miércoles, 23 de mayo de 2018

SEXORAMA: Mi primera vez. Segunda parte.

Subí al comedor a tratar de despejar la mente de ese interrogatorio que había en mi mente, las muchachas me preguntaron por él pero les dije que no sabía, aproveché el momento de averiguar lo que más pudiera de ese hombre, para mi sorpresa, estaba casado, tenía una hija y un divorcio anterior a su esposa.
¿Estaba sintiendo celos? No del todo, acababa de hacerle sexo oral hace10 minutos, además como iba a sentir celos si solo habíamos tenido un encuentro, carajo ¿yo de verdad estaba obsesionado con ese tipo? ¿Pero quién no? Si hasta las mujeres hablaban de él como si se lo cogieran con la voz.

Ese día fue incómodo al regresar a la oficina, de nuevo no hablamos, no nos miramos, no hubo comentarios, solo se escuchaba el teclado y el mouse incluso podía escuchar las agujas del reloj, así era el silencio que había en ese lugar o tal vez era yo el que estaba tenso.
Esa noche me dolían las bolas tenía que masturbarme sí o sí, no había eyaculado al medio día, recuerdo me hice la paja en el baño mientras me bañaba, y dos más cuando fui a dormir, yo no sentí placer al mamárselo pero vaya que acabé esa noche, quedé molido. El día siguiente solo fue un “Hola, buenos días” ni siquiera respondió cuando le dije “¿Cómo estás, dormiste bien¿” nada ni un ruido, carajo, ahí vamos de nuevo a la realidad el tipo es un idiota o yo soy muy pendejo y justo cuando estaba asimilando que no volveríamos a hablar me dijo “Pasé toda la noche con la mano metida en el guevo pensando en como me lo mamabas” acto seguido se salió de la oficina, no me dejó responder no me dio tiempo, solo sonreí y claro, me erecté, debo confesarles que varios mediodías después del almuerzo hacíamos lo mismo, yo se lo mamaba en el baño era casi que obligatorio, incluso en las tardes cuando no había trabajo y el personal estaba disperso y distraído se metía en el baño cuando yo iba y tenía que mamárselo de nuevo, aunque ya lo hubiésemos hecho al mediodía, se sentaba en la poceta me arrodillaba y me ordenaba hacerle la paja y mamárselo de nuevo, parecía que la traía en la punta siempre acababa rápido, pero hubo un dia en donde no me dejó apartarme, estaba tan excitado que solamente sentí como me caía su leche en la garganta, ni siquiera pude devolverla tuve que tragarla y les confieso, aun así seguí mamándoselo, ya eran tan explosiva la situación entre los dos que no podíamos dejar de hacerlo.

 A veces iba saliendo de la oficina y me besaba rapidito, me besaba la oreja, el cachete, los labios, me traía café, agua, lo que yo necesitara. Yo nunca había tenido pareja y eso era lo más cercano a una relación que yo conocía aunque yo estuviese equivocado. Lo siguiente que recuerdo para destacar fue cuando me pidió mi número, y no sólo el número, él quería mi facebook, mi twitter incluso mi correo, el quería todo sobre mí y yo se lo di, así lo tendría yo a él también, sabeia que era casado por lo que no le escribía mucho.
 Darle mi número fue una tortura al principio, cada mensaje que me llegaba, cada llamada, ninguna era de él, en casa no me despegaba del teléfono pero nunca era él, en su facebook conseguí muchas fotos suyas, incluso de playa con su familia y él en traje de baño, ese hombre iba más allá de la imaginación, esos brazos, ese pecho, sus piernas, un hombre maduro muy bien tonificado, yo también lo estaba pero el se veía mucho mejor que yo, incluso cuando yo veía esos hombres en el gym muchos mas jóvenes y con buen cuerpo no me interesaban, solo me gustaba Víctor.

Una noche me desperté de madrugada a orinar y vi el teléfono, había un mensaje suyo de hace rato, hasta las ganas de orinar se me fueron, era una foto de su guevo erecto y decía “Esto es lo que provocas en mi” hasta un capture le saque, era el primer mensaje que me mandaba, no sabía si responder o no, y si su mujer le revisaba el teléfono. ¿Borraría el la conversación? No respondí, la mañana siguiente comentamos sobre la foto y en todo momento estábamos duros, solo esperábamos el momento adecuado para descargarnos en el baño, me dijo que le escribiera solo cuando él lo hiciera y así hicimos, esa noche quedamos en hablar, pero eran las 12am y aun no había respuesta de él, me estaba quedando dormido cuando llego un mensaje, era suyo, otra foto de su guevo, carajo ya me lo conocía de memoria pero no le decía nada, solo le comentaba lo rico que estaba y que me moría por mamárselo de nuevo (No era cierto, eso lo hacíamos a cada rato yo quería simplemente saber de él) entonces en medio de la calentura que el tenía me soltó algo inesperado, el pensó que yo ya tenia experiencia sexual por lo bien que se lo mamaba y quería cogerme esa misma semana incluso dijo que le molestaba cuando estaba con la mujer y ella le decía que “tan duro no” él decía que le gustaba meterlo sin tanto dolor porque el dolor de la otra persona le quitaba la excitación, incluso dijo “es preferible que se lo coja otro y lo deje abierto y después venga y me busque, esa vaina de que me duele me da arrechera” fui un tonto pues le dije que eso era cierto que yo también lo prefería así, fui totalmente estúpido, ¿que iba a estar prefiriendo yo nada si nunca había estado con nadie?

Ni siquiera sabia como iba a hacer para minimizar el dolor, me dijo mañana te cojo eso escríbelo, para mi fue como si me fueran a ejecutar, me levanté y empece a buscar información de que tenía que hacer para la primera vez, encontré que había un anestésico para eso y videos de cómo hacerse un lavado casero, la mañana siguiente avise a mi jefe que llegaría tarde, tenía que conseguir todo lo que necesitaba, él me escribía “¿Dónde estas?” un mensaje tras otro “¿Eduardo dónde estás?” me llamaba, una y otra vez, y yo solo rezaba por encontrar lo que necesitaba, mierda ya era tarde y aún teneia que hacerme el lavado, eso implicaba volver a casa hacerme el lavado e ir al trabajo, Victor me dejaba llamadas y llamadas, carajo no me había llamado en todo ese tiempo y cuando no quiero que lo haga lo hace.

Por fin llegué a casa para hacerme el lavado, escuchar las vibraciones del teléfono era una tortura, al final todo eso lo estaba haciendo por él y él solo estaba neurótico porque yo no llegaba, su último mensaje decía “déjalo así no te molesto más dejemos esto hasta aquí” coño había hecho tanto esfuerzo para estar con él ese día ¿y me iba a terminar? ¿Siquiera teníamos algo? ¿En que momento empezamos? Por fin lei todos los mensajes y le dije que tenía un problema familiar y que deje el teléfono en la casa. No me respondió, mierda puse la torta, cuando llegué al trabajo no me habló, me excusé con mi jefe y al rato de estar en la oficina Victor se puso de pie apago la pantalla de mi pc, se cruzó de brazos y muy serio me dijo:

–¿Dónde estabas?
–Tuve un problema familiar
–Que problema?

No me dejaba hablar me dijo “¿Vienes de un hotel?”
–No claro que no

–Vienes recién bañado de la calle
-–Llama a mi casa y pregunta a que hora salí. Diles que no he llegado al trabajo y que si saben de mi.

 Para mi sorpresa ¡lo hizo! tomó el teléfono y llamó a mi casa y dijo que estaban preocupados porque no había ido a trabajar,
Víctor era bueno mintiendo, esperen, ¿me estaba celando? Carajo otra vez mis películas mentales de terror, rápidamente emparejó la historia diciendo “Ah no espere acaba de llegar muchas gracias” se sentó no me dijo nada:

–¿Viste? ¿Dónde está el hotel de donde yo venía?
-…

Nada no decía nada No me habló en lo que restaba de mañana, al mediodía esperó en la puerta del baño a que yo saliera para el entrar, era una clara señal de que en efecto se había terminado lo que fuese que habíamos empezado, lo había dicho él mismo, yo tampoco decía nada, solo quería retroceder el tiempo y decirle esa madrugada que yo era virgen, en vez de estar inventando historias y andar corriendo buscando lubricantes y anestésicos y haciéndome lavados, incluso no comí para no tener nada en el estomago, según lo que había leído en como hacerse el lavado.
De todas formas no tenía hambre, cuando dieron las cuatro de la tarde por fin nos íbamos, todo el mundo salió yo busque mis cosas, cuando apagué la luz de la oficina él ya no estaba ya se había ido, ¿qué hice mal? Carajo todo, todo lo había hecho mal, ¿o será que él era un dramático exagerado? No, en efecto era yo eel que había hecho todo mal, y sei, él era un dramático exagerado.


Iba pensando todo eso al doblar la calle, tomé el bus, llegó su llamada, de los nervios colgué sin querer, Coño e la madre ¿qué pasa conmigo? ¿Ya perdi el control? Y milagro, volvió a llamar:

 –¿Dónde estás? Te vi subiéndote a la camioneta te estoy esperando en la esquina de… (la calle donde trabajábamos)
–Ah pero es que no me dijiste nada más pensé que no querí…
–¿Qué vas a hacer te vas para tu casa?
–¿Qué hago me bajo?
–No sé dime tú… (¡Mierda odio esa respuesta!)

Después de un silencio corto me dijo “Te recojo en el centro comercial Eduardo, nos vemos en cinco minutos” Carajo ya me había pasado una calle, me baje ahí mismo y lo esperé, finalmente llegó y nos subimos al carro, tenía fotos de su hija en el retrovisor, yo no podía mirarlo, estaba nervioso, no tenía idea de cómo iba a ser todo eso ni que decir. Y lo peor, ¿en qué momento me pongo el anestésico sin que lo note? Mierda ¿cómo hago? Se me ocurrió decir que quería orinar al llegar al hotel y aprovechar. Para mi sorpresa ¡no habría hotel!, eso pasaría allí y ahora, pero bueno Dios mío ¿todo en mi contra? Esto es lo que me pasa por mentiroso. Carajo ni que fuera el único mentiroso del planeta, además era una mentira blanca mentir sobre mi virginidad, vergación ¿acaso eso era un pecado capital?

Se estacionó en unas de las calles por Altamira como si fueras al Ávila, esa zona es sola y rara vez pasa un carro, colocó el tapa sol, se lo sacó y me hizo mamárselo ahí, yo estaba muy nervioso ese no era el baño del trabajo era la calle pero hice lo que pude, el lubricaba mucho y eso me mataba, recuerdo exprimir su cabeza y ver que salían gotas de pre semen, mierda ese hombre tenía un pene exquisito, ya me había acostumbrado a mamárselo tanto que incluso había aprendido técnicas para excitarlo, pero carajo me enfoqué tanto en mamárselo que olvidé como haría con el anestésico, y justo me dijo “Ponte para metértelo” me hizo ponerle el condón y mamárselo un ratico con el condón puesto, cuando llegó el momento saqué mi frasquito pero no deje que lo leyera:

–¿Qué es eso?
-Es lubricante
-Así me gusta que vengan preparados

En realidad era el anestésico se lo puse en el condón y me coloque yo en el ano como pude, era demasiado incomodo no tenía espació, traté de hacer tiempo mordiéndole la oreja y lamiendo sus tetillas para que el anestésico hiciera efecto, pero se necesitaban 20 minutos y ni siquiera habían pasado cinco, ya él no aguantaba y quería metérmelo “Ponte pues” me dijo, disimulé mi cara lo mejor que pude y que sea lo que Dios quiera, empezó a entrar, solté un gemido fuerte y eso que solo era la cabeza, él estaba sentado en el asiento del conductor que se echaba hacia atrás, yo me senté como pude de frente hacia él y me sostenía mientras me lo metia, pero quitó sus manos y me dejo caer, su guevo entró al menos por la mitad, mi gemido tuvo que escucharse en toda la cuadra, yo no puedo explicarles la clase de dolor que sentí en ese momento, me puse rojo me paralicé, me salieron lágrimas, me puse frío, las piernas me temblaban. Dios, tenía que decir la verdad era demasiado dolor, el tenía que saber que era mi primera vez, ¿cómo se lo decía? Perdí mi erección de inmediato

-Shhh ¿qué paso? ¿Te lastimé?
-Si
-Tienes el culo chiquitico, hace tiempo que no lo hacías?
-Más o menos
-¿Sigo?
(Moría por decirle que no, pero en su cara vi que el moria porque le dijera que si)
-Sigue

 Que poca dignidad tenia yo, me importaba mas satisfacerlo a que me desgarraran el culo, el dolor fue de mal en peor, yo solo cerraba los ojos trataba de ocultar el llanto, las lágrimas caían sobre él, pensaría que era sudor pero no era así, yo estaba sufriendo con esa arremetida, entraba y salía y no se para que coño había pasado por tanto ese día si igual me estaba doliendo, había leído relatos que decían que en un momento el dolor se convertía en placer pero eso no estaba pasando, tocó cambiar de posición, cuando lo saco ¡carajo! sentí su cabeza salir y fue horrible el dolor de nuevo, respire, no sé en que tantas cosas pensaba en ese momento pero recuerdo que yo no decía nada solo gemía pero de dolor, mientras que el parecía disfrutarlo bastante, esta vez fue en el asiento trasero, yo acostado con las piernas en sus hombros y el como podía se las ingenio para meterlo, esta vez entro más fácil el anestésico, por fin se apiadó de mi, claro que me dolió pero no sentí lo de antes, sin embargo la sensación no era del todo agradable, podía sentirlo en la vejiga o no sé dónde pero sentía su guevo muy dentro, ésta vez verlo así de dominante me estaba excitando, estaba desnudo frente a mi bañado en sudor y estábamos haciéndolo, ese era Victor el mismo que me traia loco, en ese momento si lo empecé a disfrutar, no porque me lo estuviese metiendo si no porque era el, era Victor el que me gustaba, me empecé a menear como podía, eso lo excitó, “Aja, te gusta ¿no? Toma pues” me decía y lo empujaba más duro, mierda ahí esta el dolor de nuevo, finalmente me vio echo un desastre en ese carro todo sudado, ambos lo estábamos, lo saco y se quito el condon y me acabo encima ¿cuánto esperma producía este hombre? Siempre estaba eyaculando y tenía grandes cantidades, me embarró por todas partes, se acerco y me pasaba su guevo hinchado por la cara para regarme el semen que le había quedado, finalmente yo acabé mientras se lo mamaba, uffff ahí estábamos los dos, vueltos mierda, cansados, hechos un desastre había semen en la ventana del carro, en el asiento, en mi y ese olor a sexo en todo el carro, le dije:

-¿Cómo vas a hacer? No puedes llegar a tu casa así, tenemos que bañarnos
-Vamos a donde sea pero que sea contigo

Me dijo eso con su cabeza en mi pecho, todo sudado y cansado incluso parecía que estaba quedando dormido.
Nos vestimos, nos besamos, me llevo a la casa, dijo que limpiaría el carro y después a su casa.


Continúa el viernes. 
Relato cedido gentilmente por Luis Orsini 

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