Un final y un
comienzo.
Rogelio salió del hotel para dar una vuelta y luego
acercarse a la clínica donde estaba Bertha hospitalizada para acompañar a
Darío.
Fue al centro de la ciudad a conocer el Coliseo, llevaba
un bolso donde cargaba comida, un cooler con agua, su celular, la billetera y
una guía que le entregaron en el hotel.
–¿Dónde coño está el mapa que me dieron si yo lo metí
aquí? Mierda, ahora el celular. Se le cayó el cooler cuando atendía el celular.
Un hombre que estaba cerca lo recogió y se lo entregó. Rogelio le sonrió.
–<<Aló, Darío, ¿qué pasó?>>
–<<¿Vas a venir luego?>>
–<<Sí, si, pero ahora estoy dando una vuelta, te
aviso, un beso>>
Volvía a buscar el mapa mientras refunfuñaba, pues se le
cayó el celular.
–Estás un poco estresado, cálmate. Toma, espera yo te
acomodo el celular mientras buscas el mapa.
–¿Eres compatriota?
–Ja, ja, si. Mucho gusto, Franco.
–Rogelio, encantado y gracias nuevamente, y sí, estoy
estresado.
–¿Vienes al Coliseo o ya lo visitaste?
–Voy a viistarlo.
–¿Te puedo acompañar?
Rogelio lo vio a los ojos, y, sin parpadear estuvieron
así varios segundos.
–Sería genial, así no estoy solo.
Comenzaron a caminar hacia el monumento.
–¿Vives en Roma?
–No, tengo 3 meses aquí de vacaciones y vistando a mi
familia, me regreso en unos días, se me acabó la fiesta ¿y tú?
–Vine por unos días.
–¿Tan poco?
Se volvieron a ver a los ojos.
–En realidad, te va a sonar un poco loco lo que te voy a
decir, vine persiguiendo al hombre que amo.
–Vaya, persiguiendo…¿se te escapó?
–No, vino de luna de miel con su esposa…
–Ah caramba.
–Es largo el cuento.
–Faltan cuadras para llegar al Coliseo, cuéntame para
desilusionarme más.
–¿Perdón?
–Tenía la esperanza de que tú estuvieras soltero o por lo
menos sin ataduras de nada ni nadie, llevo 3 meses aquí y no he ligado y cuando
por fin consigo a un paisano guapo y atractivo, resulta que está enamorado.
Ambos se rieron y continuaron caminando.
–Su epsosa tiene un infección importante en la via
urinaria y en toda la zona reproductiva que compromete sus trompas y ovarios y
su embarazo está en riesgo.
–Peroooo, ¿esa infección a que se debe? ¿Cistitis?
–No, no. A ver como le digo, usted y también debería
hacerse un chequeo.
–No estoy entendiendo.
–Su esposa tiene una fuerte infección, ¿han tenido
relaciones sexuales por el ano? Tambien tiene clamidia. Y hay bacterias en toda
la zona.
–No, doctor, no hemos tenido sexo desde hace semanas y
menos sexo anal. –Darío estaba extrañado pero luego cayó en cuenta.
–Bueno, hubo sexo anal, hay infección que viene de las
heces fecales. La fiebre es muy alta y la estamos controlando y estamos atacando
con antibióticos pero está en riesgo el feto, no podemos sumnisitrar
antibióticos tan fuertes.
Darío pasó su mano por la frente y se la llevó a la
cabeza peinando su cabello y resoplando.
–Se va a tener que quedar hospitalizada para monitorear
la evolución y su embarazo.
–Mi amor, ¿cómo estoy? ¿qué tengo?
–Te voy a agradecer que no me llames mi amor Bertha.
Tienes una fuerte infección que te debe haber pegado Carmelo, tienes clamidia
también. Te dejaste coger ambos lados. ¿en que estabas pensando? Y conmigo no
fue. Nuestro bebé está en peligro por tu irresponsabilidad.
Bertha comenzó a llorar.
_________
Franco y Rogelio conversaron de sus trabajos. Franco es
arquitecto y trabaja en una firma, tiene 28 años y vive solo en un pequeño
apartamento alquilado.
Recorrieron el Coliseo mientras conversaban y Franco le
contaba detalles de la obra, al salir de ahí invitó a comer a Rogelio.
–Te invitaría a casa, pero hay mucha gente, mis tíos, tías,
primos, van a empezar a preguntarte y preguntarme cosas y es un agobio, así que
mejor vamos a un resaurante.
–Tranquilo, acepto la invitación pero te ayudo en el
pago.
–Yo invito.
Mientras comían seguían conversando, luego de discutir
por quien pagaba la cuenta, al final Franco invitó.
–A nuestro regreso en el terruño, me invitas tú ¿vale?
–ok.
–¿Dónde te estás quedando?
–A dos cuadras de aquí, cruzando a la derecha.
–Mmm buen hotel, ¿te puedo acompañar y así seguimos
charlando, luego me regreso.
–Si claro, me encantaría.
Un silencio que atormentaba se apoderó de la habitación.
Darío arrugó con su mano la sábana mientras veía a Bertha que lloraba mirando hacia
la ventana.
–Ese era el dato que me faltaba para dejarte aquí e irme.
–Darío, Darío, no te vayas por favor, no me dejes aquí
por favor ¡POR FAVOOOOR!
Darío llamó a Rogelio.
–Contesta Rorrooo, contestaaaaaa…
–¿Quieres acompañarme
a tomar algo aquí en el hotel?
–No tenías que ir a la clínica a ver al amooooor de tu
vida?
–Ya no quiero ir, estoy en mejor compañía.
Darío llegó al hotel y subió directamente a su
habitación. Se tumbó en la cama y se puso a llorar. Volvió a llamar a Rogelio y
salía la contestadora.
–Tenía meses que no la pasaba bien conversando con
alguien.
–Y yo, y mira yo no tomo mucho y ya llevamos no sé cuántos
tragos. ¡Mira la hora! Tardísimo.
–Relájate, estás de vacaciones.
–Te va a tocar tomar un taxi, es muy tarde.
–Me voy caminando, no hay problema.
Pidieron la cuenta. Cuando se levantaron de la barra,
Rogelio estaba mareado y Franco lo sostuvo.
–Yo creo que mejor te llevo a tu cuarto para que llegues
sano y salvo a tu habitación.
Se montaron en el ascensor y Rogelio se abalanzó hacia
Franco y lo besó y él respondió al beso.
–Tengo ganas de hacer el amor esta noche. -Le decía
Rogelio
–Yo tengo ganas desde hace un mes y desde hace unas horas
contigo.
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