lunes, 7 de mayo de 2012

AMOR EN TINIEBLAS capítulo 3 Primera Temporada

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1 mes y medio despuésSábado 10:36 am
Federico se puso el traje de baño, agarró la toalla y dejó a su amante de turno durmiendo en la habitación mientras él bajaba a la piscina a tomar sol.

Mientras caminaba hacia una de las tumbonas volteó para ver a un mesonero rubio que pasaba con la bandeja llena de bebidas, cuando volvía a ver al frente golpea con el pie derecho un hierro que sale de la grama, se tropieza y se balancea, cuando va cayendo al suelo de lo único que se agarra es del traje de baño de un caballero que le da la espalda; cae al suelo y deja al tipo desnudo.  

“Pero bueno mamaguevo! Que carajo te pasa?” lo agarra del brazo y lo levanta del piso de un tirón, cuando lo tiene de frente, sus miradas se cruzan y vuelve a ver aquellos ojos azules que conoció hace 2 meses en aquel café.

“Verga, disculpa” mientras bajaba la mirada a la entrepierna y tragó grueso al ver semejante miembro que carga Ricardo Betancourt. “¿Te gusta mi pingón?” En la otra tumbona sentado se encuentra Ernesto, su mejor amigo, que también queda impresionado al ver aquello, comienza a reír luego del espectáculo.

Ernesto Alcántara, 33 años, abogado, es el menor de 5 hermanos, su hermano mayor es su mentor, el que más quiere, pero adora a todos sus hermanos. Moreno, pelo negro y liso, tiene la misma estatura de Ricardo, cuerpo atlético sin ser musculoso como su amigo. Casado con Gisela, que es ama de casa. Oculta una extraña bisexualidad pues no ha tenido sexo con hombres, pero en silencio está enamorado de Ricardo, su amigo desde la infancia. Nunca le ha confesado lo que siente pero cada vez que están juntos, Ernesto se desvive por atenderlo, protegerlo y celarlo.

Es culpable de que las relaciones anteriores de Ricardo terminaran. Su capacidad para averiguar y meter cizaña, muy sutilmente como buen abogado, hace las cosas sin que se note que él tuvo la culpa. Sería capaz de dar la vida por Ricardo y su hermano Octavio, si fuese necesario.

“Chamo hay mejores maneras de conocer a la gente” le gritó Ernesto a Federico. “Verga mariquito ¿otra vez tú? ¿Cada vez que te vea te vas a caer?   Jajaja, esta vez no te agarré sino que me dejaste desnudo guevón”. “ Rodo, súbete el traje de baño, marico!” –Rodo, así le dicen a Ricardo en su familia y los amigos- Se subió el traje de baño mirándo hacia los lados, afortunadamente por la hora sólo pocas personas se encontraban en la piscina.

“Guevón tú, con semejante pinga que cargas DIOOOOS” –pensaba Federico- “Disculpa chamo que pena contigo, me puedo sentar con ustedes y les invito un trago?” “Dale no hay rollo, como es que te llamas?” “Federico, y tu eres Ricardo Betancourt, cierto?”.

“Coooño tiene memoria el carajo, así es. Federico, te presento a Ernesto, mi pana del alma.

“Mucho gusto, encantado” “Bueno los dejo unos minutos que voy al baño” dijo Ricardo.

“Entonces ustedes ya se conocen? Y de dónde?” Federico le explicó y Ernesto no aguanta la risa con el cuento. Se preguntaron lo típico: edad, a que se dedican, etc.

“Estoy casado” “¿Casado? Este es mas gay que yo!”. El amante de turno va bajando a la piscina y comienza a buscar a Federico. Lo ubica, se hacen señas y se lo presenta a Ernesto. En eso llega Ricardo y también se lo presentan: “ este es mi amigo Julián, Julián, Ricardo. Le da la mano y Ricardo se le queda viendo por unos instantes…–tu cara me es conocida…mmmm no sé de dónde… encantado. ¿Dónde he visto a este tipo?.

Empiezan a charlar, piden unos tragos y siguen hablando. Julián detiene la conversa y dice que va a entregar la habitación que ya son las 2 pm y se tiene que ir. 
–Tú te vienes o te quedas?.
–Me quedo, yo luego les pido la cola para mi casa.
 Busca sus cosas al cuarto, baja, se abrazan y se va. –Estamos en contacto, gracias por todo papá.

6:05 pm
Los tres estaban alegres, pero no borrachos, el que mejor estaba era Ernesto que fue el que trajo carro. Esta vez intercambiaron número y cuadraron para verse otro día.

En el carro se dieron unos cuantos besos, mientras que Ernesto los veía por el retrovisor.
–¿Se pueden quedar quietos?.
–Cállate la boca y llévame a mi casa, Fede se queda conmigo esta noche.
–Rodo, ¿tú estás loco? No escarmientas. A este lo dejo en su casa. Te dejo a ti y lo llevo, que vive en mi vía.

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