Un nuevo comienzo.
15 días estuvo Bertha en la clínica mientras se recuperaba
de la fuerte infección. Debido a su embarazo no puede tomar antibióticos más
fuertes así que el proceso había sido más lento.
Darío la dejó sola. Se mudó a un hotel más modesto, no había
visto a Rogelio, salvo un par de veces cuando lo visitó en la clínica, hasta
que un día paseando se lo consiguió de frente. Estaba con Franco que venían
riéndose.
–Hola, si no es así, no te veo y estamos en la misma ciudad.
–Hola Darío, te presento a Franco es paisano.
–Mucho gusto. -Franco abrazó a Rogelio y le dio un beso en
la mejilla.
–Me voy en un par de días, ya a Bertha le dan de alta y nos
podemos ir.
–Ah que bien, ¿y el bebé?
–Está delicado pero estable, igual ella. ¿Nos vamos juntos
de regreso Rorro?
–No, ya cambié mi vuelo y me regreso con Franco.
–¿Ustedes, están saliendo?
Franco sabiendo de quien se trataba, volteó a ver a Rogelio
y le dio un beso en la boca.
–¿A ti que te parece? -Le dijo Franco.
–¿Puedo hablar contigo a solas un momento Rorro?
Se apartaron de Franco para hablar.
–Me estás haciendo daño Rorro, llevo días buscándote y me
evitas y ahora te consigo y estás con este tipo, ¿a qué juegas?
–¿A qué juego? A que estás jugando tú deberías preguntarte.
Me cansé de esperar que decidieras, conocí a este carajo y creo que he pasado
los mejores 15 días de mi vida, mejores que los 15 años contigo.
Darío escuchó esas palabras y no pudo aguantar las ganas de
llorar, sus ojos se inundaron de lágrimas. Rogelio estaba igual.
–No quiero perderte Rorro.
–No me vas a perder, pero como amantes no voy a seguir
contigo y como novio tampoco, lo nuestro no tiene segunda parte. -Se abrazaron.
–Hasta pronto Darío, nos vemos en nuestro país, sigue tu vida y yo sigo con la
mía.
–Tu vida con este.
–Yo no sé si Franco es el hombre con el que voy a estar para
siempre, solo sé que en este momento quiero estar con él.
–Yo pensaba que yo era el amor de tu vida.
–Eres el amor de mi vida Darío, pero no podemos estar
juntos, ya no.
Franco los veía a lo lejos, sabía que entre ellos 2 todavía
habían cosas que resolver, pero se sentía muy bien con Rogelio y no estaba
dispuesto a perderlo tan fácil. Se acercó.
–Creo que ustedes se merecen hablar con calma y no creo que
este sea el momento.
Rogelio, se fue con Franco y Darío permaneció parado en el
mismo lugar llorando y maldiciendo el momento que decidió casarse con Bertha.
________
Llegó el día de regresar. Bertha y Darío estaban en el
aeropuerto.
Se chequearon, fueron a comer algo y se colocaron cerca de la puerta que les correspondía.
Una vez en el avión, conversaron.
–Apenas lleguemos, al día siguiente comenzamos los trámites
de divorcio, esta farsa tiene que terminar ya.
–Estás desesperado por estar con Rorro y vivir juntos.
–Rorro ya no está conmigo, eso se terminó, pero igual quiero
divorciarme.
–En cambio yo me voy a casar con Carmelo cuando me divorcie
de ti.
–¿De verdad te piensas casar con ese enfermo? ¿Vas a tener a
tu hijo en ese ambiente, con un tipo que le gusta el sexo con muertos?
–Los pasajeros que tenían atrás estaban impresionados oyendo
la conversación.
–¿Y que tiene eso de malo? Todo el mundo tiene sus fetiches
y sus aficiones en el sexo.
–¿Fetiche? ¿Tirar con muertos le llamas fetiche? Por culpa
de ese fetiche, casi mueres.
–Pero ahora estoy más viva que nunca y si tengo que vivir
con ese hombre sabiendo que le gusta eso pues me lo aguanto y lo ayudo a
cumplir sus deseos.
–Tú de verdad estás completamente desquiciada. No sé en que
momento me enamoré de ti o en que momento se te cruzaron los cables.
–Carmelo es el culpable de haberme abierto un mundo nuevo.
Además ¿qué vas a hablar tú? Si desde niño te acuestas con Rogelio y son
amantes, te casaste conmigo y el día de nuestra boda tiraron.
Los pasajeros no podían creer lo que estaban escuchando.
–Voy a pedir cambio de puesto porque no puedo seguir
escuchándote Bertha.
–No, no señor, espere, queremos saber más, ustedes son
candidatos para que Almodóvar les haga una película, ¡Qué bárbaros!.
Darío se levantó y miró al hombre que hizo el comentario y
se fue a buscar a la aeromoza.
_______
–¿Estás bien? Desde que nos montamos no has querido hablar.
–No estoy bien Franco, todo esto me ha movido. Darío es el
único carajo con el que he estado en plan de “novios” aunque he estado con
otros tipos no he durado mucho y siempre regresaba a él.
–Lo amas aún.
–Sí, pero…eso se terminó Franco.
–Te digo una cosa Rogelio, si vamos a estar juntos no quiero
estar contigo recogiendo pedazos y pegándotelos, quiero comenzar una relación
de cero, sin pasado, sin heridas abiertas, quiero una historia sana, buena,
bonita contigo. Dime qué quieres tú y le echamos bolas a esto.
–Yo quiero estar contigo Franco. Yo al pasado no vuelvo.
Al día siguiente Darío preparaba una maleta para irse a casa
de sus padres, Bertha se quedaría en el apartamento, así lo habían decidido
ambos.
Darío llegaría a casa de sus padres sin ellos saber todo lo
que había pasado en el viaje y él sin saber que su padre ya hablaba y estaba,
con dificultad, de pie.
–¿Hijo? ¿qué haces aquí y con esa maleta?
Darío entró halando la enorme maleta que pesaba mucho y la
dejó en la sala.
–Me vengo a vivir con ustedes, por unos meses nada más.
El papá de Darío aparecía en la sala caminando con un bastón.
Se puso pálido al ver la cara de su padre que no era de buenos amigos.
–USTED AGARRA ESA MALETA Y SE DEVUELVE A SU APARTAMENTO DE
CASADO, AQUI NO SE VA A QUEDAR.
–Papá, vine tambien para hablar con ustedes y explicarles
todo, no sabía que estabas recuperado.
–Si me vas a explicar que eres marico y te acuestas con tu
mejor amigo eso ya lo sé, lo vi con mis propios ojos el día de tu boda. Su mamá
y yo no lo queremos aquí, usted está casado pues viva con su mujer y sino está
con su mujer vaya a vivir con Rogelio, pero en mi casa NO.
Darío entendió, a pesar de lo que dijo su padre, que tenía
que rehacer su vida fuera del hogar familiar y vivir solo. Arrastró la maleta y
se despidió de su madre, que, aunque no aprobaba que su hijo era gay, no quería
que se fuera de casa.
–Mi casa está a la orden cuando quieras venir y quedarte.
Vivo solo así que no hay problema.
–Yo tengo ganas de salir de mi casa y vivir por mi cuenta
que no sabes, no porque me la lleve mal con mis papás, sino que quiero vivir
solo, hacer lo que quiera, crecer. Peeero no me voy a vivir contigo, no
todavía, quiero tomar las cosas con calma.
–Yo no te dije que te mudaras conmigo, te dije quedarte un
día suelto en la semana, o así, puede ser mañana. Tengo ganas de cogerte.
–Déjame llegar a casa, dejar todo, hablar con mis padres y a
lo mejor me quedo hoy mismo en tu casa.
–Ok, si quieres te busco luego.
–Vale. -Se bajó del carro con la maleta, fue hasta la
ventana y le dio un beso en la boca.
–Me gustas mucho vale. -Le dijo Franco
Rogelio se sonrió y le dio otro beso para luego irse.
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