¿Justicia o venganza?.
Jorge entró a través de la red a los archivos de la
clínica donde se realizan todos los exámenes médicos de los empleados de la
empresa. Buscó el expediente de Adolfo y los alteró.
Al día siguiente la adjunta al director de RRHH se
comunica con Jorge para informarle de los resultados del nuevo empleado.
–Jorge de los 6 empleados nuevos sólo Adolfo
salió positivo en VIH, los otros 2 de tu departamento bien igual que los demás.
Ahora dime que vamos a hacer con esto, la presidencia se va a enterar.
–Tranquila, yo necesito a Adolfo, yo me encargo de
eso, no te preocupes, no por ese detalle lo vamos a botar es bueno en su
trabajo.
Jorge se quedó con el examen de sangre para reunirse
luego con Adolfo.
Ya había pasado una semana y la presión que tenía
Jorge hacia Adolfo había bajado, algo que Adolfo agradeció. Ese día salieron a
las 8 de la noche de la oficina, Adolfo estaba sin carro y Jorge se ofreció a
llevarlo.
–Te voy a dar la cola con una condición.
–¿Cuál será jefe? No me digas que me tengo que
quedar trabajando en algo que se te acaba de ocurrir.
–Yo soy coñoemadre pero no tanto chico, relájate.
Que te vengas a tomar unas cervezas para celebrar tu nuevo empleo.
–¿Este cabrón me está invitando unas cervezas? No
lo puedo creer, hasta hace unos días era una mierda conmigo y ahora es una
sedita. No joda acepto. MI JEFE ME VA A INVITAR UNAS BIRRAS , ¡QUE BIEN!.
Se lo llevó a un bar de una avenida del oeste de la
ciudad. Un bar de mala muerte donde va todo tipo de gente, es gayfriendly
pero de muy bajo nivel y la zona es peligrosa.
–¿Dónde me trajo este? ¿Que barsucho es este?.
–Por tu cara veo que no estás
acostumbrado a estos lugares, déjame decirte que esta es la cara de la ciudad,
esta es la realidad, no los locales del este a los que estás acostumbrados.
–¿Y cómo sabes que yo no frecuento estos sitios y sí
los otros?
–Papasito, Facebook es una ventana abierta. –le dio
un beso en la boca. –Siéntate ahí, ¿quieres una cerveza o un trago?.
–Una cerveza, verde.
–Marico este me besó, este pana quiere guerra. Es
como sospechoso todo esto, voy a ver hasta donde llega el este guebón.
Comenzaron a conversar con la segunda cerveza. Jorge
le contaba de su infancia y de sus época en el colegio. –La peor etapa de
mi vida -Dijo, aunque le mintió acerca del colegio donde estudió, Adolfo seguía
pensando que lo conocía de algún sitio.
–En mi colegio también había bullying y que
jode, yo tenía de sopita a varios jeje, como jodíamos, pero luego quedamos
panas todos, creo que es normal, los carajitos son crueles.
–Si vale, es pura jodedera, esas vainas pasan en el
colegio.
Comenzaron a hablar de cosas íntimas y aunque era
tácito el tema, hablaron de la homosexualidad de ambos.
–A mi me gustaban las carajitas, de hecho antes de
graduarme de bachiller me cogí como a 4 en bachillerato. -Ya llevaban 4
cervezas. –Pero los carajos también me gustaban pero fue en la universidad que
me destapé como gay.
–Yo desde carajito se que soy gay.
–Se te nota a leguas panita jeje –Pensaba
Adolfo.
–Estuve muy reprimido hasta la universidad, que tuve
un noviecito con el que duré 4 meses hasta que me enteré que se tiraba a todo
lo que se movía, y no tuve más novios, puro encuentros sexuales, todo muy
rápido, a escondidas, sin caricias, ni un cariñito, ni besos, una tirada y ya,
me dejaban ahí cogido y solo.
–Una putica pues jajaja, verga que chimbo, yo si
tuve unos cuantos novios pero no me duraban pues me descubrían los cachos
jejeje. Casi me botan de la universidad cuando me pillaron tirando con un
profesor. Mi papá tuvo que bajarse de la mula para que no me botaran, claro, le
mentimos, dijimos que fue una profesora tanto para no rayar al profesor ni que
mi papea descubriera que era gay. Me exigió las mejores calificaciones y bueno
ahí está mi curriculum.
–Tú también eres una puta entonces jajaja.
Siguieron hablando y ya iban por 7 cervezas cada
uno. Ya estaban besándose en la mesa y Adolfo metiéndole mano a Jorge. Pidieron
2 rondas más y fueron juntos al baño.
–Quiero cogerte jefe.
–¿Á por qué crees que te traje a este bar a tomar?
Para que luego me cogieras, me gustas que jode Adolfo. -Mintió.
–Naguevoná el pana se confesó y lo peor es que a
mi me gusta también pero es un maldito mamaguevo.
–Sácatelo ahí para darte una mamada.
–Dijo Jorge mientras orinaba.
–Uf que rico, mi jefe se va a agachar a mamarme
el guevo. Dale pues, agáchate y trágatelo.
Jorge se puso en cuclillas, tomó el pene del hombre que
le hizo la infancia miserable. Al tener ese pene en sus manos se le vino a la
mente millones de cosas que podía hacer en ese momento. Miró el pene y se
acordaba de él. A los 8 años aquel pene era enorme, ahora lo veía pequeño.
–Maldito desgraciado, no sabes lo que te espera.
–Comenzó a mamarlo, jugaba con su lengua, humedecía bien el pene y se lo metía
todo en su boca mientras lo masturbaba y halaba los testículos. Succionaba y le
daba suaves mordiscos al glande. Hombres entraban y salían del baño sin detenerse
a ver que pasaba y ellos concentrados en la felación.
–Me vas a hacer acabar.
–Lléname la boca, me gustas mucho Adolfo, me gustas.
–Siguió mamando hasta que sintió como el semen recorría su boca con 3 chorros.
Los recibió y luego escupió todo eso.
–Wao marico, mamas guevo divino.
–Y deja que lleguemos a mi casa y me cojas.
–Yo no puedo quedarme afuera.
–Sí, sí puedes. Esta noche duermes conmigo, si es
que dormimos. Vamos a pagar y nos vamos.
–Voy a tirarme a Jorge, no puedo creerlo, Dios
que rico mama guebo, debe ser una puta tirando.
–Gato. -Era el del bar –Pídeme un taxi, yo no puedo
manejar así, dejo el carro en el estacionamiento.
–Tranquilo, dame las llaves que sabes que aquí está
seguro.
–¿Nos vamos en taxi?
–Si, yo no pienso manejar así de ebrio como estoy.
–¿Y no es peligroso?
–Tenme más miedo a mi que a un malandro cariño,
tenme miedo.
–¿Perdón?.
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