lunes, 15 de febrero de 2016

MALAS INFLUENCIAS. Sexo para cerrar la tarde.


Mientras esperábamos nuestro turno para entrar a consulta, estábamos charlando, no teníamos señal ahí así que la distracción de Grindr estaba descartada. Frente a mi estaba un visitador médico de Pfizer, de vez en cuando levantaba la cabeza y me miraba y se sobaba la pierna. Era un moreno calvo de lentes, con buen cuerpo, tenía candado. De vez en cuando se tocaba el paquete.


Tomás se dio cuenta de la miradera y empezó con su cantaleta.

–Ya te gustó el tipo y ya quieres tirártelo.

–¿Y en que te afecta eso?

–¿Te respondo o pensando un poquito te respondes?

Todo esto era susurrando, aunque la sala de espera era grande se escuchaba la que hablábamos.

–Sólo lo estoy mirando, no me lo voy a tirar. –Unos minutos después se levanta y le dice a la secretaria que va un momento al baño, sale de las sala y un instante después me levanto.

–¿Adónde vas? ¿no irás al baño?

–¿Tú qué crees?

–No me vas a dejar aquí solo.

–Cállate es cuestión de minutos.



–Señorita ¿dónde me queda el baño?

–Sales y agarras a mano derecha y al fondo están los baños.

–Gracias.



No había nadie por el pasillo y el baño estaba solo, nada más estaba él, entré y me fui al urinario.

–Hola. -Me dice –Pensé que no ibas a venir, ¿ese es tu novio?

–Es un amigo, que lo estoy acompañando. Bueno aquí estoy. Mucho gusto François.

–Arturo, pero no me interesa tu nombre, me interesa otra cosa. -Se me acercó y bajó la mano hasta mi guevo.

–Esto si está grande vale, ¿lo puedo mamar?

–¿Y si viene gente?. –Pasó el pestillo y apagó la luz.

–Estamos tu y yo. –Se agachó y comenzó a mamarlo, sentía como su lengua recorría todo mi guevo y lo mojaba, se lo metía y volvía a sacarlo. Mientras estaba agachado se desabrochó el pantalón, se levantó y lo dejó caer.

–Métemelo. –Se llenó la mano de saliva y se se la pasó por el culo.

–Espera que me pongo el condón.

–No, sin condón , mételo así.

–Estás como loco, no te conozco.

–Estoy sano.

–Si y yo soy hetero.

El condón me irrita.

–Bueno entonces no te cojo y me lo mamas hasta que acabe. -Se detuvo unos segundos y luego habló. –Bueno póntelo y me lo metes.



Me puse el condón y le dije que me lo mamara hasta dejarlo baboso, lo volteé y comencé a meterlo. Aquel culo estaba apretado y aún más él apretando el esfínter. El carajo estaba apoyado de la pared gimiendo y pidiendo que se lo metiera todo, le hice caso y empujé hasta meterlo hasta el fondo. Se puso tenso y se le marcaban los músculos, le toqué los pectorales y eran dos rocas con un par de tetillas que parecían tornillos.



Comenzó a masturbarse y acabó dentro del urinario.

–Vente ya, me tengo que ir.

–Ahora es que me falta. -No hay nada que me arreche más que acaben y me dejen a medias, lo tuve que hacer e irme con la ganas.

–Anota mi teléfono. -Me dijo.

–¿Para qué? Lo que me interesaba de ti ya lo obtuve. –Salí del baño y me fui al consultorio. Me senté al lado de Tomás.
–¿Te lo tiraste verdad?

–Si lo sabes para que preguntas.

–¿Y dónde se fue?

–Yo que sé.



Entró el visitador que me cogí a hablar con el doctor y al salir él nos tocaba a nosotros.

Cuando salió Arturo, el visitador , me hizo señas para que lo viera afuera.

–Ahora regreso, entra tú y luego paso.

–¡Qué bolas tienes François!



–Me dijo Henriquez que te lo tiraste.

–Que discreto el hombre, si, me lo tiré.

–Quiero repetir.

–Lo siento mi pana, con lo chismosa que eres no me interesa.

–Toma mi tarjeta y cuando quieras me llamas. –La tomé y me la metí en el bolsillo de atrás. Volví a entrar.



El doctor le estaba explicando a Tomás que según los resultados, aparte de estar muy bien, no tenía que empezar a usar antirretroviarales. Que de momento comiera sano, balanceado, no excederse en el alcohol, no fumar y hacer ejercicio. –Lo más importante  es que estés de buen ánimo, estar deprimido, triste o estresado te baja las defensas y eso no es bueno.



Yo empecé a preguntarle miles de cosas y nos instalamos, Tomás nos miraba hasta que nos interrumpió.



–Perdón por interrumpir tan amena conversación pero esta es mi consulta. Encima que te tiras a mi médico, también quieres quitarme mi tiempo para consultarle cosas.

–Disculpa Tomás tienes razón, de todas maneras lo que le dije a François también vale para ti y mucho.

–Voy a ir al baño un momento y así ustedes terminan de hablar.

Tomás se fue el baño y aproveché para decirle unas cosas al medicucho este.



–¿Cómo que se molestó tu amigo?

–Lógico, nos enganchamos a hablar y lo ignoramos, pero no te quería hablar de eso. ¿Tú para que le cuentas al visitador médico que tú y to tiramos?

–Tú le contaste a Tomás.

–No es lo mismo, Tomás es mi amigo

–Arturo es mi amigo, el problema es que él te lo dijo y no debió. Con el podemos hacer un trio y me cogen los dos y luego me los cojo.

–No me interesa estar con ese tipo. Por cierto, te iba a preguntar, ¿por qué tienes el culo tan abierto? Has llevado guevo que jode o que?.

–Te tiraste a Arturo en el baño, me contó. Lo tengo distendido porque…-En eso regresaba Tomás y no pudimos seguir.

–Yo me voy a retirar para que ustedes conversen traquilos, ¿ok? Te espero afuera.



15 minutos después salía Tomás de la consulta y nos fuimos, lo invité a un café.



–¿Ya estás más tranquilo con lo que te dijo el doctor?

–La verdad si, me tranquilizó, pero le dije que no quería esperar hasta que necesitara medicamentos que si los podía comenzar ya, me dijo que en la próxima consulta dependiendo de los exámenes evaluabamos eso, pero no habría problema en empezar de una vez.

–Esa es tu decisión, consúltalo con él la próxima vez.

–Me recomendó ir a un psicólogo.

–¿Y eso?

–Me preguntó si había tenido relaciones sexuales con protección y le dije que no había tenido nada con nadie desde que me enteré y me puse a llorar.

–¿Por qué?. –Le dije eso y volvió a llorar.

–Porque nadie quiere tirar conmigo…cada vez que les digo que tengo vih huyen o me dicen que no.

–¿Y tú para vas diciendo que tienes vih? Protégete y listo.

–Noooo, yo no puedo hacer eso, ¿y si se contagian por mi culpa?

–Ay por favor Tomás.

–Hazme el amor esta noche, quiero dormir contigo, yo sé que tú no me vas a rechazar.

–¿Sabes que significa que nos acostemos? -Yo si sabía, me iba a quitar la cojonera que me dejó el otro en el baño. –Te vas a enganchar más y me vas a reclamar cosas como que no te paro, que si fuesemos novios y toda la paja.

–Sólo quiero hacer el amor y que me abraces, lo necesito, necesito sexo, no me lo niegues tú también.



Como siempre se me paró el guevo, pagué y nos fuimos a mi casa.

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