El comienzo del final.
–¿Tu siempre vas a querer que te haga el amor?
–Si lo sigue haciendo como hasta ahora sí, usted me tiene
enamorado.
–Entonces móntante, ya se me volvió a parar.
Se sentó sobre el pene, cogiéndolo con su mano y llevándolo
hacia el lugar para ir metiéndolo, poco a poco iba entrando mientras él bajaba.
Terminó de sentarse.
–Otra vez está dentro de mi. -Comenzó a moverse, subía y
bajaba sintiendo como el pene lo penetraba. Ambos, sincronizados se movían
haciendo más intensa la penetración.
Unos minutos más para estar a punto de correrse. –Ya me
vengo, ya me vengo.
–Quiero su semen en mi boca, quiero probarla.
Se bajó y llevó el pene a su boca esperando que el líquido
le inundara. Un líquido espeso y tibio entró en su boca para luego tragárselo.
–Hasta su semen sabe divino, usted está divino. Yo estoy
enamorado de usted.
–Y yo de ti mi amor.
Pablo se levantó de la cama y se fue directo al baño.
–Este carajito no se me
va de la cabeza, ¿pero por qué? Apenas lo conozco y estoy soñando con él, que
arrecho. –Pensaba mientras se veía la barba y buscaba los implemetos para
acomodársela.
Volvió a verse al espejo. –Y pensar que hasta hoy vivo con
mis padres y trabajo en la agencia. -Comenzó a acomodarse la barba para luego
ducharse. Al terminar recogió todo y lo metió en pequeño bolso, cuando lo
agarró para llevarlo al closet un hilo rojo quedó enganchado hasta que se dio
cuenta y lo agarró jalándolo.
–¿De dónde salió esto? -Lo enrroló con sus dedos y en vez de
botarlo abrió la gaveta para guardarlo y vio todos los hilos que tenía ahí.
–¿Y esta vaina que será, de dónde sale tanto hilo? ¿Que es
esto? ¡Coño que tarde es, me tengo que ir!.
Vestido de punta en blanco se fue a la que fue su agencia de
publicidad donde creció como profesional. Hoy no trabajaría, tendría una
reunión para entregar su informe de trabajo, la despedida, recoger e irse para
teminar de mudarse a su apartamento.
Al entrar a su oficina para buscar los documentos y entrar a
la reunión recibe una llamada a su celular.
–<Aló>
–<Hola Pablo ¿cómo está?>
–<¿Cristo? ¿Bien y tú?
–Más o menos Pablo, anoche que la pasé tan bien con usted
pero han pasado cosas en mi casa.
Pablo se apartó el celular de la oraja y lo vio con cara de
extrañeza –¿Bien conmigo? No entiendo
Cristo, de que hablas>.
–<Necesito contarle lo que me ha pasado, es terrible,
¿puede hoy?>.
–<No creo que hoy pueda, hoy estoy de despedida de mi
trabajo y me mudo de casa, estoy complicado. Mañana podemos vernos>.
–<Bueno, nos vemos mejor esta noche, como todas las
noches y le cuento>.
–<¿De qué estás hablando Cristo?>.
–<No se haga Pablo, todas las noches nos vemos y estamos
juntos y hablamos, lo espero, que pasa feliz día, un beso>.
–Bueno , no estoy en este momento para analizar al chamito.
Luego de la reunión y una torta de despedida, eran las 11 de
la mañana, recogía sus cosas de la oficina metiéndolas en una caja.
–Y pensar que entramos casi en la misma fecha aquí, eramos
unos ingenuos y nos sabíamos nada y ahora estamos recogiendo para emprender
nuevos retos y tú serás mi jefe. –Le hablaba Verónica una compañera de trabajo
con la que compartió 7 años en la agencia, aunque Pablo no la soporta.
–Así es, te pondré en cintura, no será como aquí.
–¿Tú me tienes rabia verdad? No te caigo bien. Nunca hemos
compartido más allá del trabajo, hoy es que cruzamos unas sonrisas y
compartimos torta, de resto nada en estos 7 años.
–Me caes mal, es verdad, pero aquei vinimos a trabajar, tú
trabajas bien y eso es lo que importa, por eso te llevo a la nueva agencia.
–Acepté porque es un nuevo cargo, nueva empresa y buen
sueldo. Tú me gustas aunque nunca me paraste, era una empleada más para ti.
–Eres mujer Verónica por eso no te paro. Desde el primer día sabes que soy gay, no sé
a que viene ese comentario.
–Eso lo dices para que no se te acerquen, pero. -Se le
acercó a centímetros de su boca –Yo sé que te gusto.
Pablo soltó un suspiro mientras cerraba los ojos. –Verónica,
ya recogí y me tengo que ir porque hoy me mudo a un apartamento con MI NOVIO
¿ok? Deja de inventarte historias, la creatividad déjala para los nuevos
proyectos que vamos a tener.
–Eres un imbécil.
–Y tú una desubicada, permiso.
Llamó a Gilberto, su novio, o lo que hasta hace poco él
consideraba su novio, quería hacer el último esfuerzo por salvar la relación.
–<Llegó el día mi amor, te vas a venir conmigo al
apartamaneto? ¿te vienes a vivir conmigo?
Gilberto se quedó callado, luego habló. –Me voy hoy contigo
gordo, pero no me voy a quedar a vivir de momento, esta noche me quedo contigo.
–<Ok, ¿te busco? Voy a casa de mis papás a buscar unas
cajas y maletas y las monto en el carro>.
–<Ok, avísame cuando estés cerca>.
–Emilio, Emilio, me voy, me tengo que ir, me voy en taxi a
mi casa, estoy retrasado.
–Pero quédate un rato más, vamos a ducharnos juntos.
–No puedo, otro día, te llamo luego besos.
Ya en el carro con todo montado, iban al nuevo apartamento.
–Nuestra relación va mal Gilberto, ambos sabemos que va mal,
pero quiero recuperar lo que una vez tuvimos.
–¿Y cómo pretendes recuperar eso? Ahora eres director, tu
horario se extiende, las pocas horas libres las dedicas al gimnasio, los
domingos quieres estar solo. ¿Quieres compartir conmigo la cama para dormir
unas horas y verte en la ducha mientras nos enjabonamos? ¿Esa es la relación
que quieres?.
–Tienes razón y tengo que ajustarme, sé que tengo que dedicarte
tempo, no lo he hecho en años, pero eso va a a cambiar, te lo prometo.
–Me lo has dicho sientos de veces.
–Pero esta vez es en serio.
–Lo dudo.
–¿Quieres terminar conmigo? Dime y te llevo a tu casa y
acabamos con esto. Coño quiero arreglar esto y tú me echas todo pa ‘tras.
–Discúlpame, si quiero seguir contigo, vamos al nuevo
apartamento para verlo y ayudarte a instalarte.
Llegaron. El celular de Gilberto sonó. Era Emilio, pero no lo
atendió.
–¿Por qué no atiendes?
–No quiero hablar ahora, me da fastidio.
–Entonces vamos a hacer algo más divertido. –Pablo se le acercó
y le dio un beso y comenzó a quitarle la camisa. Volvió a sonar su celular y
esta vez si le atendió.
Pablo cerró los ojos y apretó los labios
–Coñodelamadre con este pana, ¿por qué carajo me evita?.
–<Aló, hola pana, ahora no puedo hablar estoy ocupado>
–<¿Estás con el cornudo?>
–<Si, exacto estoy con Pablo, dale hablamos>.
–Apaga el celular y vamos a la cama a tirar.
–Vamos a acomodar las cosas mi amor y luego lo hacemos.
–Coño, ¿no me puedes complacer? Tenemos tiempo sin tirar,
verga quiero cogerte y me evades, me pones excusas, me evitas. ¿No te gusto? Ya
no te gusta como te cojo? ¡Coño dime!
–Estoy cansado y tengo que trabajar, me traje la laptop.
–10 minutos, ¿es mucho pedir?, 10 mimutos para cogerme a mi
novio.
Gilberto lo vio. –Ok.
Se besaron pero Pablo no coneguía una erección. Gilberto se
agachó y comenzó a hacerle sexo oral y así logró la ansiada erección
–Ponte en 4
Gilberto se subió a la cama y cuando se colocó se abrió las
nalgas. Pablo le vio el ano inflamado y rojo y ademas manchado de semen entre
seco y húmedo, el olor era desgradable.
Pablo se bajó de la cama.
–Vístete Gilberto.
–¿Qué pasó?
–Te vistes y te vas de mi casa.
–No entiendo, me dices que quieres hacerlo, te digo que sí y
ahora no quieres y me botas.
–Si te vas a poner a tirar con alguien por lo menos ten la
decencia de limpiarte. Te busco en tu casa y acababas de tirar con un tipo. ¿ A
que estás jugando tú? ¿Por eso es que no quieres tirar conmigo? Ya tienes uno
que te coge.
–Si chico, si, estoy tirando con otro. Un carajo que me entiende,
me da el puesto que merezco, respeta nuestro tiempo juntos, todo.
–Que bien, me parece perfecto que encontraste tu media
naranja. ¿Para que coño te vienes a mi casa para quedarte conmigo? ¿Para que? ¿Te
quieres burlar de mi? bueno ya te burlaste, me montaste los cuernos.
–Eso es culpa tuya por ser como eres, por no atenderme, por
pasar de mi, olvidarte que tienes un novio y dedicarte a tu puto trabajo.
–¿Y por que no terminas conmigo y acabas con esta mierda? ¿querías
vivir a costillas mias? Chulearme, bueno eso ya lo haces y lo permití.
–Eres un egocnétrico solo piensas en ti y te vale mierda lo
demás.
–Y tú un fracasado que nunca va a superarse esperando que te
lleguen las oportunidades a la puerta de tu casa. Viviendo de las lochas y
quejándote.
Mejor que te vayas.
Gilberto tomó su lapatop y el bolso y salió del apartamento.
–No vales la pena, es preferible que te quedes solo.
–En eso estoy de acuerdo contigo, me quedaré solo antes de
conseguirme un perdedor como tú.
Cerró la puerta. Se sentó en el sofá y cerró los ojos. A su mente
llegó Jesucristo.
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