Luego del fracaso de su última novela,
Tendría su triunfal regreso a la televisión. Había realizado un par de
intervenciones en unas series con un personaje pequeño. El canal le ofreció
animar el programa de variedades con
cuatro artistas más y estuvo un año ahí. Colaboró en la animación del concurso
de belleza donde ella participó hace ocho años pero no repitió. Rebeca no había
hecho nada importante luego de sus tres existosas novelas en el comienzo de su
carrera.
Volvió al teatro comercial y realizaba
comerciales de teletienda. Su carrera de actriz estaba totalmente estancada, le
rondaba en la cabeza irse a Miami a probar suerte.
–Dejé a mi novia por ti, para estar cerca y
compartir con mi hijo y ahora no quieres nada conmigo.
–¿Nada contigo? Tiramos, nos vemos, te dejo
al chamo ¿qué más quieres?.
–Casarme contigo y criar a nuestro hijo
juntos.
–Si por mi fuera te lo quedaras, te doy la
Patria potestad completiiiica.
–¿Vamos al hotel?
–Pensé que no lo ibas a decir nunca, estoy
aburrida de escucharte que quieres casarte conmigo.
–Deja a Ricardo.
–Con él tengo dinero.
–Y golpes, yo también tengo plata.
–No vas a comparar. Vámonos.
Eran las dos de la tarde cuando se fueron
al hotel, salieron de ahí las ocho de la noche luego de ver la cantidad de
llamadas y mensajes de Ricardo para saber dónde estaba.
–Me van a matar. Voy a entrar a al club
para que me vean y tener una excusa de que estuve ahí.
–Quiero cogerte todas las noches.
–Sabes que podemos tirar todos los días
pero yo no me voy ni a casar contigo ni a empatarme, solo me interesa de ti el
sexo.
Llegó a su casa cerca de las nueve de la
noche, Ricardo no estaba en casa pero su hijo si lo consiguió en la sala
sentado en uno de los sofás.
–Me asustaste, ¿qué haces aqui?
–Esperándote mamá.
–¿Qué quieres? Lo que sea que quieras se lo
pides a tu papá.
–Quiero que le cuentes a mi papá lo que
pasó en el malecón hace unos años.
Rebeca se volteó a verlo y se le acercó agarrándolo
de la franela.
–Tu abres la boca y te mato.
–Yo no le voy a decir a mi papá, se lo vas
a decir tú.
–Mocoso, ¿me estás amenazando?
–También quiero que le cuentes que te
acuestas con Francisco mi verdadero papá.
Rebeca se puso pálida al escuchar a su hijo
que sabía la verdad . Escuchó unas llaves que abrían la puerta, era Ricardo.
–Coño, por fin llego yo a la casa y estás
tú. ¿Se puede saber dónde carajo estabas?
–Hola papá.
-Hola campeón, ¿qué haces despierto
todavía?
–Estaba hablando con mi mamá.
Ricardo puso cara de extrañeza al escuchar
eso. Teodoro y menos su madre hablaban
entre sí a menos que pelearan.
–¿Estaban discutiendo?
–Mmmm digamos que nos poníamos de acuerdo
en unos asuntos.
–Vaya campeón hablas como un adulto, ¿se
puede saber de que asuntos se tienen que poner de acuerdo?
–Yo los dejo solos porque en realidad son
cosas de adultos y yo soy pequeño, chao papá. –Le dio un beso en la mejilla y
Ricardo lo despeinó y le dio una nalgada.
–Chao Rebeca.
–TEODOOOOROOOO.
–Perdón…chao…mamá…
Rebeca cerró los ojos apretando los dientes
y sin saber que decirle a Ricardo.
–Primero quiero que me expliques ¿dónde
carajo estabas?
Teodoro estaba en el escalón de arriba de
la escalera escuchando, apenas los podía ver sin que lo vieran a él. Tenía las
manos en la boca aguantado la risa.
–Me vi con Francisco Cáceres.
Teodoro se quitó las manos de la boca,
abrió los ojos y se enderezó
–¿Y que haces tú viéndote con un hombre a
solas?
–¿Qué a solas? Estábamos en el club con mis
amigas y él, me estaba proponiendo un negocio, montar un teatro.
Un cachetada con el dorso de la mano le
volteó la cara a Rebeca. Teodoro se sonrió.
–No me mientas, en el club no estabas
–¿Por qué no me crees? Mira. -le buscó el
ticket del estacionamiento.
Ricardo lo cogió y lo revisó. <8:35
pm> Le dio otra cachetada y la agarró del pelo.
–¿Tú me crees guevón o qué? Entraste hace
un rato, ¿dónde coño estabas en la tarde? ¿Tirando con él?
–NOOOO, NOOOO, YA TE DIJE QUE REUNIDA
HABLANDO DE NEGOCIOS.
–¿DONDE?
–En un restaurante, si, solo el y yo, ok,
disculpa que no te dije, justamente para evitar esto.
–¿Qué clase de negocio es ese? ¿para que
quieres un teatro?
–Ser productora.
–Como yo me entere que te estás viendo con
ese tipo pa otra vaina, ay, te reviento a coñazos y vuelvo a ponerte más
escoltas. Me voy a bañar, súbeme algo de comer.
Rebeca se fue a la cocina a darle órdenes a
la señora de limpieza, abrió el congelador y sacó una compresa fría y se la
puso en la cara.
–Disculpe que me meta señora…pero usted no
debería aguantar que su esposo le pegue cada vez que él quiera, yo sé que no es
mi problema pero me preocupa que en algún momento le de un mal golpe y la mate.
–Gracias Carmen. -Tragó saliva y siguió.
–Todo esto que usted ve aquí, la casota, los carros, los viajes, la ropa, es
gracias a Ricardo Sucre, yo me divorcio de él y es capaz de dejarme en la
calle, yo no tengo nada si me divorcio.
–¿Y usted cree que su dignidad como mujer
vale todo ese que me dice? Eso no se compra con todo el dinero, usted será
pobre pero digna e independiente, usted es hermosa y sana puede trabajar y
ganarse su dinero.
–Yo solo soy una actriz.
–Bueno, trabaje como actriz, busque
trabajo, vaya a los canales de televisión, alguien va a estar dispuesto a
contratarla y se sale del yugo del señor Sucre, que ojo, él me ha tratado
siempre muy bien y es educado pero me horroriza verlo cuando se pone bravo y la
agarra con usted, me da miedo.
–Tranquila, hágale la cena al señor y se la
sube.
–Yo le hago la comida y usted la sube
señora, no vay a ser que se moleste porque no la subió usted.
–Voy a estar en el jardín, me avisa.
Teodoro entró a la habitación de su papá
que salía desnudo del baño. El niño se le quedó viendo el pene. Un miembro que
colgaba varios centímetros. Apartó la mirada.
–Epa campeón ¿qué haces aquí? Sabes que no
me gusta que entren a mi cuarto.
–Yo se papá, es que quería hablarte de algo
importante.
–¿Qué será? ¿Tienes novia? No me digas esa
vaina usted es un carajito aún, lo tuyo es hacer tarea y jugar fútbol para que
después entres en el Real Madrid ya yo tengo los contactos.
–No papá, no es eso. Se sentó en la cama y
el papá lo miró para que no lo hiciera pero no le hizo caso y el niño le dijo
que se sentara al lado de él.
Volvió a mirarle el pene que ahora estaba
aprisionado entre las piernas.
–¿Te acuerdas aqueeeeella vez que fuimos a
la playa que me caí del malecón?
–Coño, eso fue hace años, ajá. ¿qué hay con
eso?
Teodoro cerró los ojos y le puso una mano
en la pierna a su papá. –Yo no me caí, mi mamá me empujó.
Teodoro le contó lo sucedido y de las veces
que la madre lo dejaba solo o no lo buscaba a tiempo al colegio, las veces que
no le daba de comer hasta la noche y las amenazas de su madre si contaba algo.
Ricardo se estaba poniendo rojo de la ira,
ver a su hijo llorar con aquel sentimiento más que angustia le entraba más
rabia en el cuerpo.
–Ve a tu cuarto campeón y te quedas ahí sin
salir aunque escuches cosas no salgas, todo va a estar bien.
Teodoro salió del cuarto, mientras iba por
el pasillo se secó las lágrimas y se sonrió. Cerró la puerta de su cuarto,
cuando escuchó la de su padre cerrar, salió y esperó a su mamá en la escaleras.
Rebeca subía con una bandeja donde llevaba
la cena para su esposo.
–¡Vete a tu cuarto a dormir!
–Te estaba esperando.
–¿Para qué? ¿Para seguir jodiendo? Mañana
te vas a enterar carajito.
–Solo quiero darte un beso de buenas noches
para que puedas dormir bien, esta noche va
a ser muy larga. –Al estar a la altura de su madre pues estaba parada
dos escalones más abajo, Teodoro se le acercó y le dio un beso en la mejilla.
–Te quiero mucho mamá… -Se alejó de ella y
se fue a su cuarto.
A Rebeca se le tensó el cuerpo pero entró a
la habitación y con una mano cerró la puerta. Ricardo estaba desnudo, ella se
sonrió y se acercó con la bandeja.
Lo primero que escuchó Teodoro desde su
cuarto era la vajilla cuando se estrelló contra el piso y luego los gritos de Rebeca
pidiendo que parara.
En una mano tenía la correa y con la otra
le pegaba con el puño cerrado.
Teodoro escuchaba los insultos de su padre
hacía Rebeca, lo más decente que le gritaba era maldita. Se escuchaban golpes
pero ya no habían gritos. Hasta que todo quedó en silencio.
–<Ana, hola, creo que mi papá mató a mi
mamá, le cayó a golpes muy fuerte>
–<Ok Teodoro ya salgo para allá, llama
al 911, quédate tranquilo>
–Yo no voy a llamar a nadie, que mi papá se
encargue. -Encendió el televisor para ver una película.
Ricardo con los nudillos enrojecidos y
ensangretados tomó su celular privado y llamó a
Victor.
–<Marico, necesito que me ayudes, creo
que maté a Rebeca, tengo que hacer que parezca un secuestro y me la trajeron
muerta, habla con Carlos y que te ayude, necesito que se filtre a la prensa esa
noticia>
–<Ya va, ¿la mataste? Le pegaste un
tiro?>
–<No, a coñazos la dejé muerta, Marico
vente ya>
Se puso a limpiar un poco el cuarto donde
había sangre, se volvió a duchar y se vistió, antes de salir del cuarto escuchó
un quejido, era Rebeca, apenas un hilo de voz salía de su boca.
Se fue al cuarto de su hijo.
–Mi amor todo está bien ¿ok? Yo ahora voy a
salir con tu padrino y tu mamá para llevarla a la clínica. Quiero que te quedes
aquí, tu eres grande y te puedes quedar solo, igual está Carmen. –Le dio un beso
en la frente y se levantó de la cama, al llegar a la puerta, Teodoro lo llama.
–Papá…tranquilo…ella se lo merecía, ella no
es buena.
Y yo que esperaba más de Teodoro, que fuese la luz en esa relación en las tinieblas ;), pero bueno, Daniel siempre sabe cómo tener en tensión a sus lectores, un exitazo.
ResponderEliminarYo me imaginaba que Teo saldría así... yo me espero cosas peores del niño y del papá... lo que hubiera sido épico era leer que Rebeca con el hilo de vida que le queda le dijera a Ricardo "Teodoro no es tu hijo mardeto!!!!" Y plof se muere ella.... jajajaja
ResponderEliminarJajajaja no se quien es peor
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