Debajo de las sábanas se reían y daban
vueltas, ambos desnudos se empujaban y se tocaba hasta que uno de ellos rozó el
pene del otro. Las risas cesaron, solo se escuchaba la fuerte respiración de
ambos.
–Mámalo.
–Y si sale esa cosa blanca.
–No, eso sale luego no tan rápido.
Lucas se bajó hasta la entrepierna de
Teodoro y comenzó a meterse el pene de su amigo en la boca.
Torpemente le pasaba la lengua y de vez en
cuando le rozaba los dientes.
–¡Au marico, no me muerdas!
Lucas retiró la sábana que los cubría y
siguió mamando. –Ahora te toca a ti, siempre soy yo.
Teodoro se rió y empujó a Lucas. –Mira, así
se mama. Teodoro se introdujo el pene de Lucas y comenzó a mover la lengua, se
detenía y succionaba mientras llenaba de saliva todo el miembro.
Lucas temblaba. –Ay chamo para para que me
meo, para. –Un líquido transparente salió del glande cuando retiró el pene de
la boca de Teodoro, luego orinó.
–¡Corre al baño, que me estás meando la
cama!
Lucas regresó a la cama y se acostó al lado
de Teodoro.
–Chamo esa vaina que hiciste fue brutal
marico, ¿qué hiciste? Eso no lo había sentido antes. ¿dónde aprendiste a hacer
eso?
–Viendo en youtube, hay tutoriales.
–Veeerga ¿y eso que me salió que era?
–Eso es líquido preseminal, es como un
lubricante natural para facilitar la penetración y aparece cuando estás muy
excitado.
–¿Y cómo consigues todo eso? ¿cuándo te
metes?
–Cuando me quedo solo, o en las noches que
me quedo solo en el cuarto.
–¿Y se lo has hecho a alguien? ¿Mayor que
tú? Mi papá tiene una verga grande y gruesa.
–No, solo lo he hecho contigo. Tu mamá
debio gozar con tu papá, en la películas las mujeres pegan unos gritos cuando
le meten un guevo grande, tengo que bajar el volumen jejeje.
–No me acuerdo mucho de mi mamá, yo estaba
pequeño cuando murió.
–Ella no murió, la mataron.
–¿Tú como sabes eso? Mi papá me dijo que
estaba enferma.
–Chamo te mintieron, a tu mamá la mataron y
fue mi mamá que la mandó a matar.
Lucas abrió los ojos mirando a su amigo, se
sentó en la cama.
–Mojonero, te lo estás inventando.
Teodoro comenzó a reirse, gafo, te estoy
jodiendo. Lucas se volteó y apoyó su cabeza en sus manos, sus brazos reposaban
en sus piernas, se puso a llorar. Teodoro le puso la mano en la espalda y puso
cara de preocupado, sabía que había hecho mal, aunque no le mintió al niño.
–Discúlpame chamo, era broma, perdón. Ven mámamelo de nuevo, anda.
Lucas se volteó y abrazó a su amigo. –Te
quiero mucho. –Teodoro se sorprendió con esa revelación que no entendía nada.
–Ya vas a cumplir 11 años, ¿te van a hacer
fiesta?
–No sé…mi mamá no creo que me la esté organizando,
ella no me quiere. Anda chúpame el pipí pues.
Lucas comenzó a hacerlo, seguía rozando sus
dientes pero Teodoro lo dejó.
Alguien se acercaba a la puerta de la
habitación, apoyó la oreja a la puerta y no escuchaba nada, despacio le dio la
vuelta al pomo y abrió.
–¡TEODORO, LUCAS! ¿Qué hacen?
Lucas se metió debajo de las sábanas y
Teodoro se tapó con la almohada y corrio donde estaba Ana que se iba.
–No, no, no, no te vayas, no le digas a mi
papá.
–Tú papá no está, la que está es tu mamá.
–Ella no me importa. No le digas nada
a mi papá por fa, por fa por fa.
Ana lo vio a los ojos y le sujetó la
barbilla.
–No le voy a decir nada a tu papá y menos a
tu mamá. –Se le volvió a quedar viendo a los ojos y ambos sonrieron. –¿Tú crees
que yo no hice estas cosas cuando niña? –Le dijo bajando la voz para que Lucas
no escuchara que seguía bajo las sábanas.
–¿Lo hiciste con una mujer? Guácala.
Ana le dio un manotón en la cabeza. –Vístanse,
quédense aquí pero vístanse que les traigo algo para merendar.
Ana los dejó solos de nuevo y Teodoro
regresó a la cama quitándole la sábana a Lucas.
–Cagón, sal de ahí.
–Dejaaaa. Que pena me vio mamándote el
guevo.
–Naaah que importa, ella es pana.
–Ella te quiere mucho.
–Si, más que mi mamá si, de hecho ella es
la que me ayuda en todo y me salva de mi papá jejeje
Volvieron a hacerse cosquillas y dieron
varias vueltas en la cama hasta que se detuvieron.
–¿ y este tipo que te ves con él en las
tardes?
–¿Francisco? Bien, muy de pinga, es fino salir con él, me
lleva para todos lados, hablo de todo con él, bueno las poco ‘e cosas que no
hago con mi papá que se la pasa trabajando lo hago con él, me compra vainas, yo
creo que es gay, no se me trata con mucho cariño y me besa, antes antes me
vestía y me limpiaba el culo y todo hasta que le dije que yo lo hacía.
–¿Y si te dice que quiere cogerte? ¿te
dejas?
–No sé, esa vaina debe doler, pero no creo
que pase, es que yo creo que él es mi papá, de verdad, él me lo dijo una vez
pero yo estaba carajito, pero el me lo ha insinuado.
–Yo quisiera tener sexo con alguien.
–¿Que alguien te coja?
–Si pues, pero no sé.
Teodoro se sonrió y se tocó la barbilla.
–¿Te lo meto?
–No, no, no, eso duele.
–¿Cómo sabes? No te has metido un guevo.
–Tu lo dijiste que las mujeres gritan.
–Bueno porque los tipos lo tienen grande,
son unas vainas así, -Hizo un gesto con su brazo mostrándole la dimensión de
los penes.
–Arrodíllate en la cama y sube el culo.
–Échate crema.
Teodoro fue a su baño y buscó una crema
pero no había, cogió un gel de baño. –Yo creo que esto sirve.
–¿Ya lo tienes duro?
–Si, no se me baja, ponte.
–Despacito , despacito que duele
Teodoro iba metiéndolo despacio, pero Lucas
no paraba de quejarse.
–Chaaamo no hagas ruido que nos van a oir.
Tocaron la puerta pero no escucharon porque
Lucas no paraba de quejarse.
Lo que se escuchó fue el estruendo de la
bandeja de acero caer al piso con unos sandwices y unos vasos con merengada. La
muchacha de servicio quedó impactada al verlos en la cama teniendo sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario