miércoles, 9 de mayo de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 3


–¿Te levantaste al pana? -Le preguntaba Nelson

–¡Que se yo! El carajo tiene novia, ¿no viste? se estaban besando.

–Pero se acercó a ti, ese quiere tema.

–Ay ya, dejen la vaina, yo tengo novio, por cierto ¿dónde están sus novias?

–A mi no me veas yo estoy soltero.

–La mía estaba con su familia en un cumpleaños de una tía.

–Mi jeva no se levanta antes de las 12 y me da flojera esperarla, es demasiado floja.



–¿Quién quiere posar? Uno de ustedes que se ponga ahí apoyado de la columna mirando hacia la derecha, Pedro u Orlando ¿quién se pone?



Orlando se colocó como le dijo su amigo para tomarle una foto justo en el carrusel.

–Verga quedó arrechísima.

–La voy a poner en blanco y negro, mira que luz tan arrecha, que belleza, luego te la paso.

–Marico mira esa vaina lo de las sillas, está full, esa vaina se ve vieja vieja, ni de vaina me monto en ese perol.

–Esas cosas le hacen mantenimiento.

–¿En serio? No joda desde aquí veo el óxido de las cadenas y mira las sillas.



Siguieron caminando mientras Nelson tomaba fotos y se montaban en uno que otro aparato.

Los tres entraron en la casa del terror. Pedro fue el que salió más asustado con la respiración agitada y sudando.

–Que cagón eres vale, ni Orlando salió asustado.

–¿Qué pasa idiota?.

–Ay si, tú también eres un cagón no vengas a hablar, jajaja. Pónganse ahí para tomarles una foto con las sillas voladoras atrás.



En el momento que se colocan para la foto y Nelson le da al disparador, tres de las sillas se desprenden del aparato. La primera silla con una muchacha vuela por los aires, la chica golpea fuertemente contra un poste, el cuerpo cae al suelo, el segundo, un chico, cae sobre la lona de una carpa, amortigua la caída y cae sobre un arbol que termina de frenarlo y cae al suelo, la tercera silla con otro muchacho va directo al suelo de cabeza.



–¡Chaaaamooooo que horrible! -Los cuatros miraron hacia el aparato, la gente gritaba, todo se detuvo y Orlando por alguna razón corrió hacia la carpa, sus amigos lo siguieron pero la gente que corrían hacia todas las direcciones los detuvieron.



Orlando vio al muchacho que cayó del árbol, se acercó. Se agachó y sin moverlo le tocó el cuello, abrió los ojos. Volvió a ver aquel azul agua que había visto minutos atrás en los ojos del hombre al que tropezó.



Un silencio envolvió la escena, una brisa fría corría a su alrededor, nadie estaba cerca a 10 metros, solo Orlando y Diego. Su mano sostenía su cabeza.

–¿Estás bien? ¿Te duele algo?

–Creo que mi pierna… au… está rota.

–Te pregunto porque mi papá es médico, no quiero moverte.

–No me dejes aquí, ayúdame.

–¿Tienes seguro?

–No, si, pero no está…activado.

–Tranquilo déjame llamar a mi papá y te ingreso en su clínica.

–Mi novia, ¿dónde está ella? Ella también se cayó.

–No sé, dejame averiguar, no te muevas.

–NO LO MUEVAN POR FAVOR



Llamó a su papá.

–<Papá, acaba de ocurrir una tragedia, estoy con un amigo que necesita ir a la clínica, por fa envía una ambulancia ya para acá>

–<¿Un amigo? ¿Tiene seguro?>

–<No papá por eso te pido el favor>

–<Que lo lleven a un hospital, Orlando la clínica no es una ONG para que envies a tus amigos que no tienen dinero>

–<Por favor papá, se trata de un acto humanitario, no joda yo te lo pago>

–<¿Dónde están?>

–<El parque de atracciones Diverlandia>

El papá de Orlando, del mismo nombre que su hijo, abrió los ojos.

–<Ahí debe estar Carlota, tu hermana, búscala, búscala y me dices si está bien>

–<¿qué?, ok ok papá, envía ya la ambulancia>



Orlando corrió por varias partes del parque buscando a la novia de Diego y a su hermana. Llegó donde había una multitud, se acercó.

Dos cuerpos en el piso uno a 20 metros del otro, ambos tapados.

–¿Quienes son?

–Es una chica y un chico, murieron instántaneamente.

–¿Cuál es la chica? Quiero verla.

Orlando iba a acercarse pero el hombre lo detuvo.

–No creo que quieras verla…está destrozada, es muy fuerte la imagen. –Orlando dio la vuelta y corrió hacia Diego que ya lo estaban viendo dos bomberos

–Permiso, permiso.

–Joven no puede estar aquí.

–Él es…

–Es mi hermano…señor…-dijo Diego. Orlando se acercó.

–¿Averiguaste?

Orlando encogió los hombros y apretó los labios, sin decir nada, al verlo, Diego supo que no eran buenas noticias. Comenzó a llorar.

–Lo siento chamo, lo siento, hay otro muchacho muerto, no sé si venía con ustedes.

–No…no… coño Carlota….le iba a pedir matrimonio, al bajar de ahí ¿por qué? Por qué?

–¿Carlota? -Orlando pensó en su hermana era demasiada casualidad, recordó que su padre le dijo que la buscara.

–Ya vengo chamo, la ambulancia ya viene. -Cuando se levantó del suelo para ir a buscar a su hermana llegaba la ambulancia.

–Aquí esta el herido, aquí, vengan.

–¿Usted es familiar?

–Si, soy su hermano, llévenlo a la Clínica Asunción.

–¿Usted se viene con nosotros?

–Si, si.



Orlando se montó en la ambulancia y llamó a Nelson.

–<Nelson, estoy en la ambulancia con uno de los heridos, voy a la clínica de mi papá>.

–<Marico pensábamos que te habías ido. ¿Lo conoces, al herido?>

–<Si y no, bueno…-Bajó la voz –Es el tipo con el que me tropecé.

–<Ah vaina valeeee, chamo pero tú estás…>

–<Chamo necesito un mega favor de ustedes, si están en el parque ubiquen a mi hermana a ver si está ahí y me avisan>

–<¿Tu hermana estaba aquí?>

–<Si, si, por fa búsquenla>



Orlando vio a Diego y le cogio la mano.

–Gracias, gracias por esto, por fa…busca en mi celular el numero de mi papá y le avisas.

 Diego como pudo sacó el celular de su pantalón y se lo dio pero en ese momento sonaba su celular.

–<Coño Vicente, verga, ¿qué le digo?>

–<Hola amor ¿cómo estás?>

–<Hola, buenas tardes, disculpe que lo llame es la última llamada que tiene este celular y decidí llamarlo>

–<Ajá no entiendo ¿quién es?>

–<Soy oficial de la policía científica, la persona dueña de este celular…ha fallecido, fue víctima de un atraco en la calle, recibió tres disparos. Necesitamos que venga un familiar o usted para reconocer el cadáver.



Orlando quedó inmóvil, bajó el celular de su oreja y colgó la llamada.

–¿pasó algo? ¿malas noticias? –Le decía Diego que comenzaba a sentir dolor.

–Mataron a mi pareja, un atraco. –Hablaba mientras veía a uno de los paramédicos.

–¿Qué está pasando? ¿qué es esto? ¿qué pasa hoy?

–Diego le apretó la mano a Orlando mientras este le corrían las lágrimas. Diego no aguantó las ganas de llorar también.



Llegaron a la clínica y de una vez entraron por emergencia. Diego entró a pero a Orlando no lo dejaron pasar.



Orlando caminaba de un lado al otro sin saber que hacer, si quedarse o averiguar sobre su novio, en esa duda llegaba su padre.

–Hijo, ¿cómo estas?

–Mal papá, mataron a Vicente.

–¿Quién es Vicente, el que trajiste?

–Nooo, coño, mi pareja, lo atracaron y le dieron unos tiros, necesito averiguar más.

–Ah tu amigo ¿y este tambien es “tu amigo”?

–No papá, puedes dejar tu homofobia a un lado por hoy, ha ocurrido una desgracia.

–Tu hermana, ¿la ubicaste?

–No, mis amigos la estan buscando.

–¿Cómo se llama tu amigo el que trajiste?

–No sé papá, que se yo como se llama.

–¿Coño no me dijiste que traías a un amigo? Ahora te da por traer a cualquiera aquí, ya te dije que esto no es un hospital, esto es una empresa, hay que pagar empleados, no estoy para beneficiencia. Voy a ver de quien se trata y averiguo todo.



Orlando se fue de la clínica sin saber a donde averiguar sobre su novio Vicente.





–¿Quién entró ahora en emergencia? Necesito saber.

–Está allá doctor, pase.



­­–¿DIEGO? ¿qué haces aquí? ¿y mi hija? ¿dónde está mi hija?

Diego vio a su suegro y comenzó a llorar desconsoladamente.

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