viernes, 9 de diciembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 8 Final de Temporada


¿Venganza?.



Luego de haberse enterado de lo que vio en aquella caja, Adolfo se quedó callado pensando que iba a hacer. No lo tenía claro pero necesitaba hacer algo, tenía todo en contra, sin casa, sin familia y sin trabajo.



Habían pasado varias semanas disimulando, sonrriendo, teniendo sexo, ya había recuperado la movilidad de las piernas pero se lo ocultaba a Bernardo mientras planificaba lo que haría.

Lo primero que hizo fue hacerse un examen  para verificar que no tenía VIH, guardó dinero para poder hacerlo sin ayuda de Bernardo. Efectivamente no tenía nada. La rabia y la impotencia lo consumía no sabía como seguir disimulando el asco que sentía.



Una tarde mientras terminaba de acomodar una laptop recibió una llamada.

–<Hola mi amor, prepárate esta noche porque vamos a celebrar tú y yo tu cumple>

–<¿Ah si? ¿Qué vamos a hacer?>

–<Vamos a cenar y luego a hacer el amor, así que te pones tu mejor pinta que te busco en la noche para irnos, ¿ok?>

–<Ok mi amor, espero que sea un restaurante caro>

–<No te lo iba a decir, pero…vamos al restaurant Valle>

–<Ok, te espero entonces amor>



–Te va a salir bien cara la cena maldito enfermo. -Fue al closet y sacó de ahí la caja escondiéndola en su closet en la parte de arriba.





Llegaron al resturante y cerca de ellos había otro cumpleaños.

–En esa mesa hay 2 trans, me impresionan que no le hayan dicho nada la gente del local.

–Bueno aunque no lo creas el restaurant es Gayfriendly, mira la placa que hay ahí y la bandera en frente.

Pidieron el primer plato y Adolfo pidio lo más caro y también una botella de vino.

–No deberías tomar mucho alcohol, mira que tienes que tomar tus pastillas.

–Hoy es un día especial y quiero emborracharme.



–Llevas varios días actuando extraño amor, no he querido preguntarte pero hoy que es tu cumpleaños te veo así y me extraña. ¿te pasa algo? ¿quieres contarme algo? ¿he hecho algo malo?

Adolfo lo miró fijamente a los ojos y solo se imaginaba hacer miles de cosas. Pensó en el arma que consiguió escondida y cargada en el clóset de Bernardo.

Pasó por su mente matarlo o gritarle todo lo que sabe, atropellarlo.

–Nada amor, debe ser que estoy sin trabajo, en esta silla, el vih, todo eso en conjunto.

–Ya hemos hablado de eso, estás con el tratamiento, vamos progresando con tus piernas y trabajo tienes, no estás de vago, haces cosas.

–Es verdad, son tonterías mías. Vamos a brindar. –Levantó la copa y sonrió. Las chocaron y Bernardo se levantó para darle un beso en la boca.

Como te detesto Jorge, no se que voy a hacer pero me la vas a pagar.



Siguieron conversando y Adolfo ya estaba pidiendo la tercera botella.

–Me va a salir caro este cumpeaños.

–Me lo merezco

–Es verdad. ¿Mierda el cumpleañero se levantó arrecho de la mesa y se va o se va al baño jajaja, los trans lo tienen a monte.

–Pero la han pasado bien, ya estaban cuando nosotros llegamos



Una hora después estaban pidiendo la cuenta. Bernardo tuvo que pagar con dos trajetas de crédito para cubrir el monto.

–Después de esto te voy a echar una cogida que no olvidarás.



Entraron al apartamento y Bernardo alzó en brazos a Adolfo. Lo tumbó en la cama y lo desnudó para primero comenzar con un beso negro y luego introducir uno a uno sus dedos hasta casi meter los 5. Mientras lo hacía besaba a Adolfo y cada vez  empujaba más sus dedos dentro de su culo.

Bernardo se montó sobre él en el pecho para que mamara su pene mientras el movía la cabeza para que se lo metiera todo en la boca.

Volvio a lamer su culo para luego buscar el condón y penetrarlo.

–¿Suave o duro?

–Duro, mételo todo.

Embadurnó el condón con lubricante y lo metió en aquel dilatado culo. Tomó de los hombros a Adolfo e hizo fuerza para que se pusiera en 4. Los movimientos eran cada vez más rápidos y fuertes. Volteó a Adolfo boca arriba y le pidó que sostuviera sus piernas hacia su pecho y volvió a penetrarlo.

Se puso encima de él y empujó sus piernas para subirle el culo y esta vez colocado de manera recta lo penetraba completamente. Mientras Bernardo seguía moviéndose, Adolfo se corría sobre su abdómen sin haberse tocado, sus ojos se pusieron en blanco. Bernardo cada vez le daba más y más a prisa y con fuerza hasta que no pudo más, retiró el pene y el condón. Derramó todo el semen sobre las nalgas y el culo de su novio para luego restregarlo.

Se acercó a su cara.

–Aunque ya no es tu cumpleaños, igual te lo vuelvo a decir, Feliz cumpleaños mi amor.

–Gracias. -Se besaron.



Al día siguiente Adolfo se había levantado temprano para hacer el desayuno. Mientras estaba en la cocina escucha ruidos en el cuarto, era  Bernardo moviendo las puertas del clóset y sacando cosas. Adolfo se acerca caminando sin hacer ruido y lo ve pero se retira y va a su cuarto. Un temblor invade su cuerpo.



–¿Dónde coño está esa caja? Estaba aquí. No se pudo quedar en la mudanza yo la vi. -Hablaba en voz baja.

–¿Estás buscando esta caja Jorge?

–Bernado volteá asustado y ve a Adolfo con la caja y apuntándolo con el arma.

–Baja el arma Adolfo que tú no sabes manejar eso.

–¿Cómo sabes? –Cargó el arma y lo volvió a apuntar



–Casi 2 años engañado, casí un año viviendo contigo, meses atormentándome en esa oficina y haciéndome creer que estaba enfermo. ¿Tú crees que esto va a terminar bien?

–Te puedo explicar.

2 disparos impactaron en el cuerpo de Bernardo que cayó al suelo golpeando su cabeza con la mesita de noche y se le vino encima una ropa que estaba en el closet.

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