Loca juventud.
Diógenes, el papá de Jesucristo llevaba una semana sin salir
de casa, trabajaba desde su laptop y tablet. María Corina no se imaginó que el
enterarse de que su hijo era gay lo llevaría a esa depresión.
–Diógenes tiene que salir de casa, no puede seguir metido
en estas cuatro paredes, le tiene que dar el aire, tiene que superar lo de
Cristo.
–Ay esposa mía, si, estoy triste y feliz a la vez, mi hijo
está tranquilo y se le ve más contento, con un peso menos en su espalda, pero
es que ahora yo y bueno tú también no tendremos nietos, estaremos viejos y sin
ilusión. Yo a punto de cumplir 61 años, tú aún joven y hermosa pero yo…voy pa
anciano y quisiera un nieto que me corretee y me grite y me deje cansado.
–Usted no está viejo para eso falta como 30 años, podemos
comprar un par de perros o gatos y nos harán compañía.
–Esposa mía no me entiendes, no me entiendes. -Visiblemente
afectado, volvió a la habitación a sumergirse en la laptop.
Llegaba de la calle Jesucristo.
–Hola mami, ¿cómo está? Bendición.
–Dios me lo bendiga, todo muy bien mi amor.
–¿Y papi?
–En el cuarto pero no lo moleste.
–Solo voy a saludarlo
Llegó al cuarto y se lanzó en la cama del lado vacío.
–Bendición papi, ¿cómo está?
–Bien mijo, Dios lo bendiga, ¿tú como estás?
–Muy bien. Mire papi, hoy tengo una fiesta en casa de Sara
una de mis compañeras de bachillerato, me voy con Esperanza que me busca en la
noche, ¿puedo ir? Si es tarde me quedo en su casa.
–Puedes ir pero ya sabes lo que te he dicho, nada de alcohol
ni drogas, si le ofrecen usted se niega.
–Siiii papááá.
–Y otra cosa, la semana que viene se mete a clases de
manejo, así usted maneja el carro de Esperanza si ella no puede o como todo un
caballero le maneja usted. Pronto le compraré un carro.
–Esta bien papi, lo dejo para que siga trabajando.
Salió a decirle a su madre lo de la fiesta y de ahí a su
habitación a ducharse y cambiarse.
María Corina estaba en la cocina preparando café mientras
pensaba en el ramo, en Fabián y el beso que le dio, cerraba los ojos y pasó sus
dedos por los labios recordándolo.
–¡María! ¿y usted qué hace ahí con los ojos cerrados como
soñando?
María Corina brincó del susto. –Ay Diógenes no me eche esos
sustos, me quedé pensando en unas cosas de la oficina.
–Mmmm parecía otra cosa. -Diógenes se acerca a ella.
–Hablando de otra cosa, tenemos semanas que de aquello nada de nada y siento
que necesito estar con usted en la cama haciéndonos cositas.
–Esposo mío, ahora no estoy de humor para tener sexo, quizá
más tarde.
–Bien…quizá…ok, me avisa… -Regresó a la habitación.
___________
Esperanza y Jesucristo ya iban rumbo a la casa de Sara.
–Sabes que la otra vez soñé con el barbudo.
–¿Qué barbudo?
–Ay Esperanza pero usted está como caída de la mata, el
barbudo de la otra vez, con el que me tropecé.
–AAAAH ok ok, ay mijo yo que me voy a estar acordando, ajá
¿y que pasó?.
–Dormimos juntos, me levanté de la cama y me fui a preparar
desayuno para los dos, él se vino detrás de mi y me desnudó y luego el se quitó
el bóxer. Tiene un pene enorme y se lo mamé.
–Jajajaja ¿tiene un pene enorme? ¿Y tú cuando se lo viste?
–En el sueño, fue tan real, sentí su piel, su aliento,
estaba conmigo, ese barbudo va a ser mi novio, creo que ya somos novios.
–Mi amor tu contaste que eres gay y se te desató la
princesita Disney que llevas por
dentro. Déjate de mariqueras que te vas a llevar un estrellón.
–Déjeme soñar y déjeme vivir mi historia de amor Esperanza,
lo que le estoy contando es en serio.
–Ok, ok Cristo, mira aquí es la casa, esta tipa se montó una
rumba, mira el gentío, esta mujer conoce a media Caracas.
Entraron a la casa, era imposible saber como era, había gente
por todos lados y la música se escuchaba en cada rincón. Entraron y le
ofrecieron un par de cervezas. Jesucristo la rechazó y Esperanza tomó las dos.
–Tómatela, no seas gallo.
–Mi papi me dijo que rechazara el alcohol.
–Aaaaay Cristooooo, tú papá no vino, relájate, un par de
tragos no te harán daño, toma.
Jesucristo nunca había visto tanta gente junta desde que fue
a un concierto en el Poliedro de Caracas. Quedó sorprendido al ver en una mesa
una bandeja con varias rayas de un polvo blanco.
–Esperanza, ¿usted sabe que es eso?
–Cristo hace tiempo te dije que eso es coca, ni te acerques
a eso, si te ofrecen di que no, a eso dile NO, ¿ok? –Esta tipa es una dura, hasta droga hay aquí. -Pensaba Esperanza que
se le metió el susto en el cuerpo.
Jesucristo se separó un momento de Esperanza pues vio a unos
compañeros del colegio que quería saludar. Esperanza saluda a la anfitriona.
–Gracias por venir ¿Viniste con Cristo?
–Si, está por allá, saludando a unos amigos, a los nerds,
¿sabes? Los que nos caían mal pero a él le cae bien todo el mundo.
–jajajaja si. Lástima que el profe Emilio no pudo venir, fue
al único que invité de los profesores.
–Marica, menos mal que no vino, ¿cómo se te ocurre tener
droga aquí?
–Ay bruja, eso es de unos amigos que lo trajeron para
“colaborar” con la fiesta.
–Que susto.
–Me da cosita lo del profe y su esposa…el chisme de que es
gay volvió regarse por el colegio y ahora con eso se confirmó y de la peor
manera.
–Si vale, ojalá no le traiga problemas en el trabajo.
–Ojalá, bruja te dejo que voy a atender la cocina.
Esperanza se fue a la piscina, uno de sus compañeros la
invitó a bailar y aceptó. Luego de un rato dio unas vueltas para saludar a sus
conocidos. Se fue a preparar una tizana con alcohol.
–Uuuuf ¡Dios que calooor! ¿no? hola
–Hola, si, demasiado, adentro no se puede estar.
–Mucho gusto me llamo Yovana Hernández.
–Mucho gusto, Esperanza Linares Vollmer
–¿Vollmer? ¿Tienes algo que ver con los Larrazabal de
Caruao?
Esperanza extrañada de que asociara el apellido de su madre
con Caruao, respondió afirmativamente.
–¿Cómo sabes?
–No todo el mundo en este país tiene el apellido Vollmer. Yo
trabajo en una tienda de diseño, es de unos primos diseñadores de moda, yo les
llevo la tienda.
–Ah que bien, yo apenas voy a empezar a estudiar
odontología, tengo 18 años.
–Yo 24.
Esperanza se sonrió, Yovana no le quitaba la mirada de sus
ojos.
–¿Me acompañas a dar una vuelta y conversamos?
–Si claro
Conversaron de la empresa de la familia de Esperanza, de la
tienda y la ropa. Comentaban sobre la fiesta en esa casa. Mientras caminaban
Esperanza vio a Jesucristo brincando con otros muchachos y gritando. Bebían
directo de la botella y lo vio volar directo a la piscina. No podía creer lo
que veía.
Salió de la piscina y un tipo lo esperaba con una bandeja.
Esperanza se distrajo, al voltear, Jesucristo estaba inhalando una raya de coca
y salió corriendo.
Lo detuvo a mitad de
la raya y lo sacó de ahí.
–TE DIJE QUE NO TE METIERAS ESA PORQUERIA.
–Relájateeee mi amor, vamos a disfrutar.
–Estas muy borracho para que me estés diciendo “relájate”.
Se lo llevó a la cocina y le preparó un café y le dio mucha
agua. Yovana la ayudó. Luego los amigos nerds
de Jesucristo se lo llevaron para estar con él.
–¿Lo van a cuidar?
–Te lo prometemos Esperanza.
–Vamos a seguir con la charla que estaba entretenida. –Le
dijo Yovana.
Se sentaron en la parte de atrás de la casa donde había una
terraza y había poca gente.
Ya habían bebido 3 tizanas cada una.
–Eres muy guapa, te pareces a tu madre.
–Gracias, tú también eres muy linda.
Yovana se le lanzó encima y le dio un beso en la boca. A
Esperanza se le cayó el vaso de la mano y sus brazos quedaron extendidos y
suspendidos en el aire. Tenía los ojos abiertos viendo a la muchacha como la
besaba. Sintió como su lengua se abría paso en su boca y la separó de un
empujón.
–Chama creo que te equivocaste.
–¿Tú crees que me equivoqué?
–Si, yo no soy lesbiana
Yovana volvió a besarla y esta vez la tomó por la cara y el
beso fue más intenso y recíproco.
–Cuando aclares tus dudas, escríbeme, aquí tienes mis
números y mis redes sociales.
-Le entregó una tarjeta de presentación de la tienda. Se
levantó del sofá y se fue.
Esperanza guardó la tarjeta, se tocó los labios. Sus dedos
temblaban mientras rozaban la piel. Se
levantó.
Salió en busca de su amigo y se tropezó con Sara.
–¿Qué te pareció Yovana?
–¿Perdón?
–Te vio de lejos y me preguntó si te conocía.
–Ah ¿y le dijiste que sí y que soy lesbiana?
–Bueno, no le dije exactamente eso, le dije que se acercara
a ti y lo comprobara. Ella es una chica muy especial, date la oportunidad de
conocerla.
–¿Especial?. -Apareció Jesucristo con sus amigos, ya estaba
un poco más recuperado.
–Amiga, ¿será que nos vamos?
–Sí, si, yo creo que es suficiente por hoy.
Ya en el carro Jesucristo le dice que se va a quedar en su
casa.
–No hay problema Cristo, sabes que mi casa es tu casa. Me di
los besos con una tipa.
Jesucristo estaba duchándose, el agua caliente empañaba los
cristales y la cerámica de las paredes. El vapor envolvía el baño. De pronto
aparece él. El muchacho veía una silueta pero al levantar la mirada vio aquella
barba.
–Entra, el agua está caliente y muy buena. -Entra a la ducha
y toma el jabón, se enjabona las manos y las pasa por entre las nalgas de
Jesucristo y se aventura a introducir unos dedos en el ano.
–Mijooooo, te estoy hablandooooo.
–Ay ¿qué, qué?
–Me besé con una chama que conocí en la fiesta.
–Yo estaba a punto de tener sexo con mi novio.
–¿QUÉ? ¿En serio? ¿En la fiesta? ¿estaba ahí?
–Noooo Esperanza en mi sueño, me despertaste.
–¡Pendejo! Te estoy contando de mi experiencia lésbica y me
sales con esa bobada.
–¿Con quien se besó?
–Una chama, Yovana.
–¿Yovana? ¿Hernández?
–Creo que si… ¿la conoces?
–Oí hablar de ella…y…creo que…ella es la que me dijiste que
era la transexual invitada a la fiesta…
–Esperanza frenó el carro en plena calle.
–Tú me estás jodiendo, sigues drogado. Ni por el coño es un
hombre ¿Tu viste a la pana? Un hembrón, más mujer que mi mamá. Debes estar
confundido.
–A lo mejor, me duele la cabeza y la barriga.
Llegaron a casa de Esperanza, ella no podía quitarse de la
cabeza el beso.
–Yo no soy
lesbiana, no lo soy. Pero coño ese beso me encantó, nadie me había besado así,
bueno, el único chamo que me ha besado. Pero yo no soy lesbiana…tampoco he
estado con ningún hombre, uno solo pero se lo mamé, pero fue un ratico y era un
chamo de 5to año hace 2 años. Ay Dios mio, Yovana, esa tipa no es trans, debe
ser otra, es bella, un cuerpo hermoso y el pelo wao. Ay noooo maricaaa, ¿que
estás diciendo? No eres lesbiana Esperanza, NO ERES LESBIANA, ve a dormir. -Cerró
los ojos y se obligó a dormir pero en sus sueños el beso se repitió una y otra
vez.
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