Montaje matrimonial.
Bertha había cuadrado
un desayuno, temprano, con 3 de sus amigas en un restaurante, ya que tenía
tiempo sin reunirse desde antes del matrimonio.
–Bruja pero eso que
nos cuentas no tiene pies ni cabeza, ¿cómo no van a estar viviendo juntos?
–Bueno ya les dije,
lo del papá es delicado y prefiere estar ayudando a su mamá.
–¿Y tu matrimonio,
qué? Que se haga cargo mi amor. ¿y han tenido intimidad?
–No, desde 2 semanas
antes del matrimonio.
–Estás como loca.
–Tú me vas a perdonar
Bertha, yo sé que tienes 5 años con él pero sigo insistiendo, tu esposo es gay.
–BUENO CLAUDIA YA,
BASTA, no te invité para que sigas con la cantaleta, Darío no es gay, me
ama.
–No ha tenido más
novias y tengo mucha gente que no tienen que ver unas con otras que me dicen
que es gay.
Bertha, es abogada y
administradora, sacó las 2 carreras en paralelo, su familia es de clase media,
viven al día. Su padre siempre anda en proyectos y negocios que nunca se
concretan, trae dinero a casa con trabajos a destajo mientras la mamá vende
productos por catálogo. Su deseo de conseguir a un hombre que la sacara de ese
hueco económico se hicieron realidad, a medias, con Darío, su familia, que no
es millonaria, viven cómodos y tienen el dinero suficiente para vivir bien.
Bertha vio en él el
mejor partido, a pesar de que los chismes de su orientación sexual los sabía
antes de casarse pero a ella no le importó pues tenía un objetivo, y, 5 años
después, se hizo realidad.
–Pues yo no he visto
nada raro en mi esposo, así que no puedo decir que eso sea cierto, él me ha cumplido
siempre.
–Y hablando de
cumplir -Hablaba la tercera amiga –Nunca has dicho como es el hombre en la
cama, y si es dotado.
–Aaaay no voy a
contar esoooo.
–Yo te puedo decir
como es, yo estuve con él mucho aaantes que ustedes comenzaran a salir. -Todas
quedaron boquiabiertas con la confesión. –Primero, en la cama es normalito,
nada del otro mundo y de aquello también normalito, no es nada de sorprenderse,
y si te digo que es gay es porque me lo han dicho hombres y mujeres mi amor.
–Pues a mi en el sexo
me encanta, lo hace muy bien -mintió –y de su pene, no me quejo.
–Bueno bruja, si a ti
te gusta, que es lo que importa pues éxito y felicidades de nuevo, eso sí mi
amor exígele que se muden YA juntos y tengan hijos, amarra a ese hombre con un
niño para toda la vida.
Luego de hablar de
otras cosas, se fueron 2 de ellas. Bertha se quedó con su mejor amiga.
–No soporto a Claudia
cuando me dice esas cosas.
–Claudia no es de las
que dice las cosas por decir bruja, es lo que te puedo decir, me quedé loca con
lo que dijo que se acostó con él hace años.
–Yo estoy feliz con
Darío.
–¿De verdad? ¿estás
segura?
Bertha se quedó
callada unos segundos y bajó la mirada. –El amiguito de Darío no lo soporto
Diana, siempre están juntos, salen juntos mientras yo sola en la casa.
–Aaaay bruja, mucho
cuidado con eso. Mucha gente habla de que es gay, abre los ojos.
–No, yo me casé y
casada estaré. Darío no es gay amiga, es Rogelio, él si es gay y se le mete por
los ojos a mi esposo.
–Bueno, abre los
ojos, ponte pilas, averigua. Chao brujis, te llamo en la tarde a ver si nos
vemos tú y yo. ¿Vas donde Carmelo?
–Si, tengo que
arreglar unos asuntos con él, de su fideicomiso y unos documentos.
–¿Ves? Ese es un buen
partido.
–Dianaaaa, ¡estoy
casada! Estás loca si crees que me voy a enrredar con Carmelo.
–Es guapo, no lo
vas a negar y es como misterioso, serio, debe ser pervertidito en la cama.
–jajajajajajaja ya,
locaaa, hablamos luego y te aviso, besitos.
Bertha llegaba al
penth house de Carmelo, estab estacionando.
Carmelo había entrado
por primera vez despues de muchos años a la habitación de sus padres. Los
cuerpos y la cama estaban llenos de polvo y estaba sacudiendo un poco y
aspirando para volver a cerrar la habitación hasta otros años más. Los volvió a
tapar y les dio un beso a ambos.
Cuando cerraba la
puerta sonó el timbre. Fue a abrir, era Bertha.
Al abrir la puerta se
peino con las manos y se sacudió la chemise.
–Hola, Buenos días
preciosa, gracias por venir.
–Buenos días cariño,
gracias, como siempre es un placer verte, ay mira, 2 copas.
–Cada vez que vengas
te espero con una botella de vino y queso. Los negocios hay que hablarlos así,
adelante, siéntate mientras busco la botella.
Destapó la botella y
sirvió en las 2 copas, brindaron.
Bertha sacó unos
documentos para que Carmelo firmara y además conversar del pago mensual que
recibía por las ganancias en los negocios de su padre.
–Quiero que ahora sea
el 2 por cierto de las ganancias netas, más mi sueldo que también quiero un
aumento.
–Esta bien, no hay
problema, sabes que eso pasa por la junta directiva de las empresas pero un
mero formalismo, pero hay que esperar un poco, lo demeas marcha bien, ya con tu
firma aquí agilizamos.
–Toma tu cheque por
tus buenos servicios preciosa. ¿Cómo va el matrimonio? No pude ir a tu boda,
estuve complicado con el trabajo, ya sabes como es.
–Bien cariño, bien
–Bertha sonrío con resignación
–Mmmmm vaya, no
suenas convincente, le pasó la mano por su mejilla, ya me contarás, cuando
quieras.
–Bueno, es que…-Sonó
el timbre. Lo llamaban de la oficina de condominio por un problema en un pago.
–Voy a bajar un
momento, espérame aquí, estás en tu casa, sírvete más vino, ya regreso.
–¿el baño? ¿Cual
uso?.
–El mio no, usa el de
afuera, aquella puerta.
Carmelo salió del
apartamento y Bertha revisó su celular, contestó 3 mensajes, uno de ellos de
Darío.
–<Cuando lleguemos
al apartamento hablamos mi amor, quier que vayas hoy a nuestro apartamento.
Necesito hablar contigo> -Contestó otros mensajes, hizo una llamada y se
levantó para ir al baño. Se tomó loq ue había en la copa y se acercó a la
puerta pero le llamó la atención la puerta de al lado que estaba apoyada pero
cerrada, tomó el pomo y comenzó abrir, vio hacia la cama y la vio ocupada por 2
personas.
–¿Qué haces? ¿no ibas
al baño? –Carmelo cerró la puerta.
–Ay disculpa, me
confundí, ¿es esta no?
Entró al baño y
Carmelo se sirvió más vino y se lo tomó de una vez. Bertha salió del baño
Se acercó a la mesa
donde estaba Carmelo y se sirvió vino y tomó un trozo de queso.
–En ese cuarto, ¿era
el de tus padres? Vi que había… -Carmelo la abrazó la trajo hacia él y le dio
un beso en la boca, beso que Bertah respondió. Sus lenguas jugaron.
Bertha se separó.
–Wao, ya va, ya va,
Carmelo, espera, no, esto no puede pasar. Estoy casada.
–Me gustas mucho
Bertha, no sabes las ganas que tenía de hacer esto desde hace tiempo, desde que
nos conocimos.
–Si, pero no, esto no
puede ser.
–También te gusto
verdad.
–No, no e seso, si,
bueno, no sé…-levantó la mirada y ahora fue ella quien besó a Carmelo, la mano
derecha se deslizó por la falda y llegó a su pantaleta, metió la mano y sintió
su entrepierna húmeda.
–Como se ve que
tienes ganas que un hombre te haga el amor de verdad. Darío no lo hace y deseas
eso. –Otro beso y Carmelo introdujo sus dedos en la vagina.
Bertha se alejó de
él.
–¡No! No, no, no,
esto no puede ser Carmelo, disculpa, me tengo que ir…ahí te dejo los papeles,
lee los otros que te dejé y me avisas. ¿Me … abres?
–¿De verdad quieres
irte? Tu cuerpo quiere otra cosa.
–Me tengo que ir
Carmelo.
Le abrió la
puerta. Bertha se montó en el ascensor, se le quedó viendo a los ojos a
Carmelo hasta que cerraron la puertas.Se apoyó en ascensor, su reespiración
estaba acelerada. Tocó su entrepierna y estaba mojada. Le recorrió un
escalofrío y se sonrío recordando las palabras de Diana “Es guapo, no lo
vas a negar y es como misterioso, serio, debe ser pervertidito en la
cama”.
Bertha se rió
tapándose la boca, no podía evitar reirse, era una risa nerviosa. Se abrieron
las puertas y una mujer esperaba el ascensor, la risa la detuvo y salió
caminando rápido.
Cuando se montó en su
carro sintió un frío en la parte interna de su pierna derecha, pasó su mano.
Era el flujo que se había deslizado, volvió a estremecerse, sus manos le
temblaban.
–Cálmate Bertha, sólo
fue un par de besos, bueno 3 y te tocaron allá abajo y ya, no es para tanto.
–Sintió como una cantidad de líquido salía de su entrepierna.
Se vio por el
retrovisor, se peinó con la mano y siguió manejando hacia su trabajo.
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