lunes, 12 de octubre de 2015

NOVENA TEMPORADA Se me antoja quererte 1 #SMAQ


–Yo vivo en las afueras de la ciudad ¿Cómo me vas a llevar a mi casa?
–Pues llevándote. Vamos en carro, tu dime por dónde es y te llevo.



Ya habían tomado la autopista y comenzaron a hablar de sus trabajos y de su vida amorosa.

Alonso le contó de su relación con una persona mayor que él que no terminó bien y además no había salido del armario y estaba confundido.

Ramón le contó de Asdrúbal el muchacho del que está enamorado pero no le hace caso pues está enamorado de un mafioso y dejó su trabajo para trabajar en la empresa del delincuente.



–Vaya...y yo que pensaba que mi historia era complicada. Pues ahora ando soltero y si te soy sincero no estoy buscando algo serio ahora, pero no quiere decir que descarte esa opción, de hecho como te dije me gustaste, no sé, me dio ternura verte angustiado en el automercado y me dio morbo a la vez.
–Ja, ja, ja ok, que bueno escuchar eso. La verdad que tú también eres guapo y me llama la atención la gente mayor que yo aunque nunca he tenido una relación con personas mayores.
–Por lo menos de momento tienes a un nuevo amigo, vamos a darnos el tiempo para conocernos y ver que pasa.
–Estoy de acuerdo. Una pregunta así por no dejar.
–Soy versatil, pero más activo.
–Ja, ja, ja ¿cómo sabías que iba a preguntar eso?
–Porque lo sé.
–Me gusta, yo también soy versatil, aunque últimamente he sido activo, pero no tengo problema en recibir.
–Alonso cruzó a la derecha para entrar a la estación de servicio –Tú como que tienes ganas de tirar.
–Las ganas siempre las tengo, y sí, quiero tirar.



Alonso se bajó para llenar el tanque, Ramón estaba revisando su celular.

Volvió a montarse en el carro –Mira como me pusiste–Le mostró la entrepierna, el pantalón estaba humedecido, su pene estaba erecto.

–Si quieres te lo puedo bajar, aún falta por llegar a mi casa.

Alonso se bajó el pantalón y el interior hasta el medio muslo y Ramón se agachó para hacerle el sexo oral mientras el otro manejaba.
–Coño, que rico. Esto no lo había hecho nunca.

Ramón se reía para si mismo sin creerle mucho, pero siguió disfrutando de lo que hacía.  Se detuvo y comenzó a masturbarlo –Lo tienes grueso, avísame cuando vayas a acabar.
–Y si no te aviso.
–Si no me avisas me tragaré esa leche ¿o quieres que la escupa en el carro?
–Quiero que te la tragues.

Y Así fue, mientras seguía mamando de repente su boca se llenó de aquel líquido tibio y espeso con un sabor dulce que le agradó y así como inundó su boca la tragó mientras Alonso se estremecía e intentaba apartarse pero Ramón seguía con el pene en su boca hasta que le dijo que se detuviera.

–Ya, ya, para para que lo tengo sensible, uf mierda que bueno estuvo..

 Llegaron a la Urbanización y Alonso detuvo el carro para subirse el pantalón y seguir.



–Es aquí. Gracias por trearme Alonso, de verdad.
–¿Te ayudo con las bolsas?
–No, no, no después mis papás empiezan a preguntar quien eres y tal.
–Soy un compañero de trabajo que te dio la cola, ¿culu es el problema?.
–No, bueno, ninguno, es que...

Alonso lo miró con cara de reproche y luego habló –No voy a entrar a tu casa botando plumas y diciéndole a tu papá hola suegrito, deja la vaina, ven que te ayudo.



Ramón abrió la puerta.

–Buenas traigo visita, ¿están presentables? Te voy a presentar como un compañero del trabajo ¿Ok?
–Tranquilo.
–¡Hijo! ¿Y dónde hiciste el mercado?
–En el este papá, ahí consigo más variedad, pero me dio la cola un compañero de trabajo, te presen...
–¡Cooooño Alonso! Que sorpresa vale, ¿qué haces aquí?
–¡Renato! Chico pero anadabas perdido. Mierda, este es el papá de Ramón, que vaina.
–¿Pero tú trabajas con mi hijo? ¿Tú no trabajas en una agencia de publicidad?
–Sí claro, lo que pasa –pensó rápido y dio una respuesta creíble– es que yo llevo unas cosas de la empresa de telecomunicaciones y de vez en cuando me tropiezo a Ramón en las oficinas y nos saludamos pero me lo conseguí en el automercado, tuvo un pequeño inconveniente y lo ayudé.

Ramón lo miró y le abrió los ojos pero Alonso se limitó a sonreir.

–¿Qué te pasó Ramón?
–Nada, al muchacho no le pasó la tarjeta en el supermercado y yo le pagué la cuenta.
–Ah no, que pena contigo, ahora mismo te lo pago, ¿cuánto fue?
–No papá tranquilo que yo se lo voy a pagar.
–Deja la vaina, este guevón es mi compadre de whiskys en  la Choza lós sábados pero andaba perdido, yo se lo pago hijo.
–No Renato, vamos a hacer algo mejor. Te acepto un whisky ahora y luego me invitas los del sábado que viene y queda saldada la cuenta.
–Ah ¿pero este sábado si vas a aparecer? Estás soltero sinvergüenza, porque te tenían amarrado los sábados.



Ramón estaba sudando frío y nervioso teniéndo a Alonso en su casa y con la sorpresa que su papá lo conoce.

Se sentaron en la sala y Ramón y la mamá prepararon los whiskys para los amigos y ellos dos se sirvieron unas cervezas.



Tres horas después se servían el cuarto whisky, ya la mamá de Ramón y él se habían ido a dormir. Se quedaron en la sala Renato y Alonso.



–Coño, entonces terminaste con Amado. Que vaina, no lo pude conocer. Ustedes los gays si son complicados.
–Bueno, bueno bueno, todas las relaciones son complicadas.
–¿Sabes algo? Yo creo que mi hijo es gay también.
–¿Cómo sabes?
–Bueno, no es que se le note, la verdad es que es bastante serio, pero es que nunca ha traído a ninguna mujer y no he sabido de que salga con alguna, ya está en una edad que ya se pudo haber tirado a unas cuantas.
–Será que es muy reservado.
–Bueno sí, ojo, pero no me importa que sea marico je, je, je yo lo apoyaría, pero no me ha dicho nada.
–Tú tampoco le has preguntado.
–Pero es que me da como pena tocar el tema, su mamá no se si sabe algo más, ambos tenemos sospechas, yo creo que él no confía en nosotros, o nosotros  somos los que le hemos dado esa impresión de que lo vamos a rechazar, que se yo.
–Pero habla con él, a lo mejor no sabe como abordarlos.
–¿Y si hablas tú con él? Y así se relaja y se anima y nos cuenta.

Vaya, Ramón me acaba de mamar el guevo en la autopista y ahora tengo que hablar con él para que salga del closet con su famila…capaz y Renato me dice que porqué no me empato con su hijo, bien bello. Bueno, déjame ver como hago, mira la hora que es y yo me tengo que ir.

–¿Cómo te vas a ir con esa pea que cargas? y nos falta otro whisky.

–Pero no quiero importunar. Nos conocemos de hace años y es primera vez que piso tu casa.

–¿Ves? Por todos los años que nos conocemos te digo que te quedes a dormir. Duermes en el cuarto de servicio. El problema es que ese baño está dañaado, hay que cambiarle unas tuberías y está desmontado, así que usarás el de mi hijo.



Cuando ya se iban a acostar, Renato le dio una toalla y le dijo que entrara al baño de su hijo para ducharse o usar el baño.

–Yo m voy a acostar, cualquier cosa despiertas al mariquito ese, él te va a atender así tenga sueño, je, je.



Alonso entra al cuarto de Ramón y enciende la luz, estaba destapado y en interiores. Se le acerca y le da un beso en la boca lo que hace que Ramón se sobresalte.

–Me voy a quedar a dormir en tu casa, en el cuarto de servicio, pero tengo que usar este baño.

–Ah, ah ok, dale ahí hay toallla, jabón, papel, todo.

–¿Más tarde vienes a mi cuarto para cogerte?

–¿Estas loco? Estoy en mi casa, ¿y si mi papá nos ve?

–Tú papá me dijo que cree que tú eres gay, me pidio que hablara contigo para que te abrieras. Si supiera que lo que quiero es que me abras las piernas para cogerte…je, je, je.

–¿En serio mi papá dijo eso?

–Si, que no le importa lo que seas, que el te apoyará y te querrá siempre. ¡Qué bello es mi suegro! Estuve a punto de brincarle y decirle suegro pero me contuve a pesar de la borrachera que cargo.

–Hueles a borracho. ¿cuántos whiskys se tomaron?

–No sé cuatro o cinco y tengo un hambre, mi suegro no sacó ni aceitunas para picar, mal anfitrión je, je, je

–¿Quieres que te prepare un sandwich?

–Quiero que me prepares ese culo.

–Coño ¿qué te pasa? ¡Quédate quieto vale! Te voy a preparar café y algo para que comas.



Salieron a la cocina y Ramón cerró la puerta, aunque era batiente, para que no se escuchar el ruido.



–Este mundo es un pañuelo, vienes hasta mi casa y resulta que conoces a mi papá.

–El destino confabula a favor de nosotros Ramoncito, creo que esta es una señal.

Ramón  se puso a preparar el café y el sandwich, aunque sabía que sus papás no se iban a despertar pues caen como plomos en la cama, le pedía a Alonso que hablara en voz baja.



Alonso se quitó el pantalón, tenía el pene erecto y se le fue encima a Ramón bajándole el interior.

–Lo siento pero tengo que cogerte, me tienes con una parazón, ya me duele el guevo –Se escupió la mano y la pasó entre las nalgas de Ramón que se había quedado quieto de pie frente al lavaplatos. Alonso tomó su pene y comenzó a guiarlo hasta el culo de Ramón y fue empujando despacio hasta ir penetrando.

–Tienes ese culo apretadito y caliente.

–Dale despacio que me duele. Vamos al cuarto, nos van a ver. -Susurraba Ramón.

–Shhhh, yo no hago ruido, tranquilo, ponte suavecito pa metértelo todo anda.

Alonso siguió y siguió hasta penetrarlo completo y comenzó a moverse, Ramón se abría las nalgas  y respiraba entrecortado, pero al cabo de unos segundos Alonso perdió la erección y lo sacó.

–No joda, esto es culpa del alcohol carajito, no me hagas beber cuando vayamos a tirar porque no voy a funcionar.

–Pues lo poco que me cogiste estuvo bien, ahora seguimos, ven toma esto y come.

Mientras Alonso comía sentado, Ramón se agachó y comenzó a hacerle sexo oral, logró levantarlo y se volvió a correr dentro de su boca.

–Verga carajito, ya me has sacado dos veces la leche y apenas nos conocemos, eres un bichito je, je, je estoy mamao.

–Ven, te llevo a tu cuarto y te acuestas. Cuando te levantes no salgas del cuarto hasta que yo vaya a buscarte.

–Pero me quiero bañar.

–Te bañas mañana, duerme esa pea.



Al día siguiente como todos los sábados Renato y su esposa se levantaron temprano y se fueron al mercado municipal que colocan a una cuadra de su casa. Le dijo a su hijo que atendiera a Alonso cuando se despertara, ellos irían al mercado y luego a misa.

Apenas se fueron sus papás, Ramón entró en el cuarto de servicio y levantó a Alonso.



–Ve a ducharte que te voy a preparar el desayuno.

–Mierda, todavía sigo aquí. ¿Qué hora es? Me tengo que ir al trabajo.

–Ja, ja, ja deja los nervios, es sábado. Hueles a borracho y el aliento a demonio. Usa el cepillo de dientes rojo que está en mi baño, mientras voy a la cocina.

–¿Y tus papás? Que pena

–Salieron al mercado y a misa, se van a tardar –Le sonrió a Alonso guiñándole un ojo.

–Dame un ibuprofeno para el dolor de cabeza y una cerveza.



Se sentaron a desayunar.

–¿Y así vas a despertarme en las mañanas? Con este tremendo desayuno. Muy rico todo.

–Tu dijiste que tenemos que ir despacio y ver que pasa.

–Anoche vimos que pasó, te cogí, nos brincamos unos cuantos pasos. Conocí a mis suegros, bueno, al suegro ya lo conocía y pasé la noche en casa del posible novio. Empezamos de atrás pa’lante.

–Lo que me dijiste ayer de mi papá ¿es verdad? ¿te dijo eso? Que sospechaba que yo soy gay.

–Si, de eso me acuerdo clarito, como de tu culo apretado y caliente, coño, que divino.

Ramón se sonrrojó. –Ya pues. Ahora me da corte hablar con mi papá.

–No chico, habla con él, está bastante abierto a hablar del tema y apoyarte. Por cierto, él sabe que yo soy gay si te sirve de apoyo y fuerza para contarle.

–Gracias Alonso. De verdad que llegaste a mi vida por algo, las cosas pasan por algo y ayer en el supermercado era el momento para que abriera de una vez por todas el closet, me da como susto, pero creo que necesitaba esto que pasó. Anoche no dormí pensando en lo que me dijiste.



Alonso se sonrió y le pasó la mano por la mejilla a Ramón. –Eres un tremendo carajo Ramón y tienes unos padres que valen oro. Tú papá es una de las personas más maravillosas que he conocido, Un amigo incondicional y mira que no conocía a su esposa ni su casa ni nada pero nos hemos ayudado mutuamente en las buenas y malas, hasta le he prestado dinero sin conocerlo mucho y me ha pagado cuando me dice que lo va a hacer, una persona honrada.

–Si, mi papá es una persona honesta trabajadora y que ama a su familia.

–Y yo creo que tú serás un buen novio y un excelente esposo je, je, je bien guevón ese que te dejó por un ladrón de cuello blanco.



Alonso se le acercó a Ramón y le dio un beso en la boca. Un beso que a Ramón no se le olvidaría jamás, nunca lo habían besado con tanta entrega.

–Me despides de tu papá y le dices que el sábado lo quiero ver en La Choza.

–¿Y a mi cuando me vuelves a ver?
–El lunes, te rapto al cine, cenar y dormir en mi cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario