lunes, 19 de diciembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES Penúltima temporada. Capítulo 1


¿Luna de miel?.



Los italianos estaban con Bertha. Ella sobre uno de ellos que la penetraba por la vagina mientras el otro le hacía sexo anal. El tercero frente a ella para que le hiciera sexo oral.

En su vida Bertha imaginó estar con 3 hombres a la vez teniendo sexo, lo que la tenía en una total excitación. En ese momento se le olvidó que estaba casada, en su luna de miel y además embarazada.

Carmelo observaba la escena apartado de ellos. Estaba en interiores tocándose.

El italiano que tenía el cuerpo bien trabajado en el gimnasio y un pene de grandes dimensiones, tenía en sus manos su miembro que lo movía incesantemente frente a Bertha hasta que la tomó por la cabeza para sostenerla e introducirlo en su boca.

–Abre bien la boca ragazza, te viene algo grande.

Bertha abrió la boca y recibió aquel pene que le tensaba la comisura de los labios.



A la mujer se le salían las lágrimas mientras aguantaba la doble penetración que los otros 2 le hacían. El hombre que la penetraba por el ano, se fue a lavar el pene para turnarse con el hombre que le hacían la felación.

–Ahora vas a disfrutar todo este pezzo en tu culo ragazza.

Bertha sintió como la atravesaba aquel miembro y su reacción fue morder el pene que tenía en la boca, el hombre lo sacó de la boca de ella dándole una bofetada para luego metérselo de nuevo.



Bertha gemía y decía que le dolía pero no quería que se detuvieran. Hubo de nuevo un cambio. El que estaba acostado ahora estaría frente a Bertha.

En el intercambio, Carmelo llamó al italiano alto y musculoso para hablar con él. No perdió tiempo y le clavó la inyectadora en el cuello vaciándola por completo. El hombre cayó en el suelo y Carmelo aprovechó para penetrarlo.



Los otros 2 italianos compartieron del polvo blanco mientras estaban con Bertha, cada uno inhaló 2 veces.

Carmelo se estremecía con cada movimiento, su piel erizada evidenciaba una excitación total. Su cuerpo brillaba con su sudor mientras aquel hombre, inmóvil, era sodomizado.



Mientras tenían penetrada a Bertha uno por detrás y el otro por su boca, entre ellos se besaban para correrse los 2 a la vez dentro de ella.

Ambos se tumbaron en la cama agotados y drogados, Bertha, cansada, se acostó entre ellos mientras Carmelo terminaba con el otro italiano.

Se corrió fuera de él bañando las nalgas tonificadas del italiano, las gotas de semen se delizaban por la piel lisa cayendo a la alfombra.



Carmelo se puso de pie y se quedó observando al hombre. Notó que no respiraba y esperó unos segundos, se agachó y le tomó el pulso en el cuello y en la muñeca. No tenía.



–Bertha, Bertha despierta, nos tenemos que ir, ¡párate coño!. –La sacudió y abrió los ojos.

–Vístete que nos vamos.

–¡Mmmmmm! Pero si esta es tu habitación, ¿cómo nos vamos a ir? No me cogiste.

–Nos vamos, este tipo está muerto.
–¿Qué? ¿lo mataste para tener sexo con él?

–Se me fue la mano, ahora nos tenemos que ir.

–Pero…¿Y estos?

–Están drogados. ¡Coño vamonos que tengo que entregar la habitación!



Carmelo terminó de recoger su maleta mientras Bertha se lavaba.

Salieron de la habitación.

–Bajas conmigo pero no estés cerca de mi para que no te vean, entrego la habitación pago lo que debo y nos vamos a otro hotel.

–Yo me tengo que ir al mío, Darío me espera.

–Darío debe estar tirando con alguien, no está pensando en ti.

Llegaron a planta baja y comenzaron a caminar hacia la recepción, Bertha detrás de Carmelo unos pasos más atrás.



Mientras caminaban, Carmelo iba de frente mirando hacia el recepcionista, Bertha volteó a su derecha, al observar al fondo, vio a su esposo y a su mejor amigo sentados en la barra del restaurante que está en el lobby. Darío volteó y también la vio y a Carmelo.



–Carmelo, mi esposo está aquí, me siguió, nos vio. Está con el maricón de su amigo. ¿Qué hace él aquí en Italia?

–Mierda…¿Qué va a estar haciendo Bertha? Está tirando con su amante.

–Maldito Rogelio

–Ve al baño mientras yo cancelo por favor.



Bertha caminó hacia el baño, Carmelo se concentró en el recepcionista. Rogelio corrió hacia el baño. Darío iba directo a la recepción.

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