Amadeo y Andrés.
Amadeo había recibido una llamada de
Aníbal pidiéndole que lo visitara en la cárcel y tener una conversación con él.
Antes de ir al lugar donde estaba
recluído su ex fue a cambiar su línea de celular pues mucha gente -clientes
sexuales- lo seguían llamando directamente a él para concertar una cita. Decidió
cortar por lo sano y empezar de cero con su nueva línea y tampoco saber más de Aníbal.
Ir a un penal ya es un trauma y una mala
experiencia, pero al que llevaron a Aníbal era deprimente. En el oeste de la
ciudad, una cárcel de hacinamiento extremo, casi duplicando su capacidad
normal. Un edificio casi en ruinas y por dentro el lugar más sucio, oscuro y
deprimente que haya visto jamás. No le dijo a Andrés que iría a visitarlo.
A Amadeo no se le ocurrío una mejor idea
que irse bien vestido, pantalón y camisa. Cuando se dirigía a la zona de
visitas, luego de pasar los controles pertinentes, los reclusos le gritaban
piropos. El más decente que le dijeron fue “jevita fresa” . Hay quien le ofreció
una noche de sexo con sus “amigos” y hasta le preguntaban si iba a la visita
conyugal.
Amadeo no levantaba la mirada, siguió
caminando hasta que el guardia que lo esperaba le indicó donde estaba Aníbal.
–Gracias por venir carajito –Amadeo no
podía creer lo delgado y demacrado que se veía Aníbal, tenía un moretón en la
cara y alrededor inflamado.
–¿Qué te pasó?
–Aquí adentro no perdonan el que uno se meta…-hubo
una pausa -…con niños. Me violaron y casi me linchan, tuvieron que ubicarme en
otra ala del penal para resguardar mi vida pero ni así me he librado de las
golpizas.
–No es para menos...haciendo lo que
hacías, no te bastaba con la red de prostitución masculina que tenías, tuviste que
meterte con niños por Dios. Uno no termina de conocer a la gente, ya me había
impresionado el negocio que me propusiste viniendo de ti, pero luego esto, se terminó
cualquier respeto que te tenía.
–Coño carajito no me eches la bronca tu
también, tú no...
–¿Para qué me llamaste?
–Mi abogado me abandonó, más bien me
estafó y no quiso defender mi caso más, dile a tu noviecito que me ayude.
–¿Pero tú te volviste loco? Justamente
fue él que descubrió tu red de prostitución infantil.
–Precisamente por eso te lo pido. Di los
nombres de todos los carajos que trabajaban para mi y fueron llamados a
declarar, a algunos les abrieron expedientes y cumplen condenas leves. No les
he dicho tu nombre...
–¿Me estás amenzando?
–Estoy buscando una reducción de la pena
y que me trasladen a otro penal. No quiero joderte, pero necesito tu ayuda.
–¿Y si no le digo nada a Andrés?
–Solicitaré hablar con el fiscal y decir
que quiero rendir declaracion, que tengo más información que dar. -Se levantó de
la silla y llamó al guardia para que le abriera la reja e irse, dejando a
Amadeo sentado pensando en la posibilidad de entrar en esa cárcel si lo
llamaban a declarar.
Amadeo se fue de la cárcel dispuesto a
hablar con Andrés y contarle todo. Y así hizo, al final de la tarde lo llamó y cuadraron en verse en
un café antes de irse a casa.
–¿Pero cómo se te ocurre ir a ese sitio y
menos a ver a ese tipo? ¿Tú estás loco? ¿Por qué no me dijiste?
-Porque sabía que te ibas a poner así y
no me ibas a dejar ir .
–¡Pues claro que no iba a permitir que te
acercaras a ese sitio!
–Es espantosa esa cárcel, además esa
gente es toda sádica, morbosa, malandra.
–¿Qué esperabas?, esa gente encerrada con
sopotocientos de hombres sin sexo en meses y hacinados y te ven a ti, bien vestido
y perfumado, no me extraña. Ese lugar no es para ti mi amor, no quiero que
vuelvas a pisar ese lugar.
–Prometido, ¿pero que hacemos con la
amenaza de Aníbal? ¿y si abre la boca y declara en mi contra?
–Es un milagro que Aníbal siga vivo ahí
dentro con lo que hizo, no te angusties, yo estoy aquí para sacarte de
cualquier lío, él está desesperado.
–Le tengo que dar una respuesta.
Andrés le extendió su celular.
–Busca en la agenda Penal Nacional,
preguntas por el doctor Renzo, le dices que llamas de partey mia que te comuniquen con Aníbal. Y le
dices al tipo ese que tú no vas a hacer nada, que si quiere que te denuncie.
Luego de varios minutos decidiendo si
llamaba o no llamaba, se fue al baño, regresó e hizo la llamada.
Luego de solicitar que le pasaran al
director del penal, la persona que atendió la llamada le respondió.
–<<Disculpe la demora, me están
informando que el recluso que usted solicita, Aníbal, acaba de fallecer
producto de una riña, en estos momentos estamos en pleno levantamiento del informe,
muchas gracias>>
Amadeo quedó paralizado y estaba pálido.
–¿Qué pasó? –Dijo Andrés que no escuchaba
a Amadeo.
–Mataron a Aníbal.
Andrés puso su mano en el hombro de
Amadeo y luego lo abrazó –Tranquilo, sabes que eso iba a pasar.
–Si, pero no pensé que iba a pasar todo
hoy, que horrible.
Más tarde Andrés se enteró que Aníbal fue
sodomizado por varios reclusos llegando hasta introducirle por el ano palos y
tubos causándole la muerte.
En la noche Andrés invitó a cenar a
Amadeo para que se despejara un poco pero en realidad no podía quitarse la
imagen de Aníbal de su mente y sabiendo que luego de verlo lo mataron.
–Me siento responsable de alguna manera
de lo que le ha pasado...yo contribuí en esa red de prostitución, me refiero a
los que trabajamos con él, los adultos, pero incentivamos su ambición por el
negocio y querer hacer más cosas.
–Ey, deja de estar pensando en eso, tú
fuiste un engranaje de su enorme empresa, una víctima, porque mientras tu
recibías bastante dinero, el recibía el quíntuple que tú, su red no abarcaba
sólo este país, salía de nuestras fronteras. Y él también es una pieza de ese
engranaje porque esa red no se detiene
ahí, el cabecilla está bien oculto.
Amadeo, aunque seguía perturbado por la
noticia, estaba un poco más tranquilo luego de hablar con su novio.
–Vamos a llegar a casa para darte un buen
masaje y acostarnos.
–Me gusta la idea, tengo mucha tensión
acumulada, quiero llamar a mi mamá...me hace falta.
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