viernes, 8 de diciembre de 2017

INQUEBRANTABLE 4. Capítulo 5


Luego del fracaso de su última novela, Tendría su triunfal regreso a la televisión. Había realizado un par de intervenciones en unas series con un personaje pequeño. El canal le ofreció animar el programa de variedades  con cuatro artistas más y estuvo un año ahí. Colaboró en la animación del concurso de belleza donde ella participó hace ocho años pero no repitió. Rebeca no había hecho nada importante luego de sus tres existosas novelas en el comienzo de su carrera.



Volvió al teatro comercial y realizaba comerciales de teletienda. Su carrera de actriz estaba totalmente estancada, le rondaba en la cabeza irse a Miami a probar suerte.



–Dejé a mi novia por ti, para estar cerca y compartir con mi hijo y ahora no quieres nada conmigo.

–¿Nada contigo? Tiramos, nos vemos, te dejo al chamo ¿qué más quieres?.

–Casarme contigo y criar a nuestro hijo juntos.

–Si por mi fuera te lo quedaras, te doy la Patria potestad completiiiica.

–¿Vamos al hotel?

–Pensé que no lo ibas a decir nunca, estoy aburrida de escucharte que quieres casarte conmigo.

–Deja a Ricardo.

–Con él tengo dinero.

–Y golpes, yo también tengo plata.

–No vas a comparar. Vámonos.



Eran las dos de la tarde cuando se fueron al hotel, salieron de ahí las ocho de la noche luego de ver la cantidad de llamadas y mensajes de Ricardo para saber dónde estaba.

–Me van a matar. Voy a entrar a al club para que me vean y tener una excusa de que estuve ahí.

–Quiero cogerte todas las noches.

–Sabes que podemos tirar todos los días pero yo no me voy ni a casar contigo ni a empatarme, solo me interesa de ti el sexo.



Llegó a su casa cerca de las nueve de la noche, Ricardo no estaba en casa pero su hijo si lo consiguió en la sala sentado en uno de los sofás.

–Me asustaste, ¿qué haces aqui?

–Esperándote mamá.

–¿Qué quieres? Lo que sea que quieras se lo pides a tu papá.

–Quiero que le cuentes a mi papá lo que pasó en el malecón hace unos años.

Rebeca se volteó a verlo y se le acercó agarrándolo de la franela.

–Tu abres la boca y te mato.

–Yo no le voy a decir a mi papá, se lo vas a decir tú.

–Mocoso, ¿me estás amenazando?

–También quiero que le cuentes que te acuestas con Francisco mi verdadero papá.

Rebeca se puso pálida al escuchar a su hijo que sabía la verdad . Escuchó unas llaves que abrían la puerta, era Ricardo.

–Coño, por fin llego yo a la casa y estás tú. ¿Se puede saber dónde carajo estabas?



–Hola papá.

-Hola campeón, ¿qué haces despierto todavía?

–Estaba hablando con mi mamá.

Ricardo puso cara de extrañeza al escuchar eso. Teodoro y menos su madre  hablaban entre sí a menos que pelearan.

–¿Estaban discutiendo?

–Mmmm digamos que nos poníamos de acuerdo en unos asuntos.

–Vaya campeón hablas como un adulto, ¿se puede saber de que asuntos se tienen que poner de acuerdo?

–Yo los dejo solos porque en realidad son cosas de adultos y yo soy pequeño, chao papá. –Le dio un beso en la mejilla y Ricardo lo despeinó y le dio una nalgada.

–Chao Rebeca.

–TEODOOOOROOOO.

–Perdón…chao…mamá…

Rebeca cerró los ojos apretando los dientes y sin saber que decirle a Ricardo.

–Primero quiero que me expliques ¿dónde carajo estabas?

Teodoro estaba en el escalón de arriba de la escalera escuchando, apenas los podía ver sin que lo vieran a él. Tenía las manos en la boca aguantado la risa.



–Me vi con Francisco Cáceres.

Teodoro se quitó las manos de la boca, abrió los ojos y se enderezó

–¿Y que haces tú viéndote con un hombre a solas?

–¿Qué a solas? Estábamos en el club con mis amigas y él, me estaba proponiendo un negocio, montar un teatro.

Un cachetada con el dorso de la mano le volteó la cara a Rebeca. Teodoro se sonrió.



–No me mientas, en el club no estabas

–¿Por qué no me crees? Mira. -le buscó el ticket del estacionamiento.



Ricardo lo cogió y lo revisó. <8:35 pm> Le dio otra cachetada y la agarró del pelo.

–¿Tú me crees guevón o qué? Entraste hace un rato, ¿dónde coño estabas en la tarde? ¿Tirando con él?

–NOOOO, NOOOO, YA TE DIJE QUE REUNIDA HABLANDO DE NEGOCIOS.

–¿DONDE?

–En un restaurante, si, solo el y yo, ok, disculpa que no te dije, justamente para evitar esto.

–¿Qué clase de negocio es ese? ¿para que quieres un teatro?

–Ser productora.

–Como yo me entere que te estás viendo con ese tipo pa otra vaina, ay, te reviento a coñazos y vuelvo a ponerte más escoltas. Me voy a bañar, súbeme algo de comer.



Rebeca se fue a la cocina a darle órdenes a la señora de limpieza, abrió el congelador y sacó una compresa fría y se la puso en la cara.



–Disculpe que me meta señora…pero usted no debería aguantar que su esposo le pegue cada vez que él quiera, yo sé que no es mi problema pero me preocupa que en algún momento le de un mal golpe y la mate.

–Gracias Carmen. -Tragó saliva y siguió. –Todo esto que usted ve aquí, la casota, los carros, los viajes, la ropa, es gracias a Ricardo Sucre, yo me divorcio de él y es capaz de dejarme en la calle, yo no tengo nada si me divorcio.

–¿Y usted cree que su dignidad como mujer vale todo ese que me dice? Eso no se compra con todo el dinero, usted será pobre pero digna e independiente, usted es hermosa y sana puede trabajar y ganarse su dinero.

–Yo solo soy una actriz.

–Bueno, trabaje como actriz, busque trabajo, vaya a los canales de televisión, alguien va a estar dispuesto a contratarla y se sale del yugo del señor Sucre, que ojo, él me ha tratado siempre muy bien y es educado pero me horroriza verlo cuando se pone bravo y la agarra con usted, me da miedo.

–Tranquila, hágale la cena al señor y se la sube.

–Yo le hago la comida y usted la sube señora, no vay a ser que se moleste porque no la subió usted.

–Voy a estar en el jardín, me avisa.



Teodoro entró a la habitación de su papá que salía desnudo del baño. El niño se le quedó viendo el pene. Un miembro que colgaba varios centímetros. Apartó la mirada.

–Epa campeón ¿qué haces aquí? Sabes que no me gusta que entren a mi cuarto.

–Yo se papá, es que quería hablarte de algo importante.

–¿Qué será? ¿Tienes novia? No me digas esa vaina usted es un carajito aún, lo tuyo es hacer tarea y jugar fútbol para que después entres en el Real Madrid ya yo tengo los contactos.

–No papá, no es eso. Se sentó en la cama y el papá lo miró para que no lo hiciera pero no le hizo caso y el niño le dijo que se sentara al lado de él.

Volvió a mirarle el pene que ahora estaba aprisionado entre las piernas.

–¿Te acuerdas aqueeeeella vez que fuimos a la playa que me caí del malecón?

–Coño, eso fue hace años, ajá. ¿qué hay con eso?



Teodoro cerró los ojos y le puso una mano en la pierna a su papá. –Yo no me caí, mi mamá me empujó.

Teodoro le contó lo sucedido y de las veces que la madre lo dejaba solo o no lo buscaba a tiempo al colegio, las veces que no le daba de comer hasta la noche y las amenazas de su madre si contaba algo.

Ricardo se estaba poniendo rojo de la ira, ver a su hijo llorar con aquel sentimiento más que angustia le entraba más rabia en el cuerpo.

–Ve a tu cuarto campeón y te quedas ahí sin salir aunque escuches cosas no salgas, todo va a estar bien.



Teodoro salió del cuarto, mientras iba por el pasillo se secó las lágrimas y se sonrió. Cerró la puerta de su cuarto, cuando escuchó la de su padre cerrar, salió y esperó a su mamá en la escaleras.



Rebeca subía con una bandeja donde llevaba la cena para su esposo.

–¡Vete a tu cuarto a dormir!

–Te estaba esperando.

–¿Para qué? ¿Para seguir jodiendo? Mañana te vas a enterar carajito.

–Solo quiero darte un beso de buenas noches para que puedas dormir bien, esta noche va  a ser muy larga. –Al estar a la altura de su madre pues estaba parada dos escalones más abajo, Teodoro se le acercó y le dio un beso en la mejilla.

–Te quiero mucho mamá… -Se alejó de ella y se fue a su cuarto.



A Rebeca se le tensó el cuerpo pero entró a la habitación y con una mano cerró la puerta. Ricardo estaba desnudo, ella se sonrió y se acercó con la bandeja.



Lo primero que escuchó Teodoro desde su cuarto era la vajilla cuando se estrelló contra el piso y luego los gritos de Rebeca pidiendo que parara.

En una mano tenía la correa y con la otra le pegaba con el puño cerrado.

Teodoro escuchaba los insultos de su padre hacía Rebeca, lo más decente que le gritaba era maldita. Se escuchaban golpes pero ya no habían gritos. Hasta que todo quedó en silencio.



–<Ana, hola, creo que mi papá mató a mi mamá, le cayó a golpes muy fuerte>

–<Ok Teodoro ya salgo para allá, llama al 911, quédate tranquilo>

–Yo no voy a llamar a nadie, que mi papá se encargue. -Encendió el televisor para ver una película.



Ricardo con los nudillos enrojecidos y ensangretados tomó su celular privado y llamó a  Victor.

–<Marico, necesito que me ayudes, creo que maté a Rebeca, tengo que hacer que parezca un secuestro y me la trajeron muerta, habla con Carlos y que te ayude, necesito que se filtre a la prensa esa noticia>

–<Ya va, ¿la mataste? Le pegaste un tiro?>

–<No, a coñazos la dejé muerta, Marico vente ya>



Se puso a limpiar un poco el cuarto donde había sangre, se volvió a duchar y se vistió, antes de salir del cuarto escuchó un quejido, era Rebeca, apenas un hilo de voz salía de su boca.

Se fue al cuarto de su hijo.



–Mi amor todo está bien ¿ok? Yo ahora voy a salir con tu padrino y tu mamá para llevarla a la clínica. Quiero que te quedes aquí, tu eres grande y te puedes quedar solo, igual está Carmen. –Le dio un beso en la frente y se levantó de la cama, al llegar a la puerta, Teodoro lo llama.

–Papá…tranquilo…ella se lo merecía, ella no es buena.

3 comentarios:

  1. Y yo que esperaba más de Teodoro, que fuese la luz en esa relación en las tinieblas ;), pero bueno, Daniel siempre sabe cómo tener en tensión a sus lectores, un exitazo.

    ResponderEliminar
  2. Yo me imaginaba que Teo saldría así... yo me espero cosas peores del niño y del papá... lo que hubiera sido épico era leer que Rebeca con el hilo de vida que le queda le dijera a Ricardo "Teodoro no es tu hijo mardeto!!!!" Y plof se muere ella.... jajajaja

    ResponderEliminar