jueves, 7 de diciembre de 2017

INQUEBRANTABLE 4. Capítulo 4


Ricardo daba los últimos empujones mientras acababa dentro de Ana, su respiración entrecortada y su cuerpo sudado lo obligaron a tumbarse a un lado de ella.



Ana igualmente agitada se sonreía y veía a Ricardo mientras se recuperaba de la sesión de sexo.

–Pasan los años y cada día lo haces mejor. –Ricardo volteó a verla aún con el cansancio.

–Lo que tienen los 45 años, estoy en el mejor momento. Pero coño tener que irnos bien lejos a tirar me jode un poco.

–Hay que guardar las apariencias jefecito, eres diputado, el Presidente de la Cámara de Diputados.



Ana ahora trabajaba para Ricardo directamente tanto en el congreso como en su casa, era prácticamente la que criaba y ayudaba a Teodoro con sus cosas y el colegio. A Ricardo le llevaba la agenda y le resolvía todo. Son amantes aunque ella sabe que, aparte de Rebeca hay otras mujeres con las que se acuesta, lo asume, calla y disfruta de su momento profesional y personal.



Ricardo ahora es diputado con aspiraciones a un cargo de alcalde o gobernador, pero no descarta que le den un ministerio. Sus negocios los maneja Victor pero sus otros negocios ocultos lo manejan unos testaferros y gracias a su cargo ha podido comprar una casa en la playa, un yate, cambiar los vehículos de su casa y está por comprar otro para su hijo cuando esté en edad de manejar.



–A ver si te dedicas unas horas a tu hijo, te pierdes muchas cosas que le pasan y a veces quisiera comentarte y preguntarte cosas y no estás por estar metido en el congreso.

–Sabes el trabajón que tengo.

–Lo sé, pero puedes sacar tiempo. Te voy a contar algo pero no le digas que te dije.

–¿Que hizo ahora?

Lo encontré con su amigo Lucas en su habitación, desnudos…tocándose y teniendo sexo oral.

Ricardo se quedó pensativo y abrio los ojos. –Bueno, eso es normal, los carajitos están explorándose,  descubriendo cosas, yo hice vainas con mis primos, y mírame.

–Estas consciente que tu hijo pudiera, pudiera ser gay.

–Jamás, que ni se le ocurra ser gay, me jode mi carrera política ¿te imaginas? El diputado futuro gobernador con un hijo marico, no, no, no. Pa’ marico Victor y a él no lo conocen mucho.

–Habla con él, pregúntale que quiere, como se siente, como le va en el colegio. Ricardo tiene 10 años ese niño, se da cuenta de todo y mira que se da cuenta desde hace mucho.

­–Coño a mi esas vainas me dan calihueva.

–¿Quieres que Rebeca lo haga? Puede ser peor. Haz un esfuerzo coño.

Ricardo resopló y se levantó para ponerse el interior, se vio al espejo. –Coño, mira esta vaina, tengo las nalgas caídas, mira, mira, aguaítas. Necesito darle duro en el gimnasio para ponerlas duras.

–Qué exagerado, vamos, vístete que se nos hace tarde y tengo hambre.

–Si si, ¿ya decidiste que restaurante ir o quieres uno de los mios?

–No chico, vamos a otro, paga, visítalos y mira como está tu competencia.

–Yo cierro y abro restaurantes, casi que me conozco todo lo que hay, es casi todo mio.



Llegaron a un restaurante que no habían ido, estaba apartado, discreto y poca gente, perfecto para ir sin ser visto ni molestado, pero hoy no sería el día para estar en el anonimato.



Dos personas se le acercaron para pedirle autógrafo y una selfie. –Es el diputado Sucre, el esposo de la actriz esta, Rebeca Montenegro. –Decían un par de mujeres que también se acercaron, al igual que los mesoneros.

No pasaron más de 15 minutos y había llegado una periodista para abordarlo, era de un programa de farándula bastante entrometido y controversial.

–Diputado Sucreeeeee, buenas noches, ¿quién lo acompaña?, porque no es su esposa la actriz. ¿Es el cacho?

Ambos rieron y Sucre le respondió.

–No, es mi secretaria privada y asistente.

–Aaaaay papá secretaria privada es igual a cacho, la barragana pues. ¿Y Rebeca sabe de esto?

–Bueno me imagino que ahora que salga esto en televisión, si, lo sabrá.

–Entonces si está echando una canita al aire, que por cierto las canas le quedan nené, Presi. -La chica le pasó al mano por la cabeza despeinándolo.

–Por favor se pueden ir que tenemos una cena de trabajo.

–¿Trabajo?  Trabajo es el que va a tener con este mujerón cuando se horizontalicen.

Ricardo se levantó y le tiró el micrófono al piso a la chica para luego darle un golpe al camarógrafo que casí se le caía la enorme cámara al piso. Decidió bajar la cámara pero sin apagarla.

–¡SE VAN DE ESTA MIERDA!

–Pero bueno, más respeto.

–¿Que respeto guevona? Si vienes a molestar y a preguntar estupideces.

–Estamos haciendo nuestro trabajo.

–SAQUEN A ESTA GENTE DE AQUI.

–Señor, no tiene porque ponerse así.

Ricardo se le acercó al camarógrafo y lo empujó tumbándolo al piso para luego darle una patada a la cámara.

Ana tomó del brazo a la periodista y le pidió que salieran del restaurante para evitar males mayores.

El camarógrafo se agachó para recoger la cámara, uno de los escoltas de Ricardo le apuntó al hombre para que la dejara en el piso y saliera del restaurante.

–¡Lo voy a demandar!

–Haz lo que te de la gana, cuidado y no soy yo y te meto preso y cierro el canal donde trabajas.



10 minutos después salían del restaurante, Ricardo no estaba de ánimo para seguir compartiendo.

Cogió su celular e hizo una llamada. Llamó al Director de Telecomunicaciones para decirle que le abriera un expediente al canal Vista tv.

–<Que le hagan una visita y quiero que por favor chequeen el programa LO QUE NO TE CUENTAN y si puedes ciérralo. Luego tú y yo cuadramos>

–Ya, deja eso así, para que te vas a meter en más líos.

–No líos no, que aprendan a respetar y a hacer buen periodismo. Tengo en la mira a algunos periódicos. Voy a comprar uno y que dejen la habladera de paja.



Ana cerraba los ojos y suspiraba. –Yo que te tenía una sorpresota para decírtela en el restaurante y esta gente me saboteó.

–¿Ves? ¡Una gentuza! Cuéntame amor. ¿Son buenas noticias?

–Si.

–Hazme feliz pues.

–Estoy embarazada, tengo cinco semanas.

El rostro de Ricardo cambió de impresionado a feliz y se lanzó hacia Ana para darle un beso en la boca. El chofer los veía por el retrovisor.



–¡Coño me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo! Espero que sea niña, aunque si es niño no me pongo bravo.

–Ahora viene la parte mala, bueno, mala no, incómoda. ¿Le vas a decir a Rebeca?

–¿Incómoda? Para nada, claro que le voy a decir, voy a tener un hijo eso no se puede ocultar, ella tuvo un hijo con su padrastro.

–Dices eso y siento que es una historia bizarra de una película.

–Lo que es es una rolo e puta, eso es lo que es.

–¿Tú crees que sea conveniente que yo siga yendo a tu casa?

–Por supuesto que puedes ir, que no se atreva a hacerte algo por que la mato.

–Bueno, no saquemos las cosas de quicio, vamos a ir como van las cosas.
–Eres demasiado blandengue con Rebeca, ella te odia y quiere hacerte daño.
Ana se le quedó viendo a Ricardo a los ojos. –Esa perra me llega a poner una mano encima y voy a ser yo quien la mate.

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