“Eres un
engendro, estás enfermo, deberías refugiarte en Dios y salvarte”
“Lo que has
hecho es contranatura, naciste hombre y tienes que morir hombre”
“Arrepiéntete y
Dios te perdonará por lo que has hecho”
“Eres una
valiente, sigue así, hay que luchar por lo que uno quiere y vivir lo que
siempre has querido, no le pares a lo que digan los demás”
“Eres un
maricón, estás con un hombre y los maricos hay que matarlos”
“Vas en contra
de la naturaleza, deberías suicidarte”
“Eres un
maldito marico que quiere parecer mujer,
no puedes procrear. Enfermo”
“Sigue
adelante, personas como tú, valientes le hace falta a este mundo, lucha por lo
que quieres y sé feliz”
“Deberían
quemar a todos los maricos y limpiar este mundo de esa escoria”
Cientos de mensajes de este tipo recibió
en su twitter durante los días posteriores a la publicación de la entrevista
que también fue publicada en internet.
Débora no había caído en cuenta lo
poderoso que podía ser una información o el tema de su transexualidad hasta que
lo vivió en carne propia.
Una mañana amaneció el nuevo local con la
santamaría golpeada y rayada con grafitis cargados de odio. Había excremento y
orine en la entrada. Débora entró en pánico y llegó a pensar que había sido
Rendel pero luego descartó la idea. Su socio la tranquilizó diciéndole que eso
era un caso aislado, que no se agobiara.
Limpiaron el lugar y quitaron los
escritos. Gracias a que la entrevista se hizo viral en las redes al igual que
los comentarios en su contra, varias asociaciones LGBTI se pronunciaron y
dieron el total apoyo a Débora y a su familia.
Una denuncia formal contra la
discriminación y la falta de mecanismo legales que apoyen a la comunidad LGBTI,
fueron algunas de las cosas que varias ONGs apoyaron y levantaron sus voces
para ejercer sus derechos.
A partir de ese momento Débora dejó de
ser anónima y ahora era una persona que conocían en la calle, se había vuelto mediática sin ella quererlo.
Alejo, por haber sido su pareja también era perseguido, en menor grado pero no
le gustaba mucho el sentirse observado. Los dos salones de bellezas adquirieron
más fama y tuvieron que contratar más personal y ya se plantearon abrir un
tercer local para atender a la gran demanda de nuevos clientes.
Débora fue solicitada en medios de
comunicación, en programas de televisión. Hasta recibió ofertas para hacer
convenios con sus locales. Le ofrecieron una participación en una película pero
la rechazó. El canal de noticias CNN también la entrevistó.
Desiré estaba feliz por todo lo que había
logrado su hija y todo el boom mediático que significó hacer esa entrevista,
pero ella tampoco escapaba del acoso. Los medios de comunicación pueden ser implacables.
Lograron dar con la historia del asesinato de su esposo y eso la perturbó un poco. No quiso
dar declaraciones al respecto.
–Este sorpresivo giro que ha dado todo
tenemos que aprovecharlo para abrir ya el nuevo local -Le decía Ramiro a Alejo
y a Débora.
–Pues tenemos que ponernos a trabajar en
eso –Dijo Alejo, Débora estaba contenta y a la vez nerviosa, se sentía expuesta
y eso le preocupaba.
Luego de conversar para cuadrar lo del
nuevo local, Alejo se la llevó a un lado para hablar.
Ramiro se quedó atendiendo la caja y
sacando unas cuentas con el contador.
–¿Por qué estás tan nerviosa?
–No sé, todo esto me da miedo, me he
sentido amenazada, no sé como explicarte, no es que han venido a decirme cosas
o algo así, es algo que siento, percibo eso.
–¿Rendel?
–No, fíjate de él ni siquiera me
preocupa. Es más anda desaparecido y las pocas veces que lo veo, me trata bien
y me saluda y hasta me ha dado la cola...varias veces...–Débora se le escapó el
comentario y quedó callada en el acto.
–¿Cómo es la vaina? ¿te ha vuelto a dar
la cola?.
–Si -Débora agachó la cabeza. –Pero no ha
pasado nada, no me ha vuelto a amenazar.
–Ay que bueno Débora, ya me quedo más
tranquilo. ¿Ya no te acuerdas todo lo que te ha hecho? Y lo que le hiciste.
–No se me olvida Alejo a mi menos que
nadie, pero debo reconocer que todo eso ha pasado, no digo que sea un hombre
bueno y ha cambiado, simplemente que se está comportando bien.
Alejo tomó su chaqueta y se fue del
local.
–Alejo, Alejo, ¿dónde vas? Alejo.
Se fue.
40 minutos después Alejo entraba al
edificio donde vive Rendel y llegó hasta el apartamento, tocó el timbre. Rendel
abrió, estaba solo en casa pues su madre estaba de viaje.
–¿Qué coño pretendes tú con Débora
ah? Que yo no me entere que le vuelves a
dar la cola imbécil.
–¿Qué pasa primito, ya tú no eres novio
de Arquímedes para que em estés reclamando.
–Y tú tampoco, para que estés buscándola
y trayéndola.
–Ah ¿pero no te a dicho nada Arquímedes? Estamos
saliendo
La furia se apoderó de Alejo y comenzó a
golpear a Rendel hasta tumbarlo en el piso y seguia golpeándolo mientras
gritaba. Los vecinos salieron y veron a Alejo en la sala tirado al piso
golpeando a su primo.
Los vecinos separaron a Alejo.
–Alejo, Alejo, Alejo quédate quieto lo
vas a matar.
–¡ESO ES LO QUE QUIERO, MATARLO!
Sacaron al joven del apartamento y Rendel
como pudo cerró la puerta del apartamento y se sentó adolorido en el sofá.
Sacó una bolsita de su bolsillo e inhaló
un poco del polvo que tenía.
–Ahora si vas a saber lo que es sufrir
primito, vas a pagarme las coñazas que me has dado.
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