miércoles, 16 de septiembre de 2020

FIEBRE. cuarta temporada. Capítulo 3

-Román yo quería hablar contigo.:
-¿Dónde puedo localizar a tu novia?-
-Ella está aislada en un hospital centinela y custodiada.-
-Dame la dirección por fa-
-¿Que quieres hablar con ella?-
-Quiero que me diga con quién estuvo mi mamá en esa fiesta que fueron.-
-Fueron juntas-
-Braulio, mi mamá tuvo sexo en esa fiesta, necesito saber con quién y tu novia debe saberlo, ¿ya, se te quitó la curiosidad?
-Está en San Bernardino. De verdad quiero hablar contigo chamo.-
-¿Hice alguno de los trabajos mal? Yo sé que voy retrasado con química pero ya me voy a poner al día.
-No sé trata de eso. Se trata de...lo que ha pasado entre tu y yo.
-Voy a ver a tu novia ahora.-
-Nos vemos allá.-
-No puedes ir-
-Tu menos y piensas ir-
-Tengo mi certificado de inmunidad. No me contagio.
-De verdad quiero hablar contigo.
-Ya veremos profe.

Román llegó al hospital y preguntó por Eva.
-Primero no puede entrar a esa zona porque ahí están los del coronavirus.
-Tengo inmunidad.
-¿Tú eres qué, diputado?
-No señorita, soy inmune al virus, aquí tengo el certificado del Ministerio de Sanidad.
-El más arrecho tú. No puedes entrar.
-¿Quien es tu jefe o supervisor?, yo necesito entrar.
-La chica se volteó y Román entró corriendo, al final de un pasillo se encontró con dos policías y un médico.
-Necesito hablar con una de las pacientes que está aquí. -Mostró el papel del Ministerio y apenas lo vio el policía, el médico lo leyó.
-Aquí están los pacientes enfermos con el virus pero están bajo custodia policial por algún delito. La paciente que busca está en esta zona restringida.
-Por favor, solo serán cinco minutos, quiero que me dé un nombre y ya, yo me voy pero necesito averiguar eso. Si en cinco minutos no salgo me sacan. Por favor oficial, por favor, no tengo riesgo de contagio, si quiere entre conmigo y escucha lo que le voy a decir a la.mujer.
-Pase, cinco minutos.

-Hola, tú no me conoces, soy alumno de tu novio pero también soy hijo de Laura, tu amiga con la que fuiste a la fiesta. 
-Ah si, ¿Román? Tú mamá habla horrores de ti.
-Si, bueno, en fin. Vine para que me digas con quién se acostó mi mamá en esa fiesta.
-¿Y por qué crees que yo lo sé?, no estaba pegada a ella.
-Por favor, haz memoria, mi mamá está embarazada.
Eva abrió los ojos. -Que tu mamá aborte, dile, que no lo tenga, está en peligro tu mamá, por favor, que no lo tenga.
-¿Qué pasa? ¿Quién es el tipo? ¿Un pesado, un enchufado? ¿Narco?
-Todo eso y más.  El es Manuel Rendón, hijo del militar Ernesto Rendón. Lo conocen como Manu, pero no digas que yo te dije. Él es muy peligroso.
Román se le subió la temperatura del cuerpo. -¿Y si no aborta mi mamá?
-Reza porque Manu no se entere que hay un bebé y él es el padre.
-¿Se lo quita?.
-Lo mata y mata a tu madre.
-¿Y tú para que vas a una fiesta de ese tipo tan peligroso?
-Porque iba a la fiesta, yo lo conozco pero no tengo mayor relación que esa.
-Eres una desgraciada, sabiendo eso dejaste que mi mamá se acostara con ese tipo.
-No es mi asunto, además él le pagó por acostarse con ella.
A Román se le llenaron los ojos de lágrimas, pero aguantó.
-Mira, habla con tu mamá y dile que si quiere seguir viva que aborte.
-Mi mamá tiene cáncer. 
-Tú eres el que se enrrolló con Braulio ¿Verdad?
-¿Yo? No...¿enrrollarme? Es mi profesor, yo...
-En un supermercado, te montaste en su carro y...
-Yo...si, me monté en su carro pero no pasó nada...no sé de qué está hablando.
-Braulio es bisexual, eso lo sé, disculpa, pensaba que tú y él...olvídalo, dile a tu mamá lo que te dije.
-Ok...no sé si quiera hacerlo.

Salió del hospital y se consiguió a Braulio.
-Espera Román, no te vayas.
-Estoy full ocupado profe.
-No me digas profe.
-Yo no quiero saber nada de ti Braulio, lo que me hiciste...
-No lo digas...-Se arrodilló. -Perdóname, te pido perdón una mil veces, yo...yo quiero, quisiera tener algo bonito contigo.
-Mierda párate de ahí Braulio...ya, te perdono. Olvidado.
-Gracias, te invito un café, a mi casa, todo sigue cerrado.
-No Braulio, yo no quiero tener ninguna relación contigo más allá de ser mi profesor.
-Vamos a tomar un café y hablamos.
Román lo vio a los ojos, vio sinceridad.


Eva los veía desde la ventana de su pequeño cubículo. No pudo evitar llorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario