Amor suspendido.
Luego de viajar en la camioneta por horas, con paradas de 15
minutos para ir al baño y comer, llegaron al destino. Era de madrugada, apenas
a horas de amanecer.
–Llegamos pajarito. –Le quitaron la capucha, había poca luz
hasta que pasaron la cuchilla de encendido y cuatro lámparas fluorescentes
bañaron de luz la sala cuadrada donde habían unas sillas y dos mesas con una
computadora, cajas y un estante. Fabián se tapó los ojos mientras se
acostumbraba a la claridad.
–¿Dónde estamos?
–En tu nuevo hogar a partir de hoy, ven para mostrarte tu
cuarto.
Pasaron a una puerta a la izquierda.
–Aquí tienes una cama King, un gran ventanal con vista al
jardín, baño con ducha y jacuzzi.
En realidad era una cama individual con unas sábanas ajadas,
una mesita de noche de madera, un pequeña ventana a lo alto de la pared con
barrotes gruesos y un baño con ducha, poceta y lavamanos sin separaciones.
Le lanzaron una toalla y un jabón azul. –Para que te bañes.
–¿Dónde me trajeron?
–Preocúpate por lo que harás en los próximos meses y años
aquí encerrado. No importa el lugar. Te dejamos para que te asees.
__________
María Corina, esperaba a Tom para volver a hablar con él.
Jesucristo llegaba a casa.
–Hola hijo, ¿cómo le fue hoy?.
–Bien mami, bueno no tan bien, pero luego le cuento. Ahora
en un rato me veo con mi novio.
–¿Y usted cuándo va a traer a ese novio misterioso?
–Pronto mamá. ¿Y qué es de la vida de Fabián, ya no lo veo
por aquí?
–De eso le quería hablar hijo, está desaparecido, han pasado
cosas pero al parecer lo secuestraron.
–¿Cómo así, secuestrado?, ¡pero si tenía guardespaldas!.
–De eso me enteraré ahora que llegue Tom.
–¿Tom, quién es Tom?
–Ay hijo hemos estado sin hablar, es un escolta del tío de
Fabián, hay cosas muy extrañas que han pasado desde que fuimos a ese paseo en
yate.
–Ay mami pero usted está muy misterosa.
–En el yate había droga. -Sonó el timbre, era Tom.
–Amor, necesito hablar con este hombre, a solas, te prometo
que luego te cuento.
–Tranquila, yo me voy a duchar para salir de nuevo.
Tom Gabriel es un hombre de 33 años, moreno, alto, buen
cuerpo. Es administrador pero se ha dedicado a la parte de seguridad. Desde
discotecas, eventos privados, conciertos hasta lo que se dedica hoy, escolta de
personalidades y/o empresarios. Vive en un apartamento alquilado con otra
persona para compartir gastos. Divorciado, se casó muy joven al dejar
embarazada a una chica menor de edad, en ese momento 15 años. Tiene un hijo de
15 años. Vive con la madre, pero lo mantiene Tom.
–Buenas tardes Tom, pase, gracias por venir. ¿Qué ha
averiguado? -A pesar de la angustia que sentía no pudo evitar verle los brazos
y pectorales a Tom, que cargaba una franela blanca que resaltaba sus músculos y
abajo un jean negro que resaltaba las piernas, trasero y entepierna.
–Gracias a ti por llamarme María, ¿me puedo sentar?
–Si claro, ¿quiere tomar algo? Café, jugo, refresco, una
cerveza.
–Una cerveza no estaría mal, pero no me trates de usted.
–Disculpe es que yo soy así, le hablo así a todo el mundo.
–Es verdad que tú eres de los Andes, gracias por la cerveza.
Tom le explicó que todo apuntaba a que fue secuestrado pues
el vehículo del muchacho apareció en la autopista abandonado, igualmente todo
hace pensar que fue su propio tío.
–Aún no sabemos dónde puede estar, pero pronto lo sabremos
tenemos contactos.
–Que angustia Tom, me pongo a pensar en lo que debe estar
pasando ese muchacho.
–¿Lo amas?
–Mucho.
–Desde hace mucho te gusta, ¿verdad?
–Si, ¿cómo sabe?
–Soy escolta, escucho, veo, tengo años con los Silva.
María Corina bajó la cabeza, Tom con su dedo en la barbilla
de ella le subió la cara.
–No te pongas así. Fabián va a aparecer.
–Dios lo oiga.
–Dios no me tiene que oir, yo lo encontraré. -La vio a los
ojos, ella hizo lo mismo. –Me gustas mucho María, eres hermosa, bella, cariñosa
y luchadora. –Le acarició la mejilla lo que hizo que María Corina retrocediera
unos centímetros. Apareció Jesucristo.
–Tom, él es mi hijo. Jesucristo.
–Mucho gusto chamo, Tom Gabriel.
–Mucho gusto señor.
–Voy un momento al baño, queda en su casa Tom.
María Corina se fue. Jesucristo miró a Tom a los ojos.
–A usted le gusta mi mamá, pero déjeme decirle que ella ya
tiene novio, que es mi mejor amigo, no es que apruebe eso, él tiene 21
años y…
–Yo conozco a Fabián Jesucristo y ese muchacho ama a tu
mamá.
–Ah bueno, entonces no se meta en esa relación ¿oyo? ¿usted
que edad tiene?
–33
–Es mayor que Fabián…pero igual, vaya derecho con mi mamá,
ella lo necesita.
–Conmigo tu mamá está a salvo.
–A mi mamá no la tiene que salvar nadie. Con permiso, me
voy, buenas tardes.
Tom se sonrió pensando en la actitud del muchacho, se volvió
a sentar para esperar a María Corina.
________
Luego de bañarse y dormir un rato, Fabián salió de su
habitación, todo estaba apagado pero el hombre que lo cuidaba dormía sentado en
la silla y roncaba. Se acercó a la mesa y vio el celular del hombre.
–Que no esté bloqueado
por favor, que no esté bloqueado. Tomó el celular y se fue a su habitación.
El celular no estaba bloqueado así que agregó a María Corina al WhatsApp y le escribió.
–<Mi amor soy yo Fabián, estoy bien, no contestes este
mensaje, ahora te envio mi ubicación. Por favor no respondas.
Envió la ubicación. <El Soldado, Cúcuta>
–¡Estoy en Colombia,
en Cúcuta!. -Regresó a la sala y volvió a dejar con cuidado el celular en
la mesa.
–Mire Tom, Tom, Fabián escribió. Está en Colombia, mire.
Tom, tomó el celular y vio la zona, puso cara de extrañesa.
–Eso es raro, pero hoy mismo nos movemos con esto.
–¿Va a llamar a Yonaikel? El conoce mucha gente.
–Si, claro. Tiene buenos contactos allá en la frontera y
tiene Guardias que son amigos que están allá. Esto está complicado María pero
vamos a coseguirlo.
María se puso a llorar y Tom la abrazó. Cerró los
ojos y sentir el abrazo de ella lo alegró. Ella se sentía protegida.
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