De
nuevo el amor.
Como siempre que se veían, Tom y María
Corina, era a escondidas. Él le entregó un celular para comunicarse por ahí
ellos dos y otro más que usaría Tom.
–Se mudaron, cambiaron de lugar.
–¿Pero será que lo descubrieron?
–No creo, normalmente hacen eso para
despistar.
–Tengo miedo que lo maten.
–No lo harán. Tranquila.
–¿Usted como sabe?
–El chico es conocido, es el huérfano de
oro de este país.
–Tengo miedo hasta de mi, que me hagan
algo.
Tom le tomó la mano que la tenía en la
mesa. –No te angusties yo estoy aquí para protegerte.
–Pero usted también está en peligro ¿y si
lo descubren?
–Nos vemos siempre en mis días libres
_________
–¡Entra de una vez vale!. –Lo empujaron
para que entrara al cuarto. –Este es tu nuevo cuarto chamín, no te acostumbres
mucho.
–Este el cuarto sitio que nos mudamos en un
mes o más, ya no tengo ni idea en que fecha estoy. ¿Seguimos en Colombia?
El hombre que custodiaba a Fabián volteó a
verlo y lo agarró del cabello.
–¿Tú cómo sabes que estamos en Colombia?
¿Quién te lo dijo?
–Nadie, lo supe, por el celular de uno de
ustedes.
El hombre lo empujó al piso y le dio dos
patadas en el estómago.
–Lo encierran y lo dejan sin comer y sin salir
por dos días.
–El jefe dijo que lo cuidaramos y que no
tuviera inconvenientes.
–El jefe aquí soy yo y les ordeno que lo
hagan. Punto.
_________
Tom invitó a María Corina y a Jesucristo a
Galipán a comer y a pasear por el pueblo.
Mientras, Jesucristo chateaba con su novio
Pablo. Su madre y el escolta caminaban por un camino de piedra que llevaba a
una terraza.
–Ya han pasado 2 meses Tom y no sabemos
nada.
–Ha sido difícil la búsqueda, pero
seguimos.
–Ojalá termine esto pronto.
Tom la tomó de la mano y cuando María
Corina fue a hablar de nuevo, él la interrumpió con un beso en la boca. Ella se
apartó unos centímetros de él.
–Esto no está bien.
–Me gustas María.
–Yo estoy con Fabián.
–Lo sé, pero estoy cerca de ti y me pongo
nervioso. –Seguían hablando tan cerca que sentía el aliento entre ellos. Ahora
fue ella quien lo besó.
Jesucristo se acercó tosiendo e
interrumpiendo el beso.
–¿Y ustedes que? ¿Son novios y no lo sabía?
–¡No hijo por Dios! ¿qué cosas dice?
–A mi me gusta, me parece bien madre usted
tiene que rehacer su vida.
–Eso no me decía hace 3 meses.
–Eso no me decía hace 3 meses.
–Estaba reciente lo de mi papá y usted
estaba de amoríos con Fabián, pero Tom me cae bien, aunque no me han dicho aún
donde se conocieron me gusta verlos juntos.
María Corina vio a Tom a los ojos y él le
hizo un gesto de aprobación.
–Ven hijo vamos a sentarnos para contarte.
–Pero que misterio, hablen.
Entre María Corina y Tom le contaron lo del
secuestro y de dónde había salido Tom.
–¿Pero mamá por qué no me contó esto antes?
¡Es mi amigo, mi mejor amigo!
–Pues no quería que se angustiara como lo
está ahora.
–Pues claro que me iba a angustiar antes y
ahora ¿ya le avisaron a la policía, que han dicho los captores?
–¿Mi amor no escuchó que quien lo secuestró
fue su tio?
–¿Y si lo mata?
–No, eso no va a ocurrir, tu amigo está a
salvo con su tío, esperemos que la guerrilla o las Farc no se enteren y lo
secuestren ellos. Vamos a caminar hacia esa montañita que está allá para que
vean el paisaje.
María Corina se levantó y tuvo un fuerte
dolor en el vientre, tuvo un mareo y se desvaneció.
Tom la sujetó para que no cayera al piso y
la levantó, cargándola.
Jesucristo a pesar de lo nervioso que estaba
por ambas cosas, lo de Fabián y ahora lo de su madre, no le quitó la mirada a
los brazos de Tom que eran grandes y fuertes.
Pidieron a uno de los choferes de los Jeeps
para bajar de una vez del pueblo e ir a una clínica. Al bajar se montaron en el
carro de Tom rumbo a la primera clínica que consiguieran en el camino.
Ya en la emergencia, la estaban chequeando
mientras su hijo y Tom esperaban.
–No tienen de que preocuparse, la señora
López está perfectamente.
–¿Entonces que tiene, ese dolor que el dio
y el mareo?
–Ella está embarazada, tiene12 semanas. Es
normal en los primeros meses, el dolor pudo haber sido por estrés, tiene que
estar relajada.
Jesucristo se llevo las manos a la boca y
Tom se paralizó.
–Permiso, ya pueden entrar a verla.
–Voy a tener un hermanito o hermanita y
usted va a ser papá.
–No Cristo, yo no soy el padre…es Fabián
–¿Ustedes…no han…no se han acostado?
–No, no. Vamos a ver a tú mamá
Entraron y al ver a Tom arrancó a llorar.
–Voy a ser mamá, mamá, ay Tom y su padre
secuestrado.
–Ya, ya tranquilia que no estás sola, está
tu hijo y yo. -Se le acercó y le dio un beso en la boca, Jesucristo volteó.
–¡Mami, está embarazada, estoy emocionado,
un hermanito!
Le escribió a Pablo para contarle.
–Mami, mientras usted se viste voy a hablar
con Tom un momento, de hombre a hombre.
María Corina se sentó en la cama. ¿hablar,
de qué?
–Usted acomódese que nos iremos pronto.
Mire Tom, yo le voy a decir algo, como ya
sabemos mi madre está embarazada y es viuda y ella no puede estar por ahí con
una barriga y soltera eso está mal visto, yo no quiero que nadie señale a mi
madre y hable lo que no es.
–Ajá ¿y que me quieres decir con eso?
–Bueno que vaya pensando como me va a pedir
la mano de mi madre, porque usted se va a casar con ella.
–Ya va Cristo, yo ni soy novio de tu madre
ni tampoco el padre de ese niño o niña, no quiere decir que no quiere ser la pareja
de tu mamá, pero es que vas a prisa papá.
–Yo quiero que usted sea el padre de ese
bebé Tom, ¿si me entiende?.
–¿y si aparece Fabián?
–No tiene porque saber que ese hijo es de
él.
–No Cristo, eso no es así, hay que hacer
las cosas bien.
–¿Y si no vuelve Fabián?
–Hablas como si no quisieras a tu amigo.
–Lo adoro, pero no lo quiero como novio de
mi mamá.
–Si eso llega a ocurrir pues ya veremos
Cristo, solo seré el padre de ese niño si así lo quiere tu madre, yo encantado
de la vida.
–Cásese con ella, pero primero me pide su
mano.
–Ya estoy lista, ya me dieron el alta
Ya al final de la tarde, Tom dejó a
Jesucristo en casa de su novio y fue a llevar a María Corina a su casa.
–¿Usted puede quedarse aquí en mi casa hoy?
No quiero pasar la noche sola, Cristo no viene hoy.
Tom la vio a los ojos por unos segundos y
se sonrió. Estacionaron el carro y subieron.
Cenaron algo ligero y se fueron a la
habitación.
–¿Usted como duerme? Digo es que no tengo
ropa para usted, la de mi esposo la doné y la de Cristo no le va a quedar.
–Duermo en interior, no te preocupes, yo
duermo en el cuarto de Cristo y listo.
–Yo pensaba que iba a dormir aquí en mi
cama.
–¿Estas segura?
–Tan segura como que estoy embarazada.
–Es mucha tentación.
–Usted dormirá vestido.
–Es que yo suelo dormir desnudo. -La tomó
de la cintura y la besó apasionadamente. Se desnudaron mutuamente y entraron a
la cama.
–Aunque ya estás embarazada, quiero hacerte
el amor y sentir que ese bebé que viene es mio.
–No me diga eso.
–Ya es tarde quiero estar dentro de ti.
Y, ya encima de ella, hizo un movimiento y
su pene se deslizó hasta penetrarla. Sus movimientos suaves y profundos
mantenían a María Corina en total excitación, su piel erizada y enrrojecida
sudaba brillando con la luz del cuarto.
Tom movía sus caderas tratando de no ser
tan invasivo con su amada que estaba embarazada. Cada ida y venida sentía como
la penetraba con aquel pene grueso que nunca vio pero lo sentía cada
centímetro.
–Estoy enamorado de ti María, desde que te
vi ese día acompañándote a tu edificio, te vi y me hiciste feliz. –Le dio un
beso sosteniéndole la cabeza. Aquel beso se intensificó cuando Tom se corría
dentro de ella, que se estremecía con cada sacudida de él.
Ambos se quedaron dormidos, desnudos con la
luz encendida, hasta que el sonido del celular de ella los despertó. Eran las
6:30 de la mañana.
–<Aló, jefe, ¿qué hace llamando a esta
hora? ¿pasó algo?
–<Si, vente ya a la empresa, tenemos
nuevos dueños>.
María Corina levantó a Tom que estaba
profundamente dormido y con el pene erecto.
–Tom, Tom, despierte, nos tenemos que ir.
–Ay, si, si, ya voy. Espera déjame orinar,
que pena. –Se tapó con las manos.
–¿Y usted para que se tapa? ¿no se acuerda
lo que pasó aquí?
–Es verdad, ya salgo.
Se ducharon rápido y desayunaron una tontería.
La acompañó hasta su auto y él se fue en el suyo, no sin antes decirle que se
volverían a ver en 7 días.
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