sábado, 7 de abril de 2018

INQUEBRANTABLE 9 Capítulo 13


–Ya sabes tiene que ser el viernes que viene, van a inaugurar unas canchas y ese es el mejor momento.
–Chamo usted es criminal, mis respetos. Deberías trabajar conmigo.
–Tú haz el trabajo y yo te voy a pagar, estaré contigo monitoreando todo.

Teodoro se levantó para ducharse e irse a su casa. Al entrar al baño y sentir el agua fría en su cuerpo comenzó a arderle las heridas pero aguantó y hasta jabón se echó. Algunas de las heridas comenzaron a sangrar de nuevo.

Se secó y se visitió. –La semana que viene cuadramos todo bien pero ya tienes todo el croquis.
–Si va, ¿te encargo merca?
–¡De bolas!, sabes que siempre quiero.

Teodoro se montó en su carro y al revisar el celular tenía llamadas perdidas de su papá y de Victor.
Revisó los mensajes.
–<Estamos en tu edificio esperándote ¿dónde estás?>
–Verga que tostón con estos, ¿ahora que habrá pasado–<Voy para allá>

Llegaba Teodoro a su edificio cuando se encontró a una camioneta negra, dos motos y cuatro escoltas. Salían de la camioneta Victor y Ricardo.

–¿Qué quieren?
–Así que aquí vives, una zona bien, un buen edificio y supongo que un apartamento bien equipado…y todo con mi dinero.
¿Me va a decir qué pasa?
–Arriba te decimos.
–¿Quieren ver el apartaco? Jajaja plomo, subamos.

Entraron al apartamento. –Bueno este es mi hogar, ahí está la cocina, esta es la sala-comedor y allá…
–Toma esto Teo.
–¿Qué es esto?
–Lee, te interesa.

Teodoro abrió el primer sobre, era una citación al tribunal por agresión física y violación. El otro sobre nuevamente otra citación por una denuncia por secuestro y práctica de aborto hacia una menor de edad. Teodoro se rió y rompió las cartas tirándolas al piso.
–Vengan al cuarto para que se los muestre. –Victor le puso la mano en el pecho deteniéndole el paso.
–Nos vas a explicar primero que significa eso.
–Ay padrino son dos putas que querían sexo y luego se las dieron de dignas, a la otra me la cogí y la preñé y no iba a permitir que lo tuviera, yo no quiero ser papá.

Un fuerte golpe en la cara tumbó a Teodoro al piso mientras Ricardo veía, apretaba los labios. Victor se sacudía la mano luego del golpe. Teodoro se levantó poniendo su mano donde le habían dado el golpe. Caminó hacia el cuarto.

–¿Se van a quedar ahí? Vengan a ver mi habitación.

Teodoro entró y comenzó a quitarse la ropa.

–Teo, Teo, Teoooo. Tenemos que hablar de esto. Hay que hacer algo, necesitas un abogado tienes que presentarte.
–Ricardo pero hablas preocupado como si no tuvieramos abogado y dinero, deja la angustia. –Teodoro desnudo, se tocaba el pene viendo a Victor mientras le hablaba al padre.
–Tienes que hacerte responsable de tus actos, eres mayor de edad.
–Ay Ricardo, resuelve el peo, padrino quiero tirar, ¿quieres?.
Victor estaba inmóvil al lado de Ricardo viendo a su ahijado desnudo mientras se tocaba el pene y crecía entre sus dedos. La mano con la que lo golpeó le latía del dolor, su entrepierna despierta comenzaba a humedecerse.

Ambos estaban viendo a Teodoro pero no se movían. Él, en la cama los esperaba mientras se masturbaba.
–¿Me van a decir que no les da morbo cogerme ambos? Tú enamoradito de mi papá y te pones quesúo conmigo. Ricardo muy macho pero le gusta cogerte y ya no se coge a Ana, en este momento por razones obvias pero antes de eso tampoco. Ustedes quieren cogerme y cogerse, estamos aquí, solos. No se preocupen por la citación, preocúpense por pasarlo bien, a lo mejor es la última vez que se dé esto.

Victor vio a Ricardo que se encogió de hombros y se iba a a ir pero Victor lo detuvo dándole un beso en la boca bajando su mano a la entrepierna. Su pene estaba erecto, el de Victor también.
Comenzaron a besarse y a quitarse la ropa. Teodoro los veía aún desde la cama hasta que los vio acercarse mientras ya casi desnudos se tumbaron en la cama. El chico se apartó saliendo de la cama. Victor comenzó a mamarle el pene a su compadre mientras este terminaba de quitarse las medias. Teodoro se masturbaba.

Ricardo lo empujó para penetrarlo. –Ponte condón, no me cojas así, ponte condón.
–No, no, te cojo así ponte en cuatro. –Victor se arrodilló dándole la espalda y abriendo sus nalgas. Ricardo escupió en el culo de Victor  en su pene para luego acercarlo y comenzar a frotarse entre las nalgas.
Poco a poco fue penetrándolo, Victor soltaba unos suaves gemidos. Teodoro le tocaba las nalgas a su padre, cogió un tubo de lubricante, derramó una buena cantidad en su mano y la metió entre las nalgas de Ricardo que se dio un brinco al sentir el frío líquido.
–¿Qué haces?
–Naaada, sigue cogiéndotelo.
–Mosca
–Cállate. – Teodoro se embadurno su pene de gel y se montó en la cama. Sin esperar, de una vez penetró a su padre que sintió un fuerte dolor y se echó hacia adelante deteniendo el movimiento y acostándose en la espalda de Victor.
Apretaba los ojos y los dientes aguantando el dolor, aunque el chico había retirado el pene.
–No jodaaaa, que dolor coño, deja la mariquera. -Se reincorporó y siguió penetrando a Victor y moviéndose. Teodoro le metió los dedos entre las nalgas e intentaba introducir un dedo. Ricardo no decía nada y lo metio, luego otro, pero su padre ya sentía algo pero no se quejó. Teodoro metía y sacaba los dedos para dilatarlo bien. Victor se aferraba a las sábanas y volteaba a ver a Ricardo que estaba excitado hasta que sintió de nuevo el pene de su hijo dentro de él. Sus ojos los puso en blanco levantando la cabeza y echándola hacia atrás. Teodoro le abría las nalgas para penetrarlo completo y moverse más de prisa.

Ricardo daba empujones, los mismos que Teodoro, Victor apretaba las sábanas. Ricardo estaba a punto de venirse, la sensación de penetrar y ser penetrado lo tenía en total excitación. Apretó las nalgas de VIctor y acabó dentro de él. Le tembló todo el cuerpo, su piel se erizó y cayó a un lado, Teodoro tuvo que apartarse, se masturbó y acabó en las nalgas de Victor para luego penetrarlo.

Victor besaba a Ricardo que estaba casi desmayado mientras Teodoro aún con energía penetraba sin parar a su padrino que comenzaba a masturbarse.

Victor se tensó mientras eyaculaba y le apretaba el pene a Teodoro que seguía moviéndose hasta volver a acabar por segunda vez…retiró el pene y se levantó de la cama.

–Bueno, se visten y se me van, quiero estar solo.
–Déjanos bañarnos aunque sea. –Dijo Victor mientras recogía la ropa del piso, levantó a Ricado de la cama y ambos entraron a la ducha. Teodoro se acostó en el cama.

Victor enjabonaba a Ricardo, estaba feliz haciéndolo, el tiempo que estuvo Teodoro secuestrado no lo hizo nunca, hoy lo estaba disfrutando.
–Me acaba de coger mi hijo, mi hijo guevón, un cagaleche de 18 años me cogió, ¡qué bajo he caído!.
–Yo me preocuparía más por resolver su situación con la justicia que lo del sexo. –Victor le pasaba el jabón por los genitales y entre las nalgas.
–Como estás disfrutando metiéndome mano. Te gusta maricón.
–Deja de hablar guevonadas, sabes que te gusta hacerlo y te gustó que Teo te cogiera. -Victor se detuvo, pensó lo que dijo. –¿Te gustó tirar con él?
–Deja de decir estupideces. Lo de Teo lo vas a resolver tú, lo acompañarás a tribunales sin armar mucho alboroto para que no trascienda a la prensa.
Victor le pasaba la pastilla de jabón por el pecho velludo mientras se mordía el labio y sonreía.
–Ah vaaaaina Victor, ya, ¿sí? Deja la emoción, fue solo sexo.
–Tuvimos una relación Ricardo, vivimos juntos como pareja por varias semanas y te gustó, nos gustó.
–Vamos a dejar este tema hasta aquí.
–Siempre me haces lo mismo cada vez que quiero profundizar en el tema.
–Profundiza en el tema de Teo. Sácalo del peo.
–Debería dejarlo preso, que aprenda.
–Ni se te ocurra que me hundes.

Salieron del baño y mientras se vestían hablaban con Teodoro que seguía desnudo y con el pene erecto.
–Tu padrino te va a apoyar en esto.
–No tienes que decírmelo Ricado, lo sé. Padrino me vuelves a golpear y no respondo, es como la cuarta vez que lo haces, puedes que te quedes viudo.
–¿Viudo? –Respondió Ricardo con cara de extrañeza.
–Si, saben algo, esta va a ser la última vez que estemos juntos así charlando y tirando, esto no se va a repetir.
–¿Qué coño estás hablando?
–Váyanse y me dejan solo.

–No se te ocurra hacer nada pasdo mañana, vamos a Tribunales y te quiero sobrio y  sano.
Teodor se acercó a Victor y le dio un beso en la boca. –Chao padrino. –Se acercó a Ricardo y lo abrazó con fuerza, se separó y le dio un beso en la mejilla pero muy cerca de la boca.
–Adiós Ricardo, fue un placer ser tu hijo y poder cogerte.
–¿Qué te pasa carajito? ¿qué droga podrida te estás metiendo? Déjate de eso Teo que vas a terminar mal. Cuídate y cuida a tu familia. Lo que hiciste con esas mujeres es gravísimo, muy grave. Un peo en el que de nuevo vamos a sacarte de él.
Victor lo miró  casi que con burla y volvió a ver a su ahijado.

–Este viernes te quiero bueno y sano carajito, te lo pido por favor.
–Tranquilo, faltan dos días, así será.

Los despidió y cerró la puerta lanzándola.

–Necesito medicina, ¿dónde la puse?

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