Lo mejor de su pareja
es cuando no está.
Entró a la página para ver la cartelera de cine, escogió la
sala y la película. Hora: siete y 20 de la noche, 2 adultos. Introdujo el número
de la tarjeta y le dio enter.
Imprimió el recibo.
–<Listo gordo, compré las entradas para la peli, a las
7:20pm en el CC Líder>
–<Ok, nos vemos allá, beso>
–<¿Estás bravo?>
–<No>
–<Estás seco conmigo>
–<Estoy full Gilberto>.
Gilberto Vera tiene 26 años, Contador Público y trabaja
desde hace 2 años por su cuenta luego de trabajar en una empresa por tres años,
no le ha ido como esperaba siendo autónomo pero lo sigue intentando. Es el
menor de tres hermanos. Tiene una relación de cinco años pero desde hace dos
años no marcha bien por los celos y el obsesivo control sobre su pareja. Es
poco dado a explorar nuevos retos, no es proactivo y se conforma con lo poco
que tiene.
A las cinco y cincuenta de la tarde llegaba Gilberto al
centro comercial, buscó las entradas y se fue a pasear.
6:30 pm
Le escribe a su novio. –<¿Ya saliste?>
–<No, estoy terminando una vaina>
–<La película es a las 7:20 gordo>
–<Si ya sé, ya voy a salir>
7:15 pm
–<Apúrate, ya va a empezar la película, estoy comprando
las chucherías>
–<Estoy entrando al estacionamimeto>
A las siete y treinta y cinco aparece Pablo.
–Ya estoy aquí, vamos a entrar.
–Ya la película empezó, si sabías que venías al cine ¿por
qué no saliste más temprano?
–No voy a discutir eso contigo ahora, vamos a entrar.
Entraron a la sala sin mucho alboroto para no molestar,
ubicaron sus butacas y se sentaron.
15 minutos después de llegar, Pablo revisa el celular, tenía
dos mensajes de su jefe.
–<Pablo, mañana voy a darte una sorpresa que va a cambiar
tu futuro, no puedo decirte más>
–Guarda eso por favor, ya no estás en el trabajo.
Pablo Villate, 28 años publicista y creativo en una de las
agencias de publicidad más importantes del país, es responsable casi directo de
los dos últimos premios que recibió la agencia, uno nacional y otro
internacional. Es hijo único e indepediente aunque vive con sus padres, pero
eso cambiará en los próximos días. Le gusta vestirse bien, usa la barba larga
pero bien cuidada y de color castaño claro, es su gancho al igual que su bien
formado cuerpo. Su relación van en picada, siguen juntos porque no viven bajo
el mismo techo.
Pablo apoyó la cabeza del respaldar.
Tomó al muchacho por la cintura y lo trajo hacia él, le dio
un beso en la boca.
–Ya estoy listo para entregarme a ti, he esperado demasiado.
Pablo lo vuelve a besar. -Cuando quieras te hago el amor,
vas a ser mío.
El muchacho se desnudó frente a él, Pablo hizo lo mismo. El
joven se acercó y tomó con sus manos el pene de Pablo acariciándolo hasta tener
una total erección.
–¡Coño que bolas y encima te duermes! Es el colmo, yo me
salgo.
Gilberto se levantó, Pablo tenía la entrepierna en tensión,
se acomodó y salió.
–¿Pero qué te pasa? ¿Cuál es el berrinche?.
–Coño, encima que llegas tarde vas y te duermes, los
momentos que podemos estar juntos a ti te da por llegar tarde y dormirte.
–Mira Gilberto te he dicho millones de veces que no compres
las entradas por internet, que me esperes para comprarlas, siempre es lo mismo.
–¿Que te cuesta salir temprano?
–Me cuesta Gilberto, me cuesta, sabes como es mi trabajo, yo
no estoy metido en mi casa como tú trabajando que tienes todo el día para hacer
lo que quieras.
–Ah según tú no trabajo.
–Vamos al carro, no quiero discutir aquí.
–No me da la gana.
Pablo cerró los ojos y supiró.
–¿Vas a seguir reclamándome que me dormí y llegué tarde?
Podemos estar 3 horas así y perdemos el tiempo de compartir. Vamos a cenar.
–Encima con las entradas caras y las chucherías como para
estar botando los reales.
Pablo sacó su billetera, contó unos billetes.
–¿Cuanto gastaste? ¿10 mil? Toma. Vamos a comer.
Fueron a un restaurante.
–¿Vamos a cenar aquí? Esto es carísimo, yo no tengo para
pagar esto, lo sabes, vamos a comer algo más económico.
–¿Quieres ir a McDonad’s?
Porque te compro un combo y te lo comes. Te estoy invitando.
Pidieron los platos.
–¿Tu quieres seguir conmigo? ¿Tú todavía estás enamorado de
mi?
–¿A que viene esa pregunta?
–No me respondas preguntándome.
–Estoy contigo Gilberto, te quiero mucho.
–No me amas.
–Te amo, no te pongas intenso. -Se pasó la mano por la barba
como siempre que se siente incómodo con algo.
–Esa barba tuya es lo que mata de ti, te ves hermoso.
–Gracias. -Se sonrió. –Cuando se va a poner la servilleta en
sus piernas ve algo en su pantalón. Lo toma, es un hilo rojo que estaba
enrrollado.
–¿Qué pasó?
–No, nada, un hilo rojo, que tenía en el pantalón. -lo
enrrolló con la mano y lo puso en su bolsillo.
–¿Te quieres quedar en la casa? Así dormimos y estamos más
tiempo juntos.
–Ok, pero me tienes que llevar a casa temprano, tengo cosas
que hacer.
–Yo te pago el taxi, no voy a desviarme.
–Coño, nunca quieres llevarme a la casa.
–Marico, vives pa’l otro lado de mi trabajo. Yo no puedo
llegar tarde, tu sí.
–Pero tarde si puedes salir y todos los días.
–Verga Gilberto que tostón contigo de verdad. Basta, me
estás acojonando, ya lo hemos hablado mil veces.
Llegaron al apartamento.
Su madre ya dormía y su padre estaba en el estudio
trabajando en la computadora.
–Hola papá, ¿cómo estás? Vine con Gilberto.
–Buenas noches señor Pablo.
–Hola hijo, estás en tu casa. ¿Te quedas a dormir?
–Si.
–Ok, bueno cierren la puerta que ando full, descansen.
–Que pena con tu papá, me da corte quedarme aquí.
–Pero si te has quedado
otras veces.
–Si pero muchas no están tus papás.
Fueron a la habitación. Pablo se quitó la ropa y se quedó en
interiores. Se fue al baño a orinar. Gilberto también se quitó la ropa y
encendió la televisión.
–¿Te vas a poner a ver la novela? No me jodas.
–Ay ya va, está terminando.
Pablo encendió su tablet y se puso a revisar su correo y
Facebook. Cuando vio que estaba terminando el programa que veía su novio, dejó
la tablet y se quitó el interior. Se acercó a Gilberto.
–Ay no amor, ahorita no, estoy cansado
–¿En serio? ¿estás más cansado que yo?
–Coño desde las 6 caminando por el centro comercial.
–¿Tú sabes desde cuando no tiramos? Tres semanas y me vas a
decir que no quieres.
–Estoy cansado gordo, coño. ¿No puedes entender?
–No, la verdad que no. -Se fue al baño a cepillarse los dientes, al regresar
Gilberto había apagado el televisor y estaba durmiendo. Pablo se acostó y
comenzó a masturbarse.
Mientras se corría, Gilberto encendió la luz de la mesita.
–Qué bolas ¿y te vas a poner a hacerte la paja?.
–Dale gracias a Dios que no me fui a cogerme un culo en la
calle. Buenas noches. -Le dio un beso en la boca y regresó al baño a limpiarse.
Ayy esto como que no va a terminar bien...
ResponderEliminarHabrá que esperar...
EliminarYo quiero a ese barbudooooooo!!!!!
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