Por toda la eternidad.
Luego de profanar el cuerpo de su madre, volvió a retocarlo y a
acomodarlo para dejarlo bien. Lo tapó y lo dejó en el mesón.
A la mañana siguiente apenas levantando el sol, Carmelo se despierta y
va al baño a orinar para relajar la erección que tenía, al verse en el espejo
observa su rostro, su piel se había tornado de un color azul grisáceo pálido,
vio su brazo y pecho y era del mismo color, lavó su cara y buscó una
franelilla. Iba a ver a su padre.
En su cuarto tenía un receptor para escuchar a su padre pero aquella
noche no funcionó, al entrar a la habitación, los aparatos emitían un pito
agudo y contínuo. Había fallecido.
Carmelo desconectó los aparatos, desnudó a su padre y comenzó a
prepararlo para perpetuar su cuerpo en el tiempo lo mismo que hizo con su
madre. Con una fuerza inusitada, bajó al piso el cuerpo de su madre y montó el
de su padre. Desconectó los teléfonos y celulares.
Comenzó el proceso de embalsamamiento. Abrió el cuerpo y retiró las
vísceras. Su corazón latía con rapidez y una erección se manifestó mientras
limpiaba. Se dio cuenta que le hacía falta unos químicos para el proceso, se le
habían terminado. Sabía que podía conseguirlos en un lugar; la Universidad.
Tomó su carro y se fue directo a la casa de estudios, estaba nervioso,
tenía que ir directo al laboratorio donde se encontraba lo que necesitaba.
Estacionó y se fue corriendo por el estacionamiento.
–¡Hola Carmelo, muchacho! ¿Por qué tanta prisa?.
–Hola profe, ¿cómo está? Vine a buscar unas cosas en el laboratorio
para un trabajo.
–Ah que bien. ¿Cómo está tu papá? Dile que quiero hablar con él
sobre un negocio, sé que está enfermo pero creo que le va a interesar.
–Mi papá murió profe Nestor, anoche, ya lo enterré.
–Caramba muchacho, cuanto lo siento.
–Gracias. ¿Usted me puede ayudar a conseguir estos productos, estoy
haciendo un embalsamiento a mi…perro, practico con él.
–¿No deberías pasar el duelo de tu padre y luego seguir con tus
prácticas?.
–Ya mi papá murió, no hay nada que hacer, ¿me puede ayudar profe?
–
Nestor lo vio con extrañesa pues estaba nervioso e impaciente.
–Te noto pálido, ¿está todo bien?
–Si profe, venga, es en ese laboratorio, entre y búsqueme esto.
–¿Necesitas tanto? Es un perro, no sé mucho de esto pero no creo que
necesites tanto.
–Por favor profe rápido, me tengo que ir.
El profesor le buscó los frascos, lo vieron salir pero no dijeron nada
pues es uno de los profesores más antiguos de la facultad de ingeniería y verlo
en medicina no era extraño.
–Toma, ten cuidado con esto y de nuevo lamento lo de tu padre, me
quiero reunir contigo y el abogado de la familia, ¿me harás esa gestión para
reunirnos?
–Si, si profe, yo lo hago, chao. -Salió corriendo directo a su
vehículo.
Llegó a su apartamento y entró directamente a su cuarto y comenzó a
trabajar en el cuerpo. Su cuerpo sudaba a pesar que el aire acondicionado
enfriaba toda la habitación.
Más de 8 horas le llevó tener listo el cuerpo. Tomó una ducha y
mientras lo hacía se masturbó y se imaginaba sobre el cadáver de su padre
penetrándolo. Eyaculó. Salió del baño y así mismo se lanzó a la cama sin
secarse. El frío arropó su cuerpo y su piel palideció más. Las venas se
marcaban en su piel que tenía un color mortecino.
Unos minutos descansando y abrió los ojos y volteó hacia el
mesón de acero donde reposaba el cuerpo de su padre. Escuchó el timbre, se
vistió y bajó.
En la puerta se encontraba el abogado y Nestor.
–¿Qué hacen aquí? –Les preguntó Carmelo sin abrirles la reja.
El abogado se sorprendió al ver a Carmelo muy pálido.
–¿Estas bien Carmelo?
–Si Rogelio, todo bien.
–Me está diciendo Nestor que tu papá murió, desde temprano te estaba
llamando y nadie contesta.
–Ya enterré a mi papá, me encargué de todo.
–¿Cómo pagaste?
–Con la tarjeta de crédito de mi papá.
–¿Nos dejas entrar?
–No puedo, váyanse. Rogelio, estás despedido, luego del testamento no
quiero seguir contigo. Profesor, hablamos otro día. –Cerró la puerta.
Llevó el cuerpo de su madre a la habitación de ellos y la colocó en la
cama King donde hacía unos meses atrás compartían. Regresó a su cuarto y con
esfuerzo volteó el cuerpo de su padre, se montó en el mesón y se despojó de la
ropa. Su pene estaba totalmente rígido, más de lo normal, las venas que
atravesaban el pene estaba a flor de piel.
El cuerpo de su padre estaba rígido pero buscó lubricante, humedeció
su pene y, colocando sus manos a cada lado del cuerpo se acostó sobre él y el
contacto con la masa inerte, su pene lubricó y atravesó las nalgas, cerró los
ojos, empujó y su cuerpo se tensó al correrse dentro del cadáver de su padre.
Su piel erizada por el frío y la excitación, se confundía con el similar color
que tenía la piel de su padre.
Se bajó del mesón y bajó el cuerpo llevándolo a la otra habitación. Lo
colocó al lado del otro cuerpo, entrecruzó las manos y los tapó con las sábanas
dejando al descubierto las cabezas. Los peinó. Limpió el cuarto, recogió todo y
cerró con llave la habitación.
–De nuevo están juntos hasta la eternidad. -Se sonrió y se fue a su
habitación.
Ese cuarto más nunca volvería a abrirse.
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