
-¿Y tú quieres una relación con esta puta?
Kimberly cerró los ojos y apretó los puños y sin dar chance a nada se fue al asiento trasero y comenzó a golpear a Oliver que gritaba sin poder defenderse.

Bernardo hizo que la chica se desmayara, la acomodó en el asiento y le puso el cinturón de seguridad.
-Esta sigue siendo un macho golpeando, au, me dio duro.
-Respeta a Kimberly.
-¿Que la respete? Por culpa de ella estamos metidos en este peo...y bueno por tu culpa, con la brillaaaante idea de asesinar en masa.
-Ese escolta es como yo.
-¿Tú también eres malandro? No me extraña.
-Es inmortal, no sé, puede leer la mente. Sabe todo lo que pasó y hay un retrato hablado de Kimberly.
-Pero si Kimberly no estuvo en esa fiesta...ah coño...tú ...como ella...mierda. ¿Vas a matar a ese tipo?
-Tengo ganas, pero él no quiere joderla, le gusta Kimberly. La quiere ayudar.
-O sea que es malandro, marico y otro x men. Que bello todo. ¿Estamos rodeados? ¿También vienen los Advengers?

Bernardo hizo que Oliver también se desmayara y comenzó a llorar mientras manejaba y golpeaba con fuerza el volante mientras gritaba. Los semáforos iban explotando a medida que pasaban por las esquinas y loa autos se apartaban de la vía como hojas y Bernardo manejaba a gran velocidad. Llegó a su casa, estacionó y entró dejando a ambos en el auto desmayados.

En la cocina estaban las enfermeras y las dos mujeres de servicio.
-Buenas tardes. Ustedes se turnarán para estar con mi papá, una de ustedes dos se va ahora y regresa en tres días. Decidan ya quien se va.
-Ella
-¿Yo? Si, bueno, yo.
-Agarra tus cosas y toma dinero para que tomes un taxi, ustedes dos se van a su habitación ahora mismo y usted se queda con mi papá y no sale de ahí por un par de horas.
-Señor pero.
-Creo que fui bien claro. La espero aquí para verla irse. Ustedes hagan los que le dije.

Bernardo esperó a que la enfermera estuviera lista para abrirle la puerta.
-Señor ¿Todo está bien?
-Perfectamente, hasta luego.
La enfermera caminó hacia la calle y pasó al lado el auto de Bernardo, se asomó y vio a Oliver y Kimberly tumbados en los asientos. Se puso a temblar llevándose la mano a la boca mientras su bolso se le caía, comenzó a llorar. Cuando se disponía a correr se tropezó con Bernardo.
-Solo duermen, no están muertos. -La vio a los ojos y le hizo olvidar lo que acababa de ver.
-Nos vemos en tres días señor.
-Así será, vaya con cuidado.

Abrió la puerta del copiloto miró a los lados y no vio a nadie. Sacó a Kimberly y se la montó en el hombro y la llevó a la casa.
Subió las escaleras con ella hasta su habitación, la tumbó en la cama. Hizo lo mismo con Oliver. 
Bajó a la cocina y toco la puerta de la habitación de las mujeres.
-Por favor en una hora preparen cena para tres personas y la llevan a la terraza de atrás, me limpian la mesa y ponen velas y encienden las luces.
-¿Qué quiere comer señor?
-Sorpréndame. Que haya vino, mucho vino.

Volvió a su habitación, cerró la puerta con llave y desnudó a ambos. Mientras los veía se desnudaba. Su pene crecía mientras se quitaba la ropa. Hizo que creciera un poco más y que estuviera muy rígido.

-Hoy van a ser míos.

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