A pesar de todo, papá.
La seguridad del hospital había sacado a Yonaikel de la UCI
y le quitaron el arma aunque no llamaron a la policía.
Estaba con Jessica sentados en las sillas cercanas a la UCI.
–¿Se te volaron los tapones? ¿cómo se te ocurre sacar un
arma así y amenazar al médico?.
–Solo pensar que el chamo se podía morir me borré.
–¿Dónde coño te habías metido? Tu jefa estaba en un yate en
medio del mar. ¿con quién te viste?
–Estaba con Fernando el pana del automercado, me estaba
consiguiendo unas vainas.
–¿Qué vainas?
–Unas vainas coño, no me las dio porque me vine.
–¿Y te echaste 4 horas buscando eso?
–Si, me eché 4 horas ¿por qué coño no sale el médico?
–Dixon apareció en la casa y me dijo que tú…tienes algo con
el tal Fernando. ¿desde cuando eres marico? ¿O es que te lo coges para que te
de vainas?.
–¿Tú le vas a hacer caso al bicho ese?
–Por eso te pregunto a ti. ¿Me vas a responder o me vas a
dejar que averigüe por mi cuenta?
–No tengo nada con el pana ya. Le pago unos buenos reales pa’
que me consiga la mercancia que le pido. ¿listo? ¿tranquila?.
–Si…será, te tengo que creer no me queda más remedio.
–Pajua, soy un varón ¿oyó? Deja de hablar tanta paja y
creerle a un becerro que me tiene arrechera.
–¿Arrechera y es tu pana?
–Si, el mamaguevo ese se acostó…
Salió el médico.
–DOCTOR HABLE, ¿COMO ESTA EL CHAMO.?
–Está estable, delicado pero estable, se va a quedar 24
horas más en observación. Tiene una fuerte infección, las defensas bajas y
anemia.
–¿Pero lo tienen controlado, le van a subir los niveles?
–Para eso se va a quedar aquí. Uno de ustedes se puede
quedar, pero los dos no.
–Me quedo yo doctor. -Dijo Yonaikel. –Y disculpe lo del
hierro, me puse bruto.
–Tranquilo, ya estamos acostumbrados a que los malandros nos
apunten en la cabeza o maten al choro que estamos atendiendo.
–¿Qué fue doctor? ¡Yo no soy ningún malandro!
–Pero te comportas como uno Yonaikel, deja al doctor, yo me
voy a casa a descansar, quédate aquí y no te muevas del hospital.
–Te subo al cerro.
Llegaron a la casa.
–Bueno mami, me regreso.
–¿El mamaguevo de Dixon con quién se acostó que te dio
arrechera?
–Con una secretaria de mi oficina que es una chamita
inocente y me da vaina.
Jessica le volteó la cara de una cachetada.
–¿Tú me crees estúpida verdad? Te la cogiste tú y como Dixon
también se la cogió te dio arrechera.
–Que vaina contigo chica. No me vuelvas a pegar que no
respondo.
Le dio otra cachetada y Yonaikel cerró los ojos y apretó el
puño.
–Mejor vete al hospital y hablamos en otro momento, lo más
importante ahora es mi hijo, tu hijo Yonaikel. Ve.
Al día siguiente muy temprano en la mañana Jessica salió del
barrio, pero antes de ir al hospital se fue al automercado. El automercado de
Fernando.
–Buenos días, ¿se encuentra el señor Fernando?.
–Buenos días, entre a esa puerta ahí está su secretaria.
Jessica entró y preguntó a la muchacha y esta le comunicó a
Fernando.
–Ya le aviso cuando entre, siéntese.
Luego de cinco minutos hicieron pasar a Jessica.
–Buenos dias señorita ¿qué se le ofrece? Yo la he visto, ¿ha
venido al automercado?
–Si, varias veces. Voy a ser directa con usted soy la mujer
de Yonaikel y ayer me confesó que mantiene una relación con usted, que
son..¿novios? ¿solo es sexo? ¿Que tienen ustedes?
–Esto es muy incómodo para mi y más con usted delante.
–Imagínate para mi, saber que mi marido es marico y se tira
al hombre que le consigue los productos que lleva a la casa y revende.
–¿Usted vino a que? ¿a reclamarme, a decirme que no vea a
Yonaikel, a comprobar que es cierto? ¿a que?
–Vine a verte la cara, ¿reclamarte para qué? En todo caso a
él que me montó los cachos y con un hombre.
–En todo caso Yonaikel es bisexual.
–No me extraña, ese se acuesta con todo lo que se mueve y tiene
falda, pero no me imaginaba que también con hombres. Espero que se los coja y
no se lo cojan a él porque ahí si que ya sería lo último, marico en toda la
extensión.
–Me va a disculpar pero es marico quien penetra a un hombre
como quien se deja penetrar por un hombre.
–Bueno en vista que esto debe llevar tiempo ocurriendo, no
me queda más remedio que echarlo a la calle, no me voy a quedar con eso, se va
a enterar hasta su madre.
–¿Y no es mejor dejarlo y rehacer su vida con otra persona?
–¿Para que no se ocupe de sus hijos? Prefiero tenerlo al
lado y que cumpla como padre. Ah por cierto, Yonaikel no me dijo nada de que se
había acostado con usted.
–Yo tampoco se lo he dicho, así que sigue la duda.
–Ya, bueno, cuando salga de aquí llamas a Yonaikel y lo
pones sobreaviso ¿ok? Adiós.
–Mira secretaria, si no lo sabías tu jefe es rolo ‘e marico
pa que te quede claro igual que mi marido Yonaikel que lo debes conocer y te lo
habrás tirado, perra.
–SEÑORES, SEÑORAS Y LAS QUE ESTAN EN LAS CAJAS, EL SEÑOR
FERNANDO GOUVEIA EL DUEÑO DE ESTO ES MARICON, MAAAAARICON, SE ACUESTA CON MI
MARIDO, SE COGEN PUES, AHI SE LOS DEJO, AH Y A LAS CAJERAS LES DIGO YONAIKEL ES
MI MARIDO SI ES QUE ALGUNA DE USTEDES SON UNAS PERRAS Y TAMBIEN SE LO TIRARON,
GRACIAS.
Se fue antes que Fernando la pudiera detener. Tomó un taxi
para irse al hospital.
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