Cerrando
el capítulo.
Jorge había aprovechado que terminó antes y
fue a comprar comida para la cena y no tener que cocinar y un ramo de flores
para regalarle a Adolfo.
En la floristería mientras escogía las
flores, vio en el piso unos paquetes largos envueltos en bolsa negra. Jorge
tuvo un flashback cuando metían los
cadáveres de los padres de Adolfo en bolsas y los lanzaban en el vertedero de
basura.
–Señor, señor, buenas tardes, dígame, ¿que
busca?
Jorge reaccionó, su frente brillaba por las
gotas frías de sudor. Pasó su mano para secarse y habló con la dependiente.
Escogió las flores, mientras le armaban el ramo llamó a Adolfo.
–<Hola amor, no vayas a cenar ni
prepares nada llevo una sorpresa para la cena>
–<Ok mi amor, yo también te tengo una
sorpresa, te espero, te amo>
Cuando salía de la floristería pasó por una
tienda veterinaria y se le antojó comprarle un regalo a su perro. Ya con la comida,
el ramo y el regalo para su perro, se fue rumbo a casa.
–<Llegando amor>. -Le escribía a
Adolfo como todas las tardes.
Entró al apartamento y el perro no fue a
recibirlo, le pareció extraño y lo llamó mientras iba a la cocina a dejar las
cosas., puso la comida en el mesón.
–MI AMOOOR, LLEGUÉ, ¿DÓNDE ESTÁS?. –Apoyó
las flores en el mesón y se volteó a la nevera donde había una nota.
<<Mi amor, lee esta nota>>
Quitó el imán y se sentó para leer.
“Desde que te vi en aquella oficina en mi
primer día de trabajo me llamaste la atención, mi memoria corta me jugó una
mala pasada y no me acordaba de ti, pero en ese momento me gustaste. Tus malos
tratos creo que me atrajeron a ti y ya luego no dejé de pensar y soñar contigo.
Meses duros saber que tenía VIH y que te
había infectado, me derrumbaron. Te amaba mucho pero me sentía culpable, luego
me sentí peor al descubrir quién eras y las intenciones que tenías. Vengarte de
cada uno de los que según tú te hicimos daño en el colegio.
3 de nuestros compañeros se suicidaron y
otros les destrozaste la vida, igual que a mi. Aún no sé como duermes tan
tranquilo en las noches sabiendo que sobre tus hombros tienes varios muertos.
Por tu culpa, maté a mis padres, yo no soy un asesino pero tú despertaste en mi
ese animal sin conciencia que dormía dentro de mi. Yo si duermo con pesadillas
y con el enemigo al lado, tú.
A lo mejor lograste lo que querías,
vengarte y luego te enamoraste de mi, no lo dudo que sea cierto pero no te
exime de culpa, a mi tampoco por lo que hice.
Para que sientas en carne propia lo que tu
venganza hizo en otros, asómate a la ventana que está cerca de ti en este
momento”.
Jorge visiblemente descompuesto y con lágrimas
se asomó a la ventana. El cuerpo de Adolfo en el suelo de una de las áreas del
edificio sobre un charco de sangre.
“Ahí estoy, muerto. Resultado de tu sed de
venganza por unas travesuras de muchachos, espero que hayas aprendido la
lección mi amor. Es posible que la policía te interrogue sobre lo sucedido,
dejé evidencias de violencia hacia mi, a lo mejor tendrás varios dias
explicando que fue un suicidio y no fuiste tú el que me lanzó. Vas a estar
entretenido.
“P.D. en el baño está tu querido perro, ya
no tendrás tampoco la compañía de él, asi que estarás solo reflexionando sobre
tu vida y tus acciones.
Disfruta la cena.
Te amaré siempre, mi amor”.
A Jorge le costó leer los últimos párarfos
pues no paraba de llorar. Se levantó a buscar a su perro. Abrió la puerta del
baño y lo que encontró fue un salpicadero de sangre y el perro con el cuello
roto desangrado.
Se sentó en el suelo a llorar
desconsoladamente.
Sonó el timbre del apartamento y no le hizo
caso hasta que volvió a sonar. Se levantó para ver quien era.
Abrió la puerta, era el Presidente del
condominio.
–Buenas noches vecino, disculpe que lo
moleste, abajo está la policía, por lo de su compañero…
Jorge se le quedó viendo a los ojos.
–Yo lo maté, voy a buscar las llaves y
bajo. Gracias por avisar.
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