viernes, 3 de mayo de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 44

La cruda verdad.
-Au, Au....au...aaaaauu...sigue.
Randy se aferraba de la cabecera de su cama mientras que Kimberly lo tomaba de los hombros. Empujaba con fuerza, la cabeza de Randy golpeaba en la madera de la cabecera. El enorme pene entraba y salía del cuerpo del hombre con facilidad aunque le seguía doliendo.
Kimberly gruñía con una voz gruesa. Randy sudaba y apenas amanecía. 
Se soltó de la cabecera y abrió sus nalgas mientras Kimberly no paraba de moverse.

-Aaau, au...aaaau, coño, coño Kim, dale, sigue coño, coño, coño. -Su pene flácido lubricaba, un hilo de líquido colgaba y llegaba al colchón.
Kimberly comenzó a moverse más rápido lo que hizo qie se intensificara el dolor de Randy que disfrutaba. La mano izquierda de Kimberly, su mano derecha cogió el cabello de Randy halando con fuerza su cabeza hacia atrás. Empujó con fuerza gritando y acabó dentro de Randy que tenía su cara pegada a la madera.

Kimberly se echó hacia atrás sacando el pene y con él se trajo semen que corría hacia los testículos de Randy.

Ella se acostó boca arriba, agitada con su cara brillante por el sudor, la respiración acelerada. Él, acostado de lado, igual sudado y recuperando el aliento. Su culo le latía y dolía, ahora que se relajaba sentía aún más el dolor pero estaba feliz.

Se acercó a ella y la besó.
-No quiero apartarme de ti nunca más. Siento que te amo. Cada vez que me haces el amor te quiero más. No quiero cogerme a nadie, solo quiero que me penetres tú.
-Que lindo lo que dices Randy. Estos días contigo han sido hermosos.
-¿Quieres vivir conmigo...aquí?
-Randy soy prostituta y tengo una familia que manten...
-Shhh...-le tapó la boca con dos dedos. -No me importa tu trabajo, quiero estar contigo, vive conmigo.

Kimberly se fue al baño para ducharse pues tenía que irse. Randy dio un brinco de la cama y entró a la ducha. -Vamos a ducharnos juntos.
Abrió la llave del agua y se agachó para hacerle sexo oral a Kimberly. Lamía el glande mientras la miraba a los ojos.se lo introdujo en la boca mientras sentía como crecía nuevamente. Se puso de pie.
-Cógeme de nuevo.
-No Randy, me tengo que ir.
-Es un momento, cógeme anda, quiero sentirte. -Randy se volteó, cogió el pene y se lo llevó entre sus nalgas para metérselo, le dolía pero aguantaba, iba despacio, poco a poco iba entrando. El agua caía en su espalda y se escurría hacia el culo y el pene de la chica.

Kimberly comenzó a moverse, Randy gemía, esta vez le dolía más pero no quería detenerse. Comenzó a masturbarse. Tenía los ojos cerrados aguantando el dolor que disfrutaba. Movía su mano rapidamente hasta que se vino. Tembló con las mismas se apartó. De su culo salía un hilo de sangre.
El dolor era insoportable y más cuando le caía el agua.
-Me duele que jode, me arde.
-Lo tienes inflamado. No debí hacerlo
-Tranquila, yo me pongo una crema y esta noche repetimos.

Sonó el celular de Kimberly.
-Es Bernardo. ¿No vas a atender?
-Si claro, con él me voy a ver.

--Hola, si, ya salgo para allá--

-¿Vas a volver con él? ¿Para que tienes que verlo?
-Randy, tengo que aclarar varias cosas.
-¿Lo vas a dejar? No te dejes coger por el, tampoco te lo cojas, me coges solo a mi, aqui tienes este culo que te espera. No me dejes.
-Dios, pero que obsesión tiene el hombre este conmigo. Me lo cogí una vez y se transformó. -Pensaba Kimberly mientras terminaba de vestirse.

Lista para salir, Randy la tomó del brazo.
-Si vuelves con él lo mato.
-¡Randy! Por favor, no digas eso.
-Estoy jodiendo, no tardes que quiero seguir empiernado contigo.
-Dame un respiro, además ambos trabajamos en la noche.

-Hola Bernardo. -Le dio un beso en la mejilla y se sentó.
-Estás hermosa, pero te noto distante.
-Estoy cansada, he tenido unos días agotadores entre el trabajo y Ran...-No terminó la frase.
-Estas llevando el trabajo a casa. Randy demanda sexo.
-No voy a hablar de eso contigo.
-No me importa si tiras con Randy, pero quiero que vivas con nosotros. Mentira, no soporto imaginarte que te coge ese hombre.
Kimberly cerró los ojos. -Oliver no creo que esté de acuerdo con eso, que vivamos juntos.
-Yo lo convenzo.
-Yo no quiero Bernardo. Estoy bien con Randy, me ayuda, está pendiente de mi familia, me busca, me lleva.
Bernardo se pasó la mano por la cara y resopló. -¿El tipo ese te coge mejor que yo?
-Bernardo...no parecen cosas tuyas, tú no eres de preguntar eso, esa inmadurez no te va.
-No quiero que ese hombre te penetre, no quiero que...
-Yo lo penetro a él, listo, lo dije. ¿Contento?
Bernardo se le quedó viendo sin volver a hablar.
-Quería preguntarte si sigue en pie tu oferta de trabajo.
Bernardo soltó una risa y volteó la mirada. -Para eso era que querías verme...si, Kim, todavía sigue en pie, espero por ti.
-Hecho, quiero el puesto.
-Te vienes bien vestida con poco maquillaje y tu curriculum.
-¿Que pongo? Bachillerto inconcluso, trabajadora sexual desde los 16 años.
-Solo vente bien arreglada.
-Ok, puede ser el lunes, quiwro arreglar unas cosas.
-No hay problema. -Bernardo le pasó un dedo por la mejilla, Kimberly cerró los ojos y se erizó.
-Quiero que estés en mi cama por última vez, quiero hacerte el amor.
Kimberly suspiró. -Vamos a ver.
-No me digas eso. Quédate una noche conmigo, yo te pago lo que no vas a recibir esa noche.
-Me estás tratando como lo hacen mis clientes.
-No lo tomes así, quiero ayudarte.
-Ya lo estás haciendo dándome trabajo.
-Vente este fin a casa.
-¿Puedo pensarlo?
-Si.
Se levantaron de la mesa y Bernardo no resistió y le dio un beso en la boca colocando su mano derecha en la nuca de Kimberly.
-Te amo.
-Bernardo no hagas esto más dificil, tú tienes a Oliver. Ámalo a él.
-Yo lo amo y te amo ti.

Kimberly se fue rehazando a Bernardo que le daría la cola. Se volvió a sentar apoyando sus manos en la cara.
-Espero que te haya quedado claro que Kim ya no quiere nada contigo.
Bernardo apartó sus manos y levantó la cabeza. Tenía a Randy frente a él.
-De momento te quedas con ella pero no será para siempre.
-Ella es mía y yo le pertenezco.
-Tú tan machote que no te dejabas coger por un hombre y ahora eres una sedita cuando te coge Kim.
Randy lo miró fijamente. Las patasde la silla se doblaron y Bernardo cayó al piso.

Se levantó y se abalanzó hacia Randy. Las mesas y sillas delnlocal volaban por los aires estrellándose contra ellos igual que la vajilla. La gente salió asustada del local mientras los dueños impresionados miraban todo desde un rincón. 

Llamaron a la policía.

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