miércoles, 23 de septiembre de 2020

FIEBRE 4. Capítulo 8

Román se puso al día con el colegio. Entró a la habitación de su papá. Estaba la terapista de lenguaje e Irma.
-Voy a la clínica y regreso. Se sonrió viendo el progreso de su papá, le levantó el pulgar y Diego sonrió.
-Sigamos Diego concéntrate. MMMMMMMAAA repite.
-MMMMMMMMAA, MA.
-¡Muy bien Diego! -La terapista le dio un beso en la frente a Diego.
-Muy bien Diego  ña ña ña ña, perra, Diego es mío. Bueno, yo creo que por hoy es suficiente, ya llevamos una hora.
-Uy si, qué rápido. Diego en dos días nos vemos y hacemos los ejercicios de respiracion.
-Ay Irma, gracias por el apoyo. Yo me encargo de hablar con el señor Gerardo. Ya tengo 15 días y no he cobrado.
-Si, tienes que hablar con él, el chico no tiene nada que ver con eso.
-¿El señor Gerardo es padrino del muchacho?
-Algo así.

-Ay nené cuanta falta me haces, gracias por venir...
-¿Cómo está Carlota viejito?
-No habla, estoy esperando los exámenes. Todavía me quedan 10 días aquí metido y pedí que me montaran una oficina, necesito sacar trabajo y mis negocios están parados ¿Cómo están tus papás?
-Mi papá bien, ha progresado con el habla y sigue con sus ejercicios. Mi mamá, estable...ahí, con lo del embarazo.
-Eso me parece insólito.
-¿Tu conoces a Manuel Rendón?
-Si, un "empresario" es el hijo del Ministro del Interior. Ese tipo está metido en muchos negocios raros y con el papá que tiene y encima militar.
-Él embarazó a mi mamá.
-Coño...que peo...déjame hablar con el ministro.
-La novia de mi profesor me dijo que era mejor que mi mamá abortara que el tal Manu es peligroso.
-No te angusties, yo resuelvo eso. Nené yo me siento bien y mañana cuando tenga mi oficina te vienes, quiero cogerte.
-Viejo, tú estás de reposo, sal de esto y luego tiramos como locos.
-A ti te está cogiendo alguien ¿verdad? Tu profesor. Voy a mandar a qué le den una golpiza.
-¿Que pasa?, bájale dos, tú no vas a caerle a golpes a nadie.
-Yo no, contrato un malandro.
-¿Y tú qué? ¿Tú resuelves las cosas así? Contratas gente para hacer el trabajo sucio. Tu chófer por ejemplo.
Gerardo se quedó callado.

-Nené, déjame explicarte, así no son las cosas, pero en el medio en el que me muevo tengo que estar prevenido, uno se gana cientos de enemigos, soy abogado.
-Viejo pero yo no quiero vivir con un matón.
-¿Entonces te vas a vivir conmigo?
Antes que contestara Román entró uno de los médicos con el informe de su hija.
-Aquí están los resultados. 
-¿Quieres que hablemos a solas? - el doctor vio a Román. 
-No, no, tranquilo, el chico se puede quedar, es de confianza. -Román se sonrió, mirando al techo.
-Tu hija Gerardo tuvo relaciones...tanto anal como vaginal, no hay violencia externa, es decir, algún golpe o rasguño en su cuerpo, las lesiones son en las zonas genitales, cuando hablo de lesiones me refiero al roce de....
-Ya, ya, ya...no me des más información...¿Está embarazada, tiene alguna enfermedad venérea?
Negativo ambas cosas.
Román soltó un suspiro. El doctor dejó el informe en la mesa y se fue.
Gerardo estaba visiblemente angustiado y Román le dijo algo que lo perturbó aún más.
-¿Y si la persona que está detrás de esto es el tal Manu?
-¿Qué coño estás diciendo? ¿De la violación de mi hija y el secuestro?
Román se arrepintió de haber dicho eso pero ya no podía hacer nada. -Bueno, no sé viejo, es que ha salido a relucir tanto ese tipo, la fiesta que hizo, las prepagos, mi mamá...no sé por ir descartando.
-No, no, no...coño, yo conozco a su papá, no somos amigos pero...no creo. Mierda...mierda...
-Lo siento, no quería angustiarte más, solo se me ocurrió eso...
-Tranquilo nené...no hay que descartar nada. -Cerró los ojos, respiró hondo y a su mente llegaban recuerdos de su hija pequeña en sus brazos. Abrió los ojos.
-No me respondiste si vas a vivir conmigo. -Sonó su celular.
-Aló-
-Hola papá-
-¡Federico! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? Mándame una foto, yo te busco.
-Estoy bien papá, todo bien, no te preocupes por mi. ¿Sigues hospitalizado?
-¿Cómo que no me preocupe? Te secuestraron, pagué rescate y me devolvieron a alguien que no eras tú, mándame una foto y la foto de tu lunar en la barriga.

-Me pide una foto, mía y del lunar, este. - Le decía Federico a Willy.
-Ponte. -Le tomó la foto cuerpo entero y del lunar, se las envió a Gerardo.
-Ya  tienes las fotos en el celular papá.
Gerardo las vio y se puso a llorar.
-Dime dónde estás y te busco.
-Yo estoy bien papá, estoy trabajando, ganando dinero, me siento bien, me tratan bien. Yo...yo no voy a irme de...-Willy le cortó la llamada. Le quitó la batería y el chip al celular y lo botó.
Federico, ansioso y sudoroso le habló a Willy.
-Gracias...por fa dame la bolsita, anda, me dijiste que me la ibas a dar.
-Ay bichito te dije que te la daba pero primero me la mamas. Esa fue la condición para llamar a tu viejo.
-Si, si, si yo te lo mamo, te lo mamo pero dame la bolsita.
Willy se bajó el pantalón y sacó su pene. Era negro, más oscuro que el resto de su piel, dejó al descubierto el glande echando hacia atrás  prepucio. Una cabeza de un rosado intenso.
-Está bolsita es toda tuya si me sacas la lechita.
-Si, si. -Federico comenzó a mamarle el pene, sus manos le temblaban y sudaba copiosamente. Mamaba desesperado, tanto que clavaba los dientes en el pene de Willy que le daba golpes en la cabeza.
-Coño, mama bien, no me muerdas. -Sacó el arma y le puso el cañón en la cabeza.
El chico salivaba mamando, se introducía todo el pene, emitía sonidos cada vez que el pene tocaba su garganta.
-Dale, dale, así papá, ¿Ves? No es tan difícil. Sigue.
El chico seguía mamando, abría los ojos y buscaba la bolsita, la vio y con su mano intentó agarrarla.
-EH EH EH EH. no has terminado papá, sáqueme la leche y le doy la medicina.
Federico estaba desesperado, mamaba con rapidez y lo masturbaba, lamía y chupaba el prepucio, volvía a meterse el pene hasta la garganta. Willy le sostuvo la cabeza y comenzó a eyacular. El chico no le quedó más remedio que tragar. Lo soltó y Federico recuperó el aire tosiendo.
-¡Toma becerro! Mañana nos levantamos a las cuatro de la mañana para seguir entrenando. Cuando termine contigo serás un malandro más.
Federico abrió la bolsa inhaló y salió del rancho. Respiró y volvió a inhalar. Se rió y se sentó en el piso.



-Siiii, me voy a vivir contigo viejo. Pero cuando resuelvas tu situación con tu esposa.

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