viernes, 4 de septiembre de 2020

FIEBRE 3. Final de Temporada

Llegaron al norte de Maracay, a una de las zonas donde vive la gente de dinero. Una casa blanca de dos pisos frente a ellos.
-Aquí es la rumba.
-¿Es tu casa?
-Una de ellas. Aquí te vas a divertir hasta decir basta. Esto se acaba cuando se acabe, no hay límite papá.
-Aquí vamos a dormir.
-No creo que vayamos a dormir carajito.

Federico entró a la casa asustado...estaba nervioso. Había un Dj, mujeres en traje de baño que iban y venían, hombres también en traje de baño, unos se besaban entre ellos.
-¿Se están metiendo coca?
-Si, la droga que quieras, tu pide y te la doy.
-Yo...yo no uso eso, chamo yo me quiero ir.
Manu le sacó el arma y se la puso en el cuello.
-Yo te traje aquí para que fueras la diversión de unos panas que van a pagar dinero por ti, te vas a quedar aquí y vas a drogarte. Coño, vas a ganar plática papá, relájate.
Se les acercaba un hombre en short y sin camisa. Tenía unos pectorales y abdominales marcados y unos brazos musculosos.
-Este es el carajito. Carne fresca, tiene 18 años, mama güevo muy bien. Prueba a ver cómo da culito.
-¿Me lo llevo ya?
-De bolas, pero invitalo a un trago, dale una raya, está un poco nervioso.

Manu se acercó a un tipo moreno de chaqueta de cuero, tenía una cicatriz que comenzaba en la ceja izquierda y bajaba por su mejilla.
-Willy, consígueme un carajito en el barrio que sea igualito a ese que está allá! Pero igualito, lo quiero a más tardar pa mañana.
-Plomo jefe, eso va, tranquilo que se lo traigo. ¿Lo quiere virguito?.
-Como sea, quiero que se parezca al chamo.

-Despacito vas inhalando, ya verás que te sentirás mucho mejor.
Federico se metió una raya de coca, se recostó del respaldar mientras se le pasaba la incomodidad de inhalar.
-Bebe. ¿Que tal? ¿Cómo te sientes?
-Bien, bien, un poco mareado pero bien.
El hombre le dio un beso en la boca mientras le metía la mano por el culo.
-Voy a reventarte ese culo chamín. Espero que aguantes palo.
-Yo aguanto.
El hombre se bajó el short y le mostró el enorme pene que aún no estaba erecto.
-¿Vas a aguantar esto?
-Mierda. -Dijo Federico en voz baja. -Me van a pagar por esto, tengo que aguantar.
-Mámalo mariconsito. -El chico tomó con su mano el enorme pene, le echó para atrás el prepucio y se lo metió en la boca. El hombre no esperó y le tomó la cabeza con fuerza y lo obligó a meterse todo el pene.
-Trágatelo todo coño, me dijeron que eras bien perra.
Federico se separó teniendo una arcada y tosiendo.Sus ojos llenos de lágrimas. -Coño despacio vale, no joda tienes una verga inmensa.
El hombre le dió una fuerte cachetada. -Yo pagué que jode por ti mariquito, obedeces y aguantas. -Lo agarró del brazo y lo metió en una de las habitaciones. -Toma, aspírate otra.

Federico se quitó la ropa y volvió a hacerle sexo oral a el hombre que lo tumbó en la cama, buscó lubricante y derramó un chorro en el culo del chico -Para que no digas que te trato mal. -Tomó su pene y, montado sobre el chico comenzó a penetrarlo. -Uy estás cerradito, casi virgen. Ahí te va ese guevo. -El hombre fue metiendo el pene, metiendo, metiendo y empujó con fuerza para penetrarlo por completo escuchando al chico quejarse. Lo tomó de los hombros y comenzó a golpear las nalgas con su cuerpo. El pene entraba y salía, el culo del muchacho estaba abierto e inflamado. Tomó a Federico por las caderas y lo alzó para seguir penetrándolo. Ahora gritaba pero sus gritos se ahogaban con el ruido de la música. Por la ventana se escuchaban gritos, risas y chapuzones que venían de la piscina.

-Ponte en cuatro. -El chico se puso y el hombre lo volvió a penetrar. Federico estaba eufórico. Lo tumbó en la cama y lo volteó pidiéndole que alzará las piernas. Se las tomó y las puso en su pecho mientras su pene volvía a entrar en el culo. Otro grito.
Se abrió la puerta, era Manu.
-¿Te acompaño?
-Coño marico, yo pagué pa cogermelo solito.
-Y te lo vas a coger, quiero que me mame el guevo mientras le revientas el culito. 
El chico boca arriba, echó la cabeza hacia atrás y comenzó a mamarle el pene a Manu que le ponía la mano en el cuello apretándolo mientras se tragaba su enorme miembro.
Manu se acercó al hombre y se besaron.
-Vamos a cogerlo entre los dos.

El hombre se acostó, Federico se sentó sobre él y comenzó a meterse el pene, cerraba los ojos gimiendo. Se acercó Manu y comenzó a penetrarlo.
-Maaaricooo, este carajito tiene ese culo elástico. Si vieras esto te vuelves loco. Voy a tomarle foto. -Se levantó y buscó su celular en el pantalón. Volvió a penetrarlo. Ambos penes dentro del chico, brillaban y rozaban entre sí. Manu grababa. Federico no paraba de gritar, su cara estaba roja, sus ojos desorbitados mientras movía su cadera.
Manu tomaba fotos sacando su pene y metiéndolo de nuevo. Volvió a grabar. Retiró su pene, se montó en la cama y le metió en la boca el pene al chico.
-No paren, sigan.
-Tranquilo nené que esto apenas comienza, ahora es que falta que te cojan.
Manú comenzó a masturbarse y se vino en la cara del chico que se relamía las gotas que caían en su boca.
El otro no paraba de moverse. Su pene ya entraba con facilidad. Manú se bajó de la cama y se sentó a ver cómo su amigo acababa dentro del chico. Sacó su pene y del culo salía semen si parar.

Federico se tumbó a un lado. Manu salió de la habitación para buscar droga y una bebida.
Se fue a la piscina y a la primera mujer que vio la agarró y la besó.
-¿Tienes ganas de comer carnita mami?
-Si es la tuya si.

-Coño carajito, tu aguantas palo.
-¿Tienes más coca?
-Busque allá afuera chamín, aquí es self service. No te pierdas que luego te cojo con unos amiguitos que vienen.

Manu estaba con una de las prepago teniendo sexo en su habitación. Mientras la penetraban salvajemente le daba cachetadas. La mujer gritaba, Manu no tenía piedad con ella y la embestía con fuerza. En eso abren la puerta.
-Jefe...ay disculpe.
-Coño de la madre, ¿Que carajo te pasa? Estoy ocupado papá.
-Me dijo que me avisará cuando tuviera al carajito.
-Veerga ¿Ya?  Salte de aquí perra. La mujer salió y Manu le dijo a Willy que trajera al carajito.
El chico se puso delante de Manu que estaba desnudo, le acarició la mejilla.
-Te voy a pagar muy bien por el servicio que vas a hacer. Mámame el güevo, límpialo que huele a cuca. El chico lo mamó unos segundos y Manu lo apartó comenzó a verle la cara, lo peinaba con los dedos. -Quítate la ropa, toda, desnudito.
Lo volvió a ver. Willy estaba ansioso, no sabía para que quería al muchacho.
Manu le dió un fuerte golpe en la cara que lo tumbó al suelo.
-Amárralo a una silla y le pones un trapo en la cara, me avisas cuando despierte. Cuando lo hayas amarrado le tomas unas fotos con mi celular.

Al regresar a la habitación Manú hizo una llamada.
-Señor Gerardo Hernández, el abogado enchufado. Tenemos a su hijo en cautiverio. Si lo quieres de vuelta son 2 millones de los verdes.
-¿Quién coño está hablando?
-Un amigo que sabe que estás en cuarentena con tu esposa y tu hija, que tú hijo se iba a quedar en tu apartamento pasando la enfermedad y bueno yo me lo traje. No inventes rastrear el número, no sirve de nada. Tienes 24 horas o mato a la basura de tu hijo.
-Ya va, ya va, quiero escuchar a mi hijo.

Manu le dijo al chico lo que tenía que decirle puso el celular en el oído.
-Hola papá...yo estoy bien, tranquilo...paga por favor, esta gente me quiere...-Colgó la llamada.
-Perfecto, ahora le mando las fotos a la mamá.

<Tu marido ya sabe lo que tiene que hacer, si no paga, tu hijo lo verás en una caja descuartizado>
Carlota vio las fotos y comenzó a gritar y a llorar. Se fue corriendo, sin permiso, donde estaba su esposo.



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