sábado, 21 de abril de 2018

INQUEBRANTABLE 10. Penúltimo capítulo


François había hablado con Victor para hacerse cargo de los gastos del velorio y
entierro de Teodoro. Un velorio compartido con su padre, el cuerpo no lo habían entregado aún y coincidió con la muerte de su hijo.
En el cementerio estaban Victor, Lucas, François y algunos amigos de la familia, pero no llegaba a 15 personas.

Mientras descendía la urna de Ricardo, Victor no paraba de llorar, justo al lado del hueco se arrodilló con dos rosas blancas en sus manos, Lucas unos pasos detrás de él, no quería acercarse.

–Nunca voy a superar tu pérdida, no sé que voy a hacer sin ti, la vida no me interesa si tú no estás, no me importa el dinero y si voy preso, si no estás conmigo. -Victor lanzó las rosas que cayeron sobre la tapa, se levantó y en ese momento se acercó Lucas que lo abrazó y comenzó a llorar sin parar, no le importaba que lo vieran. El amor de su vida se fue para siempre.

Colocaron la loza de cemento sobre la urna, le pusieron cemento fresco para sellarla y proceder a colocar la urna de Teodoro. François se acercó con una corona que la apoyó en el piso cerca de sus pies mientras miraba como bajaba la urna, no pudo evitar que le corrieran unas lágrimas.

Se quitó los lentes oscuros y se limpió los ojos al mirar al frente vio a Jack, su madre y a Teodoro, los tres abrazados sonriendo. Jack le lanzaba un beso, Teodoro levantaba el brazo saludándolo y su madre le lanzó un gran beso con sus dos manos. François sonrió y bajó los lentes a su cara mientras la imagen de los tres se desvanecía.

Lucas se acercó a François.
–Hola buenas tardes, ¿usted es el amigo de Teodoro?.
–Digamos que sí. ¿Tú eres su mejor amigo?
–Digamos que sí.

François se sonrió. –Es raro definir una relación con Teodoro, fue una persona particular.
–Mala, dígalo como es, fue malo, malo con todos hasta conmigo.
–Te quería mucho.
–Tiene maneras extrañas de querer, amaba a su padrino y no hizo otra cosa que meterlo en problemas.
–Fue un chico que no lo tuvo fácil, un padre despreocupado, una madre que no lo quería, de moral distraída, alcohólica y, palabras de Teodoro, mala actriz.
–Si, pero eso no justifica lo que hizo, pudo…
–Pudo haber sido otra la historia, sí, debimos ayudarlo más, todos, me incluyo.
–Como decía él, ya no tenía remedio.
–¿Victor como está?
–Mal…pareciera que se murió su esposo. Yo soy el novio y no me determina desde que se enteró de la muerte de ambos, soy un cero a la izquierda.
–¿Te has puesto a pensar en la presión que tiene Victor sobre sus espaldas? Negocios, contratos, fue el testaferro de Ricardo, abogado, capaz de hacer lo que sea para librar a todos de problemas, ¿te parece poco? Deberías ser comprensivo, apoyarlo, eres su novio ¿cierto?
–Si…bueno…creo.
–Bueno, apóyalo, ahora más que nunca necesita eso. Pesa sobre él una  amenaza de prisión. ¿Estás dispuesto a sobrellevar eso?

Lucas miró a François. –Yo lo amo.
–Eso no responde mi pregunta Lucas.
–Si, estoy dispuesto, claro que estoy dispuesto, me he calado desplantes, la presencia de Teodoro amenzando mi pseudo relación, creo que estoy preparado para esto, espero que no ocurra.

Se acercó Victor y saludó a François con un apretón de manos.
–Gracias por venir y bueno no te hubieses molestado con los pagos de Teodoro, eso lo cubría yo.
–Quería hacerlo Victor, se lo debía.
–No sé como una persona como tú, se involucró con un chamo como Teodoro.
–En el fondo fui como él, aparatando los crímenes que cometió, entiendo esa rebeldía y esa explosión sexual que tenía.
–Un enfermo.-Se apresuró a decir Lucas, François lo vio a los ojos sin decirle nada y diciéndole todo.
–Disculpe.

–¿Qué es de tu vida?
–Trabajo, mucho trabajo Victor, la empresa, mis clases en la Universidad, estoy ocupado y quiero estarlo.
–Ok, ¿tu hija?
–Triunfando en Nueva York, creo que me voy a pasar una temporada allá sin descuidar los negocios, veré si doy clases allá, no sé, a lo mejor me quedo, no sé.
 ¿Tú?
–¿Qué quieres que te diga que no sepas? Lo único es el juicio.
–¿Va por buen camino?
Victor vio a Lucas. –Me temo que no, no pinta bien, tengo un buen equipo de abogados, lo mejor que pueden hacer por mi es que me bajen la condena.

Lucas no pudo evitar llorar pero prefirió alejarse a que lo vieran.

–Ese carajito va a sufrir contigo.
–Lo sé, pero lo que le viene o lo hunde o lo fortalece, se va a quedar en mi trabajo, junto a un gran equipo pero va a tener que sacar las garras para sobrevivir y esperarme si quiere seguir a mi lado.


François se iba a su vehículo y Victor con Lucas, al suyo.
–Maneja tú. –Le lanzó las llaves al chico. –Estoy agotado.

–¿Entonces sí vas a ir preso?
–Es lo más seguro.
–¿Por qué no me habías dicho nada?
–Para que no te pusieras como te pusiste en el cementerio.
–Es preferible que me lo digas y me vaya preparando.
–Mañana comienza tu entrenamiento para quedarte en la oficina, sé que tienes apenas 18 años, pero te necesito con los cinco sentidos en los negocios, no vas a estar solo.
–Ya me lo has dicho, y ya estoy en eso.
–Si, pero mi detención es inminente.

Llegaron al apartamento y Lucas lo primero que hizo fue besarlo en la boca.
–¿Y no hay visitas conyugales para gais?
A Victor se le vino a la mente su antiguo amor Carlos cuando mantenía relaciones sexuales en la cárcel con él previa vacuna a los policías.
–No, no habrá, espero que aguantes hasta que salga.
–¿Y tú? ¿Vas a aguantar?
–Soy un viejo.
–¿Viejo? Ojala muchos estuvieran como tú, tienes 50 años y estás buenísimo.
–Me ves con ojos de cariño.
Hubo una pausa.
–Extraño a Teo. -Victor tragó grueso y sus ojos se inundaron, no dijo nada pero Lucas sabía que por dentro decía que extrañaba a ambos.

­Vamos a ducharnos, estoy acalorado y quiero acostarme, mañana va a ser un día muy largo.

Cinco días después

El juez dictaba sentencia. Mucha gente del medio empresarial estaba impresionado de la rapidez del juicio. Alguien detrás de toda esa maquinaria movió, pagó y sobornó a jueces y abogados para acelerar la sentencia. Querían de una vez dejar en el olvido su paso por la política a Ricardo Sucre y no había otra persona que pagara que su testaferro.

–Va a cumplir una codena de  tres años, 8 meses y 6 días en la cárcel General del Sur y una multa equivalente a 500.000 dólares. Es mi decisión y que se cumpla. Pase a las órdenes del personal del penal.

Lucas le temblaba el cuerpo, a su lado François que lo abrazó para darle fuerzas.
–Tranquilo, tranquilo, cuenta con mi apoyo, mientras esté en el país yo te voy a ayudar, me queda un año aquí mientras arreglo varias cosas. No vas a estar solo.
–Me hace falta mi papá.
–Tú papá con el tiempo te perdonará y lo perdonarás y volverán a estar juntos.
–¿Ese apoyo que me ofreces también es sexual? No se si aguante más de una semana sin tirar con Victor.

François retiró la mano del cuerpo de Lucas y lo miró extrañado, el chico se sonrió mientras lo miraba. François tuvo un escalofrío, esa sonrisa le recordaba a alguien. Su piel se erizó.

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