DE REPENTE TU 2. Capítulo 7

La vida en una moto.

En un angosto pasillo entre casa y casa, estaban de pie, ambos con los pantalones en los tobillos.

Yonaikel penetraba a un vecino mucho menor que él. Lo tenía aprisionado a la pared y le sujetaba las manos por arriba de su cabeza empujándolo hacia la pared.

-¡Ay ya, ya, ya me duele, ya!

–¡Aguanta becerro y no grites coño!

–Me duele, me duele.

Yonaikel no le hizo caso y seguía empujando con fuerza y rápido. Lo agarró del cabello y le echó la cabeza hacia atrás hasta que se vieron a los ojos.

–Cállate ya. Te voy a acabar adentro mariquito. -Empujó duro y se corrió dentro del muchacho que apenas cumplía los 18 años.

Se acercó a su moto y buscó unas toallas húmedas para limpiarse el pene.

–¿Me vas a dar los pañales?

–Ah vaina ¿vas a seguir? Te los tengo aquí nené, deja el drama. Y la próxima  vez la propina es con billete, nada de cogidas, toma son 3.000 cada paquete.

–Toma, me dejaste el culo doliendo.

–Ese el precio que tienes que pagá nené, ahora pírate de aquí.

Sonó su celular.

–<Dígalo jefa>

–<¿Ya hizo los depósitos?>

–Si jefa todo listo, me falta buscá unas facturas en la fábrica>

–<Déjalo para mañana y regresa a la oficina>

–<¿A esta hora? No jo jefa burda  ‘e tarde ¿no?>

–<Son las tres de la tarde, lo espero>

–Coño con las ganas que tenía de llegar al rancho y cogerme a la jeva.

Se montó en la moto y volvió a sonar su celular.

–<Dígalo>

–<Hola Yonaikel, cómo estás?>

–<Hola papi, trabajando, ¿que más? ¿que me tienes?

–<Lo que te gusta, este culo pelúo>

–<No papá, de mercancía, hay algo que me guardaste?>

–<Solo te interesa eso vale ¿Y yo?

–<Sabes que yo te doy lo tuyo papi cuando me consigues cosas>

–<¿No puedes venir a cogerme así de gratis, sin llevarte nada?>

–Ya este se volvió a poné intenso que ladrillo. –<Si papi cuando tenga un chance te empujo los pelos ahora no puedo, ando full>.

Fernando trancó la llamada molesto. Estaba seguro que vendría para tener sexo con Yonaikel.

–Le voy a escribir en una hora para decirle que le conseguí pasta y así viene y me coge.

Yonaikel llegaba a la oficina.

–Nastardes mi gente, hola bellezas. Que fue diablo, bichitoooo ¿que más?. Hola mi reeeeina ¿cómo me la tratan? Tome un chocolate para que se le quite esa carita, ¿que me le hicieron?.

–Nada, es que me peleé con mi novio hoy al mediodía…te quería pedir un favor.

–Usted pida por esa boquita mami que yo la complazco con lo que no le da su novio.

–Si me puedes dar la cola a mi casa. Mi novio no me va a buscar.

–Pero ese novio es un bolsa, ¿cómo va a dejar a un mujerón así que se vaya solito. Yo la llevo y la dejo sana y salva. Déjame ir donde la jefa y hablamos. Uuuuy a esta la monto hoy en el asta, me la voy pegá durísimo.

Entró a la oficina de María Corina.

–Jefa, aquí me tiene. Pa’ que soy bueno.

–Tome esta planilla y estos 50 mil bolívares. Busque a sus contactos para agilizar lo del pasaporte de Cristo, hágalo mañana tempranito.

–Jefa, mañana yo busco a su hijo y me lo llevo pa la DIEX y le sacamos el pasaporte mañana mismo. Eso sí, vamos a estar todo el día, pero sale con pasaporte.

–Perfecto, gracias, se puede ir.

–Coño jefa ¿pa eso me hizo venir? Eso lo podía resolver con una llamada o mensaje, usté sabe que yo resuelvo.

–Más respeto Yonaikel, le he dicho que no me diga groserías, eso lo deja cuando esté en su casa, aquí no.

–Disculpe jefa, mañana le aviso cuando vaya a buscá al chamo en su casa.

Salió y fue a hablar con la secretaria.

–¿Nos vamos?

–Si, déjame imprimir unas cosas y nos vamos.

–¿Tienes que llegar a tu casa ya, ya ya?

–Mmmmm no, ¿por qué?

–Te invito unas birras en un lugar que son baratas y bien frías y así me cuentas lo de tu novio.

Gloria, la secretaria, se sonrió agachando la cabeza para luego ver a Yonaikel a los ojos. –Esta bien, me gusta la idea.

Se bajaron de la moto y cuando Yonaikel quedó frente a Gloria se tocó su pene sobre el pantalón hacia un lado, la chica no pudo disimular al ver que aquel miembro era largo y grueso.

–Vente mami, vamos a caernos a birras aquí, no es bonito el lugar pero es burda de barato.

Gloria levantó la mirada hacia el cartel del local.

“HOTEL BAR RESTAURANT La Barca”