Alonso y Ramón.
–Buenas tardes señorita, estoy buscando
al señor Ramón.
–Buenas tardes, ¿tiene cita pautada con
él?
–No, no, es personal, dígale que es su
tío.
–Un momento.
–<<Hola Ramón, aquí en recepción te
busca un señor, dice que es tu tío>>
–<<¿Mi tío?, ya salgo, que me de
unos minutos>>
–Siéntese, en unos minutos llega, ¿desea
un café?
–Sí, gracias. “Le voy a proponer si quiere trabajar en la agencia, aunque no sé si sea
conveniente estar ambos ahí, tener que verlo todos los días, no Alonso, no te
precipites, te estás comportando como un carajito novato, ¿qué mariquera es? Te
gusta el carajito, eso sin dudarlo je,
je, je”
Ramón llega a la recepción y ve a Alonso
sentado.
–¿Qué haces tú aquí? –se le iluminó la
cara al verlo –qué sorpresa.
–Te dije que hoy te raptaba ¿o ya no te
acuerdas?
–Si, si, pero como no me habías vuelto a
escribir ni llamar pensé que no se iba a dar.
–Vamos, agarra tus cosas y te vienes.
–Es que no he terminado, me faltan un par
de cosas.
–Ah pues, te dije que agarraras tus cosas
y te vinieras, es un secuestro, vamos.
Ramón regresó a su puesto, cogió su chaqueta y
el bolso y dejó todo encendido para que no sospecharan. Al pasar por el puesto
que era de Asdrúbal vio a la chica nueva, una rubia de lentes y le dio
nostalgia, no sabía nada de su amigo desde hace semanas.
Al llegar a la recepción llegaba un
señor.
–Buenas tardes, vengo a retirar el cheque
de una liquidación a nombre de Asdrúbal.
–¿Su nombre?
–Rubén.
–Espere aquí y ahora lo llevo a Recursos
Humanos.
–Delia, ya vengo, voy a acompañar a mi
tío y regreso.
–¿Y te llevas todo? Anda, yo te cubro
gafo.
Al bajar por el ascensor Alonso se le
queda viendo a Ramón.
–¿Te pasa algo? Regresaste de tu oficina
con una cara y luego en la recepción te pusiste peor, ¿te sientes bien?
–Si, bueno no, es que mi mejor amigo se
fue de la empresa así de un día para otro y no verlo me hace sentir mal y el
tipo que entró que no sé quien era iba a retirar el cheque de liquidación de mi
amigo.
–Mmmmm, ¿era tu amigo nada más?
–Si...es decir, bueno, estaba enamorado
de él, pero nunca me paró, el día que le confesé que era gay me le declaré y
ahí empezó todo, además él estaba saliendo con un tipo, que creo que siguen
saliendo, es un estafador, un mafioso que lo embaucó y lo tiene ahí arrastrado.
–Vaya, vente, es aquí a la derecha que
tengo el carro, sígueme contando.
–El tipo es uno de los dueños de Agustín
Sucre & C.
–Coño, los del peo ese que ha salido en
prensa y en una revista, de los negocios ilícitos que tienen.
–Así es. Asrúbal se involucró, lo
investigó y se destapó la olla.
–¿Tu amigo le descubrió las marramucias a
los Sucre? No te lo puedo creer y sigue con el tipo ese.
–Es que no sé, se desapareció.
–Debe estar escondido, lo deben estar
buscando para silenciarlo. ¿Tuviste sexo con él?.
Un silencio incómodo.
–Si y fue así, literal, yo tuve sexo con
él, Asdrúbal estaba borracho y yo aproveché y me lo tiré.
–Qué bonito vale ja, ja, ja.
Ramón
le explicó que ya no sentía ese amor por su amigo, pero lo quería mucho
y deseaba saber de él, por lo menos saber que se encuentra bien.
–No te creas yo también tengo mi
historia, una relación con un hombre mayor que yo, 15 años para ser exactos.
–¿15 años? Wao un abuelo...perdón...
–Tranquilo, pues sí, pero eso era lo de
menos, estaba casado con una mujer y no había salido del closet por supuesto,
al final decidió quedarse con su esposa pero igual quería verme, en fin, eso se
terminó mal, yo quedé golpeado, supongo que él también y la esposa se murieo. Y
para rematar está saliendo con un carajito que es un psicópata enfermo que le
hizo la vida imposible a mi hijo, mató a mi exesposa y el trastornado de mi
hijo lo perdonó, es que yo te digo a Adriano no sé lo que le pasa.
–¿Adriano? ¿tu hijo se llama Adriano?
–Sí, ¿lo conoces?
–Si, ¿y el novio es ese loco que se llama
Américo?
–¿También lo conoces?
–Si...yo conocí por casualidad a tu hijo,
luego de un pleito que tuvo con el tipo este en un restaurante, me invitó a su
casa y quería tener sexo conmigo.
–¿MI HIJO? –Alonso frenó el carro. –Ya
va, ya va.
–No, no, pero no pasó nada, yo no quise,
esa historia que me contó me chocó y no quise nada con él. Bueno luego el
Américo ese no sé como hizo pero me monté en un taxi y resulta que era él el
taxista y me amenazó, luego me lanzó en un barrio y ahí me dejó y de vaina me
matan.
–Ese tipo es un asesino. Tiene una manera
de escabullirse impresionante y mi ex lo tiene metido en su casa.
–¿Y no has hablado con tu hijo?
–De todas las maneras posibles y no
quiere entender, hasta le pagué psicólogos y no fue más, me cansé.
–Pero es tu hijo.
–Si, pero ¿qué hago? No se deja ayudar,
no lo voy a obligar. Yo ando moviendo todo para que ese asesino pague por la
muerte de mi ex, ya lo denuncié que estaba en casa de Amado.
–Bueno, vamos a cambiar de tema que te
veo alterado, vinimos a desestresarnos.
Llegaron donde iban a ver la película.
Luego del cine se fueron a cenar, estuvieron convesando de los planes a futuro
de ambos, Alonso le propuso trabajar en la agencia con mejor sueldo y Ramón
quedó en darle una respuesta.
–Yo supongo que te quedas en mi casa a
dormir.
–Supones bien. ¿te puedo pedir algo?
–Si dime.
–Esta vez quiero cogerte yo.
Hubo un silencio de segundos que pareció
una eternidad, luego Alonso le respondió.
–Ay chico, lo que pasa es que a mi no me
han metido ni un dedo por ahí atrás, no me gusta mucho eso, lo mio es cogerme
un culito.
–Pero es que yo quiero culito también
–No somos ni novios y ya me estás
pidiendo que te de culo ja, ja, ja.
–Tu me cogiste sin preguntar que quería,
fuiste de una.
–Pero no pusiste resistencia, aguantaste
como un campeón.
–Bueno aguanta tu también, anda vale.
–¿Y si me duele?
–Yo te doy despacito, voy dilatando poco
a poco.
Llegaron al apartamento.
Se fueron directo a la habitación y
comenzaron a besarse.
–¿Te vas a dejar entonces?
–Eso duele –comenzaron a desnudarse.
–Yo te doy despacio –Ramón se mojó con
saliva un dedo y comenzó a jugar en el culo de Alonso.
–A mi me gusta cogérmelos, no que me
cojan.
–Pero siempre hay una primera vez –Ya iba
por dos dedos dilatando a Alonso.
Se tumbaron en la cama y Ramón le alzó
las piernas y comenzó a lamer, chupar y morder el ano.
–Vas a hacer que esto me guste, que rico
lo haces coño.
Ramón seguía lamiendo y metiendo ahora
tres dedos –Ya estás dilatado, yo creo que puedo meterte esto –le mostró su
pene que ya estaba totalmente erecto.
–Inténtalo.
Ramón se puso el condón, buscó lubricante
y lo penetró. Sorprendido por la rapidez en que entró su pene, vio a Alonso a
los ojos.
–No te confíes de la gente mayor. Tienen
más experiencia, ahora demuéstrame que sabes tirar y párteme ese culo.
Ramón se acercó a Alonso y lo besó
mientras volvía a penetrarlo, esta vez moviéndo la cadera de un lado a otro y
empujando. Alonso estaba excitadísimo.
–Voltéate y ponte en cuatro.
Alonso lo hizo y Ramón desató su ganas
dándole con fuerza, mientras que Alonso aguantaba apretando las sábanas.
–Eres un buen pasivo veterano.
–No has visto nada –Se volteó, agarró a
Ramón y lo acostó boca arriba y el se puso sobre él. Comenzó a moverse
apretándole el pene a Ramón que ponía los ojos en blanco cada vez que sentía la
presión. No aguantó y se corrió. Alonso hizo lo mismo sobre el pecho del
muchacho. Los chorros alcanzaron su cara. Alonso cerró los ojos, suspiró y se
bajó de Ramón.
–Maaarico, no joda que cogida me echaste,
menos mal que no te gustaba ser pasivo.
–Ja, ja, ja, creo que la vamos a pasar
muy bien en el sexo.
–Espero que no sólo en el sexo.
Alonso se volteó, vio a Ramón a los ojos
y lo besó –Amén.
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