miércoles, 16 de mayo de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 8


Orlando le contó a Nelson y a sus otros amigos lo que había pasado con Vicente, su novio y con Diego.


Nelson lo volvía a abrazar mientras Nicolás le sobaba la cabeza, Pedro lloraba sin acercarse.

–¿Tú por qué lloras?

–Bueno, me da sentimiento, verga que te maten a tu novio es muy arrecho.

–Tú tienes novia.

–Bueno, novia, novio, que te los maten es horrible.

–Si pero no entiendo por qué te pones así.

-Verga Nelson, Orlando también es mi amigo,  es más lo conocí antes que tú, me duele lo que le pase.

–¿No será que te gusta Orlando?

–¿No será que te gusta a ti?



–Bueno, bueno, ya, ¿qué pasa pues? Se van a poner a pelear en medio del peo que tiene Orlando encima? -Les decía Nicolas. –Yo soy el más nuevo del grupo y los quiero por igual, no se pongan ahora a a ver quien es más amigo de Orlando.

–Es que yo creo que este también es parcha y no se atreve a contarlo.



Orlando se levantó soltándose de Nelson. –Es mejor que se vayan, lo que menos quiero es que se peleen entre ustedes.



Nelson abrazó de nuevo a Orlando. –Chamo, lo que necesites no dudes en llamarme, lo que sea.

–Gracias, tranquilo.

Pedro lo abrazó y le dio un beso en la mejilla. -Te llamo mañana.

–¿Ves? Lo besaste en el cachete guevón.

–Deja la estupidez o te caigo a coñazos.

–YA COÑO, ¿VAN A SEGUIR? Chao Orlando, descansa, te hace falta y llora, eso es bueno, llámanos cualquier cosa, aquí estaremos.



–La verdad es que quiero que se vayan, gracias por apoyar a mi hijo pero estamos cansados, buenas noches. –Les dijo la madre de Orlando, Blanca.



Los tres amigos se fueron.



–¿Ustedes están fumaos?¿qué les pasó allá adentro?

–Pero si yo no hice nada fue este que se puso a decirme vainas.

Nelson se le plantó frente a Pedro.

–Tú vas a salir del clóset mariquito, no será ahora, pero vas a salir, deja de estar engañando a tu novia, eres marico.

–Si tantas ganas tienes que salga del clóset es que me debes esar esperando afuera.

Nelson le dio un golpe en la cara.

–Ya va, ya va ya vaaa, ¿pero qué coño les pasa a ustedes? ¿en qué momento  dejaron de ser panas? Esta mañana estábamos tranquilos todos, dejen la vaina, le vuelves a dar un coñazo y te doy uno yo.

–Vámonos, que los tengo que llevar a su casa.

–Me dejas a mi primero. -Dijo Pedro.





–Así que Vicente se murió ¿Y cómo fue eso? –Le preguntaba Blanca, la mamá de Orlando.

–No sé, no sé exactamente como fue mamá, mañana averiguo, todo fue un peo hoy, tengo que llamar a la familia de Vicente.

–¿Le vas a decir a esa gente que era marico?

–Mamá… -Orlando bajó la mirada y se tapó la cara.



–Es una lástima lo que le pasó a tu hermana, horrible, pero a la vez me da un fresquito ver a tu papá, aunque sea un poco, triste y desconsolado



Orlando se levantó del sofá viendo indignado a su madre.

–¿Tú estás escuchando lo que dices?

–Si, que menos mal que pasó eso…

–¡Ya!, era mi hermana mamá, te guste o no, era mi hermana.

–Pero si ni se veían.

–No importa, que hables así me decepciona, me entristece, me hace pensar que por algo mi papá te dejó.

–Mira carajito, no te doy una bofetada porque estoy cansada y me voy a servir un whisky.

–Y fumar.

–Exacto

–¿No piensas comer algo?, supongo que no has probado bocado.

–Me comí un sandwich, no hay más nada preparado, te sale eso hoy, me voy a mi cuarto

Blanca se fue tosiendo hasta su habitación.

Orlando se sentó en el sofá y marcó el número de la casa de los padres de Vicente.



Apenas les contó como había sucedido todo, no pudo aguantar las ganas de llorar, entre llantos  la mamá le preguntó a Orlando que si ellos eran pareja. –Ustedes siempre estaban juntos en las fotos que enviaba, yo lo sé, pero quiero que tú me lo digas. –Orlando lo confirmó entre sollozos.

Luego de estar 20 minutos hablando, la mamá de Vicente le da un mensaje.

–Mijo, cuando usted pueda venga a mi pueblo yo lo recibo y conoce a mi familia y el cuarto de Vicente, aquí hay muchas cosas de él, si quiere puede llevarse varias cosas y las conserva.

–Gracias señora, eso haré, prometo hacerlo pronto.

Colgó la llamada, comenzó a llorar de nuevo, se levantó y caminó, tenía el celular a la mano y lo veía, pensaba si escribirle o no a Diego. Seguía caminando.



Se detuvo y decidió escribirle.

–<Hola, cómo estás? ¿Cómo sigues? Es Orlando>

Luego de cinco minutos recibe un mensaje.

–<Hola, bien, un poco adolorido, mañana en la tarde me dan de alta. Pensé que no ibas a escribir>

–<Por qué pensaste eso?>

–<Por como te trató mi papá>

–<¿Tú papá no sabe lo tuyo?>

–<¿Lo mio?>

–<Si, bueno, que tu eres… –¿Cómo digo esta viana?–<Gay> - Orlando envió el mensaje cerrando los ojos y torciendo la boca>



No hubo respuesta hasta después de cinco minutos.

–<Disculpa la tardanza, no sé responder esa pregunta, ni yo sé lo que siento, ahora solo pienso en mis negocios y salir de aquí a seguir echándole bola, aunque lo que quiero es llorar y ver> -Dejó el mensaje hasta ahí enviandolo.

–<¿Ver qué?>

–<Ver a Carlota, aunque ya sé que no es posible, pero era mi soporte , mi guía, mi faro>

–<Era tu fachada, mi hermana era tu fachada>

–<Hablamos mañana, me van a poner analgésico y me voy a dormir.>

–<Cuídate>



Orlando se quitó la ropa y entró a la ducha a bañarse, mientras el agua caliente mojaba su cuerpo, su mente viajaba al día que conoció a Vicente, lo que vivieron, las veces que durmió en su apartamento, el sexo, los pocos viajes que hicieron por el país. No pudo evitar llorar de nuevo. Tomó la pastilla de jabón y comenzó pasarla por su cuerpo, entre las nalgas, sus genitales, donde se tardó más, retrayendo el prepució y lavándolo bien., lavó el jabón y se lo pasó por los pectorales bien formados, con apenas unos vellos que iban apareciendo.

Terminó de ducharse y salió colocándose la toalla entre la cadera y así entró al cuarto.

Su celular  tenía una luz que titilaba, tenía un mensaje.



–<No soy gay, me iba a casar, era mi sueño, pero te vi hoy en el parque y muchas cosas se amontonaron en mi cabeza y siento dolor por Carlota, tenía ilusión de casarme y todo se derrumbó, mi vida  dio un giro de 180 grados hoy y estoy confundido, yo estaba bien hasta que te conocí. Olvida lo que te dije, no me escribas más, déjame pasar mi duelo, no quiero sentir esto que siento>



Orlando cerró los ojos y volvió a llorar.

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