lunes, 24 de abril de 2017

DE REPENTE TU Cuarta Temporada. Capítulo 1


Una traición.



–No voy a negar lo evidente hijo. Es cierto, mantengo una relación con Fabián, pero no llegamos ni al mes.

–Pero usted estaba con papá, estaba vivo y ya se veía con él.

–Fue a días de eso.

–¿Por qué? ¿Usted no amaba a mi papá, no se casó por amor?

–No, no me casé por amor, me casé porque quedé embarazada y mi padre me obligó a casarme. Su padre estaba enamorado de mi, yo estaba ilusionada, era el hombre con quien había perdido la virginidad, por un error quedé embarazada, pero no se imagine que no lo quiero, usted es lo más grande, desde el primer día que lo supe lo esperé con alegría e ilusión.

–Entonces no amaba a mi padre ¿y él lo sabía?

–Si, pero aprendí a quererlo mucho, casi 20 años juntos significan algo.

–¿Y por qué Fabián? Mi mejor amigo, mi hermano. Usted puede ser su madre. ¿Desde cuando la pretende?.

–Desde hace 4 años hijo, pero no le di importancia y no lo alente a nada, ni siquiera le hacía caso hasta hace unos meses, que hubo miradas, sonrisas, roces, atenciones, cosas que me hicieron fijarme en él de otra manera.

–Y supongo que anoche no fue la primera vez que ustedes…

–El viaje a la playa, fue la primera vez y…

–No me cuente madre, no quiero saber. ¿Y usted piensa aprovecharse de Fabián que tiene dinero para pagar las deudas?

–Hijo por Dios, por mi mente nunca ha pasado ese pensamiento.

–Pero pagó el entierro y el funeral.

–Pago que pienso devolver, no se preocupe.

–¿Cómo?, si no tenemos dinero, ¿con sexo?

Por primera vez en 18 años María Corina le levantaba la mano a su hijo para darle una bofetada que le dolió hasta el alma.

–¡Usted me respeta Cristo, soy su madre! Soy mayor de edad y yo me enamoro de quien yo quiera. En este momento soy una mujer libre, lamentablemente, pero lo soy y tengo derecho a rehacer mi vida.

Jesucristo aún con su mano en la mejilla, le contestó. –¿Rehacerla a días de haberse muerto mi padre? ¿Y usted me exige respeto?. Usted y ese que dice ser mi amigo no existen.

–Hijo, que va a hacer.

–Me voy de esta casa madre.

–No te puedes ir.

–Soy mayor de edad.

–No trabajas y apenas vas a comenzar la Universidad.

–Buscaré un trabajo de medio tiempo pero aquí no me quedo mientras usted siga con esa relación.

–Cristo, Cristo, regrese aquí.

–No mamá, yo me voy, no se adonde pero me voy de aquí.



Jesucristo se fue a su cuarto a hacer una maleta para llevarse algunas cosas. Llamó a Pablo para hablar con él pero el celular caía ocupado, entonces llamó a la única persona que podía ayudarlo en ese momento: Esperanza, su mejor amiga.

–<Claro que te puedes quedar en mi casa, el tiempo que quieras, mi mamá encantadísima>

Esperanza mandó al chofer para que lo buscara.



–Hijo, piénselo, no se vaya.

–Me voy madre.

–¿Y que hay de mi felicidad, de lo que quiero? ¿eso no vale?

–Si su felicidad depende de hacerle daño a otros, no sirve de nada.

–¿Le hago daño a alguien por amar? ¿Por qué? ¿porque es su mejor amigo? ¿Sería distinto si fuera otra persona? Lo que le molesta es que Fabián no le haya hablado claro y contado, eso es lo que pasa.

–Usted es una adúltera, madre, no le dijo a mi padre lo que hacía, hubiese sido mejor que se divorciara para empezar otra relación, así se hacen las cosas, no al revés. Quien sabe si mi padre se suicidó porque se enteró de lo suyo con ese tipo.

–NO LE PERMITO…

–No se le ocurra pegarme de nuevo porque ahí si me pierde para siempre. –Se fue pues ya había llegado el chofer que lo llevaría a la casa de su amiga.



Jesucristo le contó a Esperanza lo que había pasado, aunque no estuvo de acuerdo en que se fuera de su casa, entendía el dolor que sentía.

–Cristo, el amor es así, uno no manda en el corazón, te enamoras y listo, eso me ha dicho mi madre y es así. Tú mamá no estaba enamorada de tu papá y consiguió a alguien que le devolvió las ganas de vivir, de sentirse amada, eso no tiene nada de malo.

–Son unos traidores.

–A ver Cristo, sé que te sientes mal, pero no debes tomarte para ti esa situación, es tu madre la que se enamoró de Fabián, no es asunto tuyo, tú estás para respetar su decisión, ¿acaso tú crees que Fabián le hará daño? Fabián es tu mejor amigo, claro yo soy tu mejor amiga en la vida, jajaja, él no va a hacer nada para perjudicarte y hacerte daño, tienes razón que debió hablar contigo y contarte lo que sentía, pero no es fácil, es algo delicado, pero pasó asúmelo.

–No quiero vivir en esa casa.

–Te puedes quedar aquí, ya te dije.



Ya en la noche, no logró verse con Pablo por más que intentó no lograba ubicarlo, eso no lo dejó dormir, pero al día siguiente lo volvió a llamar.



Habían cuadrado verse en casa de Pablo a las ocho de la noche. Le dijo a Esperanza que lo llevara en la noche.

–¿Este carajito que querrá? ¿Para que quiere verme? Cristo, Cristo por qué no sales de mi mente. Y ahora te pienso a cada momento, como si te conociera de toda la vida, hasta he tenido sexo contigo y no nos conocemos. Y voy a meterlo en mi casa. Pensaba Pablo mientras terminaba de hacer unas cosas para salir y encontrarse con Jesucristo.



Pablo lo anunció en la vigilancia y lo dejaron subir. Sonó el timbre, Pablo abrió la puerta y la reja y el muchacho entró soltando la maleta. Pablo se quedó sorprendido al ver lo que trajo, pero Jesucristo lo abrazó.



–Lo extrañé mucho, anoche lo extrañé, no estuvo conmigo. -Se separó de Pablo y se miraron a los ojos. Eso bastó para besarse y aquel beso lo transportó a aquel baño donde se besaron por primera vez. La brisa con olor a frutas volvía a envolverlo mientras se besaban.



–Cristo, no sé como llegaste a mi vida, no sé por qué sueño contigo. Te conozco sin saber de ti, te he visto desnudo y no se tus mañas. He estado dentro de ti y no se si tienes hermanos.

–Porque usted no se ha dado cuenta que somos novios. Yo he estado en este apartamento.

–No es posible llevo apenas 2 días aquí. –Pablo vio el mesón de la cocina y recordó cuando tenía a Jesucristo montado en el mesón penetrándolo.

–¿Puedo quedarme contigo esta noche?

–Por tu maleta parece que quieres quedarte para siempre.

–Para siempre estaremos juntos Pablo, usted y yo para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario