miércoles, 6 de diciembre de 2017

INQUEBRANTABLE 4. Capítulo 3


A pesar de la negativa de Victor, cada 15 días iba a la cárcel por órdenes de Ricardo, aunque no era su abogado oficial, asesoraba  al otro abogado a pesar de no ser su área en derecho.



–Yo sabía que tú siempre ibas a venir a verme, en el fondo me quieres. Hoy tenemos cita conyugal.



Cinco años atrás…



Carlos dejaba a Victor solo en su oficina no para de llorar pero tenía que ir a reunirse con su jefe, se secó las lágrimas con el dorso de las manos y siguió su camino.

Se vio con Ricardo para cuadrar lo de los escoltas, Carlos lo escuchaba pero su mente estaba con Victor.



En un descuido de Ricardo, el escolta cogió su billetera y objeto personal que vio en el escritorio y se lo escondió. Se despidió de Ricardo y salió del despacho y de la casa.

Se estacionó cerca de la urbanización donde vive Ricardo y esperó.



Llegó un vehículo, él se salió del suyo y se acercó antes que el hombre se bajara lo amenazó con el puñal y entraron de nuevo al carro, le pidió su billetera y el reloj.

–Ponte esto en el pantalón y el reloj en la muñeca

–¿Pero qué va  a hacer?

Carlos le puso la punta del puñal en el cuello sacándole sangre –Haz caso.

El hombre lo hizo y el puñal atravesó el cuello dejando que se desangrara, luego lo decapitó. Salió del carro y se montó en el suyo.

Luego de un par de horas manejando hacia nigún lado y con las manos y camisa ensangratadas, se detuvo en la policía centífica y salió de su carro con el puñal en la mano.



Los policías al verlo sacaron sus armas y lo apuntaron, Carlos ni se inmutó y siguió caminando hasta detenerse.

–Vengo a entregarme acabo de matar a una persona y he matado a tres más anteriormente. –Dejó caer el cuchillo y levantó los brazos. Los policías bajaron las armas.



________



Victor no entendía como podía entrar a la visita conyugal siendo ambos hombes, pero como cada mes en un diminuto cuarto separado con una precaria tela que hacía de cortina, tenían su encuentro sexual. Afuera, dos policías esperaban.



–Toma. -Victor le daba un preservativo.

–Sigo sano y lo sabes.

–No me fio, quien sabe a cuantos te cogerás aquí.

El pequeño espacio solo tenía un catre con un colchón delgado de goma espuma pero Carlos le excitaba hacerlo de pie y así lo hicieron. Como parte de sus privilegios tenía un pote de agua, toallas y lubricante que tomó para echarse en el preservativo y entre las nalgas del abogado que sentía repulsión por el lugar pero a la vez le excitaba lo deprimente de todo eso.



–Aquí te va este guevo otra vez pa dentro.

Afuera, los policías se sonreían escuchando a Carlos. Poco a poco iba introduciendo el pene totalmente lubricado, se deslizaba con facilidad. Victor tratando de no hacer ruido para que no lo escucharan pero era inevitable. Carlos le halaba el cabello mientras se abría paso con su pene . Victor pegado a la pared aguantaba los empujones.

Carlos se detuvo y retiró su pene.

–Ahora te cargo, agárrate de mi cuello. –Carlos había trabajado su cuerpo en la cárcel y se evidenciaba unos músculos desarrollados. Cargó a Victor y lo volvió a penetrar. El abogado no aguantaba el dolor y no paraba de hacer ruidos.



–Maaaarico, le están dando duro al pana.

–Asómate. –Le susurraba el otro policía que le hizo caso y movió apenas la cortina para ver.

Carlos gruñía alzando a Victor, ambos sudaban. El policía veía como penetraban al abogado pues le daba la espalda.

–¿Te quieres tragar la leche?

–Si. –El policía comenzó a tocarse por encima del pantalón mientras el otro intentaba ver detrás de él



Carlos bajó a Victor y se jaló el preservativo para masturbarse. Vicor se agachó abriendo la boca para recibir el semen. Tres chorros grandes, uno le cruzó la cara y el resto direco a su boca.



–Uf, tanto quejarte de que no te fias de mi y te tragaste la lechita sin chistar.

Victo se relamía y pasaba su mano por la frente quitándose el exceso de sudor. –Odio este lugar.

–Créeme esto no es nada comparado con lo que se vive allá en las celdas. Marico tanto culo que me he cogido aquí y me sigue gustando el tuyo, que arrecho.

–No creo que venga más.

–¿Por qué?

–Porque no Carlos, esta vaina me descompone.

–Coño, ¿no la pasas bien tirando conmigo?

Hubo un silencio, Victor vio a los ojos a Carlos, solo la mirada le respondió que si.

–Es probable que en tres años me den libertad condicional por buena conducta.

–Coño que bien ¿te dijo el abogado?

–Si, ayer.

–Es normal, es raro que te tuvieran 30 años aquí metido, te has portado bien.

–Si, pero maté a cuatro personas.

Victor  volvió a ver a Carlos a los ojos. –¿Cuando salgas de aquí volverías a matar?.

–Las veces que sean necesarias. Si algo le pasa a los que quiero, no me importa hacerlo. Y tú eres uno de ellos.

–No se si darte las gracias o caerte a coñazos. Carlos escarmienta.

–Quédate aqui preso ocho años a ver si escarmientas, esta mierda es dura marico. Estos 20 minutos contigo son la vaina más arrecha, ojalá vinieras más veces, sabes que puedes.

–Carlos…yo…

–Aaaaay no me vengas con lo de Ricardo…debí matarlo aquella vez en vez de darte ese susto que casi te mueres cuando pensabas que había muerto. Guevón, bueno, guevón yo que sigo ahí pegado contigo. –Se le acercó y le dio un beso en la boca.

–Yo igual te voy a querer siempre marico, siempre, conmigo cuentas pa lo bueno y lo malo y no me va a temblar el pulso pa’ matar a alguien que te quiera joder.

Victor le pasó la mano por la mejilla, cogió la toalla, la mojó en el agua y se la pasó por el cuerpo para luego vestirse.



–La semana que viene es mi cumpleaños, los panas de aquí me van a montar una rumbita en la disco, es sorpresa pero yo sé de que va la vaina. ¿quieres venir?

Victor puso cara de no gustarle mucho la idea pero no le dijo que no. –Tú cumples en 15 días, te voy a regalar algo.

–Espero que no sea una cabeza de alguien. Carlos le dio un empujón por el hombro, ambos se rieron. Salieron del cuarto.

–Carajo como gozaron escuchando y viendo. Mosca y los sapeo.

–Victor no sabía donde meter la cara y no vio a los policías, siguió caminando.



–¿Vas a venir la semana de arriba?

–¿No me dijiste que viniera para tu cumple la semana que viene?

Carlos se sonrió y ahora fue él quien le tocó la mejilla.

–Voy a dar la orden para que te traten como un rey ese día, no voy a dejar que te hagan algo.

–No tienes que hacer nada de eso, pórtate bien.



Victor salió de la planta y se montó en su carro. Le recorrió un escalofrío por la espalda. Aunque no estaba enamorado de Carlos sentía cosas bonitas por él aunque sabía que era un asesino.



Era tarde pero se fue a la oficina. Un piso completo de una torre ahora eran las oficinas del holding de empresas de Ricardo Sucre, manejaban más personal. Los locales se monitoreaban desde ahí tanto lás cámaras de seguridad, el registro de caja, personal, despacho de mercancia, inventario. A Victor apenas le quedaba tiempo para dormir. Hoy se escapó como cada 15 días, a la cárcel. Eso le descontrolaba el día y la mente. A Ricardo poco lo veía, ahora estaba metido 100% en la política y no se preocupaba de más nada.



Recibió una llamada.

–<Hola padrino, bendición>

–<Hola rey precioso,  Dios te bendiga ¿cómo estás?>

–<Bien, en casa llegando del fútbol. ¿Cuándo vienes a casa?>

–<Pronto mi amor>

–<Quiero contarte algo que nadie sabe>

–<Ah caramba, ¿qué será?>

–<Mmmm no, mejor te lo digo cuando nos veamos, el telefono puede estar pinchado y nos oyen>

–<jajajajajajaaja ¿de dónde sacas tú esas cosas?>

–<Mi papá a cada rato lo dice y te lo dice a ti>

–<Pero eso en otro aspecto, no creo que lo que me vayas a decir tú sea de interés nacional>

–<Es importante para mi padrino>

Victor se quedó mudo y abrió los ojos sorprendido.

–<Vale, déjame arreglar unos asuntos estos días a ver si pasado mañana nos vemos, te busco al colegio y almorzamos juntos en el restaurante. ¿te parece?

–<Si padrino, gracias, bendición>



Victor cerró la llamada. –¿Y que le pasará a este carajito?. Encendió la computadora y entró a facebook.



>>Celebra con Antonio Reverte 5 años de amistad<<

A Victor se le tensó el cuerpo.

–¿Pero esta vaina no elimina a los muertos? ¡Ya han pasado 5 años! –No pudo aguantar las ganas de llorar y recordar que fue Carlos quien mató al actor. Apoyó su cabeza en sus manos con sus codos en el escritorio.

No puedo entender como después de todo lo que ha hecho este carajo todavía tengo estómago para verlo, ha matado a mis afectos. –Volvió a abrir facebook, eliminó el perfil del actor y lo bloqueó.



–Volvió a sonar su celular.

–<Aló>

–<Cada vez que vienes y te vas me quedo extrañándote mucho>

Victor colgó la llamada y lanzó el celular contra la pared de enfrente.

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