miércoles, 11 de enero de 2017

A QUE NO TE ATREVES Temporada final. Capítulo 3


Cambios.



Virginia, la mamá de Diego, que lo acompañaba en la clínica, aprovechó un momento para llamar a su abogado y cuadrar todo para un divorcio amistoso y sin traumas.



Nestor estaba fuera de la habitación con Camilo, su celular no paraba de sonar. Mensajes de varios amigos, conocidos y colegas le llegaban preguntando si el rumor que se corría era cierto: <<Dicen que eres gay y te acuestas con los estudiantes para pasarles la materia>>.



Nestor estaba rojo de la ira.

–Diego se va a morir, esto que me hizo no se lo perdono.

–Luis cálmate, estás hablando de tu hijo, tu sangre. ¿Cómo vas a pensar en matar a tu hijo? ¿estás loco? ¿Matarlo por qué, porque te quitó al novio?  ¿Vas a ir preso por un peo pasional y con tu hijo?.

–Camilo, tengo 55 años, ¿quien se va a fijar en mi a esta edad? Yo voy de salida, este mundo gay es cruel, yo soy un anciano.

–A mi me interesas, me gustas así como eres.

Nestor le tocó la mejilla y se sonrrió. –Ay carajito, hace falta  algo más que sólo gustarte, que tú me atraigas y eso no ha sucedido.

Camilo se le quedó viendo y ahora era a él que se le enrrojecía el rostro.

–O sea que me hiciste dejar mi trabajo y mudarme a la capital para ahora decirme esto.

–Perdóname. Fue un arranque de rabia y locura, de aferrarme a algo o a alguien y no quedarme solo viendo como el amor de mi vida se va con otro y ese otro es mi hijo.

Tranquilo, te vas a regresar a tu ciudad y yo voy a hacer que te reenganchen en el trabajo. Yo me encargo de eso, no te preocupes.

Hubo un silencio de varios minutos en los que ambos estaba sumergidos en sus pensamientos, hasta que Camilo habló.



–¿Te puedo sugerir algo?

–¿Qué serás?

–Es algo muy loco, pero a lo mejor funciona.





Calixto llegaba a la capital y se quedaría nuevamente en casa de su tía que lo recibió con los brazos abiertos.

–Sabía que volverías, ¿en dónde ibas a estar mejor que aquí? Sólo en casa de tu madre. Bienvenido.

–Gracias tía, tengo que salir a visitar a un amigo que está en la clínica.



Calixto no podía creer lo que le había contado Diego. Se regresaba a la capital justamente para reconciliarse con Nestor pero ahora sabiendo lo que le hizo a Diego, dudaba en que eso funcionaría. Pensaba en lo que le diría a Nestor cuando se vieran en la clínica.



Cuando llegó vio a Nestor con Camilo y se le revolvió el estómago. Aprovechó que no lo vieron y se fue a la habitación de Diego.

Se encontró con la madre que lo saludó y salió para que hablaran en privado mientras ella seguía cuadrando todo para el divorcio.



­–¿Cómo estás?

–Jodido, pero ahí voy.

–Allá afuera está tu papá con Camilo.

–Si, parece que van a vivir juntos o van a alquilar un apartamento. Mi mamá estaba hablando con el abogdo, por fin se dio cuenta que tiene que dejarlo. ¿De verdad te regresaste para arreglar las cosas con el viejo este?

–Diego es tu papá. Si, vine a eso, pero no sé, estoy revuelto.

–Yo estoy agotado, enfrascado en un trio amoroso que no nos lleva a ningún lado, esto no avanza, yo tiro la toalla y tú haz lo que creas más conveniente, yo organizaré mi vida y me olvido de ustedes 2.

–No hables así. Ustedes se han enfrascado en una guerra a ver quien puede llevarse el trofeo que soy yo. El que debería estar agotado soy yo, esto se ha convertido en una situación absurda.

–Totalmente. ¿Vas a hablar con él?

–Si, voy a salir un momento y regreso.



Calixto salió de la habitación y vio de nuevo a Virginia que estaba leyendo una revista.

–Al fin se salieron con la suya. El divorcio está en marcha, para que puedan ser felices ambos, yo me alejo.

–Señora, me parece la mejor decisión que pudo tomar independientemente de que Nestor esté conmigo o no, él tiene que asumir lo que es y no seguir engañando a la gente y a si mismo.

–Tienes razón muchacho, aquí donde me ves estoy aguantando todo esto pero lo que quiero es llorar. Toda una vida engañada.

–Llore, eso le hace bien, saque esa rabia que tiene.

Virginia no aguantó y el llanto se apoderó de ella abrazando al muchacho.

 Nestor a lo lejos los vio y se puso de pie igual que Camilo. Nestor se acercó



–Aprovechando que ustedes están aquí, me voy a casa a descansar, estoy agotada mentalmente.

–Virginia, tenemos que hablar.

–No Luis, lo que quieras hablar, te comunicas con mi abogado. Sólo te pido que a partir de mañana te vayas del apartamento, luego veremos que hacemos con él pero no quiero compartirlo contigo ahora. Hasta luego, cuida a mi hijo, Calixto, mi esposo en este momento es una amenaza.

–Virginia, por favor.

–Adios Luis.



Nestor se restregó la cara con sus manos y dio un largo suspiro.

–Necesito hablar contigo y con mi hijo en el cuarto. Es importante.

­–Ok. Camilo, creo que en este momento estás de más aquí.

–Lo sé chamo, estoy de más desde que conocí a este señor.

–Camilo, usa mi tarjeta y  vete a este hotel –se lo escribió en un papel ­–y te quedas ahí, espérame, voy a hablar con los muchachos.

–Estoy seguro que lo que le digas ahora, lo van a aceptar.

­–¿Qué es eso que vamos a aceptar?

–Vamos a la habitación y lo hablamos los 3.

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