martes, 12 de diciembre de 2017

INQUEBRANTABLE 4. Capítulo 9


Tocaron la puerta de la oficina improvisada que habían instalado en el edificio.



–Epa Ricardo, ¿Cómo estás?

–Cristobal, buenos días. Mira aquí está mi abogado de quien te hablé, Victor Landaeta.

–Mucho gusto Victor.

Cristobal sonrió al darle la mano, Victor igual lo miró de arriba abajo, relamente era un hombre apuesto. El apretón duró unos segundos más de lo habitual.



–Bueno vine hoy para finiquitar el negocio y lo prometido es deuda.

–Vaya, cumples lo que prometes. –Le dijo Cristobal mientras veía a Victor.



–Ricardo necesito hablarte un momento en privado, ¿podemos salir al pasillo? Disculpa Cristobal.

Salieron ambos al pasillo mientras Cristobal recogía unos papeles y se sonreía.



–¿Tú me trajiste para que me acueste con el pana?

–Eres muy intuitivo eso es lo que me gusta de ti.

–O se a soy la puta para que tú obtengas el apartamento.

–Marico el apartamento lo voy a poner a tu nombre y lo vas a disfrutar.

–Yo no puedo creer esta vaina.

–Verga ¿me vas a decir que es complicado culiar con el pana?, los maricos son así se acuestan con los carajos de buenas a primeras, coño aquí vas a sacar provecho.



Victor soltó un suspiro y restregó las manos en su cara. No podía creer que el hombre que ama lo estaba lanzando como carne fresca para cerrar un trato y encima que no le importara. Vio a Ricardo a los ojos y este le suplicaba que se acostara con el hombre.



–Eso va a ser por esta vez, yo no voy a hacer esta vaina cada vez que el carajo quiera y menos ser el enlace sexual de tus negocios turbios guevón.

–Anda vale, deja ya el peo, te gustó el carajo, se te vio en la cara.

–¿Y el carajo quiere que me lo coja o que?

–Yo que se, yo creo que quiere que se lo cojan, pregúntale.



Volvieron a entrar.

–Bueno yo los dejo para que conversen, yo me llevo tu carro y Cristobal que te suba luego ¿ok?

–Ya va, ¿cómo te vas a llevar mi carro? ¿me vas a dejar aquí?

–Marico, te estoy diciendo que Cristobal te da la cola.

–Tranquilo Victor, yo en un rato subo y te dejo donde me digas.



Ricardo se despidió y salió de la oficina.



–Bueno, muéstrame el apartamento, por lo menos para saber que lo que voy a tener ahora que firme el contrato.



 Cristobal se le acercó y le dio un beso en la boca.

–Mejor dame ese culo, luego te muestro lo que quieras.

Mientras se besaban Cristobal le desabrochaba el pantalón mientras Victor le desabotonaba la camisa dejando al descubierto unos pectorales bien formados cubierto de vellos. Victor tragó grueso, terminó de quitarle la camisa.

–¿Te gustan esos pectorales? Chúpame las tetillas



Victor lo hizo mientras se quitaba con dificultad los zapatos y medias para luego deshacerse de los pantalones. Su mano recorría el pecho y los abdominales de Cristóbal, todo su cuerpo estaba cubierto de vellos rebajados, le aflojó el pantalón y el interior delataba un pene muy grueso.

–Esta verga te la voy a meter completica pero primero me la mamas bien, déjala mojada.



Victor se agachó para hacerle sexo oral. Apenas le cabía el pene en la boca, el grosor no era normal.  Puso sus manos en las nalgas del hombre, eran dos rocas velludas que Victor apretaba mientras intentaba introducir el pene en su boca. Cristobal le empujaba la cabeza.

–Coño, ya va, que me duele, lo tiene grueso, no me empujes.

–Deja la quejadera y mama. –Cristobal le volvió a empujar la cabeza. Lo apartó y buscó lubricante y se echó en el pene esparciéndolo con su mano.

–Ponte en el culo bastante, esto te va a doler. Acuestáte en el piso



Cristobal se puso sobre Victor para comenzar a penetrarlo.

–Ponte condón.

–Se me baja el guevo, te lo meto así, yo estoy sano. –Se dejó caer y el pene comenzó a abrirse paso en en uno muy cerrado.

–Au au au despacito marico, coño que duele.

–Aguanta.

–No, no, dale despacio.

El pene poco a poco iba entrando mientras que Victor se relajaba y pujaba para facilitar la penetración.

Una vez adentro, Cristobal empujó un poco más y Victor apretó los ojos y dientes.

–¿Ves? Ya está adentro, ahora a disfrutarlo.

Cristobal comenzó a mover sus caderas, mientras que Victor, disfrutando lanzaba gemidos y le pedía que no parara que le diera más duro.

–Ponte en cuatro

Se incorporó y  Cristobal lo volvió a penetrar esta vez tomándolo de las caderas y moviéndose con rapidez.

Cristobal retiró el pene y Victor comenzó a mamarlo de nuevo para luego sentarse encima del hombre.

–Ahora muévete como una perra, gózate ese guevo.

Victor se lo metió completo de nuevo y comenzó a moverse en todas las direcciones y hacia arriba y abajo.

–¡Marico que vaina tan buena, que dolor, coño que rico! Se bajó y comenzó a mamar de nuevo para luego ponerse boca arriba a subir las piernas.

Cristobal lo volvió a penetrar y esta vez lo embestía con fuerza.

–Verga me vas a hacer acabar tienes es culo apretadito.

–¿Te vienes? No me acabes adentro

–Todavía no, ya va, ya va, coño, que rico.

Victor comenzó a masturbarse.

–Verga, verga me vengo.

–Sácalo,

–No, no, no, te quiero acabar adentro AAAAH AHH AAAH AAAAHU mierdaaaa, AAAAH AAAH.

Victor siguió masturbándose hasta que acabó bañando su barriga de semen.

–Estabas cargadito, que rico. Crstobal pasó la mano por la barriga de Victor y limpió sus dedos con su lengua saboreando el semen del abogado.

–Dulcita.



Se acostaron unos segundos más en el piso.

–¿Hay agua aquí?

–Si, si, puedes bañarte, hay toalla, lo que no hay es agua caliente.



Se fue a duchar, luego Cristobal. Se vistieron y  revisaron el documento del apartamento que luego llevarían a la notaría.



–Bueno ya me cogiste supongo que hay entrega del apartamento, eso era lo que querías.

–Bueno la verdad es que no, lo de tirar contigo fue una petición que le hice a Ricardo que me consiguiera un culito para tirármelo y él me habló de ti.

–Ah que bien, el proxeneta de Ricardo.

–No vale, no lo veas así, ojo, me gustas, me encantaría que saliéramos y nos conociéramos.

–¿Y siempre que cierras un negocio le pides a tus clientes que te busquen un culo para cogértelo? ¿No eres capaz de buscarlos por tu cuenta?

–¿Tan mal te sientes por lo que pasó? ¿No te gustó la cogida?

–No, la cogida estuvo muy buena, pero que me traigan a una encerrona sexual sin yo saberlo, eso es lo que me revienta y además pensando que soy como que el enlace para cerrar el negocio.

–Te pido disculpas de mi parte si te hice sentir incómodo, no sé que te habrá dicho Ricardo, pero mi intención no era usarte como condición para cerrar el trato.



Cristobal para quitarle la molestia que tenía lo invitó a comer, una vez llegasen a la ciudad. Teminaron de vestirse y se fueron, pasaron por el apartamento, lo vieron y llevaron los documentos a la notaría para luego irse a comer.





Cristobal Rengifo, tiene 43 años, es Ingeniero civil y está metido en bienes raices de los edificios que construye, parte de los permisos de contrucción y de las adjudicaciones de terrenos los obtiene gracias a los contactos que tiene con el gobierno. Es divorciado y tiene dos hijos pre adolescentes. Ahora que se asume gay lo vive a todo riesgo y con quien sea.



–Me divorcié de mi esposa porque no aguantaba un minuto más dormir con ella y cogérmela, quería tirar casi que todos los días y a mi me gusta el sexo pero volverla a coger ya me daba repulsión quería cogerme un culo de macho pelúo y casado lo hacía pero muuuy de vez en cuando.

Coño me divorcié y esa vaina fue tirar y tirar como un desgracia’o hasta el sol de hoy. Mi esposa se enteró que soy gay y bueno, le metió veneno a los carajitos y no me quieren ver. Se fue del país con los chamos, le di el permiso.

–¿Y no los extrañas, a tus chamos?

–Si, bueno, normal, como no me quieren ver pues ni me preocupo, le paso dindero de mi cuenta de afuera cuando tengo negocios en dólares pero no los he visitado desde que se fueron hace 3 años.

Victor le sorprendió escuchar eso.

–¿Y tú? ¿estuviste casado, algo me comentó  Ricardo, que fue un montaje.

–Vaya, pero te dio mi expediente. Si, estuve casado, y sí, fue un montaje porque yo soy gay, enviudé, a mi esposa la mataron.

–Wao, lo siento.

–Fue un amante que tuve, que para que nadie nos molestara en “nuestro amor” la mató al igual que otras personas que yo frecuentaba.

–Maaaaarico, y lo dices así tan tranquilo.

–No te creas, yo también me sorprendo de lo normal que lo tomé, de hecho el carajo está preso y lo visito y tiramos.

–Vaya, lo mio es un lio de colegiales al lado de lo tuyo.

–Entenderé si no quieres verme de nuevo, no soy una persona fácil.

–Déjame decidirlo a mi. te confieso que no busco pareja hombre, quiero tirar con todo los que pueda, he estado muy reprimido y quiero agotar los cartucho y luego veré si me enserio con alguien.

–Coño, pero tienes 43 años, te vas a enseriar a que edad? ¿quien te va a parar bola?

–Con dinero me para bola hasta Ricky Martin.



Terminaron de comer, pidieron otra copa de vino y hablaron de varias cosas y rieron.

–Dime la direccción de tu casa y te llevo.

–Bueno, más bien, te voy a pedir que me lleves a otro sitio y luego ya tomo un taxi a mi casa.

–Como quieras, anota mi número. Nos vemos otro día ya sea para tirar o conversar, si quieres te quedas en mi casa vemos películas, conversamos con un buen vino.

–Me gusta la idea. ¿Nos vamos?

–Nos vamos.

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