Tengo que confesar que la pasé bien con Tomás en mi casa y por primera vez en mucho tiempo sólo estuve con él en el tema de sexo mientras estuvo en casa. Extraño desayunar con él.
Ya era la tercera vez que iba a casa de
los gemelos –uf los gemelos- les di su primera clase la semana pasada y logré
salir airoso, pues los carajitos querían tirar conmigo. La madrastra se pasó las
2 horas de las clases con el “jardinero” arreglando el jardín de la terraza de
arriba. Son bien receptivos y colaboradores
con las clases de química, son inteligentes y muy muy pilas.
Llegué al apartamento, esta vez me abrió
la puerta Abel, me ofrecieron tomarnos un café con leche antes de empezar las
clases. Mientras estábamos en la cocina conversando y tomando café, pasó por
ahí la madrastra.
–Hola François, buenas tardes, chicos va
a venir el carpintero para el presupuesto
de los closets, me avisan cuando llegue.
–Ok.
–Verga pero la madrastra se las trae
¿no? -Yo no puedo hablar mucho pero eso
fue lo que les dije-
–Es puta, dilo, no tiene otro nombre, una
maldita puta aprovechándose de mi papá.
–Bueno, comencemos con la clase. -A los
10 minutos sonó el timbre, supuse que era el carpintero. Abrió Caín.
–Epa, pasa, Susana está arriba esperándote.
El carpintero era un rubio velludito que
no pasaría de los 25 años, estaba bello, Susana se los busca guapos.
–¡Que bueno está ese tipo –Dijo Abel. –La
zorra esta se los busca buenotes, yo me lo tiro.
–Quédate quieto Abel que nos vamos a tirar
a otro –Se vieron y se hicieron señas, el otro era yo.
–Ya va, ya va, miren carajitos no
empiecen otra vez con lo mismo mira que ustedes son menores de... –Caín me dio
un beso en la boca que me paralizó y Abel ni corto ni perezoso me desabrochó el
panatalón. No puse resistencia, vamos a estar claros, esos carajitos me dan
morbo, pero yo solo pensaba en la LOPNA y la cárcel.
–No tenemos ganas de estudiar hoy sino de
hacer algo más divertido. –Caín dijo eso y terminamos en el cuarto de Abel.
–¿Y si Susana nos oye?
–Esa se la están cogiendo, ¿no oyes como
grita?
Abel me quitó el panatalón y el interior
y comenzó a mamarme el guevo. El niño era un experto. Caín se acostó en el piso
a chuparle el culo a su hermano y le agarraba el guevo y se lo mamaba.
–¿Te quieres coger a mi hermano? –Me dijo
Caín, yo dije que sí.
Abel se quitó la ropa y me dio un condón.
–Quiero todo esto dentro –Me dijo.
–Eres un glotón –Le dije. Mientras me
ponía el condón él se puso en 4 en el medio de la cama. Ya se había puesto
lubricante.
–Quieres que le de despacio o te lo meto
de una.
–Como prefieras, yo aguanto.
–Este
es bien puta carajo. Pensé mientras iba metiendo el guevo. Su culo dilataba
rápido y mi guevo se abría paso, una vez adentro comencé a moverme y Abel se
volteó.
–Ahora dame duro ¿Si?
–Como quieras nene. –Comencé a darle y de
repente sentí que Caín me penetraba a mi, eso me excitó todavía más. Con cada
empujón que me daba, se lo metía más a su hermano y así estuvimos un rato hasta
que Caín se apartó.
–Déjame cogerme a mi hermano.
–¿Te cojo a ti?
–Nooo, no me gusta, que te lo mame, a él
le fascina mamar guevo. –Caín puso a su hermano boca arriba pero con la cabeza
fuera de la cama para que me lo mamara
al revés y le entrara todo en la boca. Yo le agarraba las piernas
mientras su hermano lo penetraba y Abel se tragaba mi guevo. Veía como le llegaba a la garganta, me recordaba a
Tomás. ¡No tiene edad para ser tan tragón!.
Desde los 12 años tiran entre ellos y a
los 14 comenzaron a buscar gente. Son unos demonios.
Abel me tenía el guevo prensado y con
ganas de acabarle directo a su estómago pero nos detuvimos y los 3 fuimos a la
cama. Yo por supuesto en el medio, nos pusimos de lado y se lo metí a Abel y
Caín a mi.
Abel tenía ese culo abierto y lubricado y
además caliente. Mi guevo entraba y salía con facilidad, El de Caín también.
Para ser unos chamos tenían unos buenos guevos. Caín se detuvo.
–Quiero que me acaben los dos en la boca.
–Eso le encanta a mi hermano. –Dijo Abel,
me saqué el condón y nos pusimos de pie en la cama mientras Caín agachado
esperaba su postre.
Abel acabó primero metiéndole el guevo en
la boca. Caín se tragó todo. Yo estaba a punto pero cuando me acerqué a su boca
comencé a botar leche, 2 chorros cruzaron su cara y luego se lo metí en la boca
para terminar de vaciarme ahí. Abel se acercó a su hermano y lamió el semen que
tenía en su cara. Estos carajitos son candela.
Nos
metimos a la ducha que era inmensa y Abel quería seguir mamando y lo dejé,
logró parármelo de nuevo pero no hicimos más nada, había que salir.
Ya vestidos, salimos del cuarto y la
Susana seguía en el cuarto, nos acercamos a la puerta y escuchamos risas.
–Esta sigue entretenida, ni se ha dado
cuenta. –Dijo Abel
Llegamos a la sala. –Este día igual se
los cobro.
–Tranquilo, mi papá paga, no hay
problema. Nos gustó mucho, queremos repetir y nosotros somos malos en Química.
–Me reí. –Ustedes son buenos en Química y bueno en la cama también, pero no se
va a repetir.
–Eso lo veremos profe. –Dijo Abel que me
dio un beso en el cachete.
–Se cuidan, nos vemos el jueves.
–Avísanos cuando llegues a tu casa por
fa.
–Seguro, mosca con Susana.
Son unos chamos muy solos, no lo digo
porque no tienen amigos, sino porque el papá llega siempre tarde y la mayor
parte del tiempo están con Susana que no les para bola y no los soporta, ellos
tampoco les cae bien.
Seguimos luego. ¡Un abrazo a todos!
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