Tocaron la puerta de la oficina improvisada
que habían instalado en el edificio.
–Epa Ricardo, ¿Cómo estás?
–Cristobal, buenos días. Mira aquí está mi
abogado de quien te hablé, Victor Landaeta.
–Mucho gusto Victor.
Cristobal sonrió al darle la mano, Victor
igual lo miró de arriba abajo, relamente era un hombre apuesto. El apretón duró
unos segundos más de lo habitual.
–Bueno vine hoy para finiquitar el negocio
y lo prometido es deuda.
–Vaya, cumples lo que prometes. –Le dijo
Cristobal mientras veía a Victor.
–Ricardo necesito hablarte un momento en
privado, ¿podemos salir al pasillo? Disculpa Cristobal.
Salieron ambos al pasillo mientras
Cristobal recogía unos papeles y se sonreía.
–¿Tú me trajiste para que me acueste con el
pana?
–Eres muy intuitivo eso es lo que me gusta
de ti.
–O se a soy la puta para que tú obtengas el
apartamento.
–Marico el apartamento lo voy a poner a tu nombre
y lo vas a disfrutar.
–Yo no puedo creer esta vaina.
–Verga ¿me vas a decir que es complicado
culiar con el pana?, los maricos son así se acuestan con los carajos de buenas
a primeras, coño aquí vas a sacar provecho.
Victor soltó un suspiro y restregó las
manos en su cara. No podía creer que el hombre que ama lo estaba lanzando como
carne fresca para cerrar un trato y encima que no le importara. Vio a Ricardo a
los ojos y este le suplicaba que se acostara con el hombre.
–Eso va a ser por esta vez, yo no voy a
hacer esta vaina cada vez que el carajo quiera y menos ser el enlace sexual de
tus negocios turbios guevón.
–Anda vale, deja ya el peo, te gustó el
carajo, se te vio en la cara.
–¿Y el carajo quiere que me lo coja o que?
–Yo que se, yo creo que quiere que se lo
cojan, pregúntale.
Volvieron a entrar.
–Bueno yo los dejo para que conversen, yo
me llevo tu carro y Cristobal que te suba luego ¿ok?
–Ya va, ¿cómo te vas a llevar mi carro? ¿me
vas a dejar aquí?
–Marico, te estoy diciendo que Cristobal te
da la cola.
–Tranquilo Victor, yo en un rato subo y te
dejo donde me digas.
Ricardo se despidió y salió de la oficina.
–Bueno, muéstrame el apartamento, por lo
menos para saber que lo que voy a tener ahora que firme el contrato.
Cristobal se le acercó y le dio un beso en la
boca.
–Mejor dame ese culo, luego te muestro lo
que quieras.
Mientras se besaban Cristobal le
desabrochaba el pantalón mientras Victor le desabotonaba la camisa dejando al
descubierto unos pectorales bien formados cubierto de vellos. Victor tragó
grueso, terminó de quitarle la camisa.
–¿Te gustan esos pectorales? Chúpame las
tetillas
Victor lo hizo mientras se quitaba con
dificultad los zapatos y medias para luego deshacerse de los pantalones. Su
mano recorría el pecho y los abdominales de Cristóbal, todo su cuerpo estaba
cubierto de vellos rebajados, le aflojó el pantalón y el interior delataba un
pene muy grueso.
–Esta verga te la voy a meter completica pero
primero me la mamas bien, déjala mojada.
Victor se agachó para hacerle sexo oral.
Apenas le cabía el pene en la boca, el grosor no era normal. Puso sus manos en las nalgas del hombre, eran
dos rocas velludas que Victor apretaba mientras intentaba introducir el pene en
su boca. Cristobal le empujaba la cabeza.
–Coño, ya va, que me duele, lo tiene
grueso, no me empujes.
–Deja la quejadera y mama. –Cristobal le
volvió a empujar la cabeza. Lo apartó y buscó lubricante y se echó en el pene esparciéndolo
con su mano.
–Ponte en el culo bastante, esto te va a
doler. Acuestáte en el piso
Cristobal se puso sobre Victor para
comenzar a penetrarlo.
–Ponte condón.
–Se me baja el guevo, te lo meto así, yo
estoy sano. –Se dejó caer y el pene comenzó a abrirse paso en en uno muy
cerrado.
–Au au au despacito marico, coño que duele.
–Aguanta.
–No, no, dale despacio.
El pene poco a poco iba entrando mientras
que Victor se relajaba y pujaba para facilitar la penetración.
Una vez adentro, Cristobal empujó un poco
más y Victor apretó los ojos y dientes.
–¿Ves? Ya está adentro, ahora a
disfrutarlo.
Cristobal comenzó a mover sus caderas, mientras
que Victor, disfrutando lanzaba gemidos y le pedía que no parara que le diera
más duro.
–Ponte en cuatro
Se incorporó y Cristobal lo volvió a penetrar esta vez
tomándolo de las caderas y moviéndose con rapidez.
Cristobal retiró el pene y Victor comenzó a
mamarlo de nuevo para luego sentarse encima del hombre.
–Ahora muévete como una perra, gózate ese
guevo.
Victor se lo metió completo de nuevo y
comenzó a moverse en todas las direcciones y hacia arriba y abajo.
–¡Marico que vaina tan buena, que dolor,
coño que rico! Se bajó y comenzó a mamar de nuevo para luego ponerse boca
arriba a subir las piernas.
Cristobal lo volvió a penetrar y esta vez
lo embestía con fuerza.
–Verga me vas a hacer acabar tienes es culo
apretadito.
–¿Te vienes? No me acabes adentro
–Todavía no, ya va, ya va, coño, que rico.
Victor comenzó a masturbarse.
–Verga, verga me vengo.
–Sácalo,
–No, no, no, te quiero acabar adentro AAAAH
AHH AAAH AAAAHU mierdaaaa, AAAAH AAAH.
Victor siguió masturbándose hasta que acabó
bañando su barriga de semen.
–Estabas cargadito, que rico. Crstobal pasó
la mano por la barriga de Victor y limpió sus dedos con su lengua saboreando el
semen del abogado.
–Dulcita.
Se acostaron unos segundos más en el piso.
–¿Hay agua aquí?
–Si, si, puedes bañarte, hay toalla, lo que
no hay es agua caliente.
Se fue a duchar, luego Cristobal. Se
vistieron y revisaron el documento del
apartamento que luego llevarían a la notaría.
–Bueno ya me cogiste supongo que hay
entrega del apartamento, eso era lo que querías.
–Bueno la verdad es que no, lo de tirar
contigo fue una petición que le hice a Ricardo que me consiguiera un culito
para tirármelo y él me habló de ti.
–Ah que bien, el proxeneta de Ricardo.
–No vale, no lo veas así, ojo, me gustas,
me encantaría que saliéramos y nos conociéramos.
–¿Y siempre que cierras un negocio le pides
a tus clientes que te busquen un culo para cogértelo? ¿No eres capaz de
buscarlos por tu cuenta?
–¿Tan mal te sientes por lo que pasó? ¿No
te gustó la cogida?
–No, la cogida estuvo muy buena, pero que
me traigan a una encerrona sexual sin yo saberlo, eso es lo que me revienta y
además pensando que soy como que el enlace para cerrar el negocio.
–Te pido disculpas de mi parte si te hice
sentir incómodo, no sé que te habrá dicho Ricardo, pero mi intención no era
usarte como condición para cerrar el trato.
Cristobal para quitarle la molestia que
tenía lo invitó a comer, una vez llegasen a la ciudad. Teminaron de vestirse y
se fueron, pasaron por el apartamento, lo vieron y llevaron los documentos a la
notaría para luego irse a comer.
Cristobal Rengifo, tiene 43 años, es
Ingeniero civil y está metido en bienes raices de los edificios que construye,
parte de los permisos de contrucción y de las adjudicaciones de terrenos los
obtiene gracias a los contactos que tiene con el gobierno. Es divorciado y
tiene dos hijos pre adolescentes. Ahora que se asume gay lo vive a todo riesgo
y con quien sea.
–Me divorcié de mi esposa porque no
aguantaba un minuto más dormir con ella y cogérmela, quería tirar casi que
todos los días y a mi me gusta el sexo pero volverla a coger ya me daba
repulsión quería cogerme un culo de macho pelúo y casado lo hacía pero muuuy de
vez en cuando.
Coño me divorcié y esa vaina fue tirar y
tirar como un desgracia’o hasta el sol de hoy. Mi esposa se enteró que soy gay
y bueno, le metió veneno a los carajitos y no me quieren ver. Se fue del país
con los chamos, le di el permiso.
–¿Y no los extrañas, a tus chamos?
–Si, bueno, normal, como no me quieren ver
pues ni me preocupo, le paso dindero de mi cuenta de afuera cuando tengo
negocios en dólares pero no los he visitado desde que se fueron hace 3 años.
Victor le sorprendió escuchar eso.
–¿Y tú? ¿estuviste casado, algo me comentó Ricardo, que fue un montaje.
–Vaya, pero te dio mi expediente. Si,
estuve casado, y sí, fue un montaje porque yo soy gay, enviudé, a mi esposa la
mataron.
–Wao, lo siento.
–Fue un amante que tuve, que para que nadie
nos molestara en “nuestro amor” la mató al igual que otras personas que yo
frecuentaba.
–Maaaaarico, y lo dices así tan tranquilo.
–No te creas, yo también me sorprendo de lo
normal que lo tomé, de hecho el carajo está preso y lo visito y tiramos.
–Vaya, lo mio es un lio de colegiales al
lado de lo tuyo.
–Entenderé si no quieres verme de nuevo, no
soy una persona fácil.
–Déjame decidirlo a mi. te confieso que no
busco pareja hombre, quiero tirar con todo los que pueda, he estado muy
reprimido y quiero agotar los cartucho y luego veré si me enserio con alguien.
–Coño, pero tienes 43 años, te vas a
enseriar a que edad? ¿quien te va a parar bola?
–Con dinero me para bola hasta Ricky Martin.
Terminaron de comer, pidieron otra copa de
vino y hablaron de varias cosas y rieron.
–Dime la direccción de tu casa y te llevo.
–Bueno, más bien, te voy a pedir que me
lleves a otro sitio y luego ya tomo un taxi a mi casa.
–Como quieras, anota mi número. Nos vemos
otro día ya sea para tirar o conversar, si quieres te quedas en mi casa vemos
películas, conversamos con un buen vino.
–Me gusta la idea. ¿Nos vamos?
–Nos vamos.
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