Abrieron la puerta y lo sacaron a empujones del carro, le
pusieron una capucha y lo montaron en la camioneta mientras uno de los hombres
manejaba el carro de Teodoro.
–¿De verdad me van a secuestrar otra vez? ¿Ya se les acabó
el dinero?
Un golpe en la cabeza y un grito para que se callara dejaron
a Teodoro tranquilo.
El chico se le pasaba por la cabeza cualquier historia.
Venganza por los que mataron, Yorman que lo secuestró para cobrar más, otra
gente que quiere extorsionar a Ricardo.
El carró se detuvo.
–Dejen el carro ahí.
–¿Ya llegamos? Coño, estamos cerca entonces.
Otro golpe en la cabeza. Vuelves a hablar y te lleno la
cabeza de plomo.
–¿Son empleados de mi papá? Verga pero ustedes son
vengativos carajo. –El hombre cargó el arma y se la puso en la cabeza.
–Déjalo, lo necesitan vivo.
–¿Me necesitan?
–BAJATE DE ESTE MIERDA Y CALLATE.
Entraron al edificio, le hicieron señas al vigilante para
que no dijera nada y siguieron al ascensor.
Llegaron al apartamento, tocaron la puerta y abrieron.
–Fue rápido, que bien.
–Usted pidió celeridad en el trabajo señor.
–Pónganle esto en las manos y se quedan aquí custodiando.
–Les dio unas esposas y les hizo un gesto de que se fueran del apartamento.
Teodoro con los brazos en su espalda con unas esposas,
estaba, más que asustado, confundido hasta se rió. –¿Qué vaina es esta? Marico,
sea lo que sea, necesito un pase de lo que sea que tengas, iba a buscar mis
cocteles y estos guevones me trajeron acá.
–¿Marihuana?
–No tienes algo más fuerte? Un chicle de frambuesa? Marico,
¿qué es esa vaina? Dame de eso pues, aunque sea.
–El hombre haló con fuerza a Teodoro hasta la habitación,
entró y el olor le trajo un vago recuerdo de algun lugar, levantó la cabeza
para aspirar y recordar pero no le llegaba nada a su mente.
–¿Te recuerda algo ese olor? –El hombre encendió el cigarro
de marihuana y le dió una jalada al chico.
–No deberías de meterte esa porquería en las venas, vas a
matarte.
–Trato de recordar donde he sentido este olor…Yo estoy
muerto ya mi pana, me meta lo que me meta ya morí.
El hombre le metió la mano por el cuello de la camisa y haló
arranacando los botones que saltaron por el aire.
Teodoro iba a lanzarle una patada pero el hombre la detuvo
–Shhhh tranquilo, sin violencia. Te están apuntando, un
movimiento en falso y te disparan.
Le quitó el cinturón y le desabotonó el pantalón. –Quítate
los zapatos.
–Marico tu lo que quieres es cogerme y eres tan sucio que
estos bichos nos van a ver. Plomo, cógeme.
Teodoro estaba en interiores, el hombre comenzó a pasarle
los dedos por la mejilla, bajando al cuello mientras miraba al chico que se
erizaba.
–Tú no me quieres violar, quieres hacer el amor. –Le tapó la
boca con las manos –Shhhhh.
Siguó bajando por un costado, cruzó sus dedos hacia el
abdómen para ir al ombligo, con sus dos manos le bajó el inteior, el pene de
Teodoro medio erecto, lubricaba, el hombre se agachó y se metio el pene en la
boca.
–Ay chamo. -Teodoro tenía la piel erizada mientras que el
hombre continuaba su reccorrido por las piernas y le mamaba el pene al chico,
llegaba al glande y le pasaba la lengua por el borde. El chico seguía
lubricando.
Abrió las esposas y le puso esta vez las manos por delante.
–Móntate en la cama, ponte en cuatro. Un buen chorro de lubricante se echó en
la mano y la restregó en el culo del chico y comenzó a jugar con sus dedos
metiéndolos, se puso el preservativo y derramó más lubricante.
–No eres tan malo, usas lubricante para que no me duela.
El hombre lo agarró de la capucha apretando el cabello
echándole hacia atrás la cabeza. –Cállate. -Inmediatamente lo penetró con
fuerza sin soltarle el cabello, comenzó a moverse rápido, dando fuertes
empujones. Teodoro se quejaba del dolor, pero disfrutaba, su piel enrojecida y
erizada lo delataba.
El hombre lo tumbó en la cama boca abajo, se acostó sobre él
deslizando con facilidad su pene dentro del culo dilatado del muchacho. Se
levantó y lo volteó. Levantó las piernas del chico poniéndolas en su pecho.
–Eres un bicho, pero me gusta como tiras.
El hombre le dio una fuerte cachetada sobre la capucha.
Volvió a penetrarlo mientra le introducía un par de dedos.
Le levantó las caderas a Teodoro y terminó de penetrarlo,
varias sacudidas acompañadas de quejidos pusieron a sudar a ambos, a Teodoro más,
que se ahogaba dentro de la capucha, vovió a voltearlo, arrodillándolo sobre la
cama, le abrió las nalgas y volvió a introducir el pene con fuerza, una y otra
vez sacaba su pene y lo metía, el culo dilatado recibia aquel pene que entraba
y salía sin esfuerzo.
–¿Dónde quieres la leche?
–En la cara pero con este trapo. –Jadeaba Teodoro.
–Siéntate.
Teodoro se sentó y el hombre se puso de pie en la cama
quedando la cara del chico justo en su pene. Cuando estuvo a punto de venirse
le jaló la capucha al chico.
Teodoro levantó la mirada y se sonrió cayéndole dos líneas
blancas de semen, una de ellas en el
ojo.
El hombre se agachó y pasó el pulgar por el ojo dle chico
para luego limpiarse el dedo con su lengua. Teodoro sacó su lengua y probó del
semen que le había caído cerca del labio.
–No se me pasó por la mente que fueras tú.
–Que bueno, hice bien mi trabajo.
–¿Y tus matones?
–No están, se fueron después que te dejaron aquí, tu carro
está abajo. No son mis matones, son tus escoltas.
–Uno de ellos me golpeó en la cabeza, mamaguevo ese, ¿quién
habrá sido?
–Déjalo, yo les dije que te golpearan si te ponías necio y
creo que lo hiciste.
–Maarico me dejaste el culo palpitando, que rica esa cogida
¿me puedes quitar las esposas?
François se las quitó y Teodoro lo abrazó dándole un beso en
la boca.
–¿Y a qué se debe tanta efusividad?
–Marico que cogida, valió la pena esperar a que te
decidieras.
–Esperar a que cumplieras la mayoría de edad. Me alegra que
te haya gustado. Por cierto, sigues con el tatuaje, ¿no te lo vas a quitar?
–Ya no me interesa tenerlo, puedo quitarlo o taparlo.
–Yo me encargo de eso.
Se bajaron de la cama y se fueron a duchar.
–Desde que te secuestraron no habíamos podido hablar. Debió
ser duro ese episodio.
–La verdad que no.
–Vaya.
–Al final me cuadré con uno de los bichos esos y matamos a
los otros, seguimos con lo del secuestro y cobramos él y yo el rescate, dos millones de los verdes.
François enjabonaba a Teodoro por la espalda, sorprendido con
la confesión.
–¿Y te parece bien lo que hicieron? ¿Te estás dando cuenta
que ya tienes a tres muertos en tu espalda?
–Si están en mi espalda la verdad no me pesan.
–No te hagas el tonto que sé que no lo eres, aparte de
asesinar a alguien cometiste otro delito, fingir un secuestro y cobrarlo a tu
propio padre.
–La verdad es que si soy tonto, no sé para que te cuento
esto. Además esa gente son unos criminales, los matamos.
–¿Y el otro, el que te ayudó? Es otro malandro.
–Ese es un pana, me consigue la mercancia y somos socios
pues.
–Sabes que ese tipo no es pana de nadie.
–Lo sé Fransuá, yo estoy claro, yo tengo planes con ese
bicho.
–Coño carajito, te veo mal, estás haciendo las cosas mal.
–Me conociste dañado François, no hay arreglo que valga, de
aquí para adelante es suerte que llegue vivo a los 21 años.
–Puedo revertir eso si quieres.
–No quiero chamo, déjame como estoy, vivamos lo que queda
juntos.
François se le quedó mirando y recordó su vida, volvía a
repetir la historia, su esposo era un sicario y ahora estaba con un muchacho
asesino. Dos criminales en su vida, pero Teodoro aún no era nadie en su vida y
sabía que no lo sería, pero mientras estuvieran juntos él hará lo que pueda
para salvarlo.
Teodoro le propuso vivir juntos, pero François lo dejó en
suspenso sabiendo el pasado del muchacho y sin saber si la policía lo buscaba
por alguno de los crímenes o por la droga.
–Déjame pensarlo chamín.
–No lo pienses mucho, mira que a lo mejor muero mañana o
dentro de tres meses.
–Lo pensaré. ¿quieres comer?
–Yo tendría que estar buscando mi droga, quedé con Yorman.
Sonó su celular. –¿ves? Debe ser él. Ah no, es Ricardo.
–<Epa papá ¿cómo estas?>
–<¿Dónde estas?>
–<En casa de François>
–<¿Qué? ¿Y qué haces ahí?>
–<Me secuestró para cogerme a traición> -Le guiñó el
ojo a François que se reía incrédulo escuchando tanta sinceridad por parte de
Teodoro.
–<Coñodelamadre, mira, verga carajito del coño, mira,
llegó a casa una citación para
comparecer ante el tribunal. Se te acusa de una violación a una mujer transexual,
¿me puedes explicar que es esta mierda?>
–<Una putica que me cogí hace años, la volvía a ver hace
unas semanas y me la cogí y dice que la violé>
–<Me sabe a mierda lo que estés haciendo, te vienes a
casa ya> -Colgó la llamada.
Ricardó lanzó el celular y cayó en cuenta que su celular
está pinchado y que esa llamada pudo haber sido grabada. Le dio una patada a la
mesa de vidrio tumbando un enorme jarrón con flores, que cayo al pisó partiéndose
estrepitosamente.
–Ya va, ¿tú tuviste sexo con una chica trans y la violaste?
–Fransuá, todavía no me conces y no sabes de lo que soy
capaz.
–No, si sé, pero aún a mi, me llegas a sorprender.
–Me tengo que ir.
Teodoro le explicó el porqué de la llamada de su padre.
François le dijo que estaba pendiente un almuerzo y lo del tatuaje. Teodoro le
recordó la propuesta de vivir juntos, se le acercó y le dio otro beso en la
boca.
–Cada vez que apareces me sumas días a mi vida, no sé quién
eres, no sé para que te atravesaste en mi vida, no sé que quieres conmigo, pero
gracias por estar, eres paz en mi vida en constante guerra. –Volvió a besarlo y
se fue.
QUEEEE ES EL FRANCOIS, YO AMÉ ESE PERSONAJE, me encantó este capítulo
ResponderEliminarPero ya tiene rato saliendo en la historia...
EliminarSi, pero no lo había asociado con ese François, hasta que menciono a Jack, pensp que solo había sido el mismo nombre de casualidad, le dió una especie de plot twist genial, al menos para mí
EliminarPor Dios!!! Es François
ResponderEliminar😍😍😍😍😍😍 No lo puedo creer?
François tiene 4 temporadas en la historia...
EliminarJoder.... sabía que a François lo conocía de otra parte distes señales... eres un crack para ligar historias... esta ya está caducando pero le diste otro respiro de vida
ResponderEliminarMuchísimas gracias!!! no te pierdas la TEMPORADA FINAL
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