martes, 27 de octubre de 2015

Se me antoja quererte 2 TEMPORADA FINAL #SMAQ


Amadeo y Andrés.

Con cualquier excusa, Amadeo le pidió a Andrés el número de teléfono de Calixto, el chofer.

–<<Bueno Calixto, tengo todo ya cuadrardo para el sábado, es a las 10 de la mañana, pero tenemos que estar un par de horas antes en el lugar>>

–<<Entonces los paso buscando a las seis de la mañana y arrancamos>>

–<<Perfecto, el viernes terminamos de coordinar, yo igual tengo que cuadrar unas cosas con la gente esta>>

–<<¿No es peligroso eso? A mi me da un poco de temor, más bien respeto, ¿está seguro de hacer eso?>>

–<<Tranquilo, es seguro, además estamos con profesionales, estando allá pregunto a ver si usted también puede montarse>>

–<<Je,je, je noooo, ni loco. Estamos en contacto señor Amadeo>>

–<<No me digas señor, deja el protocolo para Andrés, nos hablamos, chao>>

Amadeo iba a llegar con dos buenas noticias para Andrés; la sorpresa el sábado y la otra un trabajo de medio tiempo como asistente en una firma de ingenieros y podía sacar de una vez ahí las pasantías.



Calixto dejó a Andrés en el apartamento, lo acompañó hasta arriba. Cuando abrió la puerta Amadeo le dijo a Calixto que pasara –Lo que le voy a decir a Andrés quiero que lo escuches.

Andrés se le acercó a Amadeo y le dio un beso en la boca, Calixto se sonrrojó pero le gusto el tierno gesto.

–Bueno son dos noticias, la primera es que conseguí un trabajo de medio tiempo, pagan poco pero de momento no me hace falta el dinero sino la experiencia, es en una firma de ingenieros, estaré como asistente y me sirve para mis pasantías ya lo hablé y todo perfecto.

–¡Que bien mi amor, felicidades! –Lo abrazó y le dio otro beso en la boca ¿y de que trata la segunda noticia?.

–Lo otro es una sorpresa, no puedo decirte nada y tengo a mi favor que no ves así que no sabrás hasta que te diga.

–Pendejo.

Calixto tosió a manera de interrumpir y cortar la conversación –Bueno Calixto es mi cómplice en esta sorpresa.

–Ah por eso me pediste su número, ya me parecía raro…

–Bueno, bueno, no te desvíes. El caso es que Calixto nos va a pasar buscando el sábado a las seis de la mañana para ir al lugar.

–Wao..¿este sábado?.

–No me digas que no puedes. Suspende lo que sea.

–Tengo una reunión en el bufete para un caso internacional y la reunión comienza a las 10 de la mañana.

–¿Y es muy importante? Ya tengo todo listo, no me puedes cancelar.

–¿Por qué no llama al jefe y le dice que la corra para el domingo, a veces se reunen los domingos, no creo que tengan problema –Dijo Calixto.

Andrés tomó su celular y marcó el número de su jefe y se fue a hablar al balcón. Amadeo y Calixto se acercaron sigilosamnte al balcón.

–<<Si jefe, es que Amadeo me tiene una sorpresa que ya cuadró y no hay chance de echar

para atrás eso. ¿De verdad que no tiene problema que sea el domingo? A la hora que diga usted ahí estaré. Perfecto>. Ustedes son unos chismosos, ¿qué querían oir?

–Verga ¿de verdad le dijiste lo de la sorpresa? Que fuerte.

–Si, él sabe que soy gay y sabe que tengo pareja y vivo contigo.

–¿Y sabe como te cojo también?

Calixto dio media vuelta y se fue a servir un café.

–¿Tú estás tonto o qué? ¿qué cosas dices?

–Ja, ja, ja no sé se me ocurrio decirte eso.

–Incomodaste a Calixto.

–No, no, no, por mi no se preocupen –Dijo el chofer en la distancia de la cocina.

El viernes en la noche prepararon todo para salir temprano el sábado. Amadeo le dijo a Andrés que llevara suéter pues a lo mejor hacía frío. Llevarían para el camino unos sanduches. Andrés no tenía ni idea adonde iban así que se lo tomó con calma y se dejó llevar, él ya había organizado una sorpresa.

A las seis de la mañana del sábado Amadeo escucha su celular. Entre dormido y despierto lo atiende. Era Calixto –Ya estoy cerca,¿están listos?

Amadeo se levanta de golpe, despierta a Andrés y se meten a la ducha ambos para salir más rápido.

Se vistieron a toda velocidad, Amadeo ayudaba a Andrés para que estuviera listo pronto.

Mientras le ponía las medias se sonreía y le tocaba la cabeza al muchacho.

–Se te está parando el guevo y tenemos que irnos.

–Pero deja al muñeco que se exprese vale, luego lo ponemos a hacer ejercicio je, je, je –

Dijo Andrés que se acomodaba el panatalón para que no se le notara.

Cuando llegaron a planta baja, Calixto ya tenía 10 minutos de haber llegado, se imaginó lo que estarían haciendo y no les dijo nada.

–¿Todo listo?

–Todo listo, arranquemos y a comenzar a disfrutar.

–Estoy un poco nervioso, debo confesar –Dijo Andrés.

–Tranquilo que vas a estar conmigo, además lo que vamos a hacer yo tampoco lo he hecho.

Luego de perderse por unos minutos del camino, Calixto logró dar con la calle que giraba a la izquierda donde estaba la carretera que los llevaría al lugar. No podía creer lo que estaba viendo, era primera vez que veía algo así en vivo y directo.

Andrés escuchaba gente cerca y el sonido como de gas saliendo a presión pero no lograba descifrar que era.

Cuatro blobos aerostáticos dominaban el espacio, eran de varios colores, las cestas cuadradas eran enormes, habían como 20 personas pero un globo era exclusivo para

Amadeo y Andrés.

–Mi amor, bienvenido, vamos a dar un paseo en globo. ¿quieres venir?

Andrés se le iluminó la cara, una sonrisa apareció y con sólo verlo había dicho que sí. –Contigo me monto donde sea, ya quiero hacerlo.

–Espera que hablo con el instructor que va a venir con nosotros y nos vamos.

Amadeo llegó donde el instructor para conversar.

–Quiero que vengas tú con nosotros, como te dije es mi novio y le voy a proponer algo.

¿No tienes problema?

–Para nada, he visto de todo en este negocio, ya nada me sorprende, además tengo montones de amigos gais, lo pasaré bien con ustedes en el paseo –Dijo Roberto, el instructor.

Amadeo regresó. –Listo a montarse, Calixto, tú puedes ir en uno de los otros globos que va con otras personas, ya hablé con el pana y me dijo que sí.

–Wao, gracias Amadeo, pero me da susto.

–Tranquilo esta gente es profesional.

Roberto ayudó a Andrés a entrar en la cesta y luego entró Amadeo, cerró, soltaron las amarras y los pesos y comenzó el ascenso, el primer movimiento de la cesta hizo que Andrés se aferrara a la cesta, se puso tenso.

–Mi pana tranquilo, no va a pasar nada. –Había una brisa suave pero constante, perfecta para disfrutar con traquilidad la vista. Amadeo estaba feliz de ver contento a su novio que ya se había relajado. El instructor les iba explicando y hablando sobre los globos. Quien lo

inventó, desde cuando, cuanto tiempo tiene en el negocio, anécdotas, etc.

Roberto los dejó que hablaran ellos y se puso a revisar su celular y estaba pendiente de la radio.

–¿Qué te ha parecido esto?

–Fantástico, siempre quise montarme en uno, desde pequeño.

–¿En serio? Que fino. Lástima que no puedas ver todo esto, es impresionante lo que tenemos alrededor, unas monta...-Andrés le puso la mano en la boca.

–Deja que yo me imagine todo eso, no me lo cuentes. –le dio la espalda a Amadeo y levantó a cara al cielo mientras le llegaba la brisa a su cara, Amadeo simplemente lo abrazó por detrás y así estuvieron unos minutos sin hablar.

Roberto de vez en cuando los veía y sonreía

–¿Cómo estará Calixto? -Preguntó Andrés.

–Si quieren les averiguo y les comento –Dijo Roberto que se comunicaría por la radio.

–Siento una paz estando aquí arriba y contigo, es una sensación que no puedo explicar Andrés, pero me siento bien y feliz a tu lado.

–No le busques explicaciones, disfruta cada momento de la vida, disfrutemos este regalo que nos ha dado la vida.

–Te lo di yo no se te olvide je, je, je.

–Tonto, ven acá –Le dio un beso en la boca que duró varios segundos. Roberto por un instante se sintió incómodo y se volteó.

Cuando ya llevaban casi una hora de paseo, Roberto les dijo que ya iban a regresar.

–Espera, dame un chance mi pana Se metió la mano en el bolsillo.

–¿Qué haces? –Le dijo Andrés.

Amadeo tomó su mano. –¿Te quieres casar conmigo cieguito hermoso?

Roberto se quedó impresionado, reaccionó cuando lo llamaban por la radio.

Andres sintió como el anillo entraba en su dedo y un calor se apoderaba de su cuerpo. –Acepto, ¡coño, claro que acepto! –Se abrazaron y de nuevo un beso que esta vez duró una eternidad y Roberto ya no sabía si ver su celular, atender la radio o redirigir el globo para regresar.

–Eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida Amadeo, no sabes como agradezco todos los días a Dios por haberme tropezado en esa acera.

–Yo pensaba que el amor era Aníbal, que él era lo que yo necesitaba, un tipo maduro, con dinero, que me protegiera y mantuviera, eso para mi era el amor perfecto. No sabes lo equivocado que estaba.

–Y todavía te falta que te equivoques y nos equivoquemos y aprendamos juntos lo que es vivir en pareja.

–Te amo cieguito.

–Y yo a ti.

Roberto tosió –Ya estamos a punto de llegar a tierra. ¿Cuánto tiempo tienen juntos? Ah por cierto, felicidades por esa petición.

–Casi 10 meses.

–Que bien, felicidades para ambos y bendiciones. Sujétense fuerte que podemos tocar tierra un poco rápido.

Ya en tierra estaba esperando que Calixto llegara en el otro globo, era cuestión de minutos.

Al llegar se acercó a ellos y Andrés le mostró su mano. Mira esto. ¿qué te parece?

–Caramba...¿se comprometieron? ¿se van a casar?.

–Asi es Calixto y tú serás nuestro padrino de boda.

–¡Que honor! Claro que si.

–¿Cómo te fue en las alturas?

–Bueno...al principio estaba y me disculpan la palabra cagado, pero luego la gente comenzó a hablar, me metí en la conversación y se me fue pasando.

–Que bien, valió la pena entonces.

–Asi es. Bueno, como yo voy a ser el padrino de esa boda los invito el almuerzo al llegar a la ciudad y nos tomamos un vino.

–Acepto la invitación padrino –Dijo Andrés.

Al subir en el carro, Andrés y Amadeo se montaron en el asiento de atrás, comenzaron a besarse. Calixto los vió por el retrovisor, levantó su mano derecha hacia el techo del carro y

bajó una persina negra que se enganchaba en la guantera que estaba entre los asientos delanteros, y encendió la radio, quedando aislados de Calixto.

–Estoy muy excitado y quiero que me lo mames ahora –Le susurró al oído Amadeo a Andrés, y este le bajó el cierre del pantalón y comenzó con lo que le pidieron.

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