Victor había hablado con Rebeca para buscar él a Teodoro al
colegio, algo que a la actriz le pareció perfecto así no tenía que desviarse,
además que no era de las cosas que disfrutaba hacer. Ricardo la obligaba a
hacerlo.
–¿Te mandaron tarea?
–Si, unas cosas de matemáticas y lenguaje.
–Si quieres te ayudo, te quedas en la casa y lo hacemos
Teodoro se le quedó mirando a los ojos. –¿Hacemos qué?
Victor arrugó la frente. –La tarea, ¿no me estás hablando de
la tarea? Tú como que andas dormido, vamos a almorzar para que te despiertes.
Vamos a comer en Lluvia.
–Aaaay no padrino,
yo no quiero comer en el restaurante de mi papá, vamos a comer hamburguesas,
anda, anda.
Victor se le quedó y se rió. –Está bien, déjame decirle a tu
papá porque quería verte.
–Después vamos, yo quiero estar contigo.
Llegaron al local de
comida rápida y Victor no había terminado de estacionar y Teodoro se bajó
del carro.
–TEO, TEEEOOOOO.
Entró al local y comenzó a pedir.
–Me da una hamburguesa doble, con queso, papas grandes y
refresco grande, ah y un helado marquesa, ese el de la foto, ese.
–¿Algo más?
–Ya va que mi padrino viene. Padrinooooo, ven.
–Victor entraba al local y caminaba de prisa para pedir su
orden.
–Deme lo mismo del niño. –Teodoro se sonrió viendo a Victor
que le pasó la mano por la cabeza despeinándolo.
–A ver ¿qué me querías contar?.
Teodoro le dio otro mordisco a la hamburguesa, masticó,
bebió un poco de refresco. –Ya va. -resopló.
–Pero que misterio, ¿qué te traes?
–Padrino es que yo creo que mi papá es Francisco Cáceres.
Victor se le tensó el cuerpo y le recorrió un calor por el
cuerpo, sentía que las orejas se le quemaban. No sabía como el niño sabía de Francisco
y además decía eso.
–Ya va, ¿por qué dices eso? ¿Tú conoces a Francisco?
–¿Tú lo conoces padrino?
–Si, su papá tuvo negocios con tu abuelo paterno y con tu
abuelo materno, pero hace muchos años y a él lo conozco pues se mueve en el
mismo grupo del club, lo conozco desde pequeño.
–¿Estudiaste con él?
–Es probable, no recuerdo. A ver cuéntame.
–Es que él me busca todos los días al colegio y me la paso
con él, paseamos, comemos juntos, hacemos la tarea y una vez me dijo que era mi
verdadero papá y me trata chévere, me habla de mi mamá que es buena, ahí no
entendí mucho, yo creo que no la conoce.
–“¿Será que este carajo es papá de Teodoro? Como se entere
Ricardo se arma el megapeo, capaz y mata a Rebeca” –Mi amor, esto no lo repitas
¿ok? Ni se lo digas a tu papá por favor, no armes un alboroto sin necesidad.
–¿Pero entonces si es mi papá? ¿tú si sabes?.
–No, no, tu papá es Ricardo. Legalmente es tu papá.
–¿Legalmente?
Victor cambió el tema y hablaron de la tarea, ya iban por el
postre.
–Es esto, mira unas restas y sumas y esto de lenguaje, unas
oraciones, que ladilla.
–Hey ¿qué son esas maneras de hablar?
–Perdón padrino, se me fue. -Le puso la mano en el muslo y
la deslizó hacia la parte interna.
Victor sintió la pequeña mano llegar hasta la entrepierna y
la retiró suavemente mientras seguía viendo el cuaderno.
Salieron del local para el carro. Iban directo al apartameto
de Victor donde vive solo luego de quedrase viudo.
–¿Tu esposa de qué murió?
–Estaba enferma. –Victor escuchó esa pregunta y le vino a la
mente Carlos, un corrientazo le recorrió la parte baja de la columna y un
movimiento suave sintió en su entrepierna.
–¿Me puedo acostar en tus piernas padrino?
–No mi amor es peligroso, doy un frenazo y te puedes hacer
daño.
–Anda, manejas despacio.
Victor lo vio y movió la cabeza para que lo hiciera. Apoyó
la cabeza justo sobre su pene, su mano derecha la puso en la parte baja de la
pierna izquierda de Victor.
–No te quedes dormido que tenemos que hacer la tarea.
El niño le acariciaba le acariciaba la pierna. Victor no se
daba cuenta pues tenía en su cabeza a Carlos.
Llegaron al apartamento y Teodoro lo primero que hizo fue
quitarse los zapatos y el pantalón del uniforme y se lanzó en el inmenso sofá.
–Vamos a ver tele.
–¿Te va a quedar desnudo? Ahorita no vamos a ver tele, vamos
a hacer tarea y luego lo demás.
–Tengo el interior, mira. –Se levantó la chemise y le mostró
el interior blanco. -¿Qué es lo demás?
–Bueno, tele, dormir, jugar.
–Dormir y jugar. –Teodoro se restregó las manos sonriendo.
–Vente a la mesa a hacer tarea.
Se sentaron en la mesa, Victor en la cabecera y Teodoro en
la silla de al lado, abrió el cuaderno de matemáticas y se pusieron hacer las
restas y sumas.
Teodoro mientras contaba con los dedos, Victor revisaba su
celular y le escribía a Rebeca.
–<Que ni se le ocurra decirle a Ricardo eso>
–<Ya le dije tranquila>
–<Lo mato>
–<No vas a matar a nadie quédate quieta>
Teodoro estiró su pierna y montó su pie en el muslo de
Victor y comenzó a restregarlo.
–¿Qué haces?
–Jejejeje nada. ¿por qué no te quitas el traje, no tienes
calor?
–Está encendido el aire, pero ya me cambio
Victor se fue a su habitación a quitarse el traje. Teodoro
lo siguió caminando despacio sin hacer ruido. Victor entró al vestier y Teodoro
mirando agachado, casi asomándose.
Victor se quitó la camisa y luego el pantalón.
Se quitó el interior dándole la espalda al chico que veía
las nalgas mientras su padrino se agachaba. Tragó saliva. Victor se volteó,
Teodoro se ocultó un poco más sin dejar de ver. El pene de Victor se mová de un
lado a otro mientras buscaba un bóxer. Teodoro le latiá el corazón a toda
velocidad pero se levantó despació y salió de la habitación, al cruzar la
puerta se tropezó con una mesita haciendo ruido.
–¿QUE PASÓ?
–NADA, NADA, ME TROPECÉ, FUI A BUSCAR AGUA.
Victor salió de la habitación con una franela blanca y un
boxer gris. Teodoro estaba sentado, con el corazón brincándole en el pecho y
estaba nervioso. Bebió agua
–¿Cómo vas?
–Bien, creo, mira, revisa estas.
Victor revisaba y Teodoro lo miraba. –Voy al baño. –Se fue
al baño y se encerró mirándose al espejo, respiraba agitado y se fue calmando
mientras se veía. Orinó y salió.
Se sentó y Victor le dijo que las cuentas estaban bien, solo
le corrigió una operación
–Sabes que Lucas y yo cuando estamos solos vemos
películas…pornos.
Victor quitó la mirada de su celular y vio al chico. –No
crees que están muy chiquitos para estar viendo esas cosas de adultos. ¿Dónde
las ven, en la computadora?
–Si…pero vemos peliculas con hombres.
–Victor se restregó los ojos y dejó el celular en la mesa.
–A ver ¿que me estás contando?
–Bueno, eso, que vemos peliculas de esas pero solo de
hombres, nos gustan.
–¿Te gustan los hombres?
–Nooooo padrino, no, bueno, vemos las películas y nos gustan
y luego, estoy con Lucas…y hacemos…eso que vimos
–Victor abrió los ojos sorprendindo.
–Bueno, no todo, unas cosas.
–Mierda carajito pero, ¿pero…que…?
–No me regañes y no le digas a mi papá eso.
–Pero es que ustedes no están…ya va, se que están en una
edad de explorar y conocerse y ver su cuerpo.
–Yo le metí el pipí a Lucas.
Victor se levantó de la mesa.
–YA TEODORO, YA.
–Padrino eres el único al que se lo puedo contar…bueno, Ana
nos pilló, pero me dijo que eso era normal, que estábamos, eso que me dijiste
tú explorando conociendo.
–Victor cogió su celular.
–No le vayas a escribir a mi papá por fa, mira que yo no le
digo nada sobre Francisco.
Victor se sentó y le puso la mano en la mejilla y el cuello
al chico, que su reacción fue cerrar los ojos.
–Tengan cuidado con esas cosas, están muy chicos para estar
haciendo eso. Todo a su tiempo.
Terminaron la tarea y se fueron a la habitacion. Teodoro
puso la cabeza en la almohada y se quedó dormido.
Victor se puso a preparar una merienda y recoger la cocina,
regresó a la habitación y se acostó al lado del chico.
Teodoro se movió en la cama y abrió los ojos.
–Te quiero tío.
–Yo también mi amor.
Teodoro se acercó y le dio un beso en la mejilla y volvio a
poner la cabeza en la almohada.
–Mi mamá me quiso matar una vez.
Victor se lavantó de la cama sentándose.
–¿Te acuerdas aqueeeeeella vez que fuimos a la playa que yo
me caí del malecón?
–Si, claro, que hasta nadaste tú solo hasta la orilla, eso
fue impresionante.
–No me caí, Rebeca me empujó.
–Victor cerró los ojos, con su pierna flexionada apoyó el
codo en la rodilla sosteniendo su cabeza, no le sorprendía que eso fuera cierto
pero no le dijo nada al chico, simplemente lo abrazó.
–Yo sé que mi mamá es mala, no me quiere y no me importa, yo
no la quiero a ella.
–Teo no hables así, ers un niño para estar con esos
sentimientos tan feos.
Teodoro abrazó a su padrino que cerró los ojos y lo abrazó
fuerte.
–Me siento bien cuando estoy contigo y con Ana,
–¿Y tú papá qué? Él te quiere mucho.
–Si, pero siempre está trabajando y cuando llega a casa
viene bravo y Rebeca le dice algo y le pega, bueno, eso es lo que más me gusta.
–TEODOROOOOO ¿QUÉ ESTÁS DICIENDO? ¡que yo no te vuelva a escuchar decir esas
cosas, son tus padre le debes respeto!
Teodoro se cruzó de brazos y miró hacia el colchón. –Yo me
quiero ir de mi casa, ¿puedo vivir contigo?
–Estás loquito Teo, tienes que vivir con tus padres, eres
menor de edad.
–Yo sé cocinar he aprendido viendo tutoriales en youtube,
lavo platos, limpio y cuando estoy solo plancho, también he aprendido.
Victor estaba sorprendido de las cosas que decía el niño de
apenas 10 años de edad. Le contó que practicaba con Francisco en su apartamento.
–¿Quieres mucho a Francisco?
–Es muy chévere conmigo, la paso bien.
–¿Lo quieres?
–Noooo, te quiero a ti, te quiero mucho padrino. –Abrazó a
Victor.
–Me quiero quedar a dormir contigo.
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