viernes, 18 de septiembre de 2020

FIEBRE 4. Capítulo 5

-Pásame al chamo. -Le decía Manu a su escolta mientras entraba a su casa en Caracas con Carlota.
-Chamín, mira, quiero que trabajes para mí, ¿Quieres ganar plata? Pero plata de verdad, que jode.-
Federico aún con la resaca de la droga, le contestó a Manuel. - Siiii, si claro, quiero independizarme, me quiero ir de mi casa y vivir mi vida-
-Entonces que no se hable más trabajaremos juntos pero hay que entrenarte bien para el trabajo-
-Yo hago lo que sea mi pana. ¿Cuándo vienes a cogerme?-
-Tranquilo papá, ya habrá tiempo. Estamos en contacto, hazle caso a Willy.-
-Si va-
-Pásame a Willy- Le dio un beso en la boca a Carlota y una nalgada. -Bicho, mañana te llevas al carajito al barrio y me lo entrenas, en un mes lo quiero en Caracas.-
-Seguro jefe, se lo voy a dejar que la va a dar cague tenerlo al lado, no lo va a reconocer al carajito este.-
-Tampoco se te pase la rosca y nos  quiebre a los dos. Nos vemos bicho-
-¿En qué estábamos bebé?
-En que hoy me ibas a quitar el virgo.
Manuel le dió otra nalgada, la pegó a su cuerpo y la besó. -Voy a partirte ese culito.
--Que rico.

Manuel la cargó y la llevó a la habitación. La tumbó en la cama. -Desnúdate y pélame ese culo. -Manuel se quitó la ropa y cogió un pote de lubricante.
Carlota volteó a verlo y abrió los ojos. Ya había visto el pene del hombre por cámara pero verlo tan cerca la asustó. Se sentó en la cama.
-¿Qué pasa bebé? Ponte que ahí voy.
-Es enorme.
-No mi amor, normalito. Ya va. -Buscó en la mesita de noche un frasquito de Popper.
-Huele esto, te relaja y vas a dilatar.
-¿Esto es droga?
-Huele esa mierda coño. -Manuel se tocaba el pene que ya lo tenía erecto. La chica inhaló, arrugó la cara y volvió a voltearse.
Manuel se acercó y le dio un par de nalgadas fuertes que Carlota soltó un grito.
Le echó un chorro de lubricante en el culo y le dió varias palmadas. Le abrió las nalgas, apoyó el pene y comenzó a penetrarla, la chica gritaba y Manuem seguía empujando. -Agauaaaantaaaa. -La tomó del hombro, empujó y la acostó en la cama.
Carlota comenzó a llorar y Manuel no paraba de moverse. Subía y bajaba las caderas.
-Para, para me duele, Manu, me duele.
Manuel se le acercó al oído. -¿Tú no querías llevar palo? Aguanta, que ahora es que falta.
La volteó levantándole las piernas y volvió a penetrarla por el culo mientras su mano derecha sobre su vagina, le restregaba con los dedos el clítoris, la chica gritaba. Cada vez le daba más duro. Sacó el pene.
-Uuuf estás sangrando. Hey hey, no te muevas que no he terminado.
Volvió a penetrarla, está vez la montó sobre él y volvía a moverse mientras ella no paraba de llorar y gritar. Le agarró la cabeza y la jaló hacia él hasta tener su boca cerca de la suya. -Sigue gritando que eso me excita perrita. - Le dio un fuerte beso en la boca y le mordió el labio. 
Siguió moviéndose, Carlota no se movía, lo hacía Manuel con una fuerza y destreza que enloquecía a la chica.
Se detuvo, la apretó las caderas. Empujó mientras acababa dentro de ella, uno, dos, tres empujones. Empujó a la chica a un lado.

Agitada, no paraba de llorar.
-¿Qué pasa? ¿No te gustó?
-Me duele, me duele mucho.
-Pero te gustó perrita, huele de nuevo y toma estás pepas para que estés lista en un rato.
-¿Me vas a coger de nuevo? No por favor...hoy no.
-No bebé, yo no te voy a coger de nuevo, tranquila.
-Un ministro amigo mío me pagó una buena cantidad por tu virginidad. Así que viene ahora para que estés con él, descansa para que estés fresca y le des un buen servicio. Luego te doy un buen dinero para que te lleves a casa.

Manuel salió de la habitación. Carlota entró al baño para ducharse, mientras lo hacía lloraba sin parar, estaba adolorida. Cerró los ojos y recordaba a Manuel penetrándola. "perrita"  Se sentó en el piso mientras el agua caía sobre ella.

-Ministro, aquí lo espero. Ya la niña la tengo en casa-
-Pero yo me la llevo, no pretenderás que lo haga en tu casa.
-Como quiera, eso sí, me la regresa sana y salva para entregarla a su familia.

Carlota vestida llega a la sala y Manuel la toma por la cintura. -Ya sabes, te portas bien con el cliente. - Le dio un beso en la boca. -Cuando regreses te doy tu pago y te llevo a la clínica. Cómo lo pediste, hoy te quitan el virgo.

-Niña, vístete, te tengo que llevar. -El ministro se abotonaba la camisa.
-¿Puedo limpiarme? -Carlota lloraba.
-Niña no llores que sabías a lo que venías, pagué mucha plata por ti y no me lo mamaste. Eso sí, estás tiernita. Entra, ahí está el baño.

El chofer del ministro la dejo en casa de Manuel.
-Dijo el ministro que luego lo llama, que no quedó muy contento, pero le gustó la mercancía.
Manuel cerró la puerta. Le dio una cachetada a Carlota. -¡Te dije que te portarass bien con el cliente!
-Me duele todo, ese hombre es muy viejo...no me gustó.
La agarró del cuello. No te tiene que gustar el cliente carajita, simplemente abres las piernas, si tienes que mamar guevo, lo mamas, si te quiere orinar pues que te orine, usted obedece. Busca tus cosas que te llevo a la clínica.



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