Las
cosas a veces no salen como se planifican.
Mientras Darío estaba inmerso en una
depresión luego de regresar de su maltrecha luna de miel y sin saber mucho de
Rogelio, este estaba feliz con Franco viviendo juntos desde hace varias
semanas. Se decidió rehacer su vida con la persona que no le ponía condiciones
ni trabas para el amor y ser feliz.
–A veces quisiera llamar a Darío y saber
como está, no porque siga enamorado de él, es que somos amigos desde pequeños y
no quiero perderlo. Hemos vividos muchas cosas juntos y lo está pasando mal, su
familia no lo quiere luego de enterarse que era gay, su divorcio que no termina
de salir y bueno, está solo.
–Sabes que yo te apoyo en lo que hagas y
nunca he estado en contra de que veas a Darío, más bien te animo a que lo hagas, sé que es alguien importante en
tu vida por todo lo que me has contado. Si él no quiere acercarse a ti, házlo
tú.
–Tienes razón, en estos día lo llamaré para
vernos.
Darío había salido de su apartamento rumbo
al edificio donde vive Carmelo, no podía esperar a tener noticias y presentía
algo malo.
Cuando entró al aparatmento luego de
sortear a los policías, quedó petrificado; Bertha tumbada en el sofá desnuda
con una herida abierta en el bajo vientre, cubierta de sangre, con las piernas
y brazos abiertos, una mesa ensangrentada donde estuvo acostada la bebé también
llena de sangre con restos de placenta y el cordón umbilical.
Carmelo, unos segundos antes de que le
dispararan, movió su brazo con el bisturí en su mano y con un moviemiento
rápido se cortó el cuello pero igual la policía abrió fuego impactando 6 balas
en su cuerpo.
Tumbado en el piso boca a bajo, un gran
charco de sangre lo rodeaba.
Los policías ayudaron a Darío a sentarse
para que se le pasara el mareo. Ver todo eso le bajó la tensión.
Dio algunas declaraciones a la policía para
luego irse en la ambulancia con la bebé que sumado al trauma que pasó, era
prematura.
Mientras iba con la bebé le tomaba su
manita, no podía aguantar las ganas de llorar.
–Se va a poner bien, cuando llegue a la
clínica le daremos todos los cuidados necesarios. –Le dijo la paramédico.
–Gracias. -Fue lo único que pudo decir
Darío
Al llegar a la clínica y hacer todo el
papeleo del ingreso, tomó su celular y
aún con lágrimas en los ojos marcó el número de la única persona con la que
podía contar.
Se fue al laboratorio a buscar información
y bajó de nuevo.
En el pasillo estaba Rogelio.
Se vieron y se abrazaron, Dario comenzó a
llorar de nuevo y Rogelio no pudo evitar hacer lo mismo.
–Gracias por venir, te necesito tanto
Rorro.
–Ya, ya tranquilo, cuéntame ¿que pasó?
Le contó la tragedia que había ocurrido en
el apartamento de Carmelo con el trágico desenlace de ambos muertos.
–¡Por Dios! Ese hombre estaba enfermo.
–La policía me dijo que tenía varios muertos
encima y practicaba la necrofília con cadáveres de la morgue y en el
cementerio.
–Que asco…¿Cómo está la niña?
–La están atendiendo y monitoreando.
–¿Te vas a quedar con ella verdad?
–Es lo único que tiene en la vida, no
pienso dejársela a mi suegra que es otra loca.
Hubo una pausa en la conversación.
–¿Sigues con Franco?
–Si…vivo con él, me mudé hace 3 semanas
luego de pensarlo mucho, pero creo que ha sido una excelente decisión.
Darío lo vio a los ojos. –Decisión que yo
jamás tomé y ahora por idiota estoy solo, sin tí, esto que me pasa me lo
merezco. Te perdí.
–No hables así, tenías que pasar por esto,
ahora ya estás en otra etapa, diste el paso al introducir el divorcio, lamentablemente
o afortunadamente Bertha murió, ahora tienes que tomar las riendas de tu vida,
la verdadera.
–Me alegro que estés bien con Franco, te
mereces todo lo bueno Rorro.
–Gracias mi amor. Franco y yo pensamos
casarnos en Argentina, nos regresamos pero eventualmente nos mudaremos para
allá.
–Eso que me dices me quema por dentro y me
da rabia porque pude haber sido yo y lancé todo al traste por las apariencias,
pero me alegro y los felicito por ese gran paso.
15 días después cuando le dieron de alta a
la bebé, Darío retiró los resultados de unos exámenes que se había hecho, ya
estaban listos desde hace días pero no los había buscado.
Abrió el sobre y sacó el papel.
–No entiendo estos cómputos y porcentajes
doctor.
–A ver. Mire lo que pone aquí. Usted y la
bebé tienen un 99% de efectividad, eso significa que usted es el padre de esa
hermosa niña.
Darío se le llenaron los ojos de lágrimas,
le temblaban los labios, miró al doctor.
–Felicidades papá. ¿cómo se va a llamar su
hija?
Dario se quedó unos instantes callado,
sintio un leve frío que pasó por su cara y brazo, a lo lejos vio pasar a Bertha
sonriendo y con gesto de aprobación desapareció.
–Alba, se va a llamar Alba.
3 meses después…
Alba no paraba de llorar, Darío no hacía
más que ver el reloj, veía a la gente que esperaba hasta que aparecieron Franco
y Rogelio.
–Coooooño, ¿dónde se habían metido? El cura
ya anda arrecho.
–Perdón, perdón, fue mi culpa me equivoqué
de Iglesia, dimos un vueltón, pero ya estamos aquí los padrinos.
Se acercaron las madrinas; la mamá de
Bertha y una amiga de Darío
Ya en el desayuno del bautizo cuando Darío
se quedó con Franco y Rogelio, hablaron con más calma.
–En un mes nos vamos a Argentina y
quisiéramos que tú fueras nuestro padrino o testigo.
–¿Y me lo dicen ahora? Me tengo que poner a
buscar pasaje y…
–Toma, no pensarás que te íbamos a poner a
correr.
Darío se rió y abrazó a Franco y a Rogelio.
–Te tengo otra noticia, soy gerente
regional de los locales de este estado y ya hablé para comenzar a tramtar mi traslado a la empresa en
Argentina en alguno de los locales que están allá, pero eso será dentro de un
año.
–Yo también les tengo una noticia. En seis
meses el bufete se muda a Panamá y me voy con ellos, hay una alianza con un
despacho de abogados de allá y bueno la firma crece. Me voy con apartamento y
guardería para la niña.
Un año después…
Darío se iba de vacaciones por un mes a
Argentina a casa de Rogelio y Franco que ya estaban instalados en Buenos Aires,
él en Panamá todavía no se adaptaba a la ciudad pero de momento se quedaría
allá.
–Lo que me retiene en estos momentos aparte
del excelente sueldo es…
–Es que tienes novio, como te conozco, esa
cara tuya lo dijo todo.
–Jajaja si, es abogado y del bufete, es
Panameño, ya tenemos 3 meses, ama a Alba. -Le dio un beso a su hija. Y bueno…
–¿Y bueno que? ¿Cuál es el pero?
Darío vio a Franco y luego a Rogelio.
–Está casado y con hijos.
–Aaaaay chicooooooo, bueno, bienvenido,
disfruta esta linda etapa del noviazgo jajajajaja, espero que la esposa no se
parezca a Bertha que en paz descanse.
–No, para nada, es más, la mujer es poco
agraciada la verdad y caída de la mata…por lo menos lo que he visto de ella, he
compartido en 3 oportunidades.
–Bueno, a lidiar con su hombre casado, pero
ahora está aquí soltero. Vamos a llevarte a conocer la ciudad y a sacarte de
fiesta.
–No chico, ¿y mi beba?
–A Alba la va a cuidar una mujer que
contratamos, que tiene excelentes referencias y conoce a la niña por fotos y
está encatadísima de cuidarla.
–¿Y quien es esa mujer?
–Mi madre. -Dijo Franco y los tres se
rieron.
Los 3 amigos salieron esa noche a difrutar
de la ciudad hasta que el cuerpo aguantara.
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