El doctor retiró la sábana, sacó de su bata el gel para ecografía y derramó una cantidad considerable en mi guevo. Comenzó a masturbarme.
–Cuéntame tu vas pendiente de tópicos o
haces de todo en la cama -Me estaba pajeando a una velocidad que estaba a punto
de venirme.
–Hago de todo. -Me estaba estremeciendo
y el frío del cuarto no ayudaba.
–Que bueno escuchar eso. Porque yo me
quiero meter esto, pero también te quiero coger y hacerte otras cosas. –El tipo
se dio cuenta que ya estaba a punto de venirme y se detuvo. 2 chorros salieron
en linea recta y cayeron en su mano y dedos, las siguientes salpicadas en la
sábana.
Retiró su mano y se la lamió. –No soy
un loco, vi tus exámenes y estás negativo en todo. La tienes dulce. –Me limpió
con unas toallas húmedas que también cargaba y me volvió a poner la sábana
encima.
–¿Ya? ¿eso es todo?
–Si, estás convaleciente. No puedes
agitarte mucho, toma mi tarjeta, están mis números me escribes al WhatsApp y te
mando la dirección de mi casa para que me visites, vivo solo. Lindo el
escapulario.
Se fue y yo miré mi pecho y
efectivamente tenía un escapulario pero no sabía quien me lo puso. Venía con
una tira delgada de cuero marrón y el escapulario también de cuero con la estampita
de la virgen de Coromoto. Me imaginé en ese momento que había sido Humberto.
Un par de horas después desayuné y al
rato llegó Humberto, había dejado todo listo para llevarme a casa, ya me podía
ir.
–¿Tú me pusiste este escapulario?
–Eeeh no, te va a sorprender quien te
lo puso.
–¿Caín?
–No chico, jajajaja
Bueno él no es tan dado a hacer cosas
como estas como su hermano que a lo mejor eso es lo que me iba a sorprender.
–Fue Jack. -En ese momento sentí que la
sangre se me congeló en las venas y estuve unos segundos sin modular palabra.
–¿Cómo sabes que fue él?
–Bueno, me lo imagino, Abel fue el que
lo vio, un tipo alto, fuerte vestido de negro y llegó en una moto inmensa,
tenía un casco puesto, preguntó por ti y entró, al verte, se acercó y te dio un
beso en la frente y te puso esto en el cuello, eso lo vio Abel, que le dijo que
hacía ahí y el hombre lo apuntó con un arma y salió disparado del cubículo.
No podía creer lo que estaba
escuchando, tuve a Jack tan cerca y no lo supe. Cuando llegamos a casa de
Humberto le escribí.
–<¿Tú me pusiste el escapulario?>
–<Hola, que bueno que ya estás en
casa, sí, te lo puse, ahora es tuyo. Cuídalo que viene de generación en
generación>.
–<¿Por qué te fuiste? Te hubieses
quedado, quiero conocerte.>
–<No es el momento de conocernos>
–<¿Te puedo llamar?, quiero escuchar
tu voz>
–<No tienes mi número, además aún no
es el momento>
–<Contigo nunca es el momento.
Quiero saber de ti, qué haces, tienes familia, hermanos>
–< Yo solo tengo a Dios que me
protege y a mi Virgen y a través de ellos te protejo a ti>
–<¿Por qué me proteges? No soy un
narco, ni un matón, ni nadie importante.
–<Para alguien si eres importante.
Te protejo porque me da la gana de hacerlo. No te acerques de nuevo a las
drogas, la próxima vez tomaré yo cartas en el asunto>
–<¿Eres gay?>
–<Jajajaja cuidate François, no te
separes de los gemelos>.
No escribió más. Pero algo me decía que
también era gay. Nunca había conocido a un sicario, ahora conozco a 2 y ambos
gais, bueno, hay uno bajo sospecha.
Al día siguiente llevé a los gemelos al
odontólogo, los esperé hasta que salieron y los llevé a su casa, les dije que
tenía que hacer unas diligencias pero luego regresaría a su casa. Las ganas de
beber me estaban matando, necesitaba
alcohol. La cocaína no la quise ver más nunca en la vida, el susto fue grande y
no me quedaron más ganas de seguir metiéndome eso.
Me estaba orinando y entré a un
restautrante, aprovecharía para tomarme una cerveza o un whisky, algo que
tuviera bastantes grados. Entro y busco una mesa para pedir una cerveza e ir al
baño. Cuando me paro de la mesa y camino escasos metros ¡Oh sorpresa! Frente a
mi Luis Soto el técnico de los aires acondicionados y lo acompaña una bella
mujer, Laura, ¿se acuerdan de Laura? Mi contraparte en la Universidad. Cuando
los veo juntos me acuerdo cuando Ernesto me dijo que estaba saliendo con un
tipo mayor que ella.
–Epa Luis ¿cómo estás?
–Coño chamín bien y tú? Mira te
presento a
–Laura, si yo la conozco, ella…-Laura
me peló los ojos discretamente- Estudió conmigo en la Universidad, ¿cómo estás?
–Bien François ¿y tú?
–¿Son novios?
–Si, ya tenemos varias semanas
saliendo -Me dijo Soto. –Siéntate con
nosotros.
–Bueno yo entré para tomarme algo e ir
al baño, que a eso iba.
–Te acompaño, ¿me esperas mi amor?
–Bueno, sí.
–¿Tú que haces con esa mujer?
–Bueno pasar el rato, tengo ganas de
estar con una mujer y esta es una diabla en la cama.
-No me
extraña, esta caraja es más puta que el carajo. Casi ella y yo hacíamos
competencia a ver con cuantos tipos nos acostábamaos en la Universidad.
–Coño, pero ya debe estar calmada.
–¿Calmada? Esta es un saco de
enfermedades venéreas.
–Verga no me eches esa vaina, mira que
yo me la cojo sin condón
–Es un decir, pero nunca se sabe.
Déjala ahí y nos vamos.
–¿Estás loco? Vine con ella como la voy
a dejar tirada.
–Mírala, está hablando con un tipo, mira
como se mueve y donde tiene la mano, no
está hablando con una amiga. Haz una cosa, págale la cuenta y un trago más y
nos vamos pal coño.
–Aja ¿y salimos por donde?
–Por ahí. –Le mostré la cocina. –Estos
seguro tienen puerta trasera.
Soto, fue a la caja y pagó la cuenta y
dio un poco más para un par de tragos. –¿Nos podemos ir por detrás del
restaurante? Ella no nos puede ver.
Nos guió por la cocina y salimos por el
basurero, una manera poco digna de irnos pero así son las cosas cuando las
ganas se juntan.
–Busca tu carro y nos vamos a mi casa.
–¿Qué carro? Ella me dio la cola, el
mio está en el taller.
–Mejor, en el mio, luego te llevo a tu
casa
Llegamos a mi casa y ese hombre se
volvió como loco, la pasa bien con una hembra pero con un macho se le vuelan
los tapones. Le di un condón y de una me
bajo los pantalones sin desabrochármelos, Aquel guevo grueso y tieso me lo
acercó a las nalgas –¿Lo quieres dentro?.
–Te estás tardando. –Le dije. Me arrimó
a la puerta de entrada y ahí parados comenzó a meterlo, con mis manos abrí mis
nalagas pero él las sacó y me agarró los brazos poniéndomelos arriba de mi
cabeza y ahí los sujetó. Lo único que se escuchaba era el golpeteo de la
puerta, cada empujón hacía sonarla.
–Vecinaaaa, ¿todo bien? –La chismosa
del edificio siempre preocupada, pero no sabía que mi mamá no estaba.
–TODO BIEN RAQUEL GRACIAS. -Aquella
puerta estaba que se caía, Soto me estaba desbaratando la cadera. Me volteó. –Súbete
a mi. -Lo hice, agarró su guevo y ubicó el culo y pa’ dentro otra vez. Mientras
me lo metía me llevó al mesón y ahí me acostó. Me alzó las piernas y de nuevo
los empujones. Me pellizcaba las tetillas y me daba cachetadas, una y otra y
otra vez.
Me bajó de ahí y me llevó al fregadero,
me subió la pierna al tope y de nuevo parados y con el culo expuesto me lo
metió. –Aguantas guevo carajo –Yo volteé la cabeza y le di un lata. Me bajó la
pierna y me sacó de la cocina.
–Túmbate en el piso. -Boca arriba me
levantó las piernas y me las llevó hasta mi cabeza, lo más que pudo, se montó
encima de mí y de nuevo ese guevo entró. Estaba tan encorvado y con las
dimensiones de mi guevo, el glande lo tenía en mi boca, la abrí y me lo metí ¡Dios!
No saben lo que es eso, mamarte tu propio guevo mientras te cogen.
–Como estás gozando coño y te mamas el
guevo, acaba en tu boca que yo sigo aquí. –Logré meterme algo más que la cabeza
y estaba a punto de venirme. Comencé a gemir, mientras los chorros cruzaban mi
garganta y con cada expulsada apretaba el esfinter y Soto se volvía más loco.
–COÑO, COÑO, ME VENGO, TRÁGATE LA MIA.
-Sacó el guevo y el condón y se fue a mi boca, me bañó los labios, el cachete,
el pelo, el oído. Se tiró al piso con la respiración entrecortada, estaba
agotado, tanto así que se durmió.
Su celular sonó y miré la pantalla, era
Laura. –Voy a contestar -Me dije, me fui
al cuarto.
–<<Aló>>
–<<¿Luis?>>
–<<No Laura, es François -A
microsegundos de soltar mi maldad– Luis está en el piso dormido, acabamos de
tirar>>
–<<Eres un marico básico, que más
quisieras tú>>
–<<Estoy con él, te voy a mandar
una foto>> - Agarré mi celular para tomar la foto y como la tengo en el
Whatsapp se la envié.
–<<¿Y ahora me crrees?>>
–<<Imbécil>>
–<<Perra>>
Desperté a Soto y se fue a duchar.
Cuando salió desnudo y vi ese cuerpote se me antojaba de nuevo, pero se me
quitaron las ganas al escucharlo.
–Yo debí empatarme contigo, me
encantaría amanecer abrazado a ti y
desayunar juntos.
Suspiré y hablé. –Bueno vístete que yo
tengo muchas cosas que hacer, cuadramos otro día y la pasamos bien.
Que manera de arruinar un tire vale.
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